Partida Rol por web

Ya habíamos comenzado con la investigación y no sería sencillo. Nadie querría admitir que cometió algún error en la contratación o que no fue suficientemente minucioso examinando a esas persianas que luego fueron ladrones.
Asentí las palabras de Cardeno y me mordí los labios antes de preguntarle nada. Por un momento por mi cabeza pasó la idea de que él podría sospechar de alguno de los hombres que él mismo había seleccionado, quizás alguno ayudó a los que se destaparon como ladrones….
Agarré los baños de mi camisa y tiré para eliminar las arrugas. Era una forma fácil de entretenerme para no meter la pata abriendo la boca — Ya que nos encontramos tan cerca, podemos hacer una visita a Joan Farco

Tras aquella charla al menos ahora tenía aunque fuera un leve indicio por donde tirar; algo que alivió bastante a Finn Lenguadeplata, el cual hasta ese momento se sentía como un pulpo en una mazmorra sin salida al mar; es decir, bastante perdido. Pero con esta nueva información las esperanzas volvían.

-Se me da bien eso de ver libros, -comentó Finn Lenguadeplata- pasé gran parte de mi vida rodeado de ellos; si pudiera ver los registros podría echar un vistazo si todo está en orden. Si alguien puede ayudarme a colar o directamente pedirle los libros para una inspección, eso ya sería como veáis.

- Estoy de acuerdo con la visita a los libros. - Dijo Buri tras analizar las respuestas 

- Creo que sería mejor ir en dos grupos. Primero vayamos y pidamoslos amablemente, a ver si nos los da. En caso de que se niege, podemos intentar distraerle para que el otro grupo eche un vistazo tranquilamente a los libros mientras nos enseña las dependencias... - 

Buri tenía muy mal recuerdo de las Caravanas asaltadas, y no iba a permitir que volviese a pasar de nuevo. 

Llevaba años recordando su error de juventud, aquel que le había hecho tomar los votos de matador. 

Seguramente había algo detrás de la selección de personal, y el enano no iba a dejarlo pasar. 

A Alaia no le hizo especial gracia la idea de Buri de espiar los libros en caso de que no se les permitiera el acceso.

-Preferiria evitar el segundo plan si es posible, no me hace mucha gracia engañar a la gente, aunque sea para conseguir nuestro objetivo, estoy segura de que podemos encontrar un metodo mas... etico.

Comentaría cruzandose de brazos.

-Por lo pronto, pienso que lo mejor es ir a ver a Joan Farco, como comenta Dalfrid, si esta tan atareado como comentan, es posible que buscase una manera de aligerar su carga de trabajo y ahi es donde hubo un error.

Diria finalmente mientras ponia las manos sobre sus caderas en jarra.

-Bien, bien bien -farfulló el enano- tenemos nuestra primera pista, espero que no sea un callejón sin salida.

Se giró hacia Buri y Alaia -Si nos pillan haciendo algo así... nuestra tapadera quedaría expuesta, en este caso creo que debería de ser una última opción.

Se mesó la barba pensativo -desde que me uní a la guardia he hecho algún que otro buen... compañero -dijo evitando decir "amigo", para él era una palabra reservada para pocos- quizás hablando con ellos podamos enterarnos de algún rumor sobre el asunto y conseguir otro hilo del que tirar -añadió mirando al grupo.

-Si nos presentamos los siete en el despacho de Farco podríamos levantar ligeras sospechas, ¿qué opináis?

Yorha se quedó expectante. El no llevaba mucho tiempo en la ciudad y sus contactos eran en la iglesia o el monasterio. Nada que ver con ladrones, bajos fondos o cualquier cosa parecida...

- Si queréis convencerles de que nos dejen ver esos documentos yo puedo intentar que razonen y no hagan demasiadas preguntas. Siempre y cuando no vayamos a mentir, claro está.

La duda era que quizá ir de cara no era la opción más discreta y esta investigando precisaba discreción y presteza por encima de todo.

Brent podría indicar al grupo de algún malviviente que quizá sepa algo, pero tendría que ser alguien diferente a él quien lo contactará ya que al presentarse en persona no tardaría en regar el rumor de la investigación sobre el particular.

—Yorha, seguro alguno de los rufianes que conozco  podría tener alguna pista pero si yo me encargo de ello seguro el rumor correrá rápido. Lo mejor será que otro ajeno al gobierno y a la ciudad se le acercaré simulando buscar información sobre otra cuestión persuadiéndole para que revele algún dato útil.

—Lo mismo podría pasar con Joan Farco —sigue hablando el viejo bribón—. Intentar llegar con alguna otra excusa que permita tener acceso a los registros y de allí recopilar los nombres de quienes participaron de la escolta del botín de los impuestos.

