Turno VIII-15
Por fin habían acabado con el ultimo enemigo cuando de repente se materializo un demonio ocupando el cuerpo del Sacerdote, el asunto no pintaba nada bien, estábamos heridos y cansados después del arduo combate que habíamos tenido, poco mas podíamos hacer que luchar contra aquel ser, con mi espada poco mal podría causar a aquella criatura, así que utilizo toda mi atención en defender la vida de Dieter, para así darle tiempo a recuperarse, mientras miro donde esta la calavera, por si esta a mi alcance romperla de un espadazo por si las palabras de Roderic tuvieran razón.
Tirada oculta
Motivo: Ataque
Tirada: 1d100
Resultado: 100
Turno VIII-16
Thorsten ya ni recordaba cuando había hecho un uso tan intensivo de los vientos del Aethyr y de momento estaba saliendo bien parado, sin embargo, al igual que cualquier modalidad de combate aquél era una actividad extenuante, por ello, cuando ya creía que había materializado su proyectil de fuego, la chispa se le fue y una voluta de humo sustituyó lo que debía haber sido una conjuración ofensiva.
Zacarías no tuvo problema en encontrar la calavera pues esta colgaba del pecho del demonio, aunque parecía que el brillo de sus ojos se había apagado y que la esencia que la habitara se había materializado en la criatura que ahora les enfrentaba. Estando al alcance de su espada y tras escuchar las palabras de Roderic, lazó su mejor ataque contra el artefacto. Acero forjado y latón chocaron, sin embargo, el caos había transmutado las leyes de la física. El filo de la espada estalló como si hubiera golpeado con una botella de cristal haciéndose añicos, la mano se le quedó entumecida por el impacto y el pomo se le escurrió entre los dedos.
Lo ocurrido no distrajo al matador de encarar su destino con sus mejores armas, el tesón, el coraje, la fuerza de sus brazos y filo argento. El hacha alcanzó al demonio hundiéndose con profundidad en el brazo. Aquella no eran sino buenas noticias, aquella cosa sangraba. Tiró del hacha para descargar un nuevo golpe, en esta ocasión dirigida al pecho.
Un nuevo chorro de sangre os salpicó a los que le rodeabais. El golpe fue bueno y aunque se podía ver la sorpresa en la cara del demonio, aquellos golpes no fueron suficientes para terminar con su vida y la cólera encendida brilló en sus ojos con intensidad tensando los músculos de sus brazos para descargar un golpe mortal sobre el matador que lo había dado todo.
El golpe fatal sin embargo no llegó, y el brillo se extinguió de su ojo izquierdo, el derecho se había desecho al ser ensartado por la espada de Róderic, espada que siguió su camino hasta atravesar el lado contrario del cráneo.
La bestia del caos cayó fulminada liberando lentamente en su caída la espada que había terminado con su vida.
Solo un segundo duró aquella paz. Por un lado, a vuestra espalda, las puertas del templo se tambalearon de nuevo, augurando que los cierres no aguantarían una tercera embestida, por otro, en vuestros oídos o inundando la sala, no sabríais decir, sonó la carcajada de una voz demoníaca. - ¡Necios! ¡No podéis vencer a la voluntad del Dios de la sangre! Lo que habéis derrotado no era más que una pequeña parte de su esencia y al hacerlo habéis conseguido que esa parte vuelva al corazón del Caos. Hay dos reliquias más, cada una de las cuales contiene otra porción de esta y cuando las tres se unan, Xathrodox el desollador, volverá a este mundo en toda su plenitud para bañarse en la sangre de los mortales. ¡SANGRE AL DIOS DE LA SANGRE! -
Aturdidos todavía por aquellas palabras y antes de que pudierais moveros el gran fuego de Ulric erupcionó. La inmensa e intensa llamarada lamió vuestros cuerpos atravesándoos e inundando la Gran sala con sus incontables lenguas igneas.
- HABÉIS PROTEGIDO MI TEMPLO Y A MI GENTE. DEJAD LA CONTIENDA RELIGIOSA A UN LADO MIENTRAS SE COMBATE AL VERDADERO ENEMIGO. DEJAD QUE ESTA MARCA SEA UN SÍMBOLO DE UNIDAD PARA TODOS. -
Todavía envueltos en llamas la nueva voz cesó y el reverso de vuestra mano derecha ardió.
Las puertas crujieron de nuevo y esta vez se abrieron de golpe y al hacerlo, las llamas retornaron a su habitual calma.
El Comandante Schutzmann entró a la carrera seguido de Stolz y Ranulf y tras ellos un pelotón de la guardia para encontrarse con vosotros, solos delante de la llama eterna, perplejos y con las armas en vuestras manos, sin rastro alguno de los enemigos caídos mas que por las múltiples heridas recibidas por vuestros cuerpos. En el dolorido dorso de vuestra mano un tatuaje de fuego representando al lobo blanco rampante con el martillo de Sigmar.
