Partida Rol por web

Stu también abrió los ojos como platos, era evidente que estaba como tú, te abrazó.

Comenzaron a caer pequeñas piedras y tierra sobre vosotros, temisteis que se produjera un bueno derrumbe que os echara al vacía, instintivamente se echó las manos a la cabeza cuando algo cayó, pero esta vez no se trataba de una piedra sino el extremo de una cuerda.

Al mirar hacia arriba el ángulo no os permitía ver quien era, pero la cuerda parecía firmemente amarrada.

Stu te miró – Hora de salir – Te ató el extremo de la cuerda por debajo de los brazos – Espera a que suba yo, luego tiraré de ti para ayudarte, trata de no apoyar el pié ¿vale? – Te plantó un beso en los labios y comenzó a trepar.

Nos abrazamos fuerte, aun que me seguían doliendo las costillas pero tenia mucho miedo, estaban cayendo piedras y arena desde arriba. Si había otro derrumbe solo podían pasar dos cosas que murieramos sepultados o que nos tirara hacia el precipicio, por suerte no hubo otro derrumbe sino que vino la ayuda a por nosotros ¿era nuestros compañeros?Desde donde estabamos no podiamos ver nada mas que la cuerda.

Stuart me agarro bien la cuerda para que luego me pudieran subir, -De acuerdo, le dije cuando me dio las intrucciones.

Alli estaba yo mirando como subia Stuart y esperando a que llegara mi turno.

Con los brazos y ayudándose de los pies, lo que hizo que cayera algo más de tierra sobre ti, siguió trepando hasta arriba del todo donde ya desapareció de tu vista.

¿Y si quien había allí arriba no era de los vuestros? Por un momento tuviste algo de temor pero pronto notaste la cuerda tirar de ti, te aferraste con ambas manos y con el pié sano te apoyabas en la pared, te levantaban con fuerza, seguramente tiraba de ti más de una persona.

Primero viste a Stu, con el rostro cansado y sucio y tras él, el chico disminuido psicológico, con una tonta sonrisa que te alegró mucho de ver.

Pero tras ellos, por un lado de la montaña te quedaste petrificada al ver que hacia el oeste se elevaba un hongo atómico, tal y como en las películas o en los documentales de experimentos de explosiones nucleares.

Por fin estiraron de la cuerda, por fin subía hacia arriba, dolía pero pronto estaría arriba y eso aliviaba mi dolor.
Sonreía cuando iba subiendo y aun mas cuando llegaba arriba y sobretodo al ver al chico disminuido que no pensaba volver a ver.

Mi cara era un poema, tenia los ojos como platos viendo aquello del fondo, ¿Que...que..que ha pasado?, pregunte miedosa

Stu te ayudó a quitarte la cuerda y te agarró de la mano mirando a aquel chico pues él sabía lo mismo que tú.

- Fue, fue como un sueño, había un hombre que estaba muy loco, dijo que había encontrado la mayores de las bombas que iban a llevarla hasta nuestra ciudad pero que antes se la quería enseñar a su amo, el más malo de todos los malos – El chico se explicaba con palabras un tanto infantiles.

- Y ya no se más, algo dentro de mi cabeza me dijo que tenía que volver, por el camino de vuelta desperté, me encontré con jonás y el chico mucho, me dijeron que buscara una cuerda y que cuando diera con un derrumbe que ayudara a sacaros de aquí.

El chico se volvió con tristeza hacía aquella macabra nube que se comenzaba a disipar muy lentamente – Pobre Jonás, pobre amigo mudito…

Escuche atentamente lo que tenia que contarnos el chico, probablemente nunca nos enteraríamos de todo lo que paso.

-Gracias por volver a salvarnos, le dije al chico dedicandole una sonrisa. Yo también me entristecí cuando el chico nombro a Jonas y al chico mudo, pero ellos son los que nos han salvado a todos.

Mire a Stuart y me acerque a él, en esta ocasión fui yo la que bese a Stuart en los labios y lo abrace.-Gracias, le susurre. Si no hubiera bajado a por mi con comida probablemente los dos estariamos muertos, tengo mucho que agradecerle

Gratamente sorprendido Stú cerró sus labios en torno a los tuyos sellando así un beso lleno de sentimiento y quizás de alivio por sentiros vivos.

El retorno a la ciudad que tan apacible era y así seguiría por muchísimos años fue lento por tus heridas, pero ayudada por un par de hombres fuertes y sin ninguna prisa todo se logró.

Aún a unos cientos de metros corrió la noticia de vuestro regreso, una chica rubia corrió a abrazaros con lágrimas en los ojos, Stefani estaba alegre y emocionada de veros de regreso, aunque no estabais todos.

La ciudad permanecería por siempre a salvo, habiéndose disputado la última lucha entre los grandes poderes del bien y del mal, aunque no fuisteis más que peones manejados por dedos de gigantes.

El mal quedó destruido por muchos años, la cuidad creció y los niños volvieron a nacer sanos y fuertes.

Con el tiempo volviste a darte una oportunidad, para volver a ser feliz, para reencontrarte con el amor sin olvidar jamás lo que habías dejado atrás ¿Y con quien mejor sino con el hombre que había demostrado una paciencia infinita contigo? Stuart Redman siguió a tu lado y un día te casaste con él y no fue tarde para formar una nueva familia, pues había que repoblar de nuevo el mundo.