Chavalada... no quiero que acabéis como yo...
Tenía... tenía... una prometedora carrera como entrenador pero mi mala suerte la truncó...
He sacado 4 calaveras seguidas y he gastado más segundas oportunidades que nadie.
Me hundí en una espiral de llanto de la que aún no he salido...
Ahora ayudo a otros que, como yo, no pueden vivir sin el llanto.
Pasa... siéntate...
Te escucho...