Partida Rol por web

¡Vamos, vamos! el hombre os apremia con el brazo sano mientras levanta el otro para que veais claramente que lo tiene enyesado. Yo no puedo hacer nada con este brazo. notais claramente la rabia en sus palabras ante la impotencia. Pero hay que sacar a esos conductores de ahí cuanto antes.

En ese momento se dirige rápidamente a la parte trasera de su vehículo, tipo ranchera, y baja la puerta del maletero. Tengo unas camillas de salvamento como las que llevamos en todos los vehículos. comienza a sacar torpemente con una sola mano una tabla de plástico de color anaranjado como las que habeis visto mil veces en las películas.

Justo en ese momento, varios chispazos saltan del motor del coche en el centro del accidente y el olor a gasolina se hace penetrante, casi os parece escuchar el sonido de la gasolina al caer sobre el charco que está formando.

¡Venga! ¡Hay que sacarles de ahí cuanto antes! su tono es el de una persona acostumbrada a mandar y ser obedecida. ¡Vamos!

Obedeció las palabras de mando del sheriff. Cogió una de esas camillas plegables de color naranja y se acercó hasta el coche siniestrado buscando con la mirada algún herido que sacar. Los fuegos artificiales de las chispas del motor seguía amenazando con pintar de rojo fuego el cielo de la gasolina esparcida por el suelo. Pero parecía que aquello no afectaba a Cormac.

¿Sería aquel su día de suerte? No se lo podía creer... Cormac buscó desesperadamente una "Mujer herida". Sintió un gran calor en la entrepierna. Era su pene que intentaba sublebarse contra el dictador de su cerebro. Seguramente sería una revuelta más y en un par de horas acabaría aplastada por los antidisturbios de sus neuronas.. pero que cojones... Por un rato sería libre!!!!

Tabata estiro de mi hasta los coches para mi consternación, y no es que sea una mala persona, sencillamente tengo prioridades. Aun así no me quede quieto. Le hice un gesto con una mano a ella para que se alejase del vehiculo, en parte preocupado por su seguridad, y en parte por intereses mas primarios.

Ten cuidado.

Dije con seguridad, justo antes de unirme a Cormac con la camilla, cual héroe del celuloide que se lanza a la acción cuando la dama esta fuera de peligro. Al menos así esperaba que se viese desde el exterior, porque desde el interior la cosa era bien distinta.

Joder, joder, joder, voy a morir por tratar de llevármela al huerto.

Vete a por la otra camilla.  Como no. El actor de pacotilla quería su trozo del pastel del protagonismo. El cabrón no acababa de terminar de sobar a Tábata y ya estaba en primera linea de batalla. Cormac no podía consertirlo asi que dió un ligero y sutil empujón a Derek.

Viendo cómo una camilla ya estaba siendo utilizada, sonrió para sí y saltó sobre la parte de atrás de la ranchera con agilidad. Desde esa posición podía ver cómo aquel accidente empezaba a tener cada vez peor aspecto, así que dio una palmada para centrarse y cogió una de las camillas bajo el brazo. Nunca había utilizado una, pero había visto cientos de películas donde podía verse que su funcionamiento era bastante sencillo. Pero para ello necesitaría a alguien más... y como Johnson y Brolin estaban ocupados peleándose por una, sólo quedaba uno... aunque no le hiciera mucha gracia.

- ¡Bloom! ¡Ven aquí y échame una mano! - dijo, alzando la mano desde la ranchera.

¿Pero que cojones le pasa a este tío?

Alce las manos hacia Cormac, pidiendo paz, mientras con un tono severo similar al que usaba mi padre cuando me llamaba la atencion, y suficientemente alto para que quien estuviese cerca me oyese le dije.

Tranquilo tío, tenemos que salvar a esta gente.

Sin esperar su respuesta me dirigí al monovolumen y le hice un gesto con la mano para que me siguiese, mientras me agachaba para tratar de alcanzar al conductor o tener una imagen clara de quien estaba dentro del vehiculo.

Vamos Cormac, esta gente nos necesita.

Ha sido sin querer hombre. Ya sabes. Los nervios. mintió Cormac. Agachó la cabeza y fue tras el gótico con la camilla naranja. La ficha de Derek Johnson en los archivos del Ministerio de la Venganza de la Cabeza de Cormac iban engordando y engordando.

Aun seguía como en shock pero como si de un replay se tratara de repente toda la escena apareció en todo su esplendor frente a mi. Mi respiración volvió a ser agitada pero ahora trate de imaginarme una escena tipo viven, u hospital central o alguna serie de bajo presupuesto con mucha sangre y poca interpretación. Mire a dereck antes de adentrarme en la tragedia que ya olía a gasolina y levemente le di las gracias.

Me acerque despacio donde estaban alex y chip, al menos ellos ya habrían visto la escena antes y verían que había.

- que... Que puedo hacer?

Digo echando una mirada furtiva al interior del vehículo.

- dios....

-¡Voy para allá!- …grité a Alex justo antes de correr hacia él. Antes de llegar a su lado me percaté de que Tabata ya había llegado al cuatro por cuatro con Alex, por lo visto había tardado más en reaccionar de lo que pensaba, así que intenté remediarlo. Pasé por la ranchera y cogí otra camilla antes de salir disparado hacia el viejo Chevy.

-¡Tres en un mismo coche es una pérdida de tiempo, intentare sacar al otro conductor aunque sea a rastras, si termináis antes venid a ayudarme!- …dije al pasar cerca de los otros coches e inmediatamente me hice paso como pude hasta el conductor del Chevy para sacarlo.

