Varias semanas después.
- Así pues, tanto Caleb como Aegon han decidido que les enseñes, Gandalf, a partir de ahora tienes dos discípulos. Deberás encontrar algo de tiempo entre tus vagabundeos para enseñarles. -
Miró al peregrino gris y añadió.
- Siempre dije que debes hacer como yo, que dispongo en Isengard de Orthanc, o como Radagast que tiene en Rhosgobel su cabaña y acceso al Salón de los Hombres del Bosque, tener un lugar para estos casos. -
Gandalf asintió, perdido en sus pensamientos.
- Cierto quizás cerca de la Montaña Solitaria, ahora que la Desolación de Smaug no es tan desolada, pueda encontrar un lugar oculto a los ojos del enemigo donde poder impartir las lecciones. ¡Un Hombre del Bosque expulsado de su hogar y un Elfo que aún retiene algo de la antigua magia élfica, curiosa combinación! -
¿Qué fue del otro elfo, Iorlas, se recuperó de sus heridas? -
Sonriendo, contesta. - Sí, aunque los tenía vigilados, jamás creí que un elfo fuera derrotado por una planta tras imponerse sobre orcos y huargos, el destino se mofa cruelmente de nosotros a veces, Gandalf. -
- Creo que esperaste demasiado antes de intervenir, Saruman. -
- Si, pero, ¿no fue curiosa la ironía? Un elfo expulsado de su hogar por los elfos fue rescatado por un hombre también expulsado del hogar, cualquiera diría que una voluntad en estos últimos tiempos tiende a juntar afines. -
Camina un rato y luego continúa. - Baldac al final decidió no salir, su caso es especial, pues no fue derrotado por la prueba, se retiró de ella. -
- Pero Iorlas deberá seguir en estudiando en Orthanc ya que no fue capaz de superar la prueba. -
Tanto Saruman como Gandalf se alejan hacia una tercera figura que está esperándolos un poco más alejada, aún queda mucho por hacer antes del siguiente concilio.
Baldac.
Baldac, al igual que Caleb era, y es, un hombre del bosque. También dispone de uno de esos enormes perros, Jambo. Influenciado por la magia de Saruman, al igual que los otros aprendices se preparó para iniciar la huida. Estuvo en la biblioteca y examinó el Valle del Mago desde la balconada de la misma, más no vio nada que le ayudara.
Mientras estaba en el salón, encontró un pasaje secreto que discurría por el interior de la torre. Allí encontró un amuleto, un pequeño colgante de diseño élfico. Una cadena de plata del que pende un diminuto farol dorado, en su centro sobre una varilla hay un zafiro de color amarillo. Al cogerlo y examinarlo descubrió que concentrándose podía hacer que el amuleto brillara y emitiera luz o que dejara de hacerlo.
En su vagabundeo por la torre, bajó a la sala de entrada, donde estaba la guardia. Al oír ruido y voces se escondió en las despensas, una amplia cámara que guarda las provisiones para poder alimentar a toda la torre. Esperó un rato, luego subió a su habitación y comió. Tras meditarlo profundamente, desiste en su intento de dejar la Torre y por ello falla en la prueba.
Iorlas.
Iorlas es un elfo del Bosque Negro expulsado de su hogar a causa de un desafortunado accidente. Como el resto de los participantes de la prueba inicia su periplo influenciado por la magia de Saruman. Se dirigió hacia abajo, a las cocinas, viendo pasar en la bajada a Caleb, se dirigió hacia las puertas. Caleb, que había conseguido salir vuelve a entrar en la torre con su perro Urko. Iorlas no consigue convencer a los guardias para que le dejen salir y cada vez están más suspicaces. Todo termina al final con una pelea, los guardias lo dejan inconsciente y fuera de combate, le quitan sus armas y lo encierran en su habitación.
Cuando recupera el sentido, consigue abrir la ventana y armándose de valor, lanza caída de pluma y se arroja por la ventana al vacío. Su magia funciona y desciende suavemente al suelo. Su bajada no ha pasado del todo desapercibida, pero usando su dominio de la magia de ilusión, distrae a los guardias del exterior y avanza hacia el muro interior de Orthanc, dando la vuelta al círculo de piedra en sentido inverso a las agujas del reloj buscando otra salida que no fuera la puerta principal.
Se las arregla para evitar el acoso de varios enormes lobos que estaban sueltos dentro del anillo de Isengard, avanzando con cautela y el sigilo propio de los elfos bajo los árboles que rodean Orthanc. Consigue de esta forma pasar por las puertas principales y abandonar el anillo de Isengard.
Desgraciadamente para él, mientras avanzaba por el valle del mago intentando despistar a los orcos cae en una astuta trampa de unas enredaderas carnívoras y es atacado por Enredaderas de la Muerte, que le estrangulan y le dejan inconsciente y apresado. Es hallado así por Caleb, quien consigue derrotar a las enredaderas. Mientras está junto al inconsciente Iorlas decidiendo que hacer, aparece Saruman, quien sin decir palabra recoge a Iorlas y lo lleva de vuelta a la torre. De vuelta en sus aposentos, el sanador principal de Saruman se encarga de que se restablezca, aunque costará varios días. Desgraciadamente, ha fallado también en la prueba.
