ESCINTILA
Población: 25 mil millones. Diezmo: Exactus extremis.
Geografía: Clima templado con extensos desiertos en el ecuador. Tres continentes principales: un polo sur montañoso y volcánico, junglas y desiertos ecuatoriales (aquí están la colmena Tarsus y la extinta colmena Tenebra), y una masa continental de clima templado al norte (aquí están la colmena Sibellus, Ambulon y Ciudad Armetálica). El resto de la superficie planetaria está cubierta por océanos (altamente contaminados, fauna marítima escasa). Dos lunas (Sothus y Laquesis). Espaciopuerto en órbita geosíncrona sobre la colmena Tarsus.
Tipo de gobierno: Adeptus Terra.
Gobernador planetario: Gobernador de sector Marius Hax.
Adeptus presentes: Adeptus Terra, Administratum (Comité Consular de la Mano Dorada), Adeptus Ministorum, Adeptus Astra Telepathica (un coro de astrópatas en la colmena Sibellus), Adeptus Arbites, ordos del Gran Consejo del Cónclave Calixiano (con sede palatina en la colmena Sibellus).
Ejército: Tropas del Protectorado Escintilino (fuerzas de calidad media/alta apostadas en la colmena Tarsus).
Comercio: Escintila exporta principalmente productos manufacturados, incluidas piezas para motores de naves espaciales y armamento. También es un importante proveedor de mano de obra, y posee una cuantiosa fuerza de defensa planetaria (FDP) y una enorme población en subcolmenas; ambas son excelentes canteras de las que se extraen reclutas para la Guardia Imperial. Escintila no puede subsistir por sí misma y requiere importaciones masivas de alimentos procedentes de los mundos agrícolas del sector Calixis.
Visión General
Escintila es el mundo capital del sector Calixis, un próspero núcleo imperial que alberga la mayor población de todo el territorio. Está dominado (algunos dicen que "compartido") por dos inmensas ciudades colmena, Sibellus y Tarsus, en las que vive hacinada la gran mayoría de la quejumbrosa población planetaria. Pese a la supremacía de las dos grandes colmenas, las comunidades "vástigas" de Ambulon y Ciudad Armetálica contribuyen significativamente al desarrollo económico del planeta. Escintila es un mundo de esplendores en el que los ricos y poderosos compiten con apetito voraz. La ostentación abunda por doquier, desde la maravillosa opulencia de los nobles de colmena hasta la espectacular altura de las propias colmenas. Sus construcciones más emblemáticas, como el Palacio de la Lucidez y la Catedral del Esclarecimiento, son famosas en todo el sector.
Escintila es también un mundo plagado de corrupción. Las casas nobiliarias están consumidas por la depravación moral, y sus miembros suelen dejarse llevar por sus propias riquezas y su prestigio. La corrupción causada por el poder y los privilegios está fuertemente arraigada en la enrarecida cultura de los ilustres. Las familias nobles se consideran por encima o incluso ajenas a la ley imperial (y a veces incluso tienen razón), y gozan de una enorme influencia. Su actitud hacia los plebeyos es cruel e insensible: se sabe de nobles degenerados y ávidos de emociones fuertes que cazan a sus vasallos por deporte. En el otro extremo del espectro social, las subcolmenas están infestadas de mulantes, forajidos y bandas ultraviolentas, además de los psicópatas fanáticos de la Redención. La clase media de la colmena, atrapada entre la aristocrática cúspide y las sórdidas subcolmenas, subsiste llevado una vida ingrata de incesante trabajo, en la que se considera que la ignorancia es una virtud y la muerte una recompensa a toda una vida de esclavitud y servicio para cubrir los desorbitados diezmos que el Administratum exige a Escintila. Así ha sido desde los tiempos de Angevin, y la corrupción de este mundo está tan arraigada en él que es invisible incluso para quienes la han propiciado.
Los elementos más destacados de Escintila son sus dos colmenas, ciudades inmensas de múltiples niveles habitadas por miles de millones de personas. Las dos colmenas de Escintila son bastante independientes y están gobernadas por consejos de nobles de las cúspides. La mayoría de sus habitantes pertenecen a la clase media, la obrera, sin la cual todas las fábricas y casas mercantes del planeta dejarían de funcionar. Casi todos los ciudadanos de clase media son siervos o empleados de las grandes familias nobiliarias que se extienden por todo el sector o de los nobles menores que viven en Escintila. Las zonas más pobres y abandonadas son las subcolmenas, lugares contaminados y con elevados índices de criminalidad en los que la vida no vale nada y brutales bandas luchan por la supremacía antes de sufrir una muerte inevitable. Siempre que la violencia no se extienda hasta los niveles medios de la colmena, las autoridades se limitan a dejar que las bandas se exterminen mutuamente en los sumideros de la subcolmena.
