Aquella caravana parecía ser la de la líder de aquellos gitanos, Mamera Gekkida, y así a simple vista no parecía tener nada que destacar, pero mientras aquel grupo hacía campaña en el exterior, Kyouka Hanagawa tuvo tiempo para investigar en el interior donde no encontró nada realmente comprometedor... Tan solo algunos Posters de un tal "Magnífico Mago Magnus".
Por fortuna la caballería llegó, eso sí, después de terminar de ver el vídeo del cambiazo con los 20 segundos de anuncio que habían metido de por medio para monetizarlo. Eso sí, esto fue algo que Kyouka Hanagawa no vio, sino que escuchó, y lo que escuchó no le gustó.
-¡Buenas, compadres!. -Dijo Mamoru Ai Yastis con acento mexicano- ¡Hay un wey en la esquina de la cuadra que le está pidiendo a los niños que escojan una carta!.
Todos los gitanos se quedaron en silencio y dejaron de seguir buscando formas de entrar para quedarse mirando con estupefacción lo que aquel mal intento de mexicano tenía que decirles, evidentemente estos parecían estar más confundidos que cabreados en ese momento por las palabras y las expresiones del policía.
Al parecer había logrado captar la atención de toda aquella comunidad gitana que estaba más que dispuesta para realizar un exorcismo hacia su compañera, o al menos, novata no remunerada. Pese a todo, no había conseguido convencer a aquellos gitanos de salir del campamento.
-¡Cualquier carta!. -Volvió a insistir, remarcándolo.
Al parecer el hecho de insistir que había un tipo que hablaba con niños de las cercanías sobre coger una carta, y lo que era peor, cualquier carta; implicaba, o al menos daba a entender que este tipo misterioso no era más que un mago, un mago actuando ahí, cerca y ya con contacto con niños. Evidentemente los G.A.Y.E.R. tenían que actuar.
Aquella manada de gitanos, guiados por Mamera Gekkida se encaminó hacia las afueras del campamento.
Mamoru Ai Yastis, milagrosamente, lo había logrado. Había conseguido distraer a toda aquella comunidad y habían dejado de seguir a Kyouka Hanagawa con tal de exorcizarla. Por lo que, en efecto, la había venido a salvar. Algo que quemaría bastante a la propia Kyouka, casi tanto como el fierro al rojo vivo.
-¡Ya estás a salvo!. -Exclamó con orgullo- Y esto es algo que ese pringado de Jilliam no sería capaz de hacer, siempre con sus protocolos y su "verdad por delante"... Pffff... ¡Y NO LE LLAMES JILL!. -Se quejó.
Mire con asombro alrededor de la caravana. Mi vista se fijo sobre todos los pósters. ¿Odia la magia pero todo está rodeado de pósters de su hijo? Pensé que estaba avergonzada. EStuve mirando hasta que oí la voz que jamás pensé que después del día de hoy me alegraría de escuchar. No sabía si había sido porque se pico con lo de Jill o porque de verdad iba a venir pero no pude evitarlo cuando salí de la caravana me lancé contra el cortándole las quejas para "estrangularlo" en un abrazo algo seguramente no esperaba.
Gracias, gracias gracias. ¿Podemos irnos?
Lo que resultaría más extraño para la novata detective no remunerada era el hecho de que su superior apareciera para salvarle el culo (de un problema que el mismo la metio), aunque esta valentía inesperada fuera a raíz del odio a Jilliam.
- Si, podemos irnos... espera... eso de ahi es un bufet? Vamos a coger algo para la cena y nos largamos. -Dijo mientras cogía algunos goles de comida.
Date deprisa no tardaran en volver.
Empezar mirar por todas partes con miedo de que volvieran la verdad me inquietaban y algo me decía que eran los responsables del asesinato.
Mire al rededor del campeonato buscando algo
No había ningún Campeonato por lo que Kyouka Hanagawa no pudo encontrar nada en el Campeonato; y en caso de que se refería a buscar alrededor, esta tampoco parecía encontrar ningún tipo de evidencia al respecto. Al menos no más allá de los boles de comida picante que Maoru Ai Yastis le ponía entre manos.
-Con esto ya tengo para comer toda esta semana. -Comentó orgulloso- Bueno, vámonos... que hay trabajo por hacer... Me refiero, trabajo tu, que yo una vez que lleguemos a comisaría, se me termina el horario laboral y no me pagan para echar horas extras.