En una maniobra espectacular, el camaro derrapa, encarando la carretera. Apurando el cambio de marcha, el vehículo deja atrás la calle rugiendo como una bestia salvaje, mientras los coches de policía, torpes, se quedan atrás. Uno de ellos se come el guardabarros trasero del coche contra el que os habéis estampado hace un rato, que fortuitamente le revienta una rueda.
Eso os da ventaja, y las sirenas suenan lejanas. Patrick conduce, con las venas del cuello hinchadas. Parece que está algo pallá, o sea, loco. Esquiva a los coches con maestría, tanta que parece un jodido piloto de rallies. En cuestión de 10 o 15 minutos, mientras el coche recorre las ya menos vigiladas calles de Toluca Lake, creeis que habéis dado esquinazo a la poli.
Tronick está bastante mal, y el corazón se le está parando, latido a latido. Diara está herida, pero algo mejor.
Tirada: 2d6
Motivo: Conducción polis
Resultados: 1, 2
Y como si un blues brother se tratara, Patrick deja atrás a la pasma, mientras saca el brazo por la ventanilla, levantando el dedo corazón.
Solo una cosa era segura: a marrullero, nadie ganaba a un irlandes cabreado.
-Oye, chica- miró hacia Diara-...¿conoces a algun doctor de los bajos fondos que este dispuesto a sacar una bala y no escribir nada de ello? El Tronick se nos muere, no es algo que me importe, pero luego tendremos que deshacernos del cadaver y tardaremos mas.
Se dió un coscorrón en la cabeza cuando se dieron el golpe, miraba con los ojos bien abiertos a Sean y de vez en cuando al loco, como le llamaba ella, no tenía buena pinta..
Suspiró aliviada cuando escuchaban a la poli lejos de ellos y se inclinó más en el asiento, sentandose en el borde justo detrás de Sean.
- Sí, sé donde hay uno, espero que nos pueda hacer el favor..pero nos atenderá y callará. En la siguiente calle gira a la izquierda..- le da las indicaciones por donde tiene que ir, hablando a su nuca ya que está sentada justamente detrás de él.
- ¿Cómo andas..?- le preguntó, comenzaba a sentirse algo mal y miraba constantemente a Tronick comprobando que estuviera bien, más bien que no se muriera.
Tirada: 2d6
Motivo: Bajos fondos
Resultados: 4, 5
Tronick habla en un murmullo.
- Estoy jodido.
Con las manos temblorosas y con sangre, Tronick saca su teléfono movil y marca un número. Al hablar intenta hacerlo normal como si no le pasase nada.
- Bob, pedazo de maricona. Maldito cerdo comunista y politoxicomano. Es posible que no pase por casