Durante las Antigua Guerras Sith, la República galáctica comenzó una colonización a gran escala en Dantooine.
Mientras la República por si misma no tenia fuerzas militares en el planeta, los colonos estaban protegidos por otra poderosa fuerza, la Orden Jedi.
Hacia el 3997 ABY, un enclave de Entrenamiento Jedi fue establecido por el Maestro Vodo-Siosk Baas, aunque unas ruinas de una estructura Jedi más antigua fueron encontradas en el planeta. Muchos grandes Jedi de las guerras Sith fueron entrenados en Dantooine. Sin embargo, el enclave de Dantooine era conocido negativamente por el número de estudiantes que acabaron pasando al lado oscuro, entre ellos estaban algunos de los grandes enemigos de la República de este inestable periodo, tales como Exar Kun, Revan y Malak.
Los instructores que dirigian el Enclave de Entrenamiento Jedi en Dantooine eran los maestros Vrook Lamar, Zhar, Vandar Tokare y Dorak.
Como tantas otras veces caminaba junto a nuestra pupila por la periferia del enclave, el clima siempre acompañaba, con un sol explendido en el atardecer de una nueva era, mis fracasos como maestro pesan sobre mis hombros como pocos pero impido que esta visión interfiera en mi camino para con la fuerza, ahora que los más jóvenes han decidido he de inculcar los conocimientos del código en los que han de llegar, y entre ellos Aladiah es uno de aquellos que heredará la responsabilidad de luchar por lo justo y defender a los desprotegidos.
Apreciaba mucho a esta padawan, además de ser de mi misma especie compartía una sintonía con ella, un vínculo en la fuerza, yo también tenía su espíritu guerrero cuando era más joven.
- No hay caos, hay armonía. No hay ignorancia. Hay conocimiento. No hay muerte, está la fuerza...
Como tantas otras veces, resumiamos el código juntos, con similitudes y comparaciones, mientras mi mente estaba trabajando en aquellas lecciones la suya se enfocaba hacia el combate, tenía miedo de que se convirtiese en un nuevo Malak. Lo que deparaba el futuro para esta joven estaba vedado, incluso para un conocedor del código y la fuerza tal como era yo.
Esperé que como siempre se desviase de sus enseñanzas y preguntase sobre Revan y Alek, aunque quizás debería decir Malak, pues ellos también eran ejemplos, aunque no quisiese que siguiese su camino, su potencial fue digno de admiración. Admirar a un jedi...puede ser el principio para tropezarse y caer de lleno en el lado oscuro de la fuerza, admirar su fuerza de voluntad, su carisma y su decisión, permitir que juguetee con los que otros respeta, acaba por pasar factura, un precio mayor que la vida.
No es la primera vez que repasamos el codigo, y siguen habiendo puntos que no alcanzo a entender, sin embargo nada me impide seguir otros consejos como el de ser paciente, aunque a veces me cueste.
-Maestro Zhar....
A menudo las cuestiones que le planteaa a él no se las planteaba al resto de maestros, supongo que es una cuestion de confianza.
- Es un honor que me hayan incluido en una misión tan importante, pero... cree que estoy lista, quiero decir... bueno... no desconfio de mis habilidades, pero a menudo pienso que aun tengo mucho por aprender, creo que a estas alturas es irrelevante mi habilidad con la espada, este conflicto no lo arreglará el sable de luz sino la sabiduría y la razón, lo mismo que que parecen haber perdido Revan y Alek, teniendo en cuenta esto no se si soy la mas indicada.
En pocas, en muy pocas ocasiones mi maestro podría percivir la inquietud que siento ahora, quizá me haya dejado llevar las historias que cuentan de los dos jedis caídos... todo parece estar tan.... lejos.
- Los jedi sirven al prójimo en lugar de dominarlo, por el bien de la galaxia. Los jedi emplean sus poderes para defender y proteger, nunca para atacar a otros.
Recito de memoria, el significado del código en entendimiento y de corazón.
