- Está bien, sargento, le ayudaremos - digo, tras escuchar los comentarios de mis compañeros y sopesar cuidadosamente la situación - Usted y sus hombres podrán, por el momento, colaborar con nosotros. Ahora llévenos a ver a la Hermana Curia -
- Gracias, les prometo que no les defraudaremos - el sargento se levanta de la silla. Parece mucho más calmado - Si me acompañan, será un honor guiarles hasta donde se encuentra la Hermana Konig -
Pasamos al Acto número 2.
- Escena cerrada -