Partida Rol por web

Angelica sacó la lengua de forma traviesa como si aquello hubiese sido un error tonto cuando Irina la "regaño", no obstante aquello había servido para que pudiese asegurarse de tomar el antídoto y tener una preocupación menos en su mente. -Ahora solo me queda encontrar a Karin y Ari, espero que se encuentren bien allí donde les haya tocado vivir... -Debía encontrarlas cuanto antes para así quitarse de encima aquellas flores y de paso no esperar mucho tiempo puesto que no sabía si se marchitarían en poco tiempo o si perderían sus propiedades.

-Bueno, si no podemos quedarnos me gustaría ir a visitar a mis compañeras, así puedo ver que tal están y de paso conozco a las habitantes con las que conviven. Aunque no se si eso supondrá alguna molestia... -Aquello último lo dijo con un tono algo más desanimado como si realmente quisiese ir a verlas, aunque la verdad es que estaba preocupada por si habían terminado en manos de alguna loca. De todas formas, si conseguía visitarlas, tendría que pensar como hacer para quedarse a solas con ellas y así darles su parte del antídoto o bien buscar alguna otra distracción para evitar más problemas.

Giró la cabeza varias veces, mirando primero a Shimi y después a Yura, comparando rasgos, hasta que se fijó en las colas y pensó que había estado haciendo el estúpido esos segúndos. No creía que hubiese muchos de su especie, y menos que no estuviesen emparentados.

Entonces vendrás mucho por aquí? Se alegró al pensar que podría verla de vez en cuándo, pues era una cara conocida, o más bien una de las pocas personas de ese pueblo que sabía que no quería violarla.

Se puso de espaldas a ellas al ver cómo Shimi se subía la falda y dejaba al descubierto sus nalguitas un poco enrojadas por el castigo que había recibido. Aunque le hubiese tranquilizado el efecto de la flor, seguía molestando, y no era cuestión de ir probando hasta cuánto aguantaba, aunque Shimi fuese una mujer.

-Ai...Hermana...se mas suave por favor...que lo haces muy....ahí no me pellizques una nalga. Mala. Se quejo un poco Shimi conforme su hermana mayor, Yura, iba cuidando de su delicada piel, aunque por respondona si que le pellizco una nalga. -No te quejes Shimi o dejo de colocarte esto. Informo Yura con tranquilidad mientras iba acabando. Una vez acabada, la pequeña zorrita dio un suave salto de su falda y se coloco bien el vestido con una sonrisa de alivio. -Muchas gracias, ya no duele nada.

-Vengo de tanto en tanto, la verdad es que es de lo mas divertido pero mi hermana le encantan usar las hierbas en pipa y a mi mucho tiempo con este aroma me llega a marear. Por eso le pedí a la gran dama que me hiciera una casa, en casi nada me mude. Y tu que? Te gusta estar con mi hermana?

-Quieres ver a una de tus amigas? Preguntaron al unisono cuando salisteis de la cabaña de la gran dama, quedándose un momento pensando que camino debían tomar. -mmm...Podríamos ir a casa de Yura no? Es siempre mas agradable y seguro que nos da alguna golosina. Comento Cintia con una sonrisa pero Yumi negó rapidamente. -No digas tonterías, a estas horas Yura siempre esta ocupada haciendo sus cosas, si fuera mas tarde quizás si, pero por el día ella hace sus hierbas ya lo sabes.

-Pues entonces iremos a ver a Rachnera, ella estaba con la chica peliroja no? Seguro que sera mas divertido, ademas ella suele ser mas activa. Con ese pensamiento en la cabeza, te guiaron hacia la cabaña de la llamada Rachnera. Al llegar, que no tardasteis demasiado, llegasteis a una cabaña llena de telas de araña a su alrededor. Las dos chicas llamaron a la puerta de igual manera a como lo habían hecho en casa de Alice. Pero nadie contestaba. -Se habrá ido?

A Angelica no le importaba por donde empezar, mientras pudiese ayudar a sus dos amigas tenía más que suficiente por el momento puesto que eso les daría suficiente tiempo como para poder comenzar a preparar un plan de escape de una vez por todas. -Bueno, vosotras sois quien conocéis el lugar así que os lo dejo en vuestras manos~ -Comentó con una sonrisa, tratando de seguirles la corriente y de paso ser amable con ellas para que aquello no terminase de alguna forma extraña.

Tras llamar a la puerta y esperar un rato pudo comprobar que nadie abría, haciéndoles pensar que tal vez no hubiese nadie en aquel momento. -Si ha salido supongo que tendré que esperar para poder visitar a Ari, aunque no estaría mal si les dejasen acompañarnos también para que pudiesen ver la aldea. -Aquel era un contratiempo para sus planes, pero al menos sabía que si iba más tarde podía tener una oportunidad para verlas y darle la flor. -Entonces, ¿qué podemos hacer mientras? Supongo que me tocará esperar para ver a mis amigas.