- Pero en ocasiones, mi joven padawan, debemos proteger al prójimo de sí mismo. Debemos capturar a Revan, y enfrentar a Malak, si logramos que entren en razón cesará el derramamiento de sangre, si no quieren escucharnos, habrá que obrar en la búsqueda de un bien mayor para la galaxia, a costa de su sacrificio...
No pretendo ser extremista, pero no podían permitir que ambos jovenes jedi sometieran la galaxia.
Tal y como temía, mis esperanzas de que esos dos abandonaran su sangrienta cruzada son minimas. Miro al cielo con cierto aire triste oculto en mi rostro serio.
-Maestro, yo no conocí a ninguno de ellos antes de que partieran a su sombría cruzada...
Yo era una niña por aquel entonces.
-¿Como son? bueno, quiero decir, ¿cual cree usted que sería el mejor modo de apelar a su humanidad (si esque aun les resta alguna) en caso de poder llegar hasta ellos? si hay alguna probabilidad de evitar otro derramamiento de sangre quisiera poder aprovecharla.... maestro.
Supongo que ambos han cambiado mucho desde que el maestro Zhar los conoció, sin embargo cualquier referencia sobre a lo que atenerme sería de utilidad.
Aquella pregunta no pilló por sorpresa al maestro jedi, sin embargo la respuesta podia ser tan extensa o abierta a tantas posibilidades (quizás a tan pocas concretas) como para obligarle a pensarlo durante unos segundos.
- El Código Jedi puede ser frustrante cuando se pone en práctica, para algunos jedi es dificil de soportar. La furia, el miedo, el odio y la agresividad son expresiones del lado oscuro. Entiende que es lo que buscan, que es lo que sienten, desvía sus emociones hacia el entendimiento y ellos mismos abrirán los ojos dispuestos para ver. Si...no lo consigues, es vuestra misión traerlos aquí, para que trabajando juntos consigamos que renieguen de esa vida bajo las sombras que los consume poco a poco. Recuerda que dos no luchan si no es el deseo de ambos. Protege, no ataques. Pero las espadas hablarán y entonces comprenderás porque los temen tanto. El miedo es su instrumento. Vuelveló contra ellos. Malak tenía miedo....mucho miedo...a no ser nunca como lo que representaba Revan. Quizás por eso, estaban tan unidos.
Dicen que los jedi pueden estudiar una situación antes de que ocurra, y si lo hacen bien, encontrarán ocho posibilidades, ocho posibles acciones a tener en cuenta, no estando entre ellas la inactividad. Cuando el jedi comprende esas ocho motivaciones, se dice que es capaz de reaccionar al instante en cualquier situación que se presente, pues la fuerza ya le habría comunicado la respuesta correcta hacia la misma...
Miro a Aladiah y sonrio.
- No te preocupes, padawan. Entretén a Alek, aguanta su furia con tu comprensión, anula su caos con tu armonía y si aún así se niega a escuchar tus consejos, dejalo ir. Capturaremos a Revan. Revan abrirá los ojos y como siempre, Malak seguirá su camino. Porque Malak...desea ser como él. Él podrá alejar la oscuridad de Alek si vosotros no sois capaces.
Miré con cierta tristeza esta vez al suelo, luego entrecerré los ojos como intentando asimilar aquello. Mi temor en este momento no es que mi espada no alcance la velocidad de la suya, sino el entender las retorcidas ideas que les han llevado a perpetrar semejante masacre en la galaxia.
-Asi lo haré, maestro, puede contar conmigo.
Retiro mi capucha y respiro hondo dejando mi cabeza al descubierto Necesito airear mis ideas.
-¿Cuando he de partir, maestro?.
¿Preparada? no lo se, pero si he de admitir que siento curiosidad por saber mas de Revan y de mi objetivo Alek, o quizá debiera decir Darth Malak.
Detengo mis pasos y miro a mi maestro, esperando su aprovación, aunque en el fondo espero mas un bendición.
