Partida Rol por web

Los tres asaltantes retoman su camino y tras cruzar las puertas que dan a las escaleras continuan caminando rumbo a la sección hogar, con el fin de perpetrarse para hacer una buena hogera con la Torre Oscura.

-Entonses agarramos unas cuantas sábanas y salimos sin demorarnos, ¿sierto?-Dice el Nota mientras va corriendo en dirección a la sección de hogar.

Cuando llega desprende las sábanas colocadas en las camas de exposición y hace un rebullo con ellas.

-Ya tenemos todo lo que necesitamos. Marchemos entonses.

-Nos vendría bien tener algún tipo de combustible para empapar otras cosas, las sábanas arderán bien, pero si no prenden otras cosas en el proceso, no haremos mucho daño le dice Jony a El Nota.

-Tienen que haber botes de alcohol o gasolina por algún lado... ¡Podriamos probar con licores! dice esto último con cara de querer aprovechar el momento para quedarse con alguna botellita. Busquemos algo mas.

El Nota busca algo de licor o algo que lleve alcohol, pero se entretiene en las estanterías de comida y empieza a abrir paquetes de patatas y de más guarrerías y va ingeriendolos sin control alguno, mientras da unos tragos a una lata de coca-cola que a recogido por ahí. 

Al ver a El Nota ponerse las botas con la comida basura de las estanterias, a Jony le entra hambre y sin pararse a buscar mas del primer vistazo sigue el ejemplo y se pone a zampar todos los Cheetos que encuentra.

-Eftán cofonudos! dice con la boca llena y soltando una miriada de perdigones de Cheetos desde sus labios.

Nu veo nada segurus que tamus buscandu en la seccionus correstus amigus

sigue buscando como un loco pero su busqueda no da el mas remoto fruto

-Bah, aquí no vamos a encontrar nada. Bajemos ya a abajo y reunamosnós con estos, ya encontraremos algo después. Se queja Jony tras la infructuosa busqueda y tras sacudirse las migas de Cheetos de la chupa de cuero se levanta, recoje la caja llena de armas y se encamina otra vez a las escaleras.

-Sfis, shi, tiene rasón, sigamos para abajo.-Dice mientras sigue masticando y antes de bajar vuelve sobre sus pasos y coje dos latas más de Coca-cola.-Esto para el trip.

Con todo lo "necesario" sigue a Jony escaleras abajo, para reunirse con sus compañeros.

Comenzáis la caminata escaleras abajo en dirección a los garajes cargados con todo el material y satisfechos por el trabajo bien cumplido, esperando que vuestros compañeros hallan hecho lo mismo y ahora solo falte realizar la segunda parte del plan: Hacer arder esta enorme estructura de cemento y acero para que los Ultramemos empiecen a despertar de su letargo consumista.

Tras caminar escaleras abajo un rato, volvéis al lugar del que salisteis: el garaje.

Todo está tal cual lo dejasteis, con el camión de los reponedores en el mismo sitio aparcado y todo el garaje sigue igual de desolado. Sin embargo no hay rastro de vuestros compañeros, los que se encargarían de las alarmas y la videovigilancia.

-¡La Madre!, ¿dónde están estos cabrones?-Maldice El Nota en bajo.

Y con todo el sigilo que sus carnes le permiten, busca a sus compañeros por los alrededores intentando no llamar la atención de la seguridad.

No es dificil saber por donde pueden estar. Su objetivo era desactivar los sistemas de seguridad de modo que el primer sitio al que tenían que ir era la garita del vigilante, situada al lado de la puerta del garaje por la que entrasteis con el camión.

-Busquemos el sitio en el que debía de vigilar las cámaras ese tal Dinio, no debe de estar lejos.

Jony se pone en marcha rumbo a la puerta del garaje mirando hacia todos los lados.

Se que el segurata no entó en el garaje tras el camión, de modo que debe de haber una puerta por aquí.

El Nota besa a Makelele y le dice:

-No me falles ahora.

Y sigue Jony empuñando su bate, preparado para acariciar intensamente la cara del primero que se ponga delante.

-Es la hora de los mamporros.

Camináis rumbo a la entrada del garaje y una vez allí os deteneis cuando Jony ve una puerta entre abierta a vuestra izquierda.

-Ajá! Seguro que es aquí.

Sin pensarlo dos veces, Jony le da una patada, abriendola de par en par y se introduce en el interior, sin ninguna intención de ser disimulado ni sigiloso.