Se entregó voluntariamente al sexo anal y tuvo la mala suerte de coger con un tipo que tenía enfermedades de transmisión sexual. Murió con mucho dolor.
Mariquita: 2016-2017.
Luego de haber salido del campamento buscando el perdón de la Madre Serpiente por haber maldecido en su nombre, el chico se internó en el bosque herido de días anteriores en búsqueda de una presa. Con hambre y frío rebuscó sin éxito alrededor de los fiordos y bosques hasta que un poderoso aullido removió sus entrañas. A continuación y con premura, marchó persiguiendo huellas de una aparente manada hasta que en un claro dio con lo que parecía ser un grupo de hambrientos lobos dando caza a un oso gigante. Como buen guerrero y cazador de la tribu Oso Polar, deseó ayudarlo y durante un combate corto contra el alfa, logró herirlo de un flechazo en el lomo, pero el animal fue más fuerte y diestro.
Cromhein falleció producto de la asfixia generada por las fauces del gran macho alfa.
El lobo saltó sobre él derribándolo mientras notaba como hundía con fuerza los dientes sobre su hombro y zarandeaba la mandíbula con un vigor sobrehumano. El chasquido de su clavícula le dejó el brazo del arma casi inerte, con las escasas fuerzas que le quedaban Cromhein golpeo una y otra vez el lomo del poderoso animal que no se inmuto lo más mínimo, en su lugar afianzo sus fauces sobre el cuello de su presa esperando a que terminaran los últimos estertores.
Con la mirada de soslayo y el rostro abatido hacia el claro pudo contemplar como el oso seguía luchando, como no se había rendido contra la manada entera, se marcharía sin saber si al menos su sacrificio habría sido en balde pero mientras se le cerraban los ojos y el aire abandonaba sus pulmones escuchó a lo lejos un aullido, un poderoso rugido y el leve ruido de una serpiente sobre la hierba fresca de primavera. Había dado lo mejor de si, su propia vida a cambio del perdón esperaba que la madre serpiente estuviera complacida y le hablara bien de él al guardián del más allá.
Un último golpe, una bocanada de sangre y un aullido de victoria fueron los predecesores de Cromhein en el reino de los espíritus, una lección de vida y muerte al precio de una vida.