Partida Rol por web

Aventuras en los Reinos Olvidados II

Capítulo primero. El secreto de Suzail.

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19/06/2014, 09:12
Banjeela

< No me digáis más, Maestro de la Oscuridad...-sonrió con tranquilidad mientras hablaba en Khondanzano; da gusto cuando existe esa relación profunda entre siervo infecto y señor de la mazmorra en la que sobran las palabras y uno sabe exactamente lo que desea el otro-Me ocupo del enano para que pueda servir en posteriores juegos. Me gustaría señalar que en las costumbres enanas, no llevar barba es un signo cultural de vergüenza que podría quebrar su espíritu en los últimos días de... Oh, veo que está ocupado, su Ilustre Malignidad. Me guardo mis observaciones para luego... >

Se acercó hasta Rordar. No tenía muy buen aspecto.

¿Ahora qué, cretino? Vas a hacerme pagar por la humillación que me causaste en la Academia. ¿Una ducha y cien libras de perfume? ¿En serio? Estuviste completamente fuera de lugar. Yo no sabía dónde esconderme. Y pensar que algún día todas esas chiquillas que formarán parte de la alta sociedad cormyta me habrán visto contigo... ¡Has arruinado toda mi futura vida social entre la nobleza de la capital, mequetrefe!

No. Banjeela recordó algo... Aunque todos los enanos se parecen, el causante de su humillación era el malnacido de Barundar. Rordar era inocente de ese pecado. Rordar era el enano bueno, el simpático. Con él había tenido largas chargas sobre literatura de baja calidad, y aunque era Banjeela la que llevaba el peso de toda la conversación, Rordar se mostró como un oyente fiel.

Banjeela se empezó a sentir mal...

No... No pasa nada. Ahora le curo y... y... quizás le pida al Amo que le perdone la vida.

El cuerpo del mago cayó al suelo sin vida. Era casi como si Banjeela hubiese sido responsable de su muerte. Aquel intelectual estaría en una biblioteca de Cormyr si Banjeela no le hubiese arrastrado a toda esta locura del Secreto de Suzail.

¡¡¡NOOOOOOOOOO!!!

Era una locura. Desató el látigo. No tenían ni una sola posibilidad de ganar. Brazo atrás. Todo el mundo sabe que los dragones son invencibles. La punta del látigo restalló diez pies por detrás de ella antes de volver hacia adelante. La lucha no tenía sentido.

Fiuuuuuu fissssssht...

La punta del látigo se enroscó en la pata del dragón, y la semielfa tiró con todas las fuerzas de una damisela en apuros. No se movió ni un ápice.

¡Qué alguién me ayude a tirarrrrrrr!

- Tiradas (2)

Notas de juego

Quedan 4 asaltos de inspirar valor.

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19/06/2014, 14:03
Ark

trato de ponerme detrás de Bronas , para intentar que el dragon no pueda atacarme y le lanzo un nuevo curar rezando porque el dragon piense que es una contienda peligrosa y que se esta jugando algo am que el pellejo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

pregunta estoy la lado del cuerpo caido de Garius no? podria coger con la accion de movimiento la varita que llevaba?
7 puntos para Bronas si no me descuajeringan el conjuro

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19/06/2014, 15:20
Silbido

Otro más había caído, ¿o eran dos? ¿Cuántos quedaban en pie? Sus compañeros de carnicería estaban difuminados, en segundo plano. Solo las oscuras escamas del dragón eran claramente visibles para la joven arquera.

Un paso tras otro, Silbido seguía rodeando al monstruo, buscando los huecos entre sus escamas, la flecha colocada y la cuerda en tensión, tirando dolorosamente de los músculos de su brazo y su pecho. Lo encontró a medio camino entre dos pasos, a su espalda, donde la cola nacía y mostraba la debilidad, flexionada, a punto de estrellarse contra alguno de los que todavía luchaban.

La flecha de madera recorrió el breve espacio que los separaba, alojándose en la blanda carne entre las placas de la armadura.

- Tiradas (3)

Notas de juego

8 daños más. En el asalto anterior olvidé sumar el daño del inspirar coraje, así que serían 9.

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19/06/2014, 20:46
Barundar de Mithril Hall

Un golpe me dejo seco, todo se nublo y lo último que pense fue en agarrar mas fuerte el hacha, en un odio que me recorria hasta los pelillos de la barba, en muerte, en locura...

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20/06/2014, 13:46
Director

Turno 62.

Otra de las flechas de Silbido se clava dolorosamente en el cuerpo sinuoso de la criatura, que lanza un rugido terrible. Ya debe encontrarse a la mitad de sus fuerzas, pero todavía tiene muchas posibilidades de acabar con vosotros, y se lanza mortal contra el bárbaro para acabar con el que considera el oponente más peligroso.

Aterriza sobre él rasgando y cortando en un frenesí mortal, salpicando sangre en todas direcciones, y al mismo tiempo que cae tiene tiempo para proyectar su cuello en una dentellada contra Ark, que está conjurando para sanarle. El astuto monstruo le alzanca en el pecho, lanzándolo para atrás y desbaratando la magia que hubiera levantado a Bronas del suelo. Ark, sin embargo, todavía puede coger del cadáver de Garius lo que desee con su acción de movimiento.

Banjeela, en un inusitado ataque de decencia, lanza su látigo contra la pierna de la bestia, que enfoca hacia ella sus ojos rojos cuando nota enroscarse el arma. La joven aposta bien sus pies sobre el suelo, mientras la bestia intenta moverse sin éxito de donde se encuentra, atrapada por la joven bardo.

Es vuestro turno... ¡y vuestra decisión!. ¿Qué haréis?.

 

- Tiradas (9)

Notas de juego

Piticlín, piticlín.

Bronas gana 30 Px

Silbido gana 30 Px

Ark gana 30 Px

Banjeela gana 30 px

Rordar está un poco muerto

Garius gana 0 Px

Barundar gana 30 Px

Experiencia.

Bronas: 5.340 + 30 = 5.370 Px.
Silbido: 5.500 + 30 = 5.530 Px.
Ark: 4.960 + 30 = 4.980 Px.
Banjeela: 3.605 + 30 = 3.635 Px.
Rordar: Clavelitos, clavelitos...
Barundar: 2.965 + 30 = 2.995 Px.
Garius: 3.400 + 0 = 3.400 Px.

Notas.

Banjeela ha sufrido 1 daños en la pierna derecha, 1 en el hombro y está envenenada (-9 Con, lo que suponen 10 daños más)

Bronas ha sufrido 1 daño en el hombro + 7 daños por mordisco dragonil en el hombro, + 17 daños por arma de aliento (ácido), +17 daños por garras y alas en este asalto. (Está en -5 y bajando).

Silbido ha sufrido un corte en el cuello por 1 daño.

Rordar ha sufrido 3 daños por golpetazo en la nariz, y 17 daños por arma de aliento (ácido), y en principio ha muerto O_O (-10 Pg).

Ark ha sufrido 4 daños por corte en el antebrazo, +3 daños por garrazo en hombro, +8 en el pecho.

Barundar ha recibido 17 daños por arma de aliento (ácido) + 10 daños por mordisco y alas, (está en -6 y bajando).

Garius ha recibido 17 daños por arma de aliento, ha caído y está en -5.

Aviso

Próximo turno el lunes 24 de junio del año de nuestro señor de 2014.

Iniciativas.

Silbido 22.

Bastet 20.

Garius 19.

Barundar 16.

Rordar 11.

Banjeela 8.

Bronas 6.

Ark 1.

Enemigos.

Bastet. 55 daños.

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20/06/2014, 18:02
Silbido

No era la primera vez que lo veía caer. Junto a la posada, a las afueras de Suzail, cuando luchó mano a mano contra el enorme huargo, una bestia incluso mayor que el dragón al que se enfrentaban ahora, pero mucho, mucho menos temible. Pero nunca antes con tal facilidad, y su oponente todavía dispuesto a luchar.

