Partida Rol por web

Vuelves poco a poco hacia el casco antiguo de Toledo. Antes de una de las entradas, la conocida Puerta de Bisagra, a la izquierda hay un parque. 

Al principio del parque, hay unas pocas personas, recogiendo algunas mesas y sillas pertenecientes a algún quiosco. Pero el parque se veía oscuro según te adentrabas en él. Las farolas no estaban encendidas y había muchos árboles que cubrían la noche.

Entre esa oscuridad, tus oídos pueden captar unos pequeños gemidos de placer. Parecía que había una pareja por allí cerca

Me acerco con paso tranquilo hacia donde escucho aquellos gemidos lujuriosos urdiendo un plan en cada paso. Cuando finalmente llego donde se encuentran les hablo con un tono muy tranquilo y sin levantar la voz

- Buenas noches caballeros, policia nazional.

Podría ser que dudasen de mi tapadera, aun que un hombre bien vestido en un parque en medio de la noche no encajaba en casi ningún otro perfil; aún así tenía un plan secundario por si mi interpretación resultaba poco creíble

- Me temo que están realissando una actividad ilegal y voy a tener que multarles. Documentazzion por favor. 

La pareja se separa respirando entrecortadamente. La chica se arregla la falda, mientras el chico se guarda su miembro y se abrocha los pantalones

Mientras la chica se termina de ajustar su blusa, el chaval comienza a hablar

Claro, señor agente, aquí tiene mi documentación, pero... De verdad, si no estamos haciendo daño a nadie. Tampoco estamos molestando, sólo... sólo queremos algo de intimidad...

La chica recoge el bolso del suelo y lo abre. Demasiado sonrojada para decir nada, saca su DNI y te lo da

- Mirren, esta situassión es muy embarazosa. Nunca querría que mi hija carrgara con antecedentes de este tipo. Así que vamos a haser una cosa. Voy a dejar que la chica se marche, perro usted tendrá que acompañarme a comisaría.

Les dije esperando la típica reacción del machito caballeroso que obliga a la mujer a marcharse, quedandose el corderito a solas con el lobo.

Está bien dijo el joven Elena, vete. No te preocupes, no diré que estuve aquí contigo. Vete a casa ahora. Te llamo mañana le dijo y terminó dándola un beso de despedida

La chica no dijo nada, seguía sonrojada por ese momento tan embarazoso. Empezó a caminar despacio al principio para acelerar en cuanto pudo reponerse.

Ya está, señor agente. ¿Me tiene que esposar o podemos ir así?

- Oh, no chico... no no no

Le digo paternalmente pasandole un brazo por encima del hombro y entornando una sonrisa maléfica

- Si te zientas te contarré una historia...

Le digo acompañándole hacia un banco cercano del parque u otro lugar oculto entre las sombras

Notas como un escalofrío recorre el cuerpo del chico. En un primer momento, se queda quieto, sin moverse. Pero, tras un leve empujón, camina a tu paso. Os internáis un poco más en el parque. La oscuridad es cada vez más pronunciada.

Puedes ver varios árboles y algún que otro matorral. A pocos pasos más hay un banco, donde os sentáis.

¿Una historia? De verdad, señor agente, no entiendo qué hacemos aquí... Pensé que me iba a llevar a comisaria, no.... No lo entiendo

- ¿Errez tonto niño??

Le digo dándole una colleja mas humillante que con intención de hacerle ningún daño, con la mano que le rodeaba los hombros

- ¿Todavía no entendiste que no soy polizzia?

Mis ojos se quedan clavados en los suyos, disfrutando a la espera de cada una de las reacciones del chico mientras se iba dando cuenta de donde se había metido. La mano de la colleja le rodeaba ahora el cuello para mantenerlo sujeto y quietecillo; y para que no intentara escapar burdamente lo cual le hubiera quitado toda la gracia

- ...no deberías fiarte tan fazzil de la gente ¿sabes?

La cara del chico se va abriendo con terror y ves cómo se pone blanco de pánico

¿Qué quiere decir? No, no... No llevo dinero encima... ¿Me va a matar? Por favor, si no soy nadie, ¡¡¡¿por qué a mi?!! No me haga daño, por favor no me haga daño...

Las palabras del chico, a parte de ir subiendo de volumen, están acompañadas por lágrimas de terror

- ¡¿Estás llorrando?!

Me levanto indignado con su barbilla cogida entre el pulgar y el índice colocándome delante suyo de pie

¡Plas!

Suelto una sonora bofetada con el revés de mi mano izquierda

- Contrólate. Si sigues gimiendo así, puede que me replantee lo de hazerte daño

Le digo con mi frialdad alemana. Estaba disfrutando de aquello, pero demasiado miedo podía agriar el sabor de su sangre

- Dime, ¿Por que deberría dejarte vivir?

