Partida Rol por web

Los blade runner entran en la estancia. Huelen su presa. Así sucede cuando Akesa se cruza ante ellos a unos 5 metros portando un cuerpo en sus brazos. Todos la identificais con Lilly, la joven replicante huída. Akesa os percibe y sabe que debe huir. Para salvar la vida no tiene mas remedio que dejar el cuerpo de la joven y salir corriendo.

A pocos metros de allí, Jeremiah junto con Bob salen de la sala de regulación para observar a su compañera regresar a lo lejos corriendo.

- Han llegado los refuerzos, corred! -

Disparo sin miramientos nada mas reconocer a Lilly.

Deduzco que quien la lleva tiene que ser un pellejudo. En el peor de los casos sera un mutante...

Su grito confirma mis sopechas pero para entonces ya he disparado.

Jeremiah buscó un túnel. Del que no viniera el ruido.* Deseaba que su arma tuviera un silenciador. Podría quitarse algún blade runner si se dividían para perseguirlos. Si Akesa le alcanzaba le daría la pistola.

-Si nos separamos mantenemos el punto de reunión. Pero nos veremos dentro de un día.

No paraba de correr. Buscaba bifurcaciones, donde poder despistarlos. Recovecos donde esconderse y poder emboscarlos. Si solo venía uno a por el podría matarlo y aunque atraería a los demás. Le daría una oportunidad a Bob y Akesa. Aunque sin querer no podía parar de sonreír. Había matado al cabrón que asesinó a la pequeña Lilly.

Ante la confusión que reinaba en la estancia, Frank olvido el deseo de querer comprender todo lo que sucedia en esos momentos y al ver pasar a uno de los replicantes cerca suya apuntó con el arma que ya tenía preparada y pretó el gatillo con rabia.

No sabía que pasaba exactamente, ni donde estaba McCoy, pero sabia que tenía que retirar a ese ser que pasaba delante suyo.

Las sombras de tres figuras entrando en escena hacen que me pare de pronto. Desconfío y dejo a Lilly en el suelo, nada puedo hacer por ella ahora y cargar con su cuerpo tan sólo me pondrá en peligro. En cuanto veo sus armas salgo corriendo mientras me apuntan desde la distancia.

La primera bala no tarda en detonar cerca. Parece que la suerte me acompaña. Gran error. Son asesinos. Bien entrenados y sin escrúpulos. El segundo disparo no sólo lo oigo, también lo siento en mi hombro izquierdo. El dolor se hace intenso pero no me detengo hasta llegar la a bifurcación y salir de su ángulo de tiro. Una salpicadura de sangre en la pared da constancia de mi paso por ahí

Mientras Akesa huye por su vida, los replicantes varones han optado por usar una estrategia de escondite. Sin demorarse en ver qué camino elige ella, no pierden un segundo quietos y pronto llegan a una zona donde una compuerta metálica les cierra el paso. Tiene una llave giratoria en el centro y parece que se puede abrir sin más problemas. Hay un letrero sucio en la parte superior. Se puede entrever las letras "Sala de expulsión, sólo personal cualificado"

Sebastian, tras errar su tiro, sale tras la pellejuda que salio huyendo.

No sin antes disparar sobre el cuerpo, aparentemente inerte, de Lilly.

Sebastian avanza por el tunel, al girar y antes de empezar la persecucion de la pellejuda que huye se asegura de que Lilly no este operativa.

Observa como la otra chica huye al igual que ve como la compuerta de la sala de exclusion se cierra.

Si tiene a la pellejuda a tiro disparara de nuevo.

Si no la tiene a tiro:

Hace un gesto hacia sus compañeros....vigilad esa puerta y el sigue a la chica.

Usa el comunicador que aun lleva para intentar contactar con la central.

-Central, aqui Freemen en persecucion de un pellejudo en las alcantarillas del sector comercial...necesito informacion sobre la sala de expulsion....que funcion tiene exactamente??

¡Mierda! se lamentó Frank cuando comprobó el resultado de su ataque. Aunque había alcanzado a la replicante no la había tumbado.

Pistola en mano se dirigió por el camino que ella había tomado, haciendo un gesto a Sebastian y a Jonas para que le sigan y le cubran por si acaso alguno de los otros vuelve.

Bien, esta herida, no puede andar muy lejos. pensó para mantener la mente despajada y pensar con frialdad sus movimientos. Frank aun no había tenido tiempo de mirar si quiera donde se encontraba y que había sido de McCoy, pero eso solo era un pensamiento fugaz en su cerebro con el corazón latiendole a mil.

Jeremiah miró la exclusa. En parte esperaba que hubiera una buena cantidad de agua.

-Bob ¿crees que podrías abrirla?

Tras leer el cartel esperaba que pudiera salir de allí una buena cantidad de agua. Buscó tanto un lugar para cubrirse, como algún lugar donde poder atarse por si la fuerza del agua era muy fuerte. Y esperaba que fuera así.

Jonas vislumbro a uno de sus objetivos delante de él, corriendo mientras abandonaba el cuerpo de lo que parecía una de sus compañeras. Sabía lo que tenía que hacer. Apuntó su arma hacia la replicante y apretó el gatillo, el sonido de la detonación corroboró que había disparado.

Cada vez le costaba menos acostumbrarse a retirar replicantes. Antes tenía que gritarse mentalmente a si mismo, una y otra vez, que no eran personas si no maquinas. No tenían alma, toda la imitación del ser humano era pura programación. El bladerunner empezaba a pensar que este trabajo acabaría afectando a su cordura…

La replicante recibe otro impacto justo antes de salir del campo de vision de los agentes. La sangre de la replicante vuelve a saplicar la estancia. Sus compañeros han abierto la esclusa y observan que da paso a una amplia sala de canales. A la derecha unos enormes diclindros cerrados impiden el paso de los torrentes de agua. A la izquierda, los conductos continuan perdiéndose en la oscuridad. Al menos contais 6.

Por otro lado, los blade runners se acercan hasta la zona de la bifurcación y ven por el reguero de sangre el lugar elegido por Akesa para huir.

Frank apuntó con el arma bien alzada hacía delante por el camino que parecía que la replicante había tomado, señaló el camino a sus compañeros con un gesto silencioso e intentó caminar despacio sin hacer ruido mientras escudriñaba la oscuridad en busca de algún objetivo.

Aunque sus acciones eran maquinales, como si él también fuera un robot, su mente no paraba de atar cabos y pensar en miles de cosas. En el estado de McCoy, en que estarian haciendo esos replicantes, en que aquel rasto que seguía no era sangre realmente, sino una burda imitación. Eso esperaba al menos.