Y no solo Bronas. Todos, casi todos.

Silbido soltó la flecha a destiempo, haciendo que se perdiera más allá del dragón.

Deja de pensar y céntrarte, joder.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hostigando. CA 17.

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21/06/2014, 11:43
Banjeela

Pmpttttttth...

A Banjeela le estaba costando mucho mantener el tira y afloja con el dragón, pero era una chica culta con ciertos conocimientos matemáticos sobre palancas y poleas. Con una mano desenvainó el sable y lo hundió en una grieta en la pared. Con el látigo pasando por encima de la parte roma de la hoja, ahora ya no tenía que tirar en horizontal en igualdad de condiciones: ahora podía dejarse colgar para sumar a la fuerza de sus brazos el peso de su acomplejado culo.

Mírame, mamá. Todos esos años diciéndome que comía demasiado, que toda la mantequilla y la panceta terminaba en mis caderas... ¡Gracias a mi grasa sobreviví al frío de los Picos del Trueno y puedo plantarle cara a un dragón! Awfff... ¿A quién quiero engañar? Si me hubiese cuidado mejor habría sido lo suficientemente esbelta como para pescar marido. La Banjeela delgada seguiría viva y con una buena vida a los veintiocho, pero yo no veré el amanecer de mañana.

¡Un poco más! Mphf...

Con una mano tirando del látigo, deslizó la otra a una bolsa de su cinto. Anhelaba en sus últimos minutos de vida sentir el reconfortante tacto del oro, aquellas monedas que tanto le costó conseguir, y que nunca tuvo el tiempo suficiente para gastar. Debió haberlas enviado a mamá antes de emprender esta misión suicida. Así mamá podría haber abandonado la inhospitalaria Sembia y con el dinero comprar un pequeño terreno en un lugar con vecinos más tolerantes, y así...

¡Ay!

Se pinchó. La yema de su dedo lloró una minúscula lágrima de sangre. Se había equivocado de bolsa, y en vez de las monedas había tocado un abrojo. Eso le dió la idea. Volvió a meter la mano en el saquillo, tomó un puñado de tachuelas puntiagudas y las arrojó a los pies de Bastet.

Te gusta dar garrazos, ¿eh, enorme bolso de cocodrilo? Pues a ver si tienes criadillas para levantar otra vez las zarpas del sitio sin saber cuando las vuelvas a poner en el suelo si vas o no a pincharte. Mamarracho. Que eres un mamarracho.

Notas de juego

Quedan 3 asaltos de inspirar valor.

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21/06/2014, 13:28
Ark

- Puede que acabes con nosotros Bestia , pero como a todos los tiranos , serán tus siervos los que te derroten. Nosotros les hemos mostrado el camino haciéndote sangrar. Unos simples humanos. Fíjate bien en sus miradas , en sus gestos..., ya no hay adoración , solo la mirada inteligente de quien ve una salida. Ellos te derrocaran Y yo lo veré desde el reino bienaventurado , sentado a la vera de mi diosa. Una deidad real y no ficticia como tu . FARSA.

Notas de juego

uso la varita sobre Bronas ( que no me va a dar tiempo ) y me separo para soltarle la parafada. No describo nada porque no creo que me de tiempo a decir nada XD pero ahi queda

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23/06/2014, 22:00
Bronas

El norteño respira trabajosamente, con su abultado pecho subiendo y bajando bajo la plancha de metal que conforma su coraza.

La sangre gotea por las múltiples heridas que le ha causado el formidable enemigo, siendo la más escandalosa el mordisco en el cuello que hace la que mitad de su coraza luzca carmesí.

Por esas heridas el norteño no logró golpear con la suficiente certeza al enemigo en su último golpe, pero si volvía a fallar no habrá otra oportunidad...

De nuevo el norteño arremetió contra el dragón, quien también parecía muy debilitado por los múltiples ataques que el grupo le había propinado...

-Te veré junto a Tempos, ¡mal nacido!

