Partida Rol por web

El monstruo era imponente y tenía todo a su favor, por lo que empezé a correr en dirección al castillo. Si no quedase más remedio, me enfrentaría a él.
 

Shalazar chascó su lático contra el suelo en cuanto vio al cancerbero que había en la puerta del castillo. Una prueba más se enfrentaba a ellos, una aberración más que había que destruir.

Entonces el Belmont vio como su compañera y aliada Belnades le dejaba  atrás para huir a un sitio más seguro. Quizá esa fuera la mejor opción, huir sin más y enfrentarse al maligno.

Aceptó su destino, no había que derrochar fuerzas, y si había alguna escapatoria, Belnades parecía haberla hallado.

Hay que saber quien es el verdadero enemigo para no derrochar toda la energía que disponemos. Pensó antes de largarse de allí a toda velocidad.

Dejasteis atrás a aquella criatura sacada del infierno. La carrera era agotadora, pero sabíais que era necesaria, vuestra capacidad física os hizo coger una ventaja en la carrera que os permitiría entrar en el castillo sin problemas.

Al cabo de un par de minutos, comprobasteis que el portón del castillo estaba justo a vuestro alcance, sin embargo visteis algo más, se trataba de una pequeña escalera que bajaba hasta dar a una puerta mucho más pequeña. Necesitabais tomar una decisión ¿entrar por la puerta principal, o probar por la pequeña escaleras abajo? por desgracia debía ser una decisión rápida puesto que la criatura podría alcanzaros en cualquier momento.

Shalazar Belmont era de los que atacaban de frente. No era de los que se decidían a usar el subterfugio o la picaresca de su lado. Era un tipo de esos que si tenían que atajar un problema lo hacían y punto. Así que en cuanto vio la escalera pequeña que descendía, miró a la Belnades confiando en que ella fuera como él y desestimase aquella opción.

Shalazar Belmont empujó la puerta principal sin dudas, ni temores, ni nada. Quería enfrentarse al Maligno en cuanto tuviese la menor oportunidad. Y para ello, sin duda, debía tomar el camino principal.

Vamos. Apremió a la bruja. Hay un enemigo que vencer.

Tan pronto como ví el camino alternativo me dirigí a él. Observé como Shalazar se dirigía hacía la puerta principal, pero ya era tarde para cambiar mi decisión debido al Cancerbero. Una vez dentro, me dí la vuelta sorprendida de que Shalazar hubiese ido por el camino directo. Directo a la guarida del lobo, necio. Debemos ser lo más sigilosos y escurridizos posible...Te ha faltado mandar carta al Maligno anunciandole nuestra llegada. Con estos pensamentos me decidí a afrontar mis próximos pasos.

Shalazar lanzó una mirada de desaprobación cuando la Belnades tomó el camino alternativo. Cobarde. Pensó el Belmont.

¡Al maligno hay que atacarle de frente! No seas una insensata. ¿De qué te servirá recurrir a una entrada secreta si él es el dueño del castillo? ¡Sabrá de tu llegada en cuanto la cruces, al igual que sabrá de mi llegada!

Separados correremos más peligro. Tú verás si te marchas por ahí. No creo que seas capaz de sobrevivir sola. Dijo sin volverse más hacia atrás y avanzando por la puerta. Si ella consideraba que ese sería el mejor camino, el Belmont no le insistiría más...

Los momentos de tensión no acababan, sabías que la criatura podría darte alcance en cualquier momento. Pudiste observar que la puerta pequeña que daba acceso al castillo te resultaba la opción más interesante. Dicho aquello comprobaste que bajando las pequeñas escaleras que había en el jardín te toparías con ese acceso, sin embargo existía un curioso problema, aquella puerta estaba cerrada.

Justo a tus pies descubriste los fragmentos de lo que podía ser una llave, sin embargo en dicho estado era totalmente inutilizable para la puerta.