- ¡Qué demo..."- empezó a decir el Comandante, aunque se detuvo al notar la mano del padre Ranulf sobre su hombro.
Tirada oculta
Motivo: Tirada Explosión
Tirada: 1d100
Resultado: 22
Tirada oculta
Motivo: Daño Explosión
Tirada: 1d10
Resultado: 10
Tirada oculta
Motivo: Crítico
Tirada: 1d100
Resultado: 24
Todos.- Fin del combate. Habéis adquirido la marca de la unidad y un punto de destino.
Dieter.- Ya puedes actuar.
Dieter y Kurdrim.- Recordad que estáis heridos grave.
Marca de la unidad.- +10% a las tirada de carisma entre los seguidores de Ulric y de Sigmar. +30% cuando se argumenta a favor de la armonía religiosa y de cooperación contra los enemigos del imperio.
Turno VIII-16
El demonio pareció un ser mortal cuando las armas de sus compañeros lograron atravesar su carne y herir. Y Dieter vio con sus propios ojos cómo el demonio caía bajo aquellas armas mundanas, junto a las llamas del Fuego de Ulric. Sin embargo, antes de morir el demonio lanzó una advertencia, que de ser desoída auguraba un terrible castigo sobre el Imperio.
Pero lo más sorprendente de todo fue escuchar la voz que había surgido del sagrado fuego.
¿Era el mismo Dios Ulric el que nos ha hablado?
Así debía ser, pues en su templo recibieron su bendición. Una extraña marca. Sigmar y Ulric, unidos. ¿O acaso había sido Sigmar el que había hablado a través del fuego?
Turno VIII- 16
Filo Argénteo relució bajo las danzantes luces de la llama de Ulrik golpeando en dos ocasiones al demonio y regándonos con su impío icor; dos golpes tremendos, mortales en cualquier ser de carne y hueso, que sin embargo no habían logrado derribar al ser. Rabioso, y sorprendido por las heridas sufridas tan prontamente, la criatura se dispuso a enviarme a saldar cuentas con mis ancestros.
Mi ataque furibundo había dejado mi guardia abierta, en aquellas décimas de segundo fui rápidamente consciente que el siguiente golpe del demonio, dado mi lamentable estado, sería lo último que viera en este mundo. Sonreí amargamente mientras aflojaba levemente la presión sobre mi arma. Una relajación inusitada en semejantes circunstancias me embargó y casi podía escuchar las ancestrales sagas enanas sonando a pleno pulmón en los salones de mis antepasados
No temía a la muerte, de hecho la ansiaba y estaba listo para recibirla. Morir bajo las garras de un demonio era una muerte digna. Expiaría mis pecados y ...
¡NOOOOO!- rugí abriendo los ojos como platos al ver como el arma del recién incorporado atravesaba el cráneo de la bestia aprovechando su distracción, negándome mi fatídico destino
La bestia se disolvió en el aire mientras su fétida voz nos obsequiaba con una funesta advertencia y a mi espalda el sonido de la puerta cediendo se hacía mas intenso. A duras penas escuché la voz ultraterrenal que nos hablaba después desde las llamas, antes de engullirnos en lo que tampoco fue una muerte abrasadora, sinó algo mucho mas extraño y desconcertante... siquiera atendí al picor en la mano cuando todo acabó ni en quienes habían entrado.
Solo tenía ojos para el lugar, ahora vacío, donde antes estaba el que debía ser mi verdugo
Me incorporé, pues sin darme cuenta había caído de rodillas como fulminado por un rayo, acercándome a Roderic con paso tembloroso fruto de la rabia situándome ante él. La inercia me dictaba aporrearlo, maltratarlo físicamente hasta que me sangraran los nudillos... pero por otro lado había acabado con el ser
Tú... tú...- balbuceé mientras apretaba los puños y hacía muecas con el rostro desencajado - ¡La próxima vez deja que me mate antes de atacar, idiota!¡Esa era mi muerte y tú me la has negado! -un cúmulo de sensaciones se agolpaban en mi mente. Rabia, frustración, cierto alivio mal reconocido, orgullo por haber abatido a un ser como aquel...
Me miré entonces la mano, ante el insistente picor, y me rasqué despreocupado, como quien lo hace con una picadura de insecto molesta. ¿Una nueva marca? Yo quería la muerte, no una cicatriz extraña que a saber de donde había salido...