- Tiradas (1)
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25/06/2014, 19:52
Barundar de Mithril Hall

Odio, y mas odio...

- Tiradas (1)

Notas de juego

No recuerdo de cuanto era la tirada de estabilizarse uno solo, asi que dejo la tirada.

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29/07/2014, 11:50
Director

Turno 63.

La situación es desesperada. El cadáver de Rordar yace devorado por el ácido del terrible arma de aliento del monstruo, mientras Garius y Barundar agonizan en el suelo. Bronas, apenas en pie, sigue intentando mantener el embite del dragón, y a su lado Ark se dispone a sanar sus heridas. Banjeela ha conseguido atar la punta de su látigo en la garra de la criatura, y Silbido se mueve a su alrededor, lanzando flechas contra su corácea piel.

En este mismo momento, bañada por la luz de algunas antorchas y por los rayos del sol que entran desde la entrada de esta funesta cueva, lanza uno de sus mortíferos proyectiles, que se rompe con un chasquido sin conseguir penetrar la dura coraza. Es el turno del monstruo, que herido y en un frenesí de odio se lanza rugiendo contra Bronas y Ark.

El bárbaro intenta partir en dos el lomo de la bestia, pero su terrible golpe a dos manos solo alcanza el aire, y la criatura le dribla y le lanza un terrible mordisco que enjarcia los músculos de su hombro, para luego lanzarlo con un movimiento de látigo a través del aire. El mejor guerrero del grupo termina en el suelo, inconsciente, mientras Bastet se encara a Ark.

Una nube de garras y alas atrapa al pobre clérigo, que termina cayendo en el suelo inconsciente, cubierto de cortes sangrantes.

La bestia se gira y mira torvamente a Silbido y a Banjeela, que lanza abrojos por el suelo y se cuelga del látigo intentando, (sin mucho éxito), hacer caer a la bestia. Ambas escuchan una voz terrible en su cabeza; "Soltad vuestras armas. A vosotras puedo utilizaros".

- Tiradas (7)

Notas de juego

Piticlín, piticlín.

Ya que más da...

Experiencia.

Ya que más da...

Notas.

Banjeela ha sufrido 1 daños en la pierna derecha, 1 en el hombro y está envenenada (-9 Con, lo que suponen 10 daños más)

Bronas ha sufrido 1 daño en el hombro + 7 daños por mordisco dragonil en el hombro, + 17 daños por arma de aliento (ácido), +11 daños por garras y alas, +9 daños por mordisco, (-8 y bajando).

Silbido ha sufrido un corte en el cuello por 1 daño.

Rordar ha sufrido 3 daños por golpetazo en la nariz, y 17 daños por arma de aliento (ácido), y en principio ha muerto O_O (-10 Pg).

Ark ha sufrido 4 daños por corte en el antebrazo, +3 daños por garrazo en hombro, +8 en el pecho, +14 por una garra y dos alas. (-8 y bajando).

Barundar ha recibido 17 daños por arma de aliento (ácido) + 10 daños por mordisco y alas, (está en -6 y bajando).

Garius ha recibido 17 daños por arma de aliento, ha caído y está en -5.

Aviso

Próximo turno el jueves que viene, si no lo solucionamos ya en off topic...

Iniciativas.

Silbido 22.

Bastet 20.

Garius 19.

Barundar 16.

Rordar 11.

Banjeela 8.

Bronas 6.

Ark 1.

Enemigos.

Bastet. 55 daños.

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29/07/2014, 15:02
Bronas

Treméndamente herido, parcialmente desfigurado por el abrasivo aliento del dragón, con las terribles heridas causadas por el mordisco y los zarpazos del enemigo, el norteño enarbola una vez más su espada calishita para continuar con el combate, embebido en el mar de furia que le inunda.

Pero antes de que el golpe logre alcanzar con eficacia a su terrible rival, un mordisco de este le desgarra el cuello por encima de la coraza y por debajo de su mentón, tal violencia tuvo el mordisco que con la inercia del mismo el norteño es derribado a un lado para ahogarse con su propia sangre, aferrando con el último aliento de vida la empuñadura de la cimitarra que encontrara allá en las montañas.