Todos saltan, obediciendo las indicaciones del sheriff, a tratar de rescatar a los heridos.

Cormac salta hacia el monovolumen de color verde, en el lado derecho, donde puede ver a un hombre de pelo corto tirado contra el volante, con el airbag desinflado bajo su rostro. El rostro ensangrentado, rodeado de pequeños trozos de cristal, suponen una visión estremecedora, casi como un puñetazo en la boca del estómago.

Dereck trata de ayudarle, pese a que en un primer momento casi comienzan una pelea de gallitos allí mismo, en medio del accidente.

Alex toma una de las camillas e insta a Chip a que le eche una mano pero, en cambio, es Tábata quien sale de ese pequeño asalto de temor que estaba sufriendo y se dirigen juntos al cuatro por cuatro, donde ven a un hombre de pelo largo y barba de varios días tirado contra el asiento del copiloto. Al parecer, no llevaba puesto el cinturón pero, al menos, es el vehículo más a la izquierda y la puerta del copiloto queda a mano.

Al abrirla, lo primero que ven es el hueso de la pierna izquierda sobresaliendo a traves de la carne y del pantalón mientras hace que la extremidad forme un ángulo imposible. La sangre de dicha herida se ha mezclado con la de todas las pequeñas heridas y han decidido salir de excursión, empezando su visita por el salpicadero para continuar por los cristales y los asientos.

Chip toma otra camilla y se dirige en solitario, cual héroe de película, al viejo Chevy, el vehículo que más daño ha sufrido al ser el del medio del impacto. Allí, ve a un hombre rubio de corta melena rubia que parece haber rebotado contra el airbar y está sobre el respaldo, inconsciente, sangrando del rostro y del pecho.

Se quedó clavado en el asfalto como un espantapajaros en un campo de alfalfa. Sus manos cortaron de inmediato la comunicación con su cerebro. Se quedaron flojas y la camilla fue a parar al suelo. Entonces el sudor comenzó a brotar en exceso de su frente, el rostro mutó a tonos pálidos... eran los inequivocos sintomas de que algo no funciona bien.

El golpe de la camilla al estrellarse con el suelo, hizo que me volviese para ver que ocurría, y me encontré a Cormac pálido y aparentemente incapaz de moverse. No había tiempo que perder con el, así que estire el brazo para agarrar la camilla y acercarla hasta donde estaba. Si podía colocar al hombre encima y asegurarlo, podría arrastrarlo de alguna manera.

Vuelvo mi vista a la primera victima, y la escena no deja muchas esperanzas. Si el Airbag ha fallado es poco probable que el tipo siga con vida. Aun así trato de cogerle por los hombros y apartarle del volante, sin tocar ninguna de las zonas de su piel cubierta de cristales.

Me aseguro de que no tenga puesto el cinturón, y luego estiro de sus hombros de nuevo para sacarlo del vehiculo. Una vez fuera lo dejo sobre la camilla y rápidamente aseguro un par de cintas alrededor de su pecho y cintura antes de agarrar la camilla por el extremo donde esta su cabeza, y tratar de arrastrarlo.

Alex había abierto el primero la puerta del copiloto, dispuesto a enfrentarse a lo que hubiera ahí dentro. Había visto decenas de películas en las que aparecía violencia, e incluso algunas fotos en el periódico, así que estaba seguro de que podría enfrentarse a lo que fuera.

Pero en cuanto vio la sangre y la pierna destrozada, todo iluminado por el fuego, que provocaba curiosas sombras en el escenario, tuvo que retirar inmediatamente la mirada para no quedarse embobado. Las nauseas rápidamente acudieron a él y estuvo a punto de vomitar.

- Joder... joder... cof cof... joder... - dijo, mirando al suelo mientras un sudor frío recorría su frente.

y sin embargo, pese a todo, al acercarme junto a alex y ver el tamaño dantesco de la situación no me amilano como me había pasado hace un rato.

Un hombre con un fuerte traumatismo y fractura abierta se encuentra en el asiento del piloto, todo esta lleno de sangre y el fuego hace temer lo peor. Como si estuviera representando una pelicula de un terremoto me adentre y trate de tirar de señor hacia fuera y colocaron en la camilla, mire hacia alex que se hacia quedado paralizado

- joder, ayudame!

Le di un ligero enpujon para que reaccionara, no debíamos tener mucho tiempo. La sangre lo manchaba todo incluido mi vestido hippy blanco.

A simple vista no sabría decir la gravedad de las lesiones de aquel hombre, podía tener huesos rotos, hemorragias internas o cualquier otra cosa que se escapara a mi comprensión, y eso era casi todo, lo único que sabía, es que la sangre es muy escandalosa y lo mismo aquel hombre había tenido suerte y no era tan grave como aparentaba.

Aún así, no había opción ninguna para andarse con cuidado y no empeorar las lesiones, sino lo sacaba de allí rápido seguramente terminaría envuelto en llamas y muy probablemente, yo con él.

Así que me emplee a fondo para sacarlo de allí, le quite el cinturón, aparté el airbag y busqué debajo del asiento la palanca para moverlo y retirarlo todo lo posible del volante, no sabía si podría moverlo tras el accidente, pero no perdía nada por intentarlo y de ser posible, me costaría mucho menos sacar a aquel hombre del coche.

Deja que te ayude Al fin reaccionó Cormac. Tarde. Sí, pero reaccionó.

No le muevas la cabeza. recordó algo de lo peligroso que podía resultar menearle la cabeza a alguien tras un accidente de tráfico. Lo había estudiado en el curso para el carné de conducir pero el tiempo había difuminado con la niebla del olvido todo aquello.