Partida Rol por web

Poco a poco el grupo se va animando y junto a la alegría producida por el calor y tan buena compañía, comienzan a cantar y celebrar. El viejo Brent, vigila atento, pero no ve nada fuera de lo normal. Hay mucha gente en la taberna, una de las más frecuentadas de la ciudad, y son muchos los otros grupos que también están animados.

Las horas van pasando, y la tarde cede ante la llegada de la noche. Tras comer un rico asado de cerdo, tarta de manzana y alguna que otra buena vianda, continúan cantando y disfrutando de las horas libres.

24 de julio sobre las 10 de la noche en el interior del Leñador Feliz. 

Vuestro turno.

El condado de Morris

Bienvenidos al condado de Morris, antaño próspero y rico, pero hoy en día un poco venido a menos. Y os preguntaréis porque, y la razón es muy sencilla, por la buena vida que se está pegando el joven conde Morris, en los 4 años que lleva en el cargo. Su padre era un hombre muy competente y preocupado por el bienestar de su pueblo, siempre estaba atento a cualquier cosa que perjudicase a sus gentes, y fueron muchos los combates que libro, no solo por mantener, sino también por ampliar sus tierras. Aunque también era un juerguista que sabía premiar no solo a sus señores, sino también a sus hombres. Murió repentinamente, muchos dicen que, como consecuencia de una extraña dolencia, otros que de los disgustos que le daba su heredero.

Sea como fuere, el joven conde Morris heredo el cargo y todos sus señores le juraron ser fieles. Pero con el cargo no heredo el cerebro y buen hacer de su difunto padre, más si su afición por las mujeres, la buena comida y bebida, y unas ganas insaciables de fiestas interminables. Los dos primeros años el condado se mantuvo por inercia, pero luego comenzaron los problemas y la zozobra en la que se encuentra en la actualidad. Sin guerras que le afecten, ni poderosos enemigos, la dejadez y la ambición de algunos señores, están provocando hambrunas y la ruina por muchos de los rincones de este amplio condado.

El condado forma parte del Gran Ducado, bajo la batuta del poderoso y temido, Gran Duque Anatol, o el Gran Hijoputa, o el Hijo de la Gran Puta, diversidad de nombres cariñosos con los que casi todo el mundo nombra al querido Anatol, por supuesto cuando piensan que no hay problema en quienes lo van a escuchar. Pero esta, es una de las principales causas de mortalidad prematura en el Gran Ducado. Una vez al año, a finales del verano, tras la recogida de las cosechas, todos los Condes del Ducado tienen que acudir al palacio de Anatol, a rendir cuentas y pagar los impuestos. Hace dos años la mala gestión de Morris, le supuso una reprimenda del Gran Hijoputa, pero al continuar menguando los impuestos, el pasado año fue bochornoso, Anatol separo a Morris del resto de la nobleza, y le hizo comer apartado del resto. Tras acercarse con cara de pocos amigos y decirle en tono seco y frio: “Has heredado unas tierras ricas y prósperas, pero al parecer no sabes cómo gobernarlas. No toleraré más esta total incompetencia que estas mostrando. Tienes un año para demostrarme que puedes hacerte cargo del condado y dejar de hundirlo. O buscaré a otro para que ocupe tu lugar”.

Ni que decir tiene que el pobre conde casi se cagó encima, y estuvo varios días que ni dormía, ni vivía. El Gran Hijoputa le quería picar el billete, si de eso se trataba, le dejarían colgando como una ristra de chorizos delante del palacio ducal, para escarmiento público. Pero luego pensó que tenía mucho tiempo y ya se ocuparía el del condado, pero primero, tras regresar del duro viaje, se tomaría unos días para descansar y correrse alguna juerga.

Si amigos si, ha pasado casi un año, y las cosas tan solo han empeorado. La cabeza del conde está en serio peligro, y el conde está poniéndose algo nervioso.