Los ojos azules del norteño visualizan los últimos meses que han formado parte de su vida, el combate con los guardia, el río Ashaba, los trasgos, orcos y osgos de las montañas, los cansinos acólitos zombificados, los esqueletos y los demonios del templo, el conde Drago, el ogro, los orcos y los wargos de los últimos días. Sin lugar a dudas muchos han sido los desafíos afrontados, y superados en nombre de Tempus, tal vez no suficientes para que ese le bendijera con el cambio a oso con el que marcaba a los líderes de los Pielescarcha, pero tal vez sí para que le aceptara en el más allá para aguardar a la batalla del fin de los tiempos. Pero no solo esto, varios fueron quienes le acompañaron en esa corta vida llena de aventuras Ark, quien tanto cambió durante los mesos, la dicharachera mestiza con su pragmatismo, Ugdush el cobarde, la pelirroja elfa que desapareciera en las montañas, la siempre autosuficiente y llena de sentido común Silbido, el desfigurado elfo tartamudo, y los peculiares enanos. Una vida intensa, sin lugar a dudas.

Una sonrisa manchada de sangre se dibujó en sus labios, tirado sobre su capa blanca de wargo y el charco que se formaba con su sangre, satisfecho con su vida y tal vez recordando la noche pasada con Dalia de la Puertaoeste... Y con esa sonrisa en sus labios, y la sangre brotando de sus heridas, el norteño exhaló su último aliento.

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29/07/2014, 19:20
Banjeela

¿Qué arma? Yo no veo ningún arma... Glups. ¿Os referís a esto, oh, Gran Sierpe de Ébano?-Banjeela suelta el látigo-Jijijiji... Tenía que fingir que estaba con ellos hasta que terminara el combate, cosas de psicología inversa y así. Ehm... ¿cuántos más luchasen, más seguros se verían en sus posibilidades? Sí, eso. Cof, cof... Y con esa falsa confianza, terminaron bajando la guardia... Tal y como planeé.

¡Póstrate, estúpida, antes de que se le vaya el buen humor!

Y se postró, arrastrándose por el suelo como una vil comadreja sin honor ni orgullo. Fue dando reverencias a los pocos según se iba acercando a la bestia.

Muchísimas gracias por esta oportunidad, Excelentísima Magnificencia del Indulto. Para mi amiga Silbido y para mí será todo un honor convertirnos en peones útiles a vuestros planes.

Con muchísimo cuidado y delicadeza, deslió la punta del látigo de la garra de Bastet. Ahí, tan cerca, tuvo ocasión de ver de primera mano los tajazos que había propinado ese malvado, malvado, malvadísimo descendiente de gigantes.

Oh, permítame mitigar su dolor, Aclamadísimo y Victorioso Campeón Invicto-y Banjeela conjuró en las heridas la habilidad que había copiado de Ark-. Lamentándolo mucho, mis energías mágicas acaban aquí, pero Ark y Garius saben hacer lo mismo. Yo les enseñé. Si les damos tiempo a recuperarse, el Amo podrá sanar antes sus heridas gracias a la magia de ese par de ovejas descarriadas.

Además, quisiera señalar, que Garius es de cuerpo delicado y cara lampiña. Con un vestido y poca luz podría servir para muchas de las tareas de las que se puede ocupar una mujer...

Y sé que quizás no es tema para tratar en estos momentos, pero es importante. En Cormyr saben que las muchachas están aquí. Si no enviamos a nadie-dijo señalando los cuerpos de Bronas y Barundar-a desmentirlo con alguna historia creíble, eso podría traernos problemas. Alguien debe volver a la ciudad y asegurar y perjurar ante las autoridades que la pista era falsa y que nada se sabe del paradero de las muchachas, o los nobles se pueden plantar aquí con un ejército.

Espera...

Yo mismo serviría para esa tarea, mi Señor de Dentadura Perlada. Esos dos pueren morir, ya me encargo yo de hacer de emisaria...

