La gente parecía congraciar con la idea de Raimondo de hacer noche en Cala Sangrienta. Vlado no estab muy conforme de aquella decisión, pero tampoco se iba a oponer en absoluto. Allá donde hiciera noche Ailush, él estaría para salvaguardarla... aunque en su pequeño corazón, todavía residía la esperanza de que la sacerdotisa no hubiera contemplado como se dejó embobar por la prostituta pechugona.
- ¡¡Está bien!! Si pensáis que eso será lo mejor...- aunque el pícaro continuaba sin tenerlas todas consigo. -Pasamos la noche en la caravana y mañana al amanecer cargamos y nos vamos.- se apresuró a concluir. Estaba deseando salir de aquel lugar.