Partida Rol por web

La mano de la ballesta le temblaba; deseaba más que nunca atravesarle la cabeza con un virote. Pero siendo realistas, ese tipo acababa de masacrar a un buen puñado de cazadores, y sus posibilidades contra él no eran muy altas. Además, no tenía el factor sorpresa de su lado; quizás en otra ocasión, desde un arbol escondido.

- Mi nombre es Corax, señor. Corax Blackfeather.

- Bien, chico bien.- Te da unas palmadas en el hombro.- Ahora haz lo que te he dicho. - Y abandona el lugar. Tal vez sea buena idea abrir las ventanas, huele a muerto de manera considerable.

Asiento a la orden del profesor, mientras me concentro mirando al muñeco.

Empiezo a canalizar el poder de los elementos, a sentirme uno con el entorno. Noto como la energía de la naturaleza fluye por mi cuerpo, hasta concentrarse en mis manos. Mis ojos se tornan blancos un segundo, y mis dedos se agarrotan unos instantes.

De pronto, mis ojos vuelven a la normalidad tras ese pequeño lapsus, al igual que mis manos. Con un rápido movimiento, apunto con mis manos hacia el muñeco. De las mismas, sale una especie de rayo de color verdoso, que choca contra el muñeco.

Sonrío complacido por el resultado, pero el muñeco parece que sigue exactamente igual...

 - Bien bien, ahora tu humano. Lanzale algo de magia que te vea a ti en acción. - 

El profesor parecia sonriente viendo como el tauren canalizaba la magia. Podia sentir esa magia de naturaleza y en su cara se dibujaba una especie de sonrisa. 

A la orden el guerrero comienza a hacer movimientos circulares envolventes con ambos brazos y manos tratando de hacer un poco de mìmica antes de utilizar la "herramienta" que sus patrones le habían proporcionado en caso de una prueba de magia como esa.

- Este es mi prodigio... - Comentó Gerrard extendiendo su brazo derecho y esperando a que efectivamente algo viniera a salir de la cercanìa de su mano en dirección al objetivo.

 - Muy espectacular sin duda.- Conviene recordar que el anillo de bolas de fuego acababa de calcinar al muñeco de entrenamiento. 

Bien, bien- el profesor sale de su salita y se acerca a vosotros.- El Tauren es sin duda un poderoso esgrimista de la magia chamanistica de los antiguos orcos y de vuestra desconocida raza. No sabia que tambien pudierais controlarla, en tu caso humano, el objeto ese que tienes para lanzar magia no creo que sea un recurso infinito por lo que debes guardarlo bien. Son objetos poco comunes y estan muy valorados. Y en esta escuela muy poca gente es una santa, asi que mi consejo es que no lo pierdas de vista. Os voy a asignar un profesor distinto. El tauren controla los vientos de la magia, pero el humano no. El humano debe aprender, el tauren, solamente a pulir la técnica. 

Hace una pausa para luego concluir

-¿Alguna pregunta más?

No señor -contesto a la pregunta.

Uhm... Separar el grupo... Esto puede ser un arma de doble filo...

- Se nota de que no tienen ni idea de lo que dicen. Y en cuanto a mi poderío, lo mejor está por venir... - Se quejó Gerrard por lo bajo bastante molesto por haber sido descubierto empleando el anillo.

Mirando con desagrado los cuerpos desmembrados esparcidos por toda la habitación, Corax se dispuso a coger uno de los cadáveres por debajo de las axilas para conducirlo a los laboratorios de Anélido

Van a tener que pagarme un extra por esto -pensó para si mismo

 - Bien, pues en ese caso ahora bajareis a la entrada y allí preguntareis tu.- señalando al tauren.- por el doctor Anélido y tu.- señalando al humano.- por Lord Alexei. Y ellos ya se encargarán de vuestra instrucción. Os espero mañana con la primera luz del alba para continuar vuestra formación de alquimia. 

Tras decir eso el peculiar profesor abre la puerta del aula saliendo hacia la suya propia. 

- Es obvio que me quieren pasar a cuchillo o bien echar a patadas luego de mi "demostración". Supongo que Cromi no estaba muy al tanto de la perspicacia de los tutores, si sobrevivo llevaré mi queja de la mano de una demanda de compensación. Al menos uno de nosotros asegura la misión todavía... -  Comentó fastidioso el guerrero de rojo y se encamino pronto hacia la entrada en busca del profesor designado.

No lo creo. -Contesto al humano- Piensa que aquí siempre necesitan guerreros. Además, es una escuela de magia, supongo que también enseñarán magia.

Ten cuidado. Aún no sabemos hasta que punto es peligrosa esta gente... Aunque sabemos como llegarán a serlo.

Dicho esto, me encamino hacia el lugar que el profesor me ha indicado para reunirme con el Docto Anélido

Lool