¡Maldita sea! ¡Tarde! Entre su interés por mí como mujer (lo cual es de todo comprensible) y mis recientes demostraciones como sanadora, yo sería la última sierva de la que el dragón querría desprenderse.

- Tiradas (2)
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31/07/2014, 01:14
Silbido

Cuando lo que debía ser la voz del dragón sonó directamente en el interior de su mente, la muchacha, sin apartar la mirada del monstruo, relajó sus ojos para volver a abarcar el escenario del combate.

Uno… contó los cuerpos de sus compañeros que todavía se mantenían erguidos.

Una solamente. Banjeela, que en el último momento, a pesar de sus heridas, el veneno de los sapos y su propia cobardía, se había unido a la contienda, enlazando una de las patas del dragón en el extremo de su látigo. Era un milagro que la pobre mujer no se hubiera ido al suelo, tratando de derribar a una criatura que probablemente multiplicaba su peso.

Los enanos yacían en el suelo, uno de ellos sin duda más allá de la salvación, con el pecho derretido y el corazón detenido al descubierto. El elfo había caído boca abajo, como si quisiera ocultar el rostro quemado en la tierra. Ark, el que la había traído en varias ocasiones de regreso desde el borde de la muerte, descansaba sobre un charco de su propia sangre. A Bronas, a quien solo una vez antes había visto caer en batalla, tras acabar con una enorme bestia, solo se le reconocía por su enorme silueta.

La semielfa había perdido el coraje con tanta rapidez como lo había encontrado. Antes de que Silbido tuviera ocasión de reaccionar, estaba postrada de hinojos, arrastrándose hacia la bestia, inclinando la cabeza hasta la tierra húmeda.

El dragón estaba herido. Acostumbrada la visión ya a la oscuridad, podía distinguir el líquido vital de la criatura fluyendo de las heridas recibidas. Pero no era suficiente. Sola, no podía acabar con la bestia.

No podía devolverles la vida a los que la habían perdido, ni la salud a los que morían alrededor de la sierpe negra.

Podía soltar la flecha y enfrentarse a la muerte junto a los demás, o soltarlo, como le proponía el monstruo, y esperar su oportunidad — ¿oportunidad para qué, gilipollas? ¿para vengarte?—, aprovechar la oportunidad de sobrevivir que le estaba ofreciendo.

Miente. ¿Qué pasa si miente? Si nos mata aquí no puede sacrificarnos, como a las otras chicas.

Si huía, el dragón la alcanzaría, elevándose sobre la tierra con sus alas, y caería sobre ella en una nube de garras y dientes. O enviaría a sus súbditos a cazarla como uno de los cientos de animales que ella había cazado.

Debería haber muerto hacía media vida, cuando los hombres llegaron y mataron a padre y a todos los demás. Esta vez, podía decidir cómo morir.

Las yemas de los de Silbido se tornaron blancas alrededor del ástil emplumado. Los músculos de la espalda de su espalda se tensaron, anticipando el lanzamiento.

La mano que sujetaba el brazo del arco se abrió, y el arco salió despedido hacia atrás, golpeando su antebrazo como un látigo. El arma cayó al suelo, la flecha resbaló de entre sus dedos y se clavó en la tierra.

Habían sido demasiados años sobreviviendo. Su propio cuerpo le traicionaba. No era capaz elegir la muerte cuando se le presentaba una esperanza, por ínfima que fuera. El orgullo que la había impelido a arrancar a Gina de las manos de los orcos se había esfumado.

Desató las correas del muslo y la espalda con manos temblorosas, y dejó que el estoque y la aljaba que guardaba sus flechas descendieran junto con su arco.

Bajó la mirada, se mordió el labio inferior y apretó los puños contra sus caderas. Ella no podía hablar, ni suplicar por su vida como Banjeela. Solo tenía ganas de echarse a llorar, como no lo hacía desde que era capaz de recordar.

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31/07/2014, 03:10
Ark
Sólo para el director

Jajaja no vale el 10% de arriba. Jo que me mondo.

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