Mi diestra apreto con firmeza su hombro y asentí, confiabamos en ella y sus compañeros, eran el futuro de los jedi, de aquellos que protegian y protegerian la Galaxia. Muchos asuntos requerian de los maestros de la orden, y abandonar Dantooine harían de este planeta un blanco fácil para las fuerzas de Revan. Incluso aquellos dos que se hacian llamar Sith temian este lugar, o por lo menos, respetaban a los jedi que aquí se encontraban, pues siempre hubo y siempre habrá alguno con el poder suficiente como para arrebatarles todo llegado el momento. Miro a mi padawan a los ojos, encarandola y sonrio con satisfacción. Acaricio su brazo hasta tomar su mano y estrecharla sin mostrar apego, pero si cierto orgullo.
- Estoy orgulloso de ti, Aladiah. Sé que puedo contar contigo.
Apretó su mano con las suyas y luego la dejó tranquila, alejandose un solo paso.
- Partirás cuando caiga la noche, puedes aprovechar para hablar con alguno de los maestros si lo deseas, seguro que el Maestro Vandar se alegra de verte, y podrá ofrecerte más sabiduría de la que yo jamás podría.
Que la fuerza esté contigo, Aladiah.
Me reverencio ante ella aunque sólo se trate de una padawan.
1. Pista de arerrizaje 2. Zona comercial 3. Cámara del consejo 4.Entrada/salida |
1.Entrada/salida 2.Bóveda del jardín 3.Archivos Jedi 4.Alojamientos / almacenes |
Sonreí de forma sincera, siempre encontraría palabras de apoyo en él, la sabiduria de un maestro y la comprensión de un padre.
-Se lo agradezco de corazón maestro Zhar, que la fuerza le acompañe.
Respondo su reverencia con otra, mas femenina, mas delicada, doy dos pasos hacia atras y me encamino hacia la camara del consejo, nunca he sido muy propensa a mostrar abiertamente mis sentimientos, pero he de reconocer que despues del maestro Zhar, el maestro Vandar es una de las compañías mas agradecidas, siemrpe capaz de decir tantas cosas con tan pocas palabras, merece la pena visitarle a menudo.
Entro en el complejo y coloco de nuevo mi capucha por mera costumbre, pues no resultaría ningun obstaculo para reconocerme dentro de este edificio, es obvio que no hay tantos jedis aqui como es habitual, muchos estan en misiones, o lo que es peor, muertos o en el bando contrario, por eso mas que nunca debemos mantenernos unidos como si de una familia se tratase. Dudo que yo sea la unica que piensa asi.
Finalmente mis pasos me llevan a la camara del consejo, ¿estaría ahí el maestro Vandar? igualmente sería una buena oportunidad para conocer los ultimos detalles de la misión, si esque hay alguno mas.
Antes de que Aladiah llegase a las puertas de la sala del consejo me disponía a dar una vuelta por la armónica academia jedi, el enclave de Dantooine era uno de los pequeños bastiones seguros que quedaban en la galaxia, y la fuerza se estremecian ante las acciones de aquellos que tuvieron por cuna los paisajes de este esplendido planeta. Aunque mis pasos son cortos y relajados, pausados y enfocados no necesito de utensilio ninguno para ayudarme en el camino, un shoto a cada lado del cinturón, típicas vestimentas jedi de un morado oscuro, convinado con marrón oscuro y azules cielo. Mi sonrisa estaba presente en el rostro en la mayoría de ocasiones, como una forma natural de mi rostro, los ojos saltones de iris claros observaron a la twi'lek.
- ¡Ah! ¡Padawan! Me alegro de verte. ¿Todo va bien? ¿Uhm?¿Uhm?- Con una expresión afable continuo mi camino a espensas de que ella haga lo mismo junto a mi, contemplar el jardín del enclave siempre sirvió para inducir a la meditación. ¡Ahh....! Entiendo...tranquilizarte deberías, para trabajar en armonía. Con la fuerza.
Asintió dandose razones a si mismo, acariciando momentanemente su mentón desnudo, después continuó caminando sin echar la vista atrás.
