Dejan el regalo de Velion para después del desayuno. Toman un desayuno copioso para recuperar las energías y prepararse para el nuevo viaje que les espera. No tardan mucho en acabar y en pedir a alguno de los dioses menores que se encargan de las cocinas que preparen las provisiones para el viaje. Será mucho más corto pues usarán uno de los pasos de los dioses.
Tras todo eso, se dirigen de nuevo a la sala del trono. Velion no está allí, pero hay un representante de la diosa. Dicho heraldo se disculpa por la ausencia de la diosa, pero otras cosas requieren su atención inmediata. El heraldo hace aparecer algo. Una armadura plateada y una nota.
Un paladín necesita una armadura. Sé que mi hermano te ha dado una de sus espadas, yo te doy una de mis armaduras. Forjada en las fraguas de la tierra, te será de ayuda para protegerte de aquellos que te quieren mal.
Suerte.
¡Hala! Una armadura.
Me acerco al punto a la armadura, ignorando al representante...pero no por desprecio sino porque la armadura me cautiva. En cuanto me doy cuenta lo miro y sonrío. Puede que esta sea una de las pocas veces en las que se nota claramente que tengo 17 años. ¡Una armadura!
(también lleva el casco, pero sin las alas gigantes esas)
-Dad las gracias a la señora Velion, representante. La portaré con orgullo. ¡Con capa y todo!
Al momento empiezo a trastearla a ver como se pone y que tal me queda. Tendré que acostumbrarme a moverme con ella.
Mir rueda los ojos al ver como Alex trastea la armadura. Se acerca a él y comienza a explicarle como debe desarmarla y vestirla. Pero le enseña un truco aun mejor. Los dioses no suelen vestir las armaduras siempre y tienen trucos en ellas para que se armen en un solo instante. Lo único que tiene que hacer es vestirla por primera vez y buscar un punto específico para que la armadura se repliegue y "desaparezca".
-Estará vinculada a tu espada si quieres. Así cuando desenvaines, la armadura aparecerá.
Observo lo que hace y le atiendo, atento. Asiento.
-Es realmente útil poder hacerla aparecer y desaparecer a voluntad. Gracias, Mir.
Me la pongo siguiendo las instrucciones que me ha dado. Me cuesta un poco moverme, aunque es menos pesada de lo que parece.
-Voy a tener que practicar con esto puesto hasta que me acostumbre. Te desafío, Mir.- guiño a Il -Apuesto a que soy capaz de parar tu espada más veces con mi cuerpo que tú la mía con el tuyo.
O, lo que es lo mismo, sé que me va a dar una paliza ahora más que antes.
El dios ríe.
-Tendremos tiempo durante el viaje de vuelta. Prepárate. No tendré compasión esta vez.
Parece serio, pero Alex sabe que está de broma. Siempre ha sido un profesor implacable con él, pero nunca lo ha sometido a todo el poder de un dios.
-Venga... prepárate y nos marcharemos.
Guardo la armadura, sonriendo cuando logro hacer ese truco de guardar la armadura, y voy a donde he dormido, recogiendo las pocas cosas que he sacado. Sobre todo me aseguro de no perder el instrumento de Liss. Mochila al hombro, espada al cinto y armadura oculta, regreso con Mir e Il.
-Listo, big boss. Cuando quieras.
Una vez preparados y con las provisiones renovadas, Mir les guía hacia la base de la montaña por un camino más directo y alejado del frío. Usa uno de los portales. Le explica que no usará los portales para aparecer cerca de la Ciudadela porque pueden haber varios espías.
En la base de la montaña, están sus caballos. No les ha faltado de nada y están cuidados y descansados. Están listos para emprender el viaje de nuevo.
-¿No usaremos los portales? Entonces...¿cómo será más rápido el viaje de regreso?
A lo mejor con más rápido se refería solo a bajar la montaña así. Que ya es un ahorro de tiempo, eso es cierto, pero menos de lo que esperaba.
-Por mi bien...debo practicar. Seguro que Lady Olenna- por una vez no uso el mote que le puse- quiere comprobar si valgo para algo o no.
Saludo a Babieca efusivamente. Me he encariñado con ella.
-Los usaremos, pero no para todo el camino. Ahora montad.
Se acerca a su caballo y acaricia su crin. Tras ese saludo y reconocimiento, monta y espera a que los demás hagan lo mismo. Il ha tomado la forma de Thomas antes de salir de la montaña y Mir la de Lance. Cuando están todos preparados, Sir Lance encabeza la marcha. No desandan el camino, siguen el camino del Sol.
El horizonte parece muy lejano.
Será un camino más directo, sin rodeos, y usando atajos de cuando en cuando al parecer. Tardaremos mucho menos. Lo cual...a la vez lo quiero y no, pero es necesario. Quiero ver a Nicky, pero quiero dominar bien la espada y la armadura. Pero, si el tiempo para la guerra es cada vez menor, igual soy necesario allí aunque deba adaptarme sobre la marcha.
En cualquier caso, tendremos tiempo de prácticas, sin duda.
-Vamos allá.