Con la multitud tan animada deje de cantar mirando a Buri pero seguía tocando sin parar hasta que me puse en pie para tender mi mano a Yorha, le hice una reverencia — ¿Bailamos?— No era la primera vez ni sería la última que se lo solicitaba porque me encantaba pasar una buena noche en compañía de todos ellos. Nadia sabe lo que es una buena noche en una posada hasta que se cruza con un grupo de enanos. Esa raza era magnífica, leales, fuertes y tozudos si, pero pocos saben divertirse como ellos — Vamos Enano no me dejes aquí plantada como un pasmarote— Solo sería una canción porque el día había sido largo y agotador y una simple humana como yo jamás tendría el aguante de mis acompañantes — Termina ya tu cerveza y ven aquí cabeza dura — El me había enseñado los pasos girando una y otra vez enlazando los brazos, chocando las manos y golpeando el suelo con las botas aunque yo nunca lograba realizar el ruido que se debía hacer según me habían dicho. Solo una vez me había dado el cabezazo en la frente al terminar el baile porque me había tumbado del impacto. Yorha me dijo que solo era una caricia y cierto es que entre ellos lo había visto pero cuando me lo hizo… Dormí sobre el suelo de la taberna durante varios minutos. Solo esperaba que se acordase de no hacerlo esta vez y que mi sueño fuese placentero, voluntario y no por choque de testas.

El viejo Finn Lenguadeplata no era mucho de bailar, pero no le hacía ascos a ver como otras personabas meneaban sus cuerpos más jóvenes o al menos más esbeltos, por lo que simplemente continuó fumando y bebiendo con cierta moderación mientras observaba el espectáculo que se le presentaba delante.

-Seguro que tienes unos buenos movimientos, maese enano. -Le dijo, medio en broma, medio enserio- Deléitanos con tus pases de baile y yo mismo haré otro truco de los míos que seguro que te sorprenderá. 

Realmente no había aprendido tantos nuevos trucos, mucho menos dignos de sorpresa, pero esperaba que con las bebidas que se había tomado y los mareos que fuera a tener luego del baile su mente fuera algo más sugestionable e impresionable con aquellos trucos que sí conocía.

Parecía que Karel se había equivocado, el seriote de Yorha al final sí lo había hecho, de una forma diferente a lo que esperaba pero al fin y al cabo lo había hecho. Así que el enano hizo un gesto a la cantinera para que trajeran una ronda y preparó unas monedas para saldar la cuenta. La palabra de un enano era tan válida como un contrato firmado en roca.

Karel aplaudió al espectáculo de sus compañeros y continuo bebiendo y fumando de su pipa. Era consciente de que debían levantarse al alba... pero no iba eso a detener la juerga, a penas acababan de cenar y es bien sabido que acostarse con la tripa llena no es nada sano.

-Esta vez no apostaré, pero podéis contar con mis palmadas para acompañar vuestro baile -dijo mientras se frotaba las manos preparándose para acompañar el ritmo.

Buri cogió la cerveza que pagaba Karel con gusto.

- ¿Esta no te la esperabas, eh bribón? - La cerveza cuando la pagaban otros sabía incluso mejor. - ¿Y para qué creéis que nos han citado mañana? Espero que no crean que voy a ir con mis mejores galas... porque son estas. JAJAJA -

Había que madrugar, eso era cierto. Pero un buen enano NUNCA se acuesta en una taberna sin haberse bebido unas cuantas rondas, así que aún les quedaba un rato de juerga y diversión.

Y había que reconocer que los humanos y medianos del grupo eran buena compañía. Que es mucho más de lo que normalmente se puede decir de algunas razas.

Comenzó a patear el suelo al ritmo de la música, para acompañar a sus colegas bailarines.

Aunque Yorha había salido del compromiso con cierta dignidad, Dalfrid que le había acompañado con la canción, ahora le ofrecía un baile. El enano aceptó a regañadientes más por devolver el favor del dueto que por ganas de salir a demostrar sus dotes de baile.

Precisamente esa era su debilidad. El enano hacía el esfuerzo pero se movía como un mulo atrapado en un lodazal.

Se disculpó varías veces por su torpeza, por pisarle los pies e incluso por un coscorrón desafortunado. - Esto no es lo mio querida. - dijo sonrojándose de vergüenza.

Pronto volvió al corro de los enanos y los acompañó dando palmadas ya en un segundo plano.

Entonces oyó la pregunta de Buri y se acercó para intentar arrojar algo de luz a sus dudas. - Creo que el señor de estas tierras tiene los días contados si no toma cartas sobre los asuntos que están acontecimiento. Tengo entendido que es uno de los apoyos del Conde Morris y este está apunto de ser defenestrado por sus excesos y su mala gestión.- explicó como si hablara con un erudito. Pero luego se dió cuenta y carraspeando, terminó diciendo. - En definitiva, se han pulido el dinero y querrán que lo busquemos de debajo de las piedras.

Alaia había estado pidiendo cervezas desde que llegaron a la taberna, los que la conocían sabían que tenia una resistencia al alcohol digna de cualquier enano, además, siempre se preocupaba por que la situacion no se fuera de madre y se respetara a las camareras y la taberna.