Incluso cuando no es mi intención el maestro Vandar siempre me hace sonreir, es la muestra viva de que el poder no tiene porque traer consigo la arrogancia. En su caso todo lo contrario, amabilidad y sabiduria.
-Maestro Vandar...
Me hago a un lado dejandole ir primero, luego me coloco a la par con él.
-Ehmm... si.. bueno, reconozco que estoy algo inquieta por la misión que me ha sido asignada, no quisiera fallar despues de la confianza que se ha depositado en mi.
Mis pasos son lentos para ajustarme a su velocidad, sin embargo, algo tan simple como eso insta a tomarse las cosas con algo mas de tiempo, quizá una de las razones por las que he venido a verle sea una busqueda desesperada de aplacar los nervios.
-Maestro, ¿cree que Malak cooperará?, quiero decir, Alek, es mas posible que haya una respuesta hostil por su parte, que de Revan por lo que he oido.
Era como tantear un tema del que se muy poco, asi que mi palabras adquirieron un tono de pregunta mas que de justificación.
El paso se hace lento, caminar así podría acabar con los nervios de muchos o aplacarlos por completo prestando a la mente el soporte necesario para la armonía, la meditación y finalmente la paz con el medio que nos rodea. Con la fuerza. Carraspeó un momento, sonriendo después hasta que sus orejas puntiaguas señalaron a la twi'lek, escuchando atentamente todas sus palabras.
- Enfoca tu mente. No dudes, ¿Mm, Mm? La voluntad de la fuerza muchas cosas nos depara, cumplirla, en esencia, nuestro cometido es.
Parecía alegre, normalmente lo estaba, por ello al llegar ante los árboles del jardín y la luz del día se quedó inmovil, casi espectante o sorprendido ante lo maravilloso de la vida que se abría camino.
- Todo jedi debe pasar tiempo cada día meditando acerca de la voluntad de la Fuerza. La razón para ello sencilla es; si se ha actuado en contra de la voluntad de la Fuerza, al reconocer el error enseguida se puede tener tiempo para corregirse.
Tiempo. Tiempo para meditar. Tiempo para entender. Defenderte de la hostilidad sabes, el jedi que el consejo de la Fuerza no escucha, al lado oscuro atiende, para encauzar la furia de los rios, los habitantes de Dantooine construyeron canales. Canaliza su odio hasta que se convierta en compasión. Ceder ante el consejo de la Fuerza sólo su decisión es. Si no escucha su conmoción, culpa tuya no será.
Las manos, con aquellas pequeñas garras, se entrelazaron a su espalda, alzando el mentón respiraba pausadamente sin cesar de contemplar parte de aquel pequeño jardín.
La academia estaba realmente vacia, muchos habían abandonado estos muros, algunos muertos, muchos otros siguiendo a Revan y a Malak, convertidos a su voluntad, presos de sus decisiones.
He de reconocer que me cuesta ser paciente, siempre estoy dando una y mil vueltas a las cuestiones que me plantea la vida.
-Si a veces me resulta dificil alcanzar la tranquilidad que necesito para meditar, sin embargo ahora lo necesito mas que nunca.
Contemplé los arboles junto a él durante unos minutos.
-Haré cuanto esté en mi mano, maestro Vandar, debo hacerlo, puede que este deseperado plan termine por diezmar las fuerza actuales de la republica.
Si fracasamos no habrá esperanza... Miro al cielo en busca de esta.
-Maestro, una ultima cuestión ¿En verdad seria correcto acabar con su vida si no atiende ningun vestigio de razón?
Por muchos otros jedis que haya matado en el pasado y a pesar de todos los planetas arrasados ¿Estoy yo preparada para matar al que una vez fue uno de los nuestros? ¿Para matar a alguien del que no tengo la total certeza de si algun dia pudiera recuperar la razón?
Sus insinuaciones sobre la República hicieron fruncir mi ceño, pensativo baje los parpados ocultando mis redondeados ojos, arrugando mis facciones ambas orejas se agitaron con levedad.
