Partida Rol por web

Juliette pudo cruzar el puente improvisado, no sin que éste temblara varias veces y amenazara con derrumbarse. Y con Juliette, también cruzó la luz de la antorcha, que iluminó el otro lado del puente. Era un pasillo horizontal monótono, que seguía el curso del río, igual que el anterior que el grupo dejó atrás. Tanto a la derecha como a la izquierda, el pasillo acababa en una pared que cerraba el paso. Frente a ellos, hay una puerta destrozada, era de hierro con barrotes, al igual que la de la entrada, salvo que esta estaba doblada hacia adelante y luego retorcida hacia un lado en un amasijo de hierros, para permitir la entrada y la salida al siguiente pasillo.

Decorando esa puerta y también por todo el pasillo que la seguía, un musgo extraño nacía del techo, muy verde y frondoso, con "frutos" redondos, de aspecto repugnante, de un color amarillento similar a la pus que no invitaban a tocarlos.

Más allá de ese lugar no podía verse nada más, ni el final del pasillo ni si habían puertas o alguien más al otro lado.

Solo había dos opciones, seguir por ahí, o volver por el puente añejo.

Escudo en mano y lucero del alba en la otra, en posición de alerta.

Resoplando y aliviada por contemplar la habilidad de Juliette de haber cruzado, ese maltrecho puente, y pensando que mejor no haber averiguado que nos estaban observando desde las profundidades de ese turbio río.

-"Bien hecho, Juliette.", sonriendole.

-"Solo que da avanzar, no pienso volver a cruzar ese dichoso puentencillo", decidida, mirando a mis compañeros, "Vamos? , medio afirmando, medio preguntando

Cuando puse pie en tierra, y descubrí que no había nada acechando a mis compañeros en la oscuridad, me tomé unos segundos para sonreír orgullosamente y girarme para mirar, con cierto atisbo de sorna en mi mirada, al agua.

—Qué te creías tú que me ibas a hincar el diente a mí. ¡Pjé!

Y... sí, me estaba refiriendo al pescadito/cocodrilo/bicho que hubiera acechando en el agua.

...

Por otro lado, las nuevas vías que se nos abrían tras cruzar el improvisado puente... ehm, eran prácticamente inexistentes. A decir verdad... no había atisbo de duda de hacia dónde debíamos avanzar, pues era o tomar el camino que teníamos frente a nosotros o retroceder... y yo no pensaba retroceder. Así que cuando Grettel dio su opinión, yo asentí con la cabeza.

—Avancemos —añadí, adoptando un semblante más serio y concentrado.

Por otro lado, ¿qué habría pasado con la puerta? Los barrotes estaban rotos y retorcidos, como si algo los hubiera intentado romper para abrirse paso. Desde luego, para hacer algo así, debía tratarse de alguien o algo demasiado fuerte... Por otro lado, el extraño musgo no inspiraba para nada confianza... así que intenté avanzar evitando en todo momento el contacto. No quería pringarme ni ensuciarme más de lo que ya lo estaba.

—Puag... parece pus...

La antorcha de Juliette, que abría el paso no muy lejos de Tanukime, y cerrando la marcha Grettel, iluminó el pasillo contiguo, cuando evitaron el enjambre de hierros de aspecto peligroso que antaño hacía de puerta. Anduvieron uno o dos metros y de nuevo se abrieron varias opciones para ellos:

A mano izquierda de los reservistas había una entrada sin puerta, oscura como la noche. A mano derecha una vieja puerta de madera podrida y piezas de metal oxidadas. Por último, al frente, otra puerta, también destruida y doblada como su gemela a la cual dejaron detrás.

-"Esto es interminable, no se acaba, maldita sea" digo refunfuñando y semblante de"y ahora que".

Mirando a mis compañeros, y observando las opciones que teníamos.

-"¿Que seguimos por la puerta rota? o nos ¿metemos en la boca del lobo?, mirando esa oscuridad tan negra como el carbón a un lado y la puerta de madera al otro.

Aprovechando la momentánea parada, para dar un sorbo de agua y aclararme la garganta.

—Parece que algo ha pasado por aquí como un elefante destrozándolo todo...

Obviamente me refería a la puerta de enfrente... la que estaba destrozada de la misma forma que la que habíamos dejado atrás. Lo que fuera que lo hubiera hecho había tomado dirección al frente sin demasiados miramientos. La pregunta era... ¿sería buena idea ir para allá?

Pero... por otro lado, la puerta oscura no inspiraba buenas vibraciones. ¿Por qué era más oscura de lo normal? Todas deberían ser iguales de oscuras, ¿no? Después de todo, la única luz que teníamos era la de la antorcha.

—Desde luego es un laberinto —dije, contestando a la queja de Grettel—. Más vale que recordemos bien los pasos que estamos siguiendo porque... como nos perdamos a la vuelta estaremos en un buen lío...

No quería ni imaginarme perderme en aquellas cloacas de por vida. ¡No por favor!

Respecto a dónde ir... esta vez no lo tenía tan claro... así que medité durante un segundo antes de contestar.

