Partida Rol por web

Eran pocas las veces en las que no teníais clara una estrategia en común para llevar a cabo una tarea. Llevabais a vuestras espaldas incontables millas, asaltos, negociaciones, combates, etc. y desde hace mucho tiempo juntos. Incluso empezabais a contar con las habilidades y las opiniones de los dos magos que os acompañaban en vuestra gesta y algunos veíais más luces que sombras en la magia arcana que aportaban al grupo.

Siendo así y tras una acalorada y alargada discusión, Helden solicitó a Karasten que utilizara su conjuro de teleportación. Como señaló el sabio mago, Helden ordenó a los más fuertes aupar a los más débiles mientras posaban su mano sobre la espalda del anciano mago y así todos podríais teleportaros al interior del campamento.

Sed raudos cuando concluya mi conjuro - dijo con tono serio -. Cuando aparezcamos allí dentro tendremos muy pocos segundos para ponernos en guardia.

Karasten comenzó a conjurar mientras mantenía su mirada fija en la carpa más grande, donde debía aguardar Kadda y muy probablemente también el filo que estábais buscando.

Vuestra posición era cuando menos estrafalaria, pero parece que todo salió bien.

Os encontráis en la carpa más grande del campamento. Ante vuestros ojos aparece quién sin duda es Kadda Starskull, la bárbara que ha provocado toda una rebelión auto proclamándose líder y profeta de Vatun. Desde su espalda sobresale la empuñadura de una espada cubierta en piel de ante. Sobresaliendo del pomo hay tres dagas ennegrecidas en forma de colmillos, debe tratarse de El Vértice, la cuarta Espada del Corusk.

A parte de Kadda, otras siete mujeres bárbaras y tres luchadores que hacen las veces de guardaespaldas ocupan la tienda.

Los ojos de Kadda se abren como platos al veros aparecer.

Pero... ¿¿¿Qué demonios es esto??? - dice en Lengua Fría mientras desenvaina su espada. Ahora que véis El Vértice en todo su esplendor, observáis más detalles. Su acero grisáceo es muy inusual y parece súmamente afilada.

¡Guardias, estamos siendo asaltados! ¡A las armas! - exclama finalmente mientras se prepara para la batalla.

Finalmente se decidió por la opción fácil, la de la magia. Maldita magia. A pesar de que todos estuvieran de acuerdo, no podía evitar recordar cómo te sientes cuando vas de un lado a otro de esa forma, pero aún así, agarrando fuertemente las hachas, apreté las mandíbulas y esperé.

Al cabo de unos segundos aparecimos frente a la zorra esa que había intentado acabar con nosotros sin embargo, debido al maldito conjuro tardé un rato en mantener el equilibrio y reaccionar ante la situación.

Una vez recompuesta del extraño desplazamiento temporal arcano, Ingrid se alegra sobremanera de que el poderoso sortilegio haya sido todo un éxito. Echando un vistazo a su alrededor para comprobar que tanto Suka como el resto de sus compañeros se encuentran en buenas condiciones, la druida albina replica a la paladín:

-¡Os equivocáis! ¡No somos enemigos ni venimos a hacer daño a nadie! ¡Detened esta locura, Kadda!

Si bien había sido difícil llevar cargada a uno de sus compañeros con su arma empuñada, Baern se las había ingeniado para hacerlo. Al notar que habían llegado, dejó caer su "carga" a un lado mientras también asía el pomo de su arma con la mano que, ahora, había quedado libre

Sin preocuparse por las palabras de Kadda, despuñés de todo Baern ya había  decidido que la bárbara no era confiable, el guerrero miró a su alrededor, tratando de asegurar, en su mente, la posición de cada uno de los presentes - Espero que no sean magas - no pudo menos que murmurar al observar a las mujeres - Los guerreros son una cosa, pero magos... - meneando la cabeza se preparó para atacar,  y defenderse, de cualquiera de los presentes.

Sabrala se sorprendió de lo fácil que le había resultado la transición esta vez, tanto que cuando aterrizó en la tienda comenzó un canto especial que no usaba demasiado a menudo... Esta vez no potenciaba las habilidades guerreras de sus amigos sino que era pura magia, una preciosa magia que llenó la tienda de luces de colores.

Kadda hizo oídos sordos a las advertencias de Ingrid y tanto ella como su guardia se pusieron en pie para intentar abortar el inesperado asalto.

Las bárbaras no parecían versadas en el arte arcano y dudábais de que tuvieran algún otro poder divino. Inlcuso Kadda parecía haber perdido su canalización con la divinidad a la que hubiera profesado fe en un pasado. Eso sí, la bárbara no podía desprender mayor carisma, su liderazgo era innegable.

Sabrala fue la más rápida en reaccionar ante la adversa situación, tratando de encantar a sus oponentes.

Fenestir se recuperó del viaje magico con bastante lentitud , mierda de magia siempre me deja atontada murmura con cierto cabreo por usar metodos poco naturales .

Helden aparece junto al resto de sus compañeros y saca su espada preparándose para el combate.
Centraos en Kadda. Si la liberamos de la espada puede que cese su locura.