El encapuchado se revolvió rápidamente y me arrojó arena a la cara, cosa que no esperaba. No pude apartarme a tiempo y quedé cegada. Ahora sí que te la has ganado, me da igual quién seas. Acabaré contigo.
Mientras, tanteaba con los brazos a mi alrededor.
Motivo: Evitar
Dificultad: 20
Habilidad: 12
Tirada: 1 2 6
Total: 2 +12 = 14 Fracaso
¿El escudo sólo protege contra daño directo?
Sigo espectante. ;)
Efectivamente, el escudo no puede protegerte de un truco así, lo peor es que parecía que aquel tipo encapuchado lo sabía, algo que te hace sentirte curiosa a la vez que preocupada.
El encapuchado hizo sonar una pequeña risa de ¿satisfacción?
- Estáis preparados... - y de pronto desapareció como por arte de magia, haciendo un alarde de velocidad increíble. ¿Quién era aquel tipo y porqué se puso realmente en vuestro camino? y sobre todo ¿por qué ha huido ahora?
Ahora nada ni nadie se interponía en vuestro camino.
Ahora deberá postear Shalazar y después Vetla.
No sé lo que has hecho pero al menos le has hecho huir. Aquella compañera que le habían mandado parecía poco digna de llevar el apellido Belnades. No es que pensara que era impostora, al menos aún no. Pero lo que sí que pensaba que quizá tendría que preocuparse más por ella y por mantenerla con vida, que la propia ayuda que ella podría darle.
El caso es que el Belmont decidió avanzar y seguir hacia delante, al fin y al cabo ahora si que no había nada que se interpusiese en e camino. Así que hizo un gesto con su mano para dejarla a ella pasar primero. Por favor, mi señora. Sigamos adelante.
Estaba impactada por la capacidad de combate del encapuchado. Me generó muchas dudas el no haberle podido vencer fácilmente. No estás a la altura, Vetla.Fracasarás. Pero no debía dejar que mi compañero lo notase, éso traería la vergüenza a mi clan y a mí.
¿Qúe creéis que era éso?¿Por qué no me ayudásteis? Pregunto mientras adelanto a Shalazar.
Haced una ronda más los dos.
El mal puede vestirse de muchas formas y colores, mi señora. Ese ser tan solo era una prueba más para desafiarnos. Era una prueba que debías superar tú sola, para ver si verdaderamente eras válida para cumplir esta misión. Está claro que sigues viva, eso te da un punto a tu favor. Pero deberás esforzarte más.
No te he ayudado porque debías lograrlo tú sola, para que así comprendieras si verdaderamente eres la elegida.
Shalazar inventó un destino para explicar aquello. No es que fuera cierto lo que decía, o al menos no es que lo supiese, pero desde luego era una amenaza que su compalera no había llegado a superar con expectativas, así que no debía bajar la guardia en ningún caso. Aún no las tenía todas consigo de que tuviera las espaldas cubiertas con la ayuda de la mujer.
¿Cómo?¿Habríais dejado que ese ser me matara en vuestras narices sin hacer nada por ayudarme?¡Pues ya habéis visto que no os he necesitado para hacerle retroceder!
El hecho de pensar que el encuentro había sido una prueba me hacía sentir muy reforzada. Por primera vez desde que me encomendaron la tarea, me sentía a la altura de las circunstancias. La única preocupación que me quedaba era mi compañero, que parecía tan fuerte como inconsciente.
Tras la acalorada conversación y caminar unos cuantos metros al frente, uno de vosotros abrió la verja, ganasteis acceso a los jardines exteriores del castillo.
Lo siniestro que era el edificio se veía compensado por la exuberancia de los jardines, aún quedaban unos 300 o 400 metros para llegar a la puerta del castillo. La extensión de aquel territorio era increíble, pero lo que más ponía los pelos de punta era el tremendo silencio que había.
La vegetación era de todo tipo, estatuas de piedra de mujeres desnudas decoraban con gran elegancia el lugar ¿el mal tenía buen gusto? es posible...
Belmont torció el rostro ante la brubuconería de su compañera. ¿Acaso crees que he llegado hasta aquí para dejar morir a inocentes? No habría dejado que te pasase nada, lo único que quería comprobar era si verdaderamente eras una Belnades y no una impostora.
Luego se queda mirándola para observarla más profundamente, como si quisiera leerle los pensamiento o algo así. Ten en cuenta que el mal puede vestir diferentes rostros, y tú puedes ser uno de ellos. O podías, ya que me he dado cuenta de que cierta mente eres la elegida. Concluyó mientras atravesaba aquellos majestuosos jardines.
NdD: He quitado a Gheorghe de los destinatarios.
No daba crédito a lo oído. ¿Yo una importora? Ciertamente conocía casos en los que las fuerzas oscuras usaban tales artimañas, pero en esta ocasión no me parecía lógico. Y de ser así,¿cómo se que vos sois quién decís ser? No estaba segura de nada, dudaba ya de quién era mi compañero.
Me detuve en seco. Podría ser un agente enemigo, por eso no me ayudó en la pelea. Deje que él reanudase la marcha y luego le seguí a unos metros de distancia, vigilante.
Continuad, haced una ronda más, se ha puesto muy interesante.
Shalazar sonrió ante la duda de su compañera. Esa es la actitud. Duda hasta de tu sombra y no confíes en nadie. Dijo volviendo a sonreír y adentrándose en los terrenos del castillo. No le importaba que desconfiara de él, para nada. Pero solo una única persona era capaz de poseer el látigo de Belmont. Y él lo traía consigo. Sabía que la Belnades era una novata, desconocía muchas cosas, pero al menos esperaba que supiese que nadie, nada más que él, era capaz de poseer semejante arma legendaria. Pero no se lo hizo saber, tarde o temprano la bruja se daría cuenta y sabría que podría confiar en él. Pero hasta el momento, solo le quedaba dejarla sospechando hasta de ella misma.
La respuesta me dejó helada. Esperaba algún tipo de defensa por su parte...¿Cómo puedes estar tan tranquilo? Yo tampoco siento miedo, pero si presión. Es mucho lo que está en juego aquí... Pero si fuese parte del enemigo, podría haberse unido al desconocido y yo no habría tenido oportunidad de salir viva en una lucha dos a uno. Saldré de dudas cuando le vea en acción.
¿Queréis hacer o decir algo más antes de proseguir?
De repente empezasteis a escuchar un ruido acompañado de unos pequeños temblores ¿qué estaba sucediendo?. Los temblores eran cada vez más cercanos e intensos, pero según mirabais hacia el castillo no detectabais nada, aún faltaban bastantes metros para llegar a la entrada, aunque suene irónico, parecía el único lugar seguro ante los extraños acontecimientos que se estaban percibiendo.
Poco tiempo después mirasteis hacia atrás, la impresionante imagen de una monstruosa criatura de tres cabezas apareció de entre la oscuridad, mostrando sus afilados dientes y brillantes ojos que rompían la noche
La criatura comenzó a correr hacia vosotros, en aquella situación parecía viable intentar llegar hasta el castillo rápidamente y encontrar refugio bajo su techo...
¡Es vuestro turno!
Quien quiera huir en dirección al castillo tendrá que hacer una tirada de atletismo dif 9.
¡No os durmáis chicos que os toca a vosotros!