—¿Les parece? —finaliza el experimentado hombre mientras lanza unas buenas bocanadas del humo que ha sacado de su pipa.

Tras las palabras de Cardeno comenzáis ha pensar en cuales pueden ser vuestros próximos pasos, y aparecen dos criterios. Unos son partidarios de ir a ver al intendente que se encargo del registro de la caravana y otros podrían ir a la búsqueda de otras posibles pistas en la ciudad.

Cardeno que esta ya de lleno en sus preparativos, ya que en pocas horas saldrá hacía el norte, se fija un momento en vuestro grupo. Luego le pide papel y pluma a un escriba y escribe algo sobre una de las muchas cajas que hay en el almacén, en el que no estáis solos. Luego se acerca a vosotros.

-No he podido evitar escuchar vuestra conversación, os recomiendo que tratéis de ser lo más reservados que podáis. No sabemos quien pueda estar implicado, ni hasta donde puedan llegar sus ojos y oídos.- Os dice en voz baja. Luego os tiende la hoja que acaba de escribir.

-Habría preferido no abandonar Fuenterrubiales hasta dejar zanjado este asunto, pero no puede ser. Tal vez las cosas ya estén demasiado avanzadas como para evitar una guerra, pero mientras se pueda hacer, habrá que intentarlo. Tomad esta nota, en ella le indico a Joan Farco que os de acceso a los datos de la caravana que dirigí, ya que es necesario aclarar algunas cuestiones. Lamento no poder ayudaros más.- Y luego se despide y vuelve a los preparativos de su inminente viaje. 

Todos salís al exterior donde hay mucha gente, un montón de carros son inspeccionados, cargados y descargados, mientras muchos salen y otros llegan. Y aquí os separáis en dos grupos, uno se dirige hacia la ciudad y mientras que el otro se dirige al gran edificio de intendencia que preside la enorme plaza. 

A media noche, llegan a la taberna Brent, Buri y Karel, que pueden unirse al resto que aun están comiendo, bebiendo y cantando en una gran mesa. Todas las mesas del local están llenas de gente, y muchos de los parroquianos han bebido mucho más de lo que debían. Unos fuertes mozos han tenido que sacar ya a mas de uno a que le diese el aire y dejase de incordiar.

Estáis todos juntos en una taberna llena de gente, es un local de moda, tal vez por la buena bebida y comida, y es mucha la gente de la ciudad y de paso que llenan el lugar.

25 de julio, poco antes de la media noche.

Vuestro turno. 

Cuando llegaron los del otro grupo a aquella taberna/posada, Finn Lenguadeplata les indicó que se sentaran junto a ellos, pero no lo hizo tan solo porque era una persona amistosa, que lo era, sino por un motivo más que evidente pero que no quería que fuera demasiado "evidente".

-Me alegra ver vuestros ojos y oídos entre tantos ojos y oídos. -Comentó el hombre mientras miraba hacia los alrededores- Aunque no creo que quiera ver vuestras lenguas, por lo que sería mejor guardarlas y reservarlas para la comida. Y comed con la boca cerrada.

Con esta explicación sutil esperaba que fuera más que obvio lo que este quería decir. A fin de cuentas estos estaban actuando con cierto secretismo y en aquel lugar había claramente demasiados posibles curiosos de lo que fueran a hablar entre ellos, más aún si andaban haciendo preguntas a diestro y siniestro por la ciudad.

- No creo que me hayáis visto nunca comer con la boca cerrada, Maese mediano. - 

Dijo Buri mientras se astenia de decir nada relacionado con el. Tema que les había traído aquí. 

Esperaba que con eso, cualquier oído se desviarse de su mesa. Ya hablarían largo y tendido, pero el mago no parecía creer que este fuese el lugar oportuno, y Buri confiaba en su criterio. 

Me alegré de ver a todo el grupo reunido y esperaba con algo e de nerviosismo que hubiesen obtenido más información que nosotros. Cuando fui a hablar me quede con la boca abierta sin pronunciar nada ante el comentario de Finn — El día llega a su fin es hora de descansar los pies y llenar el estómago— Dije la primera estupidez que se me pasó por la cabeza para no quedar como una lela. Mire a nuestro alrededor pero en una taberna, con gritos, cánticos y gente disfrutando del ambiente, no se fijarían en ellos ¿O quizás si?

Karel bebía con calma, estaba sumido en sus pensamientos, ignoraba sin demasiado esfuerzo el jaleo y las reyertas de la taberna... comparado con una fiesta enana podría decirse que reinaba cierta tranquilidad.