-¿En serio Buri? ¿Vamos a hablar ahora de trabajo? hubiera preferido no amargarme la cerveza pensando en lo que nos deparara mañana.

Comento, mientras demostraba, que no se le amargaba demasiado, pues seguía bebiendo al mismo ritmo.

-Supongo que la noticia de que hay una alianza entre seres de la oscuridad y que se ha producido tan cerca de estas tierras le va a preocupar. Lo del oro también le preocupara, obviamente, entre otras por que el carro no apareció, así que imagino que querrá matar dos pájaros de un tiro y que descubramos mas sobre esa alianza y si podemos, encontremos donde a ido a parar el dinero.

Diría mientras apuraba su cerveza y se limpiaba la espuma de la boca.

-Bue, sigamos con la fiesta, no creo que sea el mejor momento amargarnos con cual va a ser nuestra próxima mision.

A primera hora de la mañana os encontráis en los cuarteles de la guardia de la ciudad, estos se encuentran dentro las murallas, no muy lejos de una de las entradas, la puerta de Entrerrios que da al camino que conduce a la capital del condado.

La actividad en el cuartel es frenética, a la ruidosa instrucción de los nuevos reclutas, se unen los gritos de los diferentes mandos, entre las que destaca el tremendo vozarrón de Berracus (sargento mayor) dando instrucciones a grupos que parten a realizar rondas, así como las novedades de los grupos que terminan el turno de noche. 

Pero no tenéis que esperar demasiado, muy pronto llega un soldado con vestimenta impecable, que esta a las órdenes de Carolis, y que os indica que le sigáis. Recorréis montones de pasillos, y tras un buen rato llegáis a una zona mucho más tranquila del cuartel. Es un edificio usado como almacén, en una gran sala os espera el comandante. 

Cardeno se encuentra junto a una gran carreta que han terminado de preparar en el enorme almacén, esta dando instrucciones a los que parece que la van a conducir. Este al veros, se acerca y os dice:

-¡Buenos días! Como ya os comenté esta misión requiere de la máxima discreción ya que no sabemos quien o quienes puedan ser los traidores. Iremos en esta carreta hasta el palacio, como si de un cargamento de vino se tratase.- A continuación subís los ocho a la carreta, completamente vacía excepto por dos toneles en la parte de atrás. 

Pasáis un buen rato en calles que bullen de actividad, Fuenterrubiales es una próspera ciudad, y buena parte de su riqueza procede del comercio. Aunque desde detrás del toldo estáis a salvo de miradas indiscretas, tampoco podéis ir viendo el exterior, pero si escuchando a la multitud.

Hay un momento en que os detenéis, y unos guardias hablan con los carreteros, sabéis que es la entrada a la ciudad vieja, pronto continuáis y tras un rato comenzáis a ascender, probablemente hacia el palacio de Ernesto, situado en el punto más alto de la ciudad.

Finalmente llegáis a un almacén, y por un largo pasillo os conducen hacía el edificio principal del palacio.

El palacio es enorme y muy antiguo, tiene más de 1000 años, y fue hecho por los elfos. Hay una gran cantidad de obras de arte, entre las cuales destacan una gran cantidad de los anteriores señores de la ciudad. Y no podéis dejar de pensar en el gran parecido que hay entre todos ellos, tal vez un excesivo parecido.

Pasáis cerca del salón principal, y en uno de sus laterales, hay una estancia donde se encuentra Ernesto sentado a una gran mesa, y consultando unos documentos. El señor de Fuenterrubiales es de constitución delgada y de elevada estatura. Y no os pasa desapercibido, que es idéntico al de los diferentes cuadros, de sus supuestos antecesores. Este se levanta y abraza a Cárdeno, con el que demuestra tener una gran amistad. Tras saludaros a todos y daros la bienvenida, os hace tomar asiento y varios criados os sirven café, chocolate o té, junto con una gran variedad de tartas y pastas. Os da tiempo para que comáis algo mientras os mira y habla con Cárdeno, tras lo que os habla.