Las dos grandes colmenas de Escintila siempre compiten entre sí por prestigio e influencia, aunque la superioridad de Sibellus es más que manifiesta. Geográficamente es la mayor de ambas, y a menudo se hace referencia a ella como "la capital" o "la colmena soberana . pues es la sede tanto del poder administrativo como del ejecutivo, asi como el núcleo de toda la producción industrial del planeta. La colmena Tarsus es una especie de hermana gemela oscura y siniestra; los sibellianos la denominan "el otro sitio". Tarsus es una colmena mercantil, y desde ella se controla todo el comercio interplanetario. Ninguna de estas colmenas podría subsistir sin la otra, hecho que se refleja en los proverbios y el folclore de Escintila; sin embargo, ninguna de ellas reconocería abiertamente la importancia de las comunidades "aledañas", Ambulon y Ciudad Armetálica, las cuales también poseen uní influencia considerable.
Orden civil
La ley en Escintila entra dentro de las funciones del Magistratum, la fuerza policial del planeta. En las torres de la cúspide es habitual ver las gabardinas de color verde oscuro de los agentes del Magistratum, que patrullan las calles e investigan cualquier delito desde robos menores hasta las más graves infracciones. En las zonas medias de la colmena suelen ocuparse de crímenes más serios o violentos, ya que no pueden (ni quieren) encargara de los delitos más comunes. Las subcolmenas prácticamente ni las pisan. La eficacia de los agentes y procedimientos del Magistratum varía en gran medida según el nivel de las colmenas de Escintila en el que se encuentren los recursos económicos y apoyo que les proporcionen los consejos de nobles gobernantes y el entorno en el que deban trabajar. Como cabría esperar, una víctima noble tiene muchas más posibilidades de conseguir que el Magistratum investigue un delito, y un delincuente de la zona media de la colmena tiene más posibilidades aún de ser arrestado por lo mismo. El Adeptus Arbites tiene una fuerte presencia en Escintila, pero sus miembros dejan los asuntos cotidianos para el Magistratum y prefieren concentrarse en la insurgencia, los problemas para reunir los diezmos, determinada actividades de sectas y psíquicos, y el despliegue de sus tropas paramilitares para sofocar los peores disturbios. La mayoría de los ciudadanos jamás llegan a ver un solo agente del Arbites, a no ser que se encuentre en el lado equivocado de un escudo antidisturbios. El Arbites y el Magistratum se desprecian mutuamente y tienen muy poco interés en la colaboración mutua (salvo que se den circunstancias extremas).
Las leyes de Escindía varían según el lugar, pero hay dos constantes: el juicio por combate y los duelos. Ambos son legales en Escintila; los juicios por combate son especialmente habituales entre la nobleza. Consisten en un enfrentamiento entre demandante y acusado para decidir cuál de los dos tiene razón, y siempre se aplican ciertas condiciones en función de la naturaleza de la ofensa: el asesinato y los delitos de violencia más graves se resuelven con un combate a muerte, pero otros prohiben el uso de ciertas armas o exigen condiciones de victoria inusuales (desde la muerte súbita hasta la amputación de extremidades). Ambas partes implicadas pueden disponer de un representante que luche en su lugar; un combatiente consumado puede encontrar un lucrativo (aunque peligroso) oficio en los ruedos de sangre controlados por el Magistratum. Huelga decir que los buenos representantes no salen baratos, y los mejores están al servicio perpetuo de las casas nobiliarias de las cúspides. Del mismo modo, los duelos son legales en Escintila y forman parte de la cultura de sus colmenas y asentamientos. El Magistratum no interfiere en estos duelos, y matar al adversario no se considera asesinato en estos casos. Esto significa que es perfectamente posible eliminar a un enemigo provocando una disputa de honor entre él y otro adversario que destaque en el estilo de combate a utilizar durante el duelo.
COLMENA SIBELLUS
La colmena Sibellus es la ciudad más antigua de Escintila, y precede incluso a las invasiones de Angevin. Es inmensa: sus ocho mil kilómetros de extensión dominan las llanuras costeras y tierras bajas del continente templado septentrional. Donde sus enormes faldones de múltiples niveles tocan el litoral de este continente (a lo largo de un cinturón de quinientos kilómetros de longitud) parecen desparramarse sobre los acantilados de granito negro como si fueran repisas o cordilleras glaciares. La población de Sibellus duplica en número a la de su "gemela" Tarsus.
