Partida Rol por web

Turno V21!!

La corta inteligencia de Dieter no logró asimilar todo lo que el Alto Capitular había dicho en su discurso. No era hombre demasiado culto en política, ero si vio que un simple, inocente, podía provocar una guerra civil en el Imperio. ¿Cómo era posible aquello? ¿Tan complejas eran las relaciones entre las iglesias y las instituciones del Imperio, incluida la nobleza?

Sí que comprendió lo que quería que ellos hicieran, encontrar pruebas pero había una contradicción en lo que les ordenaba: pues les ordenaba premura al mismo tiempo que le pedía que evitaran altercados. Dieter sólo conocía un método rápido de obtener información: quebrar algunos huesos. Llegado el momento, lo haría.

Obedeceré. Semejante calumnia no puede caer sobre la Iglesia de Sigmar.

Turno V21

Gustav estaba más desubicado de lo habitual con todo aquello. Realmente allí no pintaba nada si es que lo había pintado en algún momento en aquel grupo. Se debatía entre la ambición de gloria y gestas junto con la inevitable sensación de fatalidad que le arraigaba a un destino intrascendente en la gran historia del imperio.

Cuando su mismo padre le había dicho que moriría como desecho de la caridad y la piedad de hombres más relevantes para la sociedad, y cuando no había encontrado un solo refugio en el mundo en el que pudiese sentirse respetado ni con más calma que la que le otorgasen sus puños frente aquellos que siempre buscarian una oportunidad para divertirse a costa de su estupidez; ¿Como podía el imaginar que era aquella su labor?

Alli estaba su oportunidad para redimirse. Quizás no fuese demasiado listo pero necesitaba el respeto y la autorealización más que cualquiera de los otros alli presentes como para verse necesitado de implicarse en el asunto.

.-Dos m-manos hazn mas que una. Tres más que dos. Voy-.

En sus ojos había una determinación que camuflaría su inocultable estado mental. Incluso se había olvidado de la mano que le preocupaba por tocar la bolsa de la piedra bruja.

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Aquello era una locura de una magnitud mucho mayor de lo que mis mas descabellados pensamientos me habían llevado a imaginar, y eso no era precisamente decir poco.

Había escuchado en completo silencio, algo raro en mi, mientras el Alto Capitular nos explicaba con detalle la situación y sus nefastas consecuencias, dejando claro que el Imperio estaba al borde de desastre. Si la sociedad humana no se había desmoronado aún era precisamente porque gente como Stolz lo evitaban a todas horas...

Pensé en lo frágiles que eran realmente los humanos, sus relaciones de amor odio y sus estúpidas rencillas internas. Hacia apenas unas semanas luchaban hombro con hombro contra el Caos y ahora eran capaces de matarse por algo así, con los enemigos caídos aún calientes y por quemar y otros tantos a las puertas en espera de la muerte.

Mi raza sabia muy bien que era aquello. Primero los traicioneros elfos, luego los derrumbes y acto seguido las guerras goblin... Mire con fiereza al elfo mientras aquellos pensamientos asolaban mi mente, casi transpirando rencor en estado solido - No necesito que un elfo hable por mi- bramé de improviso cuando Shurtugal intervino. - Encontraremos esas dichosas pruebas sin destrozar nada, ni nadie, a menos que sea necesario si eso me permite ajustarle las cuentas a Liebnitz al final - acabé diciendo cruzandome de brazos sobre el pecho.

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Thorsten, tras las palabras de todos, salió un momento de su ensimismamiento y se presentó timidamente ante el alto capitular - mi nombre es Thorsten Donhart, originario de Nuln, os pido disculpas por mi silencio, pero todo este caso me abruma en demasía -

El aprendiz, visiblemente tembloroso se había movido inquieto en su sitio escuchando con atención todo lo que alli se decia. - Por supuesto que ayudaré a esclarecer todo este asunto, haré todo lo que esté en mi mano, para evitar todo este desastre. -