Mi mirada era fija y penetrante, como la de un militar poniendo a prueba al nuevo cadete

El chico te miraba sin comprender. Traga saliva y carraspea, intentando mantener su tono de voz

Porque... porque... mi padre... Sí, mi padre tiene dinero. Sí, ¡eso! Seguro que si le pides un rescate, lo pagará. ¡Te pagará mucho!

¡Por favor, de verdad, no me mate, que yo no he hecho nada, de verdad...!

- ¿Ezo es lo que vale tu vida? ¿dinerro? ¿Un dinerro que ni si quiera es tuyo?

Me cuadré delante suyo

- Y aún que así fuera... No erres tu dinerro, no erres la ropa que vistes, no erres el coche que conduzes ni los zapatos que calzas. Dime, ¿de qué estás hecho?

Le pedía con extrema autoridad para que se centrara en su respuesta, en lo que le pedía y no en salvar su lindo culo

- Está clarro que no eres valiente, de haberlo sido me habrías intentado reducir o golpear, erres el típico mierdecilla... ¿me equivoco? ¿vale para algo tu miserable existencia?

Le dí otro golpe con la palma de la mano en la sien provocativamente para que volteara la cabeza

- ¡Contesta!

Ordeno autoritario

Tras recibir el golpe, el chico te mira totalmente descolocado

¿Qué qué soy?... No le entiendo, señor. Me ha dicho que es poli, que ahora no lo es... ¿De qué va? ¿Qué pretende de mí? ¿Qué quiere?

Y su cara vuelve a cambiar. Parece que ha entendido algo. Se queda pálido y se encoje

¡Quiere violarme! Es eso, ¿verdad? ¡Nooo!

- ¡Te pregunté si vale parra algo tu miserable existenzia!

le susurro intimidantemente eludiendo sus ridículas interpretaciones

- Te lo diré de otra forma para que tu cerrebro asustado lo procese versauen

Le agarro del cuello ahora

- Si no me respondes lo que te pido, te violarré o haré que alguien lo haga si es eso lo que tanto temes, ¿entiendes?

Le amenazo acercando mi cara a la suya

- ¿Qué vas a hasser en la vida que te diferencie del resto del ganado? ¿cuál es tu mayor cualidad?

Formula la pregunta poco a poco, para que tenga tiempo de entenderla y pensar una respuesta y luego me quedo con los ojos clavados a los suyos preparándome para la inminente dentellada que lanzaría a directa a su cuello si la respuesta no me satisfacía lo suficiente, y la verdad era que no tenía muchos números de acertar visto lo asustado que estaba

¿Ganado? susurró el joven mientras seguía mirándote asustado, al tiempo que volvía a tragar sonoramente

Pues... pues yo... Estudio para dirigir una empresa... Bueno, un banco. Mi padre es el director y yo seré su sustituto...

El chico se intenta apartar de ti. Está claro que tu cercanía le pone muy nervioso. Ves como uno de sus brazos se mueve lentamente hacia atrás, como buscando algo

Antes de que el chico pueda hacer nada más, mis fauces se abren de par en par cayendo sobre su cuello lo más rápido que pueden para pillarlo desprevenido y que ni si quiera se de cuenta de lo que ha ocurrido.

Suficientes problemas tenía con Lebronch para romper ahora la mascarada por un universitario de mierda. Aun que al fin y al cabo, según decía era un futuro director de un banco y por muy de segundas que fuera el banco aquello no se podía despreciar...

Te lanzas sobre el cuello del joven con velocidad. Le pillas desprevenido, por lo que no puede hacer más que retorcerse durante unos pocos segundos mientras le muerdes.

Su cuerpo comienza a relajarse y pone los ojos en blanco. Suelta algún gemido mientras te alimentas.

Antes de dejarle sin sangre, te separas de él. Con un rápido gesto, te haces un pequeño corte en la muñeca y le das a beber.

Al rato, el chico parece volver en sí. Te mira extrañado, al tiempo que se toca el cuello, donde le has mordido

¿Qué ha pasado?... ¿Qué me has hecho?

- Te he envenenado.

Como siempre las medias verdades eran mucho mas dañinas que las mentiras

- ¿Cómo te llamas, muchacho?

No estaría de más conocer el nombre de mi sirviente.

- Como veo que a parte de cobarde, erres un poco tonto, te lo explicaré parra que entiendas, da?

Digo poniéndome bien las mangas de la camisa debajo la chaqueta

- Lo que te dí es un veneno y un antídoto al mismo tiempo: Si no te lo vuelvo a administrrar, mueres.

Una pequeña mentirijilla ayudaría a tener collado a aquel joven

- Si se lo cuentas a alguien, no hay más veneno: mueres.

Si tratas de investigar de qué veneno se trrata, o haces cualquier cosa que me parezca sospechosa: mueres

Si te revelas contra mi o me intentas quitar el veneno... umm bueno, de hecho esto no va a ocurrir porque erres un gallina, pero te puedes imahinar lo que ocurriría, verdad?

Mirandole a los ojos intimidatoriamente me despido

- Mañana a las 9 de la noche serrás aquí esperándome. Buenas noches.