Como casi todas las colmenas imperiales, Sibellus está compuesta por un extraordinario conglomerado de estilos arquitectónicos. Incontables generaciones han añadido sus propios adornos y toda superficie disponible está atestada de gárgolas, frescos, columnas y mosaicos. La cúspide de la colmena es un revoltijo de maravillas relucientes, mientras que la zona central (e incluso la subcolmena) están formadas por estatuas desmoronadas mucho tiempo atrás y templos consagrados a la riqueza y el poder. Los ciudadanos de la zona media de la colmena viven en desvencijados bloques de viviendas construidos entre los muros de antiguas mansiones y basílicas, y marchan penosamente a trabajar día tras día por avenidas repletas de estatuas caídas. Los habitantes de la subcolmena viven en casuchas medio enterradas, construidas en las cuencas de los ojos de grandes cabezas de piedra o constreñidas alrededor de las columnas rotas de templos derruidos.
El descontrolado crecimiento de la colmena ofrece su visión más espectacular alrededor de la abrupta costa. La colmena se cierne (de hecho, la expresión adecuada sería "se derrama") sobre imponentes acantilados de granito negro, que son azotados por procelosas aguas durante la estación de las tormentas. El Palacio de la Lucidez, toda una ciudad por sí mismo, se alza sobre una gigantesca columna de roca elevada sobre el mar justo frente a la costa, y está unido a la colmena mediante un único y ciclópeo puente de piedra, además de innumerables puentes de cuerda más pequeños y una flota de transbordadores que trasladan pasajeros de estómago fuerte a través de las aguas salpicadas de restos y escombros. Centenares de ascensores destartalados ascienden por la pared de los acantilados y por la columna rocosa sobre la que se asienta el palacio, y las chabolas de pescadores y pilotos de transbordadores se aferran a su pétrea superficie como percebes. La mole de la propia colmena Sibellus alcanza una altura muy superior a la de los acantilados, proyectando una sombra perpetua sobre las aguas y el cabo.
Sociedad de la colmena
La colmena Sibellus es el núcleo del poder de Escintila, y toda casa nobiliaria del planeta ansia poseer una finca privada en su cúspide. Estas haciendas conforman un extraordinario batiburrillo de estilos arquitectónicos, desde las fortalezas más sobrias hasta dorados palacios de recreo. La cúspide se expande continuamente; como se construyen fincas nuevas sobre otras más antiguas, las casas nobiliarias realizan esfuerzos constantes para embellecer sus propiedades y no quedarse atrás.
La antigüedad lo es todo en la colmena Sibellus. El prestigio de una familia depende de la cantidad de generaciones de antepasados que puede nombrar, y hasta las nuevas fincas parecen baluartes de tradición desgastados por el paso del tiempo. Los nobles de la colmena Sibellus son enormemente competitivos y demuestran su superioridad a través de la magnificencia de sus fincas y de las antigüedades que poseen en sus colecciones privadas, desde artefactos excavados en los desiertos y junglas de Escintila hasta obras de arte procedentes de todo el Imperio. La mayoría de las fincas ocultan una galería o museo de alta seguridad, que a veces contienen objetos extremadamente valiosos e ilegales (como artefactos alienígenas o incluso peligrosos textos prohibidos).
Las calles de la cúspide de la colmena son siempre un hervidero de actividad. La moda de los nobles de Sibellus es espectacular, resulta muy poco práctica y cambia constantemente, y los nobles se pasean por las calles de la Cúspide acompañados de largas comitivas cuya función principal es la de ofrecer un espectáculo impresionante. Las calles de la cúspide son muy seguras, gracias a los numerosos ejércitos privados que protegen cada finca y a los esfuerzos del Magistratum por establecer puntos de control que regulan el flujo de personas que entran y salen de la cúspide. Aparte de los juicios por combate y los duelos autorizados, apenas hay violencia en la cúspide; el delito que más preocupa a la mayoría de los nobles es el hurto, pues sus colecciones, obras de arte y reliquias son muy importantes para ellos. En el acervo popular de la colmena Sibellus abundan las historias sobre ladrones de guante blanco imposiblemente hábiles, y muchas de estas leyendas son ciertas: no es de extrañar, ya que en la cúspide de Sibellus hay muchísimas cosas valiosas que robar.
