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AVENTURAS EN VALSORTH. Parte - 1.

EL MUNDO DEL REINO DE LA SOMBRA

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11/05/2015, 21:52
Narrador

Regiones

El mundo de Valsorth es un vasto continente que abarca desde los Océanos de Dunas hasta las abruptas montañas Kehalas, con los bosques élficos de Shalanest alzándose como una barrera entre las frías tierras del norte y los desiertos del sur. En este libro, nos centraremos en la parte noreste, introduciendo tan sólo el resto de territorios, que serán detallados en siguientes de El Reino de la Sombra.

LLANURAS GRISES

Una eterna extensión de lomas desnudas y áridas ocupa el centro del continente. Se trata de una región desolada, en la que pocos pueblos se han establecido debido a la dureza de la vida en ella, de modo que un viajero puede pasar días y días en las llanuras sin encontrarse con nigún otro ser vivo y tan sólo vislumbrando el raquítico perfil de algún árbol reseco. Los pocos viajeros que se adentran en las llanuras suelen seguir la calzada que atraviesa el continente de este a oeste y que une Teshaner y Portamar, dos de las ciudades humanas más importantes de Valsorth.

El clima es duro en estos parajes, con veranos sofocantes y secos en los que es difícil encontrar un sombra donde protegerse del sol, e inviernos fríos, con fuertes vientos del norte que hielan hasta los huesos. En el mismo centro de las llanuras se abren las ciénagas de Hianta, un traicionero páramo de marismas anegadas en barro y lodo al que pocos osan acercarse. Más al norte empiezan las estepas, donde la nieve no cesa de caer durante el invierno, helándose debido al frío y cubriendo el suelo pedregoso con placas de hielo resbaladizo.

El único pueblo que considera estas extensiones como suyas son los elfos grises, bandas de nómadas que sobreviven gracias al pillaje sobre las caravanas que atraviesan las llanuras. Pero no son los únicos peligros que uno puede encontrar aquí, manadas de perros salvajes atacan a los viajeros solitarios, así como otras criaturas mucho peores que se ocultan en lo más profundo de las llanuras, en ruinas y templos erigidos en los albores de la Historia.

 

BOSQUES ÉLFICOS

Los dos bosques de Shalanest figuran entre los parajes más bellos de todo Valsorth, una explosión de verdor y naturaleza, con sendas que discurren entre árboles altos como torres. En un principio, ambos bosques compartían su belleza, sin embargo, desde la invasión de los Caballeros de Stumlad que provocó el abandono de Shalanest Occidental, éste se ha convertido en un lugar tenebroso, rehuido por los elfos pues sólo los muertos y los espíritus habitan ahora allí.

Sólo Shalanest Oriental muestra la belleza de antaño, con su capital Litdanast como prueba y último vestigio del antiguo señorío de los elfos. Edificados en lo alto de los árboles, palacios de madera cubren el techo del bosque entre las copas de los árboles, unidos por numerosos puentes y pasarelas que comunican las viviendas. Por contra, Shalanest Occidental ha caído en desgracia. Su capital, la ciudad de Dalannast, fue edificada bajo tierra, en una red de galerías y estancias con las viviendas excavadas en la misma roca. La belleza de las mansiones de piedra, adornadas con miradores y balcones, se perdió con la caída del reino elfo de las profundidades, que no es ahora más que una gran tumba.

Una eterna primavera reina en estos bosques, un clima agradable donde los árboles siempre están rebosantes de frutos. Por desgracia, el lento declive de los elfos les ha obligado a dejar grandes extensiones de sus bosques sin cuidados, lo que ha producido que todo tipo de malas plantas y criaturas se apoderen de esos parajes.