—Que esté ese sitio tan oscuro... no me inspira nada de confianza, pero tampoco me lo inspira seguir el camino de las puertas destrozadas. ¡Quién sabe qué ha podido hacer algo así! Por otro lado, la puerta de madera podrida... no creo que nos lleve a adivinar nada, sinceramente. No parece que alguien haya pasado por allí en siglos... ¿tú qué opinas, Tanukime?

Quizás él pudiera seguir el rastro del ser que estábamos persiguiendo... ése era el camino que debíamos tomar, por muy malas vibraciones que nos diera. Después de todo, la vida de Uzumi, y de la joven raptada, estaban en juego.

El semibestia había estado absorto en sus pensamientos desde que cruzaron el puente dándole vueltas a aquél lugar.

- Analicemos lo que sabemos - comienzo a responder a la pregunta de Juliette - algo ha abierto por la fuerza rejas de acero en una dirección concreta, lo que indica que al otro lado hay algo. Un nido si fue una criatura, un campamento si fue con magia o arietes. - hago una breve pausa - respecto a las puertas de madera, no descartaría más nidos de cucarachas, pero puede haber recursos útiles abandonados - una nueva pausa - pero la que más me preocupa es la oscura. Es justo donde yo esperaría a mi presa. Debemos asumir que los habitantes de aquí ven en la oscuridad así que tienen ventaja ahí.

Hago revisión de las puertas de madera para evaluar su apertura en silencio y la presencia de trampas.

El semibestia revisa la puerta de madera, no había ningún tipo de disparador en las bisagras, al agacharse y observar el tirador, de hierro y oxidado, tampoco parecía estar conectado a nada que hiciera saltar algo si se empujara. Al examinar el hueco de la cerradura, se percató de que dentro había luz de antorcha y lo que parecía ser una sala con construcciones de piedra envueltas en raíces. 

Mientras el especialista del grupo examinaba si había trampas en la puerta, un ruido hace mirar al resto del grupo hacia la puerta norte, la que es solo un amasijo de hierros: "Ñiii" sonó en la lejanía. Luego el eco del caer algunas piedras, pequeñas, que parecían provenir del techo, en la lejanía.

- En esta sala hay luz - Susurro - Y parece que alguna construcción. Parece que algo al menos vagamente inteligente podría vivir aquí. No veo trampas, así que abrir debería ser rápido y fácil. Pero no sabría decir si abriríamos un refugio o nuestro ataud.

Mientras Tanukime hablaba, escuché algo proveniente de la sala de la puerta destrozada. Tras ello, el sonido de algunas piedras cayendo al suelo.

—¿Habéis escuchado eso vosotros también? —pregunté, en susurros, por si acaso había sido la única de los tres en escucharlo—. Algo se está moviendo allí...

Señalé el lugar del que provenía el sonido.

¿Pero y el sonido de las piedras cayendo? ¿Quizás era un ser de gran tamaño capaz de hacer caer las estalactitas que se hubieran podido generar en el techo? Por lo menos Tanukime no veía trampas en la otra sala. Era una preocupación menos a la que debíamos estar atentos... sobretodo si teníamos que huir por allí rápidos.

—Nuestro principal deber es rescatar a Uzumi... pero fuimos contratados para eliminar las alimañas. Así que... tomemos la decisión que tomemos, al final tendremos que enfrentarnos a ellas...

No nos quedaba otra después de todo, por lo que me encogí de hombros... y suspiré. Luego traté de poner atención para reconocer y tratar de sacar más información de los sonidos que se escuchaban... Si debíamos acabar con ello, era mejor tener aunque fuera una vaga idea de qué era a lo que nos enfrentábamos.

Erizándoseme los pelos de la nuca al oír ese ruido en la puerta norte; instintivamente me afianzo el escudo y aferro el lucero del alba.

-“Si, he oído ese ruido”, digo con semblante de tensión con la posibilidad de otro combate, a saber con qué o quién sería esta vez; pensando en la bestia ha podido destrozar las puertas.

Avanzando hacia la puerta norte con cautela.

-“Por Uzumi, veamos, con quien nos tenemos que partir el hierro esta vez.”

Grettel tuvo que evitar con cuidado el hierro deformado de la puerta para no herirse, pues un corte en ese lugar, muy de seguro se convertiría pronto en infección. 

El pasillo estaba oscuro, solo la luz de la antorcha de Juliette iluminó parcialmente el camino. ¡Y menos mal! pues ante Grettel se encontraba el borde de un pequeño abismo que llevaba a otra corriente de agua que fluía calle abajo. Era muy similar al que habían dejado atrás, sin embargo, estaba mejor conservado, quizá poca gente había llegado ahí. Al menos, los puentes que conectaban las dos orillas, uno estaba al norte, y otro, el más cercano, al sur.

Frente a ellos podía intuirse unas colosales columnas, aún más grandes que las anteriores, con tallas similares de otra civilización en la roca, y cuyo final no podía verse. A ojo, podría decirse que eran la "espalda" que sostenía realmente Arveil, en especial la ciudad alta, donde estaba la clase noble.