- Siempre hay esperanza. Aunque los jedi pueden imponer orden y justicia o restaurarlos, no pueden juzgar a los demás. El juicio a la venganza lleva, y la venganza el camino del lado oscuro es. ¿Se debe acabar con un asesino como Malak? Para responder a estas preguntas la voluntad de la Fuerza has de consultar, tomarlo apresuradamente no debes, mediar para el equilibrio está implícito en tu tarea.
Acabo por adoptar un rostro más afable, virando levemente el rostro mis parpados ascienden, mis pupilas observan con sutileza y comprensión los ojos de la padawan, mi zurda a la espalda y mi diestra a la altura de mi hombro, usandola para ayudarme en la expresión. Trato que comprenda que no está sola en este cometido. Y que para actuar correctamente para con el equilibrio, ha de consultar con la Fuerza cuanto haga. Si entiende su consejo y deja que penetre en ella, hallará la respuesta.
Mi corazón latió con algo mas de alivio, al tener la sensación de entender lo que el maestro me estaba diciendo. La verdad es que había conseguido recuperar parte de mi confianza perdida. Me limito a orecerle una sonrisa sincera, al igual que mis palabras.
-Gracias maestro Vandar, como siempre vuestra guía aclara un poco mas mi camino y eso me tranquiliza, que la fuerza le acompañe.
Es momento de retirarme, debo preparar mi marcha y hacer caso de los consejos de Vandar, quizá en mi alojamiento pudiese llevar a cabo ambas tareas hasta que caiga la noche.
Me despido con una profunda reverencia mas que en señal de respeto, de agradecimiento.
Se hizo dificil descansar, de tal modo que la intranquilidad no se lo permitió, una vez en la nave que transportaría a tres jedi, entre ellos dos maestros de la orden y a Aladiah hasta la nave insignia de Malak pudo entonces, y sólo entonces, entrar en paz consigo misma quizás ante la ayuda de estar viajando a la velocidad luz, a través de la galaxia, cruzandola sin que nada más importase.
La meditación relajaba los músculos del cuerpo, despejaba la mente y aclaraba las ideas, todo parecía más sencillo a manos de la Fuerza, cuando la mente lograba atravesar el fino espacio que la separaba de lo real, todo perdía parte de su sentido pero ganaba mucho más. Inhundaba su cuerpo, penetraba en su mente y la sumergía en un sueño profundo, un descanso controlado, un trance que muchos denominarian como espiritual o místico.
En aquella inmersión, tuvo una visión muy difuminada, un esbozo de lo que fue, de lo que es o de lo que será en la voluntad de la Fuerza...A pesar de que no conocia los rostros ni la indumentaria de malak o Revan sino por las historias, rumores y descripciones que de ellos se relataban a escondidas dentro de la academia jedi de Dantooine, comprendió al instante que se trataba de ellos, una lucha tremenda de dos poderes superiores enfrentados entre si, el sable de Revan, de un color azul intenso, impropio de los lores del sith sesgaba la vida de Malak, que caía al suelo en apariencia inerte. Puede que no estuviese muerto, puede que los gráciles movimientos de aquel que fue el alumno más prometedor del enclave de Dantooine no hubiesen acabado con su vida, pero si lo habían derrotado. Como no tan pocas veces ocurre, el maestro alecciona al aprendiz.
Cuando despertó la nave entraba en un rayo tractor, las sacudidas eran de importancia, y la meditación resultaba imposible para la padawan jedi, no conocía a ninguno de aquellos tres acompañantes, salvo que servían a la República, se trataba de un varón de complexión atlética, cabello largo y barba recortada, una padawan humana, posiblemente la aprendiz del primero, joven, mucho más que Aladiah, se encontraba asustada y trataba de disimularlo ante la severa mirada de su maestro, y un joven que jugueteaba con un comunicador en la diestra, el trio compartía raza pero no habilidades.
El más adulto informó a la twi'lek, la unica que parecía haber estado en otro lugar hasta ahora.
- Nos atraen hacia su hangar. Malak está en el crucero. Debemos extremar la precaución.
Continuamos en la siguiente escena: En la Órbita de Taris