- Habéis hecho un gran servicio al condado y también a mi. Gracias a vosotros el comandante Cardeno sigue con vida. Y aun hay algo más en lo que podéis ayudarme. Cardeno ira al norte, ya que entre los documentos que aparecieron en posesión del rey goblín, hay unas cartas que me hacen preocupar por algunas fidelidades.- Y esos ojos ancianos, se pierden por un momento en pensamientos que le hacen fruncir el ceño. Pero pronto, vuelve a lo que tiene entre manos. -Sin embargo ustedes pueden ayudar mucho más cerca, ya que aquí en la ciudad o inmediaciones tenemos algún traidor. Alguien que puso ladrones entre los carreteros y ayudantes de la caravana que llevaba el oro, y alguien que ayudó al rey goblín a asentarse en nuestras tierras. Es un asunto delicado, es posible que los traidores busquen una guerra civil, y al aliarse con orcos, elfos y goblins, queda claro que no tienen escrúpulos.- Bebe un trago de té, y toma uno de los papeles que tiene en  la mesa.

-Hay que encontrar al traidor o traidores que están actuando en la ciudad, y hacerlo sin levantar sospechas. Aquí tenéis una carta que os permitirá volver a verme, cuando hayáis terminado vuestro trabajo, o si este se complica. Pero recordad que no quiero que esto lo sepa todo el mundo, discreción y no llamar la atención. Seréis adecuadamente recompensados.-

Tras lo que termináis el desayuno, y la carreta os devuelve al almacén del cuartel de la guardia.

25 de julio, caluroso día de verano, sobre las 12 de la mañana.

Vuestro turno.

Buri avanza, pero no coge la carta. Al fin y al cabo, no es un hombre con muchos bolsillos.

- Gracias por sus palabras, mi señor. El comandante seguramente hubiera podido salir sin nuestra ayuda, no dudamos para nada de sus habilidades, pero siempre que podamos ayudar a un compañero, estaremos allí.

Tranquilo, nos pondremos inmediatamente con la búsqueda de los traidores. Y sin llamar la atención. Esperamos que la recompensa si la llame, mi señor. -

Buri se queda mirando al conde. Le extraña mucho ese parecido "más que razonable". Normalmente, los humanos no suelen tener un parecido tan claro durante tantas generaciones, y eso pone en alerta los sentidos del enano. Sus nudillos se aprietan imperceptiblemente, como cuando un guerrero ve ante el un combate que puede llevarle a una más que digna muerte.

- He de suponer que su excelencia tiene alguna idea de por dónde debemos empezar, dado que me extrañaría sobremanera que no hubiese empezado las pesquisas ante la primera sospecha. Si pudiera darnos al menos un hueso por donde empezar a roer, avanzaríamos con más premura. -

Cualquier señor que se preciase debía contar al menos con uno o dos pajaritos que trajesen nuevas a su ventana, y seguramente el Conde contaba con varios. ¿Qué sentido tendría, pues, el lanzarlos a ciegas a la investigación? ¿Querría ponerlos a prueba? ¿Esperaba sus preguntas? Buri no quería empezar con una mano atada a la espalda. Tenían que resolver la situación rápidamente, y bien.

- Entiendo, también, que nuestra salida de Palacio ha de hacerse con la misma discrección que nuestra entrada, ¿verdad? -

La reunión había ido relativamente bien y había sido breve, el tiempo en el que estos tardaron en tomar el desayuno; realmente no sabía exactamente el porqué estaba tan buena, si era la comida de un noble o simplemente porque era "gratis". Por desgracia les dio más trabajo. Averiguar quien era el traidor o traidores no parecía ser una tarea del todo sencilla.

-Pues a no ser que alguien tenga algún tipo de idea o indicio por donde tirar, -comentó el mago mientras encendía su pipa- creo que estaremos dando palos de ciego un buen rato. ¿Alguien tiene alguna idea?. ¿Quién podría conocer el recorrido de la carreta?. No creo que todos sepan... quizás los de las Postas y algún encargado del tesoro... ¿Con quien vamos a hablar primero?.

- Comandante. Entonces, si vos seleccionasteis a los guardias... ¿Quién os recomendó a los mozos que resultaron ser cuatreros? -

Al final, la única persona que conocían en aquella disputa estaba frente a ellos, y era el mejor momento para sacarle información.

- Alguno habrá que se ocupare de la selección del personal civil, y digo yo que no cogería a los primeros que pasaren por la calle para tan valioso cargamento. ¿Sabéis si el cargamento se registró de forma diferente? ¿O podrían saber lo que llevaba solo con leer los libros de registro? -

El enano se puso fino en el desayuno, prácticamente no dejó tarta ni pastas sin probar y repitió varias veces el chocolate caliente. Estuvo callado y pensativo hasta que la carreta los devolvió a Intendencia.

Karel asintió a las preguntas de Buri -Saber quien contrató o recomendó a los civiles sería una gran ayuda para empezar la investigación, sin duda.