Se oía un constante caer de agua por el techo, probablemente, fuera, estaría empezando a lloviznar.

A ambos lados, de la puerta rota, podía verse colgar esas asquerosas plantas, las raices parecían venir del techo, y también de un pequeño nicho situado en la pared oeste.

Parada en el borde de abismo, atisbando la lejanía, aclimatando los ojos a la penumbra, intentando otear que hay mas allá.

-"Bien, esto sigue complicándose, pero esto solo es un pequeño escollo en nuestro camino.", tras un leve pausa "Seguimos" con voz segura de si misma.

-"¿La misma técnica que en el puente anterior?", volviendo a sacar la cuerda y prepararla.

—¡Vaya~! —exclamé, a modo de sorpresa cuando me acerqué a donde estaba Grettel y aprecié el abismo.

Una caída por ahí sería mortal, de eso no había dudas...

—Es impresionante pensar que todo esto esté justo debajo de una ciudad, ¿verdad? —dije a mis compañeros—. Lo hemos tenido bajo nuestros pies hace apenas unas horas...

Quien lo iba a imaginar en aquel momento...

En fin, debíamos enfrentarnos a todas las trabas que aquel extraño lugar nos ponía. Por eso asentí con la cabeza a las palabras de Grettel y me preparé para continuar el camino, no sin antes dedicarle un vistazo a mi alrededor... empezando por aquellas plantas que colgaban del techo y de los pequeños nichos de las paredes...

Que asco de plantas, por favor...

Y... siguiendo con el abismo, los puentes e incluso la oscuridad que teníamos frente a nosotros...

Juliette esquiva una de esas plantas, se agacha ligeramente y mira hacia arriba, con ese gesto de asquete tan característico suyo, para evitar que ninguna rama le toque. Al volver a mirar al frente, se encuentra cara a cara con uno de esos frutos, algo que hace que la chica se detenga en seco para evitar tocarlo: los frutos son redondos, como una uva, pero de color amarillo, dentro parece que hay jugo...pero casi que mejor no arriesgarse a hacerlo explotar.

Al volver a realizar una maniobra casi digna de acróbata para esquivar la nueva planta, su espalda da de frente con la pared de donde sale esas raíces hacia fuera. La rama parece salir de un pequeño hueco de la pared, al ella mirar dentro, descubre que esas ramas son parte de lo que parece un árbol más grande que crece dentro de la sala que dejaron atrás. Dentro hay luz, como de una antorcha o algo similar. Al observar algo más, ve que hay una construcción redonda, quizá una fuente o un pozo, rodeado de flores violetas.

No parece que haya trampas dentro, al menos en la parte que ella puede ver (casi toda la parte sur-este de la habitación, incluida la puerta de madera)

Sea como sea, al volver a girarse para encarar el puente, tampoco ve nada sospechoso frente a ella ni de sus compañeros, salvo que algo espere escondido más allá de la luz de la antorcha.

Esquivé una de esas plantas asquerosas. No fue difícil hacerlo, pero... en el proceso, mi espalda topó con la pared notando como aplastaba algo en el proceso.

¡Oh, no...!

En ese momento sentí un escalofrío y me giré rápidamente, temiendo haber aplastado alguno de los frutos... pero... ¡fiú! pude suspirar tranquila, pues solo se trataban de algunas raíces. Sin embargo, tras superar el temor inicial, me pudo la curiosidad, y entonces presté mayor atención:

Las ramas parecían salir de un pequeño hueco de la pared. Aun así, si me acercaba, podría mirar al interior... y así hice, descubriendo con sorpresa que el hueco daba a una sala contigua a la que estábamos y que, en su interior, había un árbol bastante grande.

—Chicos, tenéis que ver esto —dije, retirándome ligeramente para dejarles que, si querían, vieran lo mismo que yo había visto.

La habitación que se podía apreciar tras el hueco estaba iluminada, y en su interior un árbol de grandes dimesiones crecía. También había un pozo, o quizás una fuente, era difícil distinguirlo. Alrededor tanto del árbol como del pozo/fuente, flores violetas coloreaban la sala.

—Deberíamos echar un ojo antes de cruzar el puente...

Yo, por lo menos, quería hacerlo...

Siguiendo a Juliette, prestando atención de no tropezar, pisar o resbalar con plantas repulsivas, ni con cualquier otra cosa, ni perdiendo de vista el agua; cuando de pronto, me topo con mi compañera, al que le recorre un escalofrió por los pelos de la nuca.

-“¿Qué ocurre Juliette’, porque has parado? , antes de proseguir la veo, volverse y quedarse mirando fijamente a la maleza de la pared.
La veo escarbar entre la maraña de la pared, y como iba destapando, va saliendo una luz de una oquedad.
Preparada, por lo que nos pudíamos encontrar o lo que pudiese salir de allí

-“Ten cuidado Juliette, te cubro, te sigo, examinemos la sala”

- Si queréis que vaya delante y asegure la zona no tenéis mas que decirlo - Hago una breve pausa - ¿Serán esas las plantas de Sebastien? No fue muy gráfico al describirlas.