Aegon.
Aegon entró en la prueba al igual que los demás, siendo él también un elfo del Bosque Negro, aunque dejó su hogar en mejores términos que Iorlas. De siempre tuvo cierta afinidad con la magia, más que los demás elfos. Cuando decidió emprender la huida se dirigió a la azotea donde escribió una carta a Lorien pidiendo asilo. Mientras estaba escribiendo la carta subió Saruman a la azotea, aunque pudo ocultar lo que estaba haciendo y cuando se quedó otra vez a solas enviar una paloma mensajera con la carta.
Bajó abajo a las despensas para coger comida. Ahí detectó una puerta hábilmente camuflada de forma que era casi imperceptible. Encontró el mecanismo pero no averiguó cómo funcionaba correctamente y lo dañó al abrir la puerta, quedando esta de forma que ya no cerraba como antes y era visible si se examinaba esa sección del muro. La puerta daba a un túnel oculto, dejando más o menos como estaba la despensa se introduce en él. El túnel le lleva al exterior, pero a medio camino un brillo le llamó la atención. Una moneda de oro, de la antigua Númenor. La recogió, sin saber aún que esa moneda es más de lo que parecía.
Sale al exterior y cruza el río Insen vadeándolo, intenta evitar a una patrulla de orcos, pero tropieza y el ruido consiguiente hace que le descubran y comienza un combate que casi acaba con su vida, pero consigue hacer huir a los orcos para poder retirarse el también. Consigue llegar al punto de reunión acordado en la misiva a Lorien, el pilar en forma de mano que marca la entrada al valle. Ahí es atacado por dos huargos, pero Carnil, un enviado de Lorien que venía a su encuentro para guiarle acude en su ayuda. Mientras se retiran una patrulla de tres orcos les intercepta pero se imponen y abandonan el valle rumbo a Lorien. En el maravilloso lugar se entrevista con Galadriel y Celeborn. A preguntas de Galadriel, decide su futuro y continuar sus estudios de magia, esta vez, bajo la tutela de Gandalf. Consigue superar la prueba.
Caleb.
Caleb es un hombre del bosque que dejó el salón de su pueblo por motivos conocidos sólo por él y como sus compañeros emprendió la prueba. Se dirigió hacia abajo en la torre desde sus aposentos, tras pasar por la sala de estar se dirigió a la puerta. Ahí intimidó a los guardias con mejor fortuna que Iorlas, que intentaría lo mismo poco después. Salió con la excusa de sacar a Urko, su fiel sabueso, a dar una breve vuelta. Ahí examino las patrullas del os orcos y vuelve a dentro. En la puerta se encuentra con Iorlas, a quien no le dejan salir los guardias. Tras dejarles se dirige a lo alto de la torre y examina el estudio de Saruman, aunque un terror irracional le impide acercarse al dormitorio de Saruman. Más tarde se encuentra al propio Saruman en el laboratorio que ofrece a Caleb participar en un experimento con un anillo que había creado Saruman, pero declina Caleb el honor.
Baja a las cocinas a comer, donde es servido por los criados sin más preguntas. Luego se dirige a la despensa a por provisiones para el viaje, donde detecta la puerta secreta mal encajonada que abrió Aegon. Decide prepararse y visita la armería y la tesorería. Tras conseguir con éxito superar las respectivas cerraduras se agencia en la armería de una espada que advierte como mágica. En la tesorería toma sólo algunas monedas de oro y plata para el viaje, unas pocas para que no llame la atención.
Baja a la despensa, abre la puerta y se introduce por el túnel que siguió Aegon antes. Encuentra restos de su combate con los orcos, pero sólo puede suponer que pasó. Más adelante en una arboleda cercana a la que se dirige advierte algo a lo lejos, se acerca a investigar y halla a Iorlas apresado por las Enredaderas de la Muerte. Tras un duro combate, las derrota y consigue rescatar a Iorlas, que está inconsciente, pero estable. Mientras decide que hacer aparece Saruman, que sin decir palabra se lleva al inconsciente aprendiz.
Después de la salida y el duro combate, busca un refugio y descansa durante varias horas hasta que es noche cerrada y prosigue de noche, consigue evitar a las patrullas de orcos y huargos y abandona el Valle del Mago. Se introduce en las praderas de Rohan, tras descansar al día siguiente en una granja parte en busca de su destino.
Este aparece de la forma más inesperada. Una noche Saruman aparece ante su hoguera y le comunica que ha pasado una prueba, y que debe elegir, si quiere ser mago y con quién debe proseguir sus estudios. Tras pensarlo Caleb, un tanto confuso, decide proseguir sus estudios de mago bajo la tutela de Gandalf.