Saludó con una sonrisa a los demás según se fueron incorporando a la mesa, quería contarles lo poco que habían averiguado y saber qué sabían ellos, pero entre la velada advertencia de Finn y que nadie se anima a ser el primero prefirió mantenerse en silencio y limitarse a hacer algún chascarrillo trivial mientras devoraba la cena que les servían.

-Bien, bien, bien -arrancó mientras terminaba la opulenta cena que se había metido entre pecho y espalda- parece entonces que hoy nos retiraremos todos temprano a nuestras habitaciones, ¿no? -dijo usando un tono de complicidad interrogativo.
 

Los ojos de Yorha sopesando el borde de su jarra dejaban ver su incomodidad. Al contrario que la noche anterior donde celebraban el estar todos reunidos y esperando una misión de importancia, ahora estaban callados por miedo a decir más de la cuenta y que algún oído indiscreto les oyera.

Por suerte Karel propuso retirarse pronto a las habitaciones. Cosa que el paladín estaba deseando para poder hablar libremente y poner en común lo que habían averiguado.

- Menos mal. - dijo dejando salir el aire en un suspiro de exasperación.

Apreciaba a todos y cada uno de sus compañeros pero los enanos eran directos y no se andaban con rodeos. El camino recto siempre era el más rápido, decían y bien cierto que era.

Una vez estuvieron todos juntos en un lugar más discreto y sin nadie cerca, Yorha comenzó a exponer lo que habían averiguando.

- Resulta que tuvimos acceso al libro donde se habían registrado aquellos responsables de contratar y organizar al grupo de mercaderes entre los que se habían encontrado los ladrones. - expuso para aclarar lo que habían ido a buscar. - Por desgracia la copia que estaba en intendencia había sido saboteada por alguien desde dentro. - dijo mirando a los otros tres que no habían visto lo sucedido.

- Por suerte Farco mencionó que había otra copia que estaría en poder de sus superiores al cargo, supuestamente sin sabotear esta vez y que volviéramos a intendencia por la mañana para investigarla. - terminó de explicar.

Solo esperaba que nadie intentara silenciar a Farco aquella misma noche, cosa que se calló para no meter más tensión en el momento con especulaciones.

La taberna solo sirvió como lugar de encuentro pues lo mejor era mantener la discreción sobre los asuntos que  ocupaba el grupo de aventureros. De esa forma disfrutaron nuevamente de las viandas, pasando como cualquier vulgar grupo que va a gastar las pocas monedas que han ganado ya sea apostando o bebiendo licor hasta perder la la conciencia.

Ya en un lugar con algo de privacidad el grupo se dispuso a revelar lo que habían recabado durante el día. Primero Yorha habló de como les había ido y de que deberían volver a la siguiente mañana pues el documento que encontraron había sido saboteado con lo que Brent apunta:

—Tengan cuidado pues seguro quien ha saboteado el primer documento sabrá que existe otro con la información y estoy seguro que no dudará en sabotearlo también o evitar que sea revisado por cualquiera que pueda descubrir a los implicados.

—Por otro lado —continua el viejo bribón cambiando ahora el interés en lo que su parte del grupo logró recabar— nosotros nos hemos enterado, por una fuente que me ha servido en el pasado, que una de las familias más pudientes de Fuenterrubiales estaría atravesando por severas dificultades económicas y es posible que tenga algo que ver con quienes han organizado el robo de los impuestos. Lo negativo es que no hemos podido saber que familia es la que está quebrada; indagamos con algunos sirvientes de varias casas pero ninguno nos pudo dar información sobre si sus amos pasen por problemas económicos graves. 

Buri estaba juntando las piezas de información.

- ¿Podemos saber qué familias nobles tienen a gente metida en la intendencia? Si tuvieron que sabotear el libro, lo más sencillo sería que lo hiciese alguien de dentro, que no dejaría testigos... -

Tal vez con eso pudiesen reducir un poco la lista de sospechosos, lo que ayudaría a ir estrechando el cerco

Durante la noche, tras reuniros todos en la posada “El leñador feliz” tomáis algo de comer, y durante la conversación, Finn os indica que tal vez el salón lleno de gente no sea el mejor lugar para hablar.

Brent cree distinguir alguien que esta pendiente de vosotros, pero cuando intenta fijarse, no puede distinguir a nadie. Por lo que tal vez, tan solo sea alguna cosa imaginada. Aun así, se ha mosqueado, tiene la sensación de que os podrían estar espiando.

Luego en la habitación que habéis alquilado os ponéis al día, y pronto os vais a dormir.

No ocurre nada destacable durante la noche.

Pasamos a la segunda escena de la aventura "Manzanas podridas"