Piñeiro acaba con el último alienígena que acosa a la escuadra, no antes de que éste consiga acertarle con el láser de su brazalete a él y al sargento Sheriff, justo en ese momento una gran explosión derriba lo que parece la torre central de la gran plaza. La cúpula ha sido perforada y las baterías de las naves de asalto merman rápidamente las últimas defensas de los bichos.
La batalla por Rembrandt ha sido complicada pero nada comparado con Goya, ha habido bajas pero han sido escasas y la ciudadela ha caído en menos de un día. Es hora de recoger y contar muertos.
Estado | Armadura | Droga | Muertes | CC | CD | LD | |
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Piñeiro | Tullido | X | 11 | X | |||
Sheriff | Tullido | X | 35 | X | |||
Filofrío | 15 | X | |||||
Lanza | Muerto | X | 8 | ||||
Pedraforca | 13 | X | |
Fin del combate
De improviso todo acaba, alguna escuadra habrá tomado las centrales de energía o sus salas de control y las baterías de nuestra nave destruyen sin problemas los últimos reductos de resistencia.
– ¿Estáis todos bien? – Pregunto a mis compañeros una vez Piñeiro acaba con el último de los enemigos en esta zona.
Aunque según los sensores de mi armadura todos están bien aunque las armaduras de Sheriff y Piñeiro han sufrido graves daños han alterado tantas veces nuestros equipos electrónicos que no acabo de confiar en la información que me proporcionan.
Me apoyo en el lado de un ventanal mirando las explosiones. – Venid, desde aquí se ven unas bonitas explosiones.
De pronto me acuerdo de Lanza y no puedo dejar de asir su rifle de energía que recogí para que no cayera en manos de esos sucios alienigenas. Girándome hacía el sargento. – Señor opino que en el informe se debe reflejar el heroísmo del soldado Lanza. Su familia debe conocer su sacrificio.
De improviso, una pequeña nave médica aterriza en la plataforma. Una compuerta se abre y dos fornidos soldados con armadura blanca salen.
-¡Ahí está!-exclama uno de ellos señalando a Piñeiro.
Baja su arma y suelta sobre el desgraciado una ráfaga de dardos tranquilizantes. El otro soldado lanza sobre Piñeiro una red de gruesas hebras conectada a su armadura con un cable.
-¿Eh? ¿Qué significa esto? ¡Soy apto para el combate! ¡Lo dijo el enfermero!
-¡Silencio, pirado!-el segundo soldado aprieta un botón de su armadura y la red suelta una poderosa descarga eléctrica que inutiliza a Piñeiro-Ese enfermero es un fugado del pabellón 78-M, la sección de psicóticos. Se escapó hace seis meses, se disfrazó de enfermero y ha estado comiéndose al personal de apoyo y liándola por todo el 3:16. Prácticamente lo hemos capturado pero tú ya no harás daño a nadie.
Levantan a Piñeiro y lo arrojan sin ceremonia dentro de la nave médica. Huele como a quemado. Uno de los soldados se vuelve al sargento:
-Sargento, incluso si se dejó engañar por las burdas falsificaciones de ese psicótico, debería haberse dado cuenta de que tenía a un pobre enfermo mental en su unidad. ¡Hablaré muy negativamente en mi informe sobre este desagradable incidente!
La compuerta de la nave se cierra antes del despegue. Con un nuevo estruendo, la nave desaparece en el cielo.
Señores, un honor combatir a su lado.
Nos vemos por ahí.
Cuando por fin el último de los alienígenas cayó, Akira constató que todos en el pelotón seguían vivos. Oyó a Pedraforca por el canal de comunicaciones.
-Estoy bien. No me han dado.
Cuando la nave descendió, Akira no se sorprendió demasiado, pues al fin y al cabo sabía que era cuestión de tiempo que se le acabaran llevando. Sí que le sorprendió que se hubiera escapado y que no tuviera realmente autorización para estar allí. Aquél tipo debía estar realmente loco si se había escapado solo para combatir contra los aliens cabezones.
-Por fin hemos acabado con ellos-dijo mientras veía las explosiones junto a sus compañeros, cuando ya se hubieron llevado a Piñeiro-Espero que el próximo reemplazo no esté tan loco.
El sargento Sheriff incrédulo como los loqueros se llevan a Piñeiro. "Una lástima que estar loco te incapacite para ser soldado. Con más chalados así llevaríamos la libertad y la democracia a toda la galaxia en un santiamén."
Tras transmitir a la base la ubicación del pelotón para la recogida, el Sheriff se apoyó en una baranda a contemplar como otra salvaje cultura alienígena desaparece para garantizar un futuro mejor a Terra. Enciende un puro, ignorando la posible toxicidad del aire, y se dirige al pelotón: "Un magnífico trabajo, señores , y una pena lo de Lanza ¡¡¡Que este planeta sirva como su pira funeraria!!!"