Muchas leyendas humanas tradicionales hablan de hadas que roban a los niños de sus camas, o incluso sus cunas. Y, en realidad, estas leyendas tienen sus raíces en hechos reales. Muchas hadas prefieren raptar a sus nuevos “pupilos” a una edad muy temprana, y las desapariciones de bebés ciertamente son una gran parte de las desapariciones que históricamente se atribuyen a los monstruos. Después de todo, arrebatar de su cuna a un niño que duerme es mucho más fácil que abducir a un robusto joven capaz de defenderse. Además, las circunstancias podrían frustrar la abducción de un joven, mientras que los balbuceos de un niño – si es que alguien los comprende – pasan desapercibidos con mucha más facilidad, o son minimizados por los adultos. Además, a pesar de que la estancia en el país de las Hadas a menudo prolonga considerablemente la esperanza de vida humana, comparada con las Auténticas Hadas, la esperanza de vida humana es un periodo infinitesimalmente corto. Haciéndose cargo de ellos lo más pronto posible, las hadas se aseguran de que, para cuando llegue el momento de que los humanos tengan la edad suficiente para ser útiles a sus abductores, los niños ya estarán acostumbrados a aceptar cualquier cosa que en la realidad del país de las hadas se considera como “normal”. Sus Vigilantes, además, querrán tener el máximo periodo de tiempo posible para usarlos como pupilos.
Sin embargo, la mayor parte de los Changellings encontrados como adultos, no fueron tomados de bebés. Mientras que muchos humanos fueron robados de sus cunas, su tasa de mortalidad es muy alta, debido a la frágil naturaleza de la infancia humana, los peligros inherentes de Arcadia, y la poca fiable atención que van a recibir de las hadas. De hecho, ningún humano secuestrado por un hada cuando era un bebé ha regresado al mundo mortal por sus propios conocimientos. Sus recuerdos del mundo humano son simplemente demasiado débiles para permitirles encontrar un paso a través del Límite para regresar a su tierra natal. Aquellos que se las arreglan para huir de los cuidados de su Vigilante y buscar un mundo que realmente nunca han visto están destinado a vagar eternamente en el Límite hasta que finalmente o bien sean hallados por otro Vigilante, o posiblemente acaben en un destino mucho más funesto.
Una vez que los humanos son capaces de deambular sin supervisión, quizá a los cino o seis años, proporcionan muchos más retos y beneficios a sus raptores feericos. Los humanos son mucho más propensos a entablar batalla contra la entidad que intenta llevárselos por la fuerza, y quizá de atraer la atención de otras personas, si no pueden detener el ataque por si mismos. Por otra parte, también posee una mayor fortaleza para resistir las pruebas y tribulaciones de la vida en el reino de las hadas, y al tener una identidad humana mucho más firme, puede servir mejor a los propósitos de sus Vigilantes que un individuo que fue llevado como un niño de pecho. Para algunas Auténticas Hadas, capturar a un humano es un reto deportivo – un juego de astucia y habilidad, no muy distinto del modo en que los humanos ven la caza. Estos individuos en general evitan tomar cautivos a niños, e buscan de manera intencionada no sólo adultos, sino aquellos adultos que más van a poner a prueba las habilidades del hada. Atletas, practicantes de deportes de riesgo, incluso aquellos que son cazadores ellos mismos, proporcionan a los deportistas feericos el reto que buscan, y una vez que han cobrado su presa humana, se toman el gran placer sádico de usar a sus nuevos pupilos como reclamos para atraer a futuras presas a Arcadia.
No todos los changellings son abducidos a la fuerza. Algunos son seducidos con zalamería para cruzar la frontera entre el mundo mortal y el reino de las hadas por entidades mucho más viejas y con más práctica en las artes sociales de lo que jamás será un humano. Como corderos que van al matadero, los changellings siguen a sus aspirantes a captores a un destino que no pueden comprender, y que no podrían evitar ni aunque lo comprendiesen. Las leyendas hablan de aldeanos siguiendo luces fantasmales o misteriosos susurros hacia el interior de los bosques para nunca más regresar. Esos globos amorfos de fosforescente iluminación pueden parecerse al fenómeno natural del gas de las ciénagas, pero no ocurre de forma natural que la bioluminiscencia atraiga de manera artística a aquellos que la siguen hacia las profundidades del Límite. Otras hadas son más directas. Ganándose la simpatía de un humano, pueden tomar la apariencia de un niño perdido, o un animal perdido, y guiar al buen samaritano que trata de ayudarlos hasta el país de las hadas, probando que ninguna buena acción queda impune. La lujuria también es una poderosa motivación, y muchos humanos son literalmente para cruzar la frontera y atravesar el Límite hasta Arcadia. Y, por supuesto, muchas de las leyendas del demonio haciendo un trato con alguien para obtener su alma tienen sus raíces en hadas pedantes que ofrecieron abiertamente un acuerdo a un humano igualmente arrogante. Desafortunadamente para la humanidad es mucho más raro que el resultado del trato sea favorable al humano de lo que nos dicen los cuentos de hadas.
A pesar de la avaricia de las hadas por conseguir siervos humanos, no todos los changellings son originalmente el producto de sus esfuerzos. Aunque es prácticamente imposible para un humano entrar en el Límite sin alguna clase de ayuda sobrenatural, esa ayuda (deseada o no) no siempre viene de las hadas. Ciertas circunstancias pueden abrir portales hacia el mundo de las hadas, y no sería la primera vez que alguien con un desafortunado destino caiga en su interior y se encuentre en el espinoso laberinto del Límite. Desafortunadamente, una vez que han entrado y se alejan de la entrada, es muy difícil regresar, y las hadas suelen patrullar el Límite buscando a aquellos que se han perdido en las Espinas (pero que aun no han sucumbido a sus peligros). Presentándose como protectores y benefactores, esas hadas lo tienen realmente fácil para convencer a sus nuevos pupilos de que les prometan lealtad. Trágicamente el resultado es tan debilitador para el nuevo changelling como si hubiese sido llevado por la fuerza.