Partida Rol por web

Una vez he dormido las horas necesarias par aestar en plena forma y un rayo de luz me alcanza en la cara, me quedo totalmente quieto y abro mucho los ojos para ver donde me encuentro, me llevo la mano a una de mis dagas que siempre tengo cerca y cuando me he situado por completo, actúo en consecuencia. Si estoy sólo voy hacia la puerta intentando hacer el menor ruido posible y la abro con cuidado para escuchar que pasa fuera de mi habitación.

Si estoy acompañado o bajo una cama como suelo hacer espero a ver si se oyen ruidos de encima de la cama e intento escabullirme lo antes posible de la habitación y buscar un lugar donde ocultarme.

Busco el lugar donde se sirve el desayuno y si no hay mucha gente intento bajar y ocultarme esperando a mis compañeros, en cuanto aparezcan dos o tres salgo de mi escondite y desayuno frugalmente sin intercambiar ninguna palabra ni mirada con ellos hasta que no haya desayunado.

Has dormido en el último dormitorio del pasillo por el cual entraste, la habitación sigue vacía utilizándola . Sabes que está la segunda guardia vigente , todavía no ha venido el posadero. Has comido de tus provisiones y bebido de tu odre estás satisfecho. Si bajas es por la tarde pero todavía hay luz y no podrás ocultarte. 

Hecho un ojo a las habitaciones de mis compañeros, intentando escuchar si todos están bien. Y luego bajo a la posada si escucho ruido de gentes abajo.

Astarté se desperezó lánguidamente y se aseó. Reflexionaba sobre los sucesos de las últimas horas. El agua fría le mojó el rostro despertándole de su sueño. Recogió sus cosas y se dispuso a bajar al comedor. Se preguntaba si habría habido algún problema.

Ciñó su cimitarra y se dispuso a abrir la puerta

Os encontráis en la parte de abajo de la posada, Igneel sigue haciendo su segunda guardia mientras que Astarté baja ... todo sigue igual excepto que el sol brilla a través de las ventanas con más fiereza en aguas fuertes .

Ves como Astarté baja al salón , Agakor se encuentra bien , pero Rena y Kendal aunque están tumbados en la cama, presentan una mirada perdida mientras babean.

¿Es mi turno? Me parece que no he dormida nada, en fin.

—Allá voy, amigo—le digo a Agakor con la voz pastosa por el sueño.

Las siguientes horas transcurren con tranquilidad, una bendición pues tengo tiempo para pensar. Veo bajar a Astarté .

- Astarté ¿qué tal te encuentras compañera? todavía faltan unas horas para que venga el posadero.

 Debido a su raza no precisaba descansar más. Mejor. Estoy bien.  Respondió a Igneel.

¿Es mi turno? Me parece que no he dormida nada, en fin.

—Allá voy, amigo—le digo a Agakor con la voz pastosa por el sueño.

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Son las últimas palabras que escuchas de Igneel antes de descansar.

Mars Laval llega a la posada , no hay sol y sólo se iluminan las zonas donde están las lámparas. 

Buenas noches amigos ¿estáis bien? , pero esto está muy oscuro voy a poner más lámparas - dice mirando a todos lados , se mete en la cocina con la misma rapidez con la que entró. Al poco tiempo empieza a poner las lámparas en lugares estratégicos para iluminar todo el salón.  Después abre la puerta de la posada ¿héroes estáis listos para el recibimiento? , el mediano abre la puerta la posada está abierta podéis pasar... una marabunta de personas entran en la posada.

Los héroes que estén abajo serán distanciados unos de otros por la cantidad de gente que les rodea, felicitándolos dándoles jarras de cervezas y otros licores si ven que no acepta los primeros, aplausos y vítores se expanden por todo el edificio.

Entre tantos aldeanos que se te acercan a felicitarte , uno de ellos te entrega una carta , señora me la dio un sirviente de la dama Fuego Lunar , por mi parte os estoy eternamente agradecido por salvar mi vida , ha sido grandioso ¿verdad?. Me llamo Sunsteen Urbeth soy ayudante del magistrado .

Entre tantos aldeanos que llegan a felicitarte ves entre ellos a Curuvar.

¡¡ Ey muchacho !! me alegro que se haya abierto esta posada, ya estaba pasando frío ahí fuera *sonrisa*

Intento estar lo mínimo posible para que no me vean ni me rodee la marabunta de gentes malolientes. Intento mantenerme en algún punto de observación por si sucede algo inesperado, la vida del pícaro es siempre estar alerta ya que no puede uno fiarse de nadie ni de nada, y menos de humanos asustados por goblins.

Tú estabas arriba cuando se abrió la puerta desde arriba puedes ver un montón de aldeanos , puedes bajar si quieres para pasar desapercibido, intentar buscar a alguna persona en concreto o simplemente otear hacia abajo entre otras muchas cosas que puedes hacer...

Sólo observo como discurre todo, me fijo sobre todo en Astarté y de vez en cuando echo una ojeada a los demás a ver si todo sigue su ritmo como debería, observo también a aquellos que recelan de acercarse a los héroes para conocer quienes son aquellos a los que su acción en el pueblo no les ha agradado pero que acuden a la cita social para que los demás les vean. Y si algo me llama la atención intentaré discernir que es.

Agakor bajó las escaleras en cuanto descansó lo suficiente. Nunca fue de dormir demasiado, y durmió prácticamente toda la noche como de costumbre, abrazado a su hacha a dos manos. En cuanto se levantó, se aseó con un barreño de agua, y se puso la armadura, cosa que, haciéndolo sólo, le llevó un buen rato. 

Amable, se pone a saludar a la gente, ofreciendo la enorme mano escamosa, estrechándola con fuerza. Finalmente, con quien cruza la mirada es con Curuvar. Buenos días, Señor Curuvar. Pensaba que usted vivía en este pueblo, que tendría una casa propia. 

Gracias Sunsteen. Espera un momento por si este mensaje requiere respuesta.

Astarté se dirigió a una de las esquinas para leer el mensaje intentando no ser absorvida por aquella cantidad exagerada de gente.

Por favor. No hemos hecho nada tan digno de elogio, la verdad Decía dirigiéndose a la gente.