Se rascó la coronilla durante unos segundos, estrujándose el cerebro de una forma casi literal. -Comandante Carolis, ¿nadie ha empezado una investigación oficial o no oficial sobre el aunto antes de que se nos hiciera llamar? -preguntó curioso Karel.

La misión encomendada ahora era de espionaje, deberían encontrar la información que los llevara a descubrir quién estaba detrás del complot contra Ernesto "el bueno". Del Olmo asegura la carta que les da el señor de Fuenterrubiales, debía ocultarla bien para que nada los relacionara con él si llegara el caso de que los implicados sospecharan que el grupo tenía una misión secreta.

Yo con el comandante Carolis el grupo lo empieza a interrogar para que revele información sobre quién o quienes tenían la orden de reclutar civiles para el encargo que fue asaltado. Mientras esto pasaba Brent pensaba en la fachada que debían montar para no levantar ningún tipo de sospecha. Hacerse pasar por un grupo de aventureros que estaban buscando trabajo escoltando viajeros o pasar por un grupo de mercaderes que debían llegar hasta algún punto que coincidiera con la ruta del robo. Pero de momento esperaba las respuestas de Carolis.

Yorha no intervino ni durante el desayuno ni durante la explicación posterior por parte de Carduelo. El no había participado en la escolta de esa comitiva así que preferiría prestar atención a los detalles y así ponerse en situación.

- ¿Qué piensas de esto Brent? - le preguntó al humano que parecía muy avispado. - Según tengo entendido tu llevas toda la vida sirviendo aquí. Quizá puedas arrojar algo de luz ¿Te quedan antiguos contactos en la ciudad? Me refiero a rufianes de poca monta que no hayas encerrado con la promesa de que sean tus ojos y oídos en las calles.

Durante el desayuno Ernesto a penas presta atención a vuestras cuestiones, parece que tiene muchas cosas en la cabeza. Y más de una vez, uno de sus ayudantes le trae alguna carta o documento, o se lleva alguna misiva urgente, Pero un poco mas tarde, mira a Buri y le dice: -No se quien pueda ser el traidor, y si tratase de investigarlo con alguno de mis habituales ayudantes, tan solo eso serviría para saber que estoy tras el o ellos, y podríamos perder la oportunidad de capturarle o capturarles. Es por ese motivo que ustedes deben llevar la investigación, para evitar sospechas, y tratar de cogerles desprevenidos y confiados en su engaño. Luego continúa su frugal desayuno, mientras lee algunos documentos.

Cardeno es uno de los más importantes miembros de la guardia de la ciudad. Detrás de Marcus Barten el jefe y responsable, perteneciente a una de las más importantes familias de la ciudad, se encuentran los 3 comandantes, entre los que tan solo Cardeno no pertenece a la nobleza. Es considerado muy estricto, motivo por el que los más disciplinados, no pueden ni verle. Pero todos aquellos que han servido a sus órdenes, le consideran el mejor de los mandos. Cardeno tiene muchos años, y algunas características extrañas, dicen que se recupera con facilidad de heridas que a otros les causarían la muerte. Si a esto le unimos las historias que hablan de sus muchos, demasiados años de vida, es normal que muchos recelen de él. Pero es un gran amigo del señor de la ciudad, y tiene su máxima confianza. Motivo por el que suele ser el responsable de la carava anual que lleva los impuestos a la capital, como de muchas otras cosas.

Mientras os contempla, tal vez valorando vuestras posibilidades de salir con éxito de la misión que os han encomendado, algunos aprovecháis para tratar de obtener algo de información que os pueda indicar como empezar la tarea.

-Los muchos civiles que se contratan para colaborar en numerosas tareas son cosa de intendencia. Ahora mismo nos encontramos en uno de los almacenes y ahí fuera el edificio grande es el destinado a intendencia. Para saber quien pudo introducir a uno o más ladrones entre los civiles que formaron parte de la caravana tendréis que ir a ver a Joan Farco que fue el que se encargo, y el tendrá todo bien anotado. Es un buen tipo, aunque siempre esta abrumado de trabajo. Le encontraréis en el primer piso, preguntar por el y no tendréis problemas en localizarle. Pero recordad que debéis de ser discretos. 

La parte de atrás del cuartel de la guardia, esta formada por dos alas de almacenes que se abren a una plaza central, donde muchas carretas son inspeccionadas, mientras que otras son cargadas o descargadas. Y al fondo esta un gran edificio de tres plantas, que es la intendencia, y oficina para tasar todos los bienes que circulan.