Partida Rol por web

Al quedarme con el monje y el asechador, acepto que el monje me guiara ya que tenia muchas dudas... bien yo te sigo, mi nombre es Nostradamus de Blackwood y tengo algunas preguntas que me gustaria que respondieras...primero que haces con este volteo a ver a el asechador individuo? a que te refieres con que es el protegido de la reyna?  como es que me has encontrado y como sabias que te ayudaria? y a que se referia el guardia con que ya habian partido a la mision, nadie me informo de la partida. creo que esto te lo han de comentar muchos pero mi pasado tiene demaciada oscuridad gracias a los tuyos y señalo al asechador....

 y en serio espero que pasemos por la biblioteca, me comentaron que es la mejor en concimientos arcanos solo comparada con el pueblo de Blackwood que es de donde vengo ojala y tenga la oportunidad de poder ver algun tomo antes de partir... cuales son sus nombres? termino regresando a mi y cn mi semblante firme y serio

En cuanto os ve vuestra intención de seguirle, el monje pone rumbo hacia el interior del castillo. En cuanto atravesáis el umbral de la entrada, la oscuridad del interior os inunda repentinamente. Famoso es el castillo de La Dama por su luminosidad, como si los mismos dioses habitaran en él, pero vosotros estáis viendo la cara oculta del lugar, los intrincados y alargados pasillos de los criados. Desde la perspectiva en que lo estáis viendo, no difiere de ningún otro castillo de ningún tipo, paredes de fría piedra sin adorno alguno salvo la titilante llama de alguna antorcha colocada cada cierto espacio.

Cuando habéis recorrido un par de pasillos, el monje rompe su silencio.

-Mi nombre es Wiglaf y soy un fiel servidor de los dioses y más que saber que ayudarías, esperaba que lo hicieras ¿por qué? No soy el indicado para responderte a la pregunta, pero a donde vamos, podrás saciar tu sed de respuestas- Mientras habla, continúa caminando sin perder el rumbo por los laberínticos corredores de aquella zona del castillo. –En cuanto a Él- Dice señalando a Regathix –Digamos que su destino es tan incierto y misterioso como el vuestro y los caminos que antes divergían parecen encontrarse finalmente ante nosotros. Por aquí-Dice señalando una enorme puerta de madera con extraños grabados en ella. Tras atravesarla, os encontráis en una enorme capilla inundada por el sol del medio día –Ahora mismo la biblioteca está vetada a los visitantes, así que debemos ir por los pasillos de servicio, seguidme. Vos también amigo- Dice refiriéndose al merodeador. Y con rápidos pasos se desliza hasta una puerta pequeña situada en el pasillo lateral al altar, mostrando unas escaleras de caracol que descienden en la oscuridad.

Recorréis varios pasillos hasta llegar a uno de especial longitud que termina en una pequeña puerta. La oscuridad es casi total y apenas veis, entonces el monje abre la puerta y y os permite el paso.

-Debo atender ciertos asuntos, el resto del camino es fácil desde aquí, es el mismo para los dos, hacia delante- Y con estas últimas y enigmáticas palabras cierra de golpe la puerta tras vosotros. De algún modo, sabéis que no estáis de camino a la biblioteca y que el dichoso monje os ha engañado. Inmersos en la oscuridad, escudriñáis la habitación en la que os encontráis en busca de una salida.

De pronto, una voz resuena frente a vosotros

-Bienvenidos. Ahora sí, estamos todos. Aun hay esperanza-

Vuestra vista se acostumbra a la oscuridad y ante vosotros, las sombras cobran forma mostrando a un anciano situado en el centro de la habitación, una cortina al fondo y tres hombres más que os miran fijamente, una mujer de aspecto decidido, un hombre de aspecto ágil y avispado y otro de complexión fuerte y brillante armadura.