En la zona central de la colmena Sibellus predominan las fábricas destinadas a la producción en masa y los enormes bloques de viviendas baratas semejantes a madrigueras en las que se alojan los obreros de estas fábricas. Las tradiciones de la cúspide se han filtrado hasta la zona media, y muchos de sus habitantes coleccionan objetos curiosos para embellecer sus espartanos hogares, imitando las extraordinarias modas de los nobles de la cúspide o incluso disecando burdamente a sus difuntos parientes para guardarlos. Las fábricas y bloques de viviendas de la zona media de la colmena están construidos entre varios niveles de mansiones y estatuas arracimadas, lo que les confiere una confusa y siniestra apariencia de ruinas lujosas.
En lo más profundo de esta zona, entre restos de estatuas descomunales y escombros de mansiones y templos, la zona media de la colmena deja paso a la subcolmena. Compuesta por innumerables niveles comprimidos por la ciudad superior, la vasta subcolmena de Sibellus es prácticamente intransitable y sufre desprendimientos continuos. Los asentamientos de la subcolmena están apiñados en las pocas zonas estables que existen, separados unos de otros por interminables galerías en las que los temblores y derrumbamientos son un peligro constante. Muchos de estos asentamientos están completamente aislados; sus habitantes se dedican a cazar las alimañas que infestan la subcolmena y ni siquiera saben que existe toda una ciudad sobre sus cabezas. Algunos nobles de la cúspide han patrocinado expediciones fuertemente armadas a la subcolmena para extraer artefactos del pasado de Escintila o explorar las tumbas de los antepasados más lejanos de sus familias.
Lugares de interés
El lugar más característico y extraordinario de la colmena Sibellus es el Palacio de la Lucidez, sede de la suntuosa corte del gobernador de sector Marius Hax. Se cree que tanto el palacio como la gran columna que lo alza por encima de las olas son mucho más antiguos que la colmena Sibellus, y de hecho más que ninguna otra cosa sobre la superficie de Escintila. El palacio se asemeja a una inmensa flor de piedra, cuyos pétalos de granito se solapan para formar una colosal bóveda y las múltiples arcadas que hacen las veces de entradas. Está decorado con centenares de estandartes que representan las instituciones de Escintila y sus casas nobiliarias; disponer de un estandarte propio ondeando en la cúpula del palacio es un honor por el que algunos estarían dispuestos a matar.
Otro punto espectacular de referencia es el Bastión Pórfido. Esta esbelta torre de piedra púrpura y negra es el punto más alto de toda la colmena Sibellus y en él se halla el cuartel general de los astrópatas de Escintila. El coro de astrópatas del planeta consta de una media docena de astrópatas (la mayor concentración de estos poderosos psíquicos de todo el sector Calixis), encabezados por el astrópata mayor Xiao. Estos astrópatas son el único medio de contacto con otros sectores; sin ellos, el sector Calixis quedaría aislado del resto del Imperio. Todo el que desea emplearlos para enviar un mensaje debe subir personalmente los escalones de la aparentemente interminable espiral que asciende hasta la torre, y presentar una solicitud directa al astrópata mayor Xiao. Cada astrópata posee sus propios métodos de visualización y transmisión de mensajes, y pasan toda su vida entre los ventosos campanarios del Bastión realizando intensivos ejercicios mentales y estudiando tomos de códigos simbólicos. Aparte de algunos servidores que atienden sus tareas domésticas, nadie más que ellos vive en el Bastión.
Servidor militar
Los servidores militares son unidades de guerra equipadas con sensores mejorados, programadas con rutinas de selección de objetivos y provistas de armamento pesado.
Servidor de combate
Los servidores de combate están equipados con un armamento sumamente efectivo y han sido programados con rutinas de combate básicas para su utilización.
Servidor industrial o de reparaciones
Estos servidores han sido modificados con aparejos para levantar cargas, perforar rocas o pulverizar minerales en en cualquiera de los innumerables complejos industriales del Imperio. Otros están destinados con herramientas especializadas para llevar a cabo reparaciones de maquinarias pesadas.
Servidores automatizados
Los servidores son fusiones de carne y máquina construidas con tejidos orgánicos cultivados o cuerpos humanos lobotomizados. Hay millones de estos organismos cibernéticos por todo el Imperio, y se utilizan para llevar a cabo tareas únicas y monótonas sin titubeos ni desviaciones.
SEPHERIS SECUNDUS
Población:12 mil millones.
Diezmo: Exactus extremis.
Geografía: Continental en todo el planeta, pequeños océanos polares. Montañoso, boscoso, grandes zonas con yacimientos mineros al descubierto. Clima ártico, atmósfera con elevados índices de humedad y frecuentes ventiscas. Tres lunas (ninguna habitada).
Tipo de gobierno: Monarquía feudal.
Gobernador planetario: Reina Lachryma III.
