¡Aquí aprenderéis lo que es la guerra, gusanos!
Esperad a que acaben las otras clases. Highway, puedes colarte si quieres en alguna de las otras clases como observador :P
-Exteriores-
El sol comenzaba ya a caldear el clima mientras el sacerdote echaba un último vistazo a las instalaciones. Improvisadas en un momento, pero servirían bastante mejor que cualquier otra cosa. Había visto que a los aspirantes se les estaba enseñando todo lo que necesitaban saber... suelto. Abrir cerraduras, moverse silenciosamente, defenderse, evitar que les maten, matar con rapidez, etcétera, etcétera. Y todo eso no estaba mal... pero tampoco estaba bien. ¿De qué les iba a servir todo eso si luego, a la hora de la verdad, no sabían por dónde empezar?
Todo un sistema completo, una gymkana de cuerdas y madera, estaba esperando a los afortunados competidores. Había varias mesas con equipo y paquetes, y grupos de cajas y ruedas de carro desperdigadas y amontonadas por el suelo. Apoyado en uno de los postes de madera, Highway esperaba con tranquilidad a los reclutas, fumándose un corto para aliviar la digestión. Como tardaran mucho iba a empezar a ponerse serio desde el primer día, pero es que si no sacas la vara luego se te echan a perder. Todos pasamos por lo mismo, no es nada grave... de jóvenes son muy bonicos, pero hay que corregir antes de que se madure el grano. No es nada de qué avergonzarse siempre que empieces a trabajar ya. Ya. YA.
Cornelius llega y se mira las instalaciones con expresión sombría. Buff, la que nos espera... Se acerca al instructor. Buenos dias.
El hombre le dirigió una mirada al tipo. Este miró aquello con una mezcla de respeto, temor y fatalismo. Le gustaba aquella actitud.
-Encima de esa mesa hay unos papeles. Cógelos y vete repartiéndolos cuando vengan los demás -dijo cuando le saludaron.
El papel esencialmente contenía cuatro columnas:
"Lo que considero mis puntos fuertes"
"Lo que considero mis debilidades"
"Instructores con los que he trabajado"
"Resumen de la instrucción"
Llegué hasta la zona que me habían indicado, con tranquilidad. Tenía la creencia de que todo importaba menos de lo que la gente creía, exceptuando el dichoso asunto de los Dioses y de su maldición.
Al llegar allí saludé a Cornelius y al instructor. Bueno, no llego tarde, o eso creo- ¡Buenos días! - dije mirando al instructor- Soy Sylvana, o Syl, como prefieras. Es un placer... ¿Qué puedo ir haciendo?- dije con una sonrisa amigable, para ver luego lo que nos tenía preparado el instructor, haciendo que la risa se desvaneciera.
Asintió cuando vio cómo la sonrisa se desvanecía. Una buena relación con un superior era fundamental, pero empezar desde el primero momento, sin confianzas, con nun colegueo supremo y jijí-jajás era algo que NO iba a consentir. Había que meterles el miedo en el cuerpo a esos reclutas, y de momento la instalación lo estaba consiguiendo por él. Bien.
-Coja la ficha que le repartirá su compañero y rellénela.
Elmore apareció caminando tambaleante desde el edificio de la academia. Estaba pálido y se echaba constantemente las manos a la tripa. -ay, ay, ay.- Llegó junto a los otros. - Hola maestro Highway, señor. Hola Cornelius, hola Syl. -
Llegué a aquella zona para el entrenamiento de campo. ¿Qué mierda es entrenamiento de campo? Suena fatal... Justo al llegar veo a un tipo un tanto raro, nada que ver con los demás profesores de la academia. Parecía bastante normal, aunque su mirada reflejaba alguien bien disciplinado. ¡Hola a todos!
Recojo uno de los papeles y lo leo. Eh... ¿tenemos que rellenar esto? ¿Y para qué sirve? Y esas cosas con cuerdas... ¿no habrá que subir por ahí verdad...?
Las vueltas por la Academia me llevan hasta aquí, el entrenamiento de campo. No sé qué puede ser (sólo espero que no nos hagan mirar plantas), pero he visto a varios de los alumnos ir hacia allí, por lo que yo también me dirijo. A observar, más que nada.
Me mantengo en segunda fila, recogiendo uno de los papeles y leyéndolo, sin poder evitar enarcar una ceja. Ésto es perder el tiempo, por lo que dejo el papel de nuevo y me alejo bastantes pasos, aunque no me voy. Quiero ver qué hacen.
Imagino que correr, saltar y todo éso... Menuda pérdida de tiempo. Me siento en el suelo, disfrutando de la calidez del día.
"Parecía bastante formal" era una buena forma de describirlo. Todo buen clérigo lleva la marca de su dios encima, y Jozan era una maldita bestia de la guerra incluso cuando estaba tranquilo y relajado como en aquel momento. También era disciplinado, y por sus huevos que iba a hacer que aquella pandilla cogiera siquiera un mínimo de efectividad en ese terreno. No contestó a la pregunta de Kromen por considerarla sólo una lamentación retórica y pejiguera, exactamente lo que era.
-Tú. Alitas.
No dijo nada más. Ni siquiera había sido una burla o intento de encontrar un nombre especialmente hiriente. Ni siquiera levantó la voz, pero sus ojos se cruzaron por un momento con los de Azoth y ardían.
-Si vienes a clase levanta tu culo de ahí mientras yo no diga otra cosa. Si vienes a cotillear largo, nada de mirones aquí.
Rellena con calma la ficha de Highway, mientras viene la gente y se la entrega, apenas nadie se percata de ello, estan todos muy ocupados observando la instalación.
"Lo que considero mis puntos fuertes"
Mi preparación arcana.
Buena fuerza de voluntad.
Alta capacidad lógica y analítica.
Disciplina en el proceder y trabajar.
Buen aguante.
"Lo que considero mis debilidades"
Mis aptitudes físicas.
Poca resistencia al dolor.
Ineptitud social.
"Instructores con los que he trabajado"
Liliph Alaness
Tenk
Wolf Trollheart
Anykiller
Kronnal Hermfer
Zoidberg
"Resumen de la instrucción"
Naturaleza y trato con animales
Meditación y concentración.
Preparación arcana y obtención de familiar.
Sigilo y cerrajeria.
Preparación física y uso de armas.
Anatomia y tratamiento de heridas.
llega con el profesor y se encuadra frente a el
-discupe profesor, tuve problemas con el almuerzo, perdon por la tardanza-
Vaya... parece que esa máscara cuesta ponérsela más de lo que parece. Ahora que lo dice... nunca he visto comer a este tipo... ¿dónde se esconde? Empecé a decirme en voz baja mientras veía como Jozan empezaba a disciplinar al que se suponía que debía ser el ejemplo a seguir por todos, el paladín.
Puede que sea un elegido de los dioses, pero parece más bien un elegido de la pereza. Mira que sentarse ahí en el suelo... ya sabemos quién le cae mal a Jozan, y no soy yooo~~