Al oír a mis compañeras aproximarse inmediatamente me puse tensa y traté de mirar para todos lados en busca de una forma para poder ocultarme a tiempo o dar una excusa. Estaba entrando en pánico por un momento, al menos hasta que el guiño de Tanukime me ayudó a relajarme y me hizo recuperar la calma. Sonreí, tranquila, y di la espalda a la puerta mientras mantenía mis ojos cerrados para concentrarme.
¡Estaba de espaldas! Y la verdad es que me mantuve un buen rato así, sin mirar a nadie, arrodillada, casi como si estuviese buscando alguna cosa en el suelo, aunque eventualmente me levantaría y voltearía para ver a mis compañeras recién llegadas. ¿En mi mano? Ese collar de aspecto tribal que solía tener oculto entre mis ropas.
-¡Tanukime está sano ya!-
Exclamé con ambas manos juntas y una sonrisita leve, aunque esta duró apenas un par de segundos antes de tornarse en una expresión mucho más seria y asentir a las palabras de Grettel, aprovechando de ajustar a la rápida las cosas que ella me trajo.
-Tenemos que ir...-
Me pongo mi poncho no sin sentir una extraña sensación de calidad. Será por haberlo llevado Grettel sobre su cuerpo casi desnudo... O porque es mi única prenda seca. Vete tu a saber.
- Sugeriría planificar la formación de avance antes de empezar a entrar en sitios peligrosos. Si bien tengo una sugerencia, pero dado que la última no fue del todo bien recibida y que el combate no es mi campo de experiencia, dejaré que los expertos decidan - en mi voz no se detecta atisbo alguno de sarcasmo.
Me voy dirigiendo a la salida con todo mi equipo. Si hay ya alguien en camino, le sigo
Todavía esperando en el pasillo a que salieran, con gesto impaciente y sonrisa apagada ensimismada en mis pensamientos y oyendo de fondo las palabras de mis compañeros.
Escuchando unos pasos saliendo de la habitación y viendo a Tanukime moverse, me doy media vuelta y me pongo en marcha
Al terminar de alistar mis cosas inmediatamente tomé una larga bocanada de aire, mirando a mis tres compañeros mientras me pasaba una mano por la frente, como si me quitase algunas gotas de sudor. ¡Estaba nerviosa! Se me notaba por mucho que intentase ocultarlo y de que tratase de verme segura mientras sostenía la pesada maza que llevaba en mis manos.
-Yo tampoco tengo mucha experiencia en combate, pero si se trata de un yokai peligroso tal vez no haga falta...- Bajaría mi mirada a la maza... Si estuviese 100% segura no la estaría llevando conmigo. -¡Pero!... Aún así no creo que esté mal que digas tu sugerencia antes de entrar.-
Miré a Grettel un momento, ¿Diría algo ella? No lo parecía... Entonces... ¿Juliette? Ladeé un poquito la cabeza, esperando tanto su respuesta como que comenzase a moverse para moverme yo.
Con Tanukime recuperado, y todos preparados... no quedaba más que ponernos en marcha. Sin embargo, antes de que saliéramos... Tanukime dijo aquello.
Formación de avance...
Aquello me recordaba a las intrucciones de la academia. Hacer una formación de avance siempre estaba bien... pero, siendo sólo cuatros... Dudaba de que tuviera mucho éxito, a no ser que lucháramos en un especia cerrado y angosto. Aun así, di mi sugerencia al respecto.
—Grettel podría ir delante contigo, Tanukime. Ambos habéis visto al monstruo: sabéis cómo es, cómo viste y la dirección que tomó —hice una pequeña pausa antes de proseguir—. No os costará tanto como a Uzumi o a mí rastrearle. Además, mientras que Grettel es buena combatiendo, y podrá frenar al enemigo en caso de que ataque de frente, tú eres... o deberías ser... bueno avistando y percatándote de trampas y esas cosas, ¿cierto?
Aquellas últimas palabras las dije acompañadas de un gesto desdeñoso de la mano.
Tras ello, miré a Uzumi.
—Tú debes estar en el medio —le dije a ella, en un tono de voz más amable—. Eres la sanadora del grupo, y por lo tanto quien en menos peligros debe estar expuesta.
Finalmente me encogí de hombros y miré al grupo.
—Y yo iré atrás. Por lo que habéis contado, ese monstruo parece ágil y sigiloso... Podría atacarnos por la espalda y... no queremos que eso ocurra. Alguien debe encargarse de proteger la retaguardia, y soy la más adecuada para ello.
Ese era mi planteamiento. Si alguien no estaba de acuerdo, era el momento de comentarlo... pero sólo esperaba que no perdiéramos mucho más tiempo en estos asuntos y partiéramos cuanto antes.
—Bueno... ¿en marcha?
-"Mejor planteado, imposible" dice Grettel, escueta y secamente, volviendo a guardar silencio y encabezando la comitiva,hacia donde lo habíamos dejado.
Asiento con la cabeza y me coloco próximo a Grettel
Encabezando la compañía hacia donde nos dio plantón el malhechor, vuelve a mí la dichosa canción que no puedo quitarme de la mente, que vuelvo a tararear:
-"Cierra los ojos y oculta los pies.
-Que viene el coco.
-La luna escondida ya no la ves.
-Que viene el coco. . . . . .
Al llegar al sitio, señalo por donde se escapo.
-"Preparados para entra a lo desconocido." Los ojos de Grettel reflejan emoción al darle el reflejo de la Luna