Partida Rol por web

Teniendo su uniforme manchado, Jilliam Wustice se quedó un par de segundos en estado de Shock, sin entender porqué esto había pasado, hasta que finalmente comprendió que fue por culpa de Mamoru Ai Yastis por haber golpeado SIN QUERER a ese burrito que había colocado sobre la mesa. Un fallo lo tenía cualquiera por lo que no se lo echó en cara y le perdonó.

-¡Ah!. -Gritó sorprendido tras unos segundos de pensarlo- ¡Mi uniforme!. ¡Tengo que ir a lavarlo!. -Tras decir esto, Jilliam Wustice abandonó la sala de interrogatorios para ir al baño de hombres a limpiarse.

Tras este acto de picaresca -o cabronería-, Mamoru Ai Yastis alargó la mano y agarró la pequeña libretita ahora que tenía información extra acerca de una tercera y última sospechosa. Última porque sinceramente, no había fondos ni tiempo como para conseguir más sospechosos posibles, así que más valía que uno de los tres fuera el culpable.

-Bueno, vámonos. -Comentó Mamoru Ai Yastis mientras ignoraba que su uniforme también estaba manchado de aquel burrito que aplastó- He conseguido una nueva pista sobre un nuevo sospechoso.

Estuve callada todo el intercambio mientras Mamoru me usaba de escudo humano... de nuevo. No había terminado, quería preguntar muchas cosas intente detenerla cuando dijo eso.

Esta tarde actúo en un cumpleaños y además tengo que bañar a mi pequeño "Copito de Nieve", mi conejo... Así que, con su permiso... Damas y Caballeros... ¡Os digo ADIÓS!.

Espera ¿conejo? ¿Copito de nieve? Apuesto que es blanco. Ya se de donde salió la salsa de tabasco y el pelo del conejo, pero... lo dejo alguien o fueron los culpables. Bueno debería ir a interrogar al útimo sospechoso.

Mamoru cálmate, solo eran trucos de magia con juegos de manos y bombas de humo, nada mas. 

Jill llego a la sala con su burrito, aunque la chica acababa de irse iba a hablar con el cuando mamoru decidió... ser el mismo. Mire a ambos esperando la reacción de enfado de el, sin embargo no fue eso para nada se fue corriendo sin mas y para nada enfadado, creo que el pobre no se da cuenta del odio de Mamoru hacia el.

EN fin, si si. Vayamos cuanto antes a visitar al último sospechoso.

Y así fue como aquellos dos salieron en busca de aquel último sospechoso, por desgracia para ellos el camino que aún tenían por delante era bastante largo, en concreto a las afueras de Sakurami City y Mamoru Ai Yastis no tenía conocimiento alguno sobre autobuses que iban hasta allá y tampoco tenía dinero como para pillar uno para ambos -ni las ganas- así que fueron andando.