Necesito emborracharme hasta caer inconsciente... tal vez logre morir ahogado en cerveza...- añadí dejando caer los hombros, notando como una tristeza y apatía monumental caían cual losa sobre mi
Turno VIII-16
Aún con el ataque que Kurdrim había lanzado sobre el demonio, éste se resistía de manera inusitada a volver a los infiernos. Arremetí contra él y con un golpe certero conseguí ensartar a la criatura la cual se fue difuminando cual vapor. Sí, por fin!!, el esfuerzo había sido formidable pero habíamos conseguido abatirle. En su despedida nos dejó una amenaza, todavía nos quedaba bastante camino por recorrer hasta llegar al origen...
Al instante, y con cara de pocos amigos Kurdrim me "agradecía" ese último ataque que terminaba con la vida del demonio, tú hubieses hecho lo mismo, nuestro destino nos llega a todos sin previo aviso, tarde o temprano lo abrazaremos, pero parece que todavía no compañero. Seguro que nos aguardan más peligros que afrontar, y tu hacha tendrá que dar buena cuenta de nuestros enemigos.
La voluntad férrea del enano era encomiable.
Se oyen palabras, unión de religiones, qué está pasando realmente. Contra quién estamos combatiendo, una marca de fuego que aparece en la palma de la mano nos une a todos. Preguntas que deben ser respondidas.
Turno VIII-16
Por desgracia el ataque contra la calavera no había tenido el éxito esperado, y aunque Kurdrim había conseguido impactar con su hacha al demonio este no había caído, por suerte Roderic con su ataque había conseguido acabar lo que el Enano había empezado, una sonrisa de se dibujo en mis labios, la amenaza había pasado, por lo menos de momento ya que las palabras del demonio no presagiaban nada bueno, pero ya habría tiempo de pensar en ello, Kurdrim no sufras demasiado por no haber encontrado la muerte en manos de este demonio, seguro que mas pronto de lo que esperas volverás a tener otra oportunidad, eso si acuérdate de pagarme antes de que eso ocurra, no puedo evitar decir esto ultimo en medio de una risa producto de la tensión vivida ...mientras no dejo de mirar el lobo grabado a fuego en nuestras manos, el favor del Dios estaba con nosotros...
Turno VIII-16
Sufriré lo que tenga que sufrir, y eso lo decidiré yo- refunfuñé mientras, haciendo caso omiso a los recién llegados y sus más que posibles preguntas, me encaminé hacia la salida rumbo a la taberna mas cercana mientras metía la mano bajo mi barba y, con metódica minuciosidad, extraía las monedas prometidas a Zacarias -Ahí tienes. Un enano siempre cumple su palabra. No vuelvas a dudarlo- añadí con el mismo tono hosco y abatido.
Turno VIII-16
Mirando su mano, Throsten se dió cuenta de cuan desesperada era la situación.
Todo pasaba demasiado rápido. Habíamos fracasado en nuestra misión, y los demás actuaban relajados, haciendo bromas.
¿No os dais cuenta de lo que ha pasado? ¡Hemos perdido! El objetivo de esos traidores era canalizar el poder de la reliquia de nuevo a su dueño mediante el ritual, y lo han conseguido. No solo el poder de la reliquia le ha sido devuelto sino además el de las almas de estos malditos traidores, cuya energía sin duda está ahora siendo devorada por el Señor de la Sangre.
La última vez en que los libros de historia cuenta que los dioses del Imperio pusieron de lado sus diferencias fue en la última invasión del Caos...y por las palabras que nos acaban de llegar desde el infierno, eso es lo que nos espera si no detenemos lo que hemos permitido empezar.
Padre Ranuf, ¿es consciente de lo que ha pasado aquí? ¿Ha oído la propia voz del propio Ulric?
Throsten dirigió su mirada hacia la calavera, intentando discernir si en ella quedaba algo de su energía impía...
Turno VIII-17
Todas las preguntas lanzadas al aire quedaron sin respuesta pues nadie las conocía y mientras Kurdrim se dirigía hacia el corredor, fuera de la Gran Sala pasando entre la guardia de la ciudad, Thorsten buscaba la calavera con la mirada, pero allí no quedaba nada, las llamas de Ulric habían purificado aquel lugar y cualquier resto del caos había desaparecido incluida la calavera.
- Kurdrim. - dijo el comandante con voz grave. - No encontrarás una cerveza ahí fuera. Es noche cerrada y ninguna taberna hay abierta por el toque de queda. Además, no hay mejor cerveza en Middenheim que la que puedas encontrar en el palacio del Duque. - añadio con tono amable.
- Volvamos todos al palacio. - dijo en tono cordial, si bien todos sabíais que era una orden.
Una vez empezásteis a andar y volviendo a su voz autoritaria, dijo a un miembro de la guardia - Sargento, tome a 10 de sus hombre y asegure el templo. -
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