Adeptus presentes: Muy pocos. Algún clero del Adeptus Ministorum, fortaleza recinto del Adeptus Arbites.
Ejército: Azote Real, ejércitos baroniales, ejércitos privados de la nobleza. Calidad media/baja.
Comercio: Sepheris Secundus es el mayos de los planetas exportadores de todo el sector Calixis. Sin sus cuantiosas exportaciones de mineral, metalesy combustible, el comercio del sector Calixis se vendría abajo. Sephiris Secundus subsiste graciasa la importación de de alimentos de mundos agrícolas del sector. Su inmensa población la convertiría en una excelente cantera de reclutas para la Guardia Imperial, aunque sólo una parte relativamente pequeña de la población es apta para el servicio debido a la mala salud generalizada, así como al riesgo que entraña exponer a las masas subyugadas a las posibilidades de la vida lejos de las minas.
Visión General
Sepheris Secundus es un mundo de abundantes filones minerales del tamaño de ciudades, miles de millones de siervos y la más pronunciada separación entre la élitey las masas de todo el sector Calixis. Se trata de un sombrío lugar eternamente sumido en la nieve y el crepúsculo, infestado de salvajes mutantes y cuyos habitantes se dejan la piel trabajando a grandes profundiades. El Imperio tiene tal ansia por explotar los vastos recursos de Sepheris Secundus que el planeta es al mismo tiempo el más rico y el más pobre del sector.
El clima de Sepheris Secundus es frío y borrascoso, y toda su superficie está oscurecida por un manto de nubes. Carece de océanos, a excepción de los pequeños mares polares; la humedad de su atmósfera procede de las capas internas del planeta, vomitada por excavaciones mineras fallidas o los geíseres naturales que cubren su superficie como si fueran pústulas. La superficie del planeta está ocupada por inmensas aberturas de las minas (similarea a profundas cicatrices) y frondosos bosques nevados cuya vegetación sólo se ve interrumpida por las ruinas de antiguos reinos que trataron en vano reivindicar Sepheris Secundus en el pasado. Debido a sus interminables ventiscas, la ignorancia generalizada y los antiguos métodos que se siguen para todo, Sepheris Secundus sería un mundo atrasado e insignificante si no fuera por los enormes yacimientos de mineral que oculta bajo su superficie.
El reino del sufrimiento
Aunque el Imperio tiene de por sí un régimen feudal, en Sepheris Secundus el feudalismo se lleva a su máxima expresión. Todo el que nace en el planeta es propiedad de un amo al que ha de pagar nueve décimas partes de todo lo que produzca, que para la mayoría de los ciudadanos es el mineral que excavan de las paredes rocosas de las minas planetarias. La reina Lachryma III, monarca absoluta de todo el planeta, se halla en la cúspide de este sistema feudal. Los derechos de explotación de sus miles de millones de siervos pertenecen a los barones designados por la reina, o bien a las familias nobles y consorcios comerciales que los adquieren pagando un precio a la Corona. El único amo de la reina es el Imperio, y a él debe entregar cantidades cerdaderamente pamosas de mineral, metales y crudo como parte del diezmo planetario. El diezmo en Sepheris Secundus es el más elevado del sector Calixis, y sin su inmensa produccion de materias primas la economía de toda la región sufriría un duro revés.
La mina Gorgónida
La mina Gorgónida es uno de los más grandes y productivos yacimientos mineros de Sepheris Secundus. Aunque puede verse desde Icenholm (la capital del planeta) y el palacio real, la estructura y sociedad de la mina son características de las que salpican la superficie de Sepheris Secundus. Es imposible calcular la población exacta de la Gorgónida, pero desde luego es muy numerosa: está compuesta por ingentes hordas de siervos, la mayoría de los cuales jamás ha vistoo el mundo más allá de la mina. La Gorgónida es una mina a cielo abierto que se adentra a cientos de metros de profundidad en el subsuelo del planeta. Unos andamiajes desvencijados conducen a los niveles inferiores, e innumerables poleas y grúas elevan contenedores repletos de mineral hasta el borde del inmenso foso de la mina, donde se acumulan en montículos a la espera de ser estibados a naves de carga y transportados a la superficie. Desde el borde de este foso pueden vislumbrarse las destartaladas casuchas de madera que conforman el Vulgo; de debajo del mismo arrancan vías para vagonetasy senderos desgastados por el uso que conducen a las zonas de excavación subterráneas. La parte central de la Gorgónida es la única que se encuentra a cielo descubierto, las galerías de excavación y muchos de los hogares de la mina se hallan bajo la superficie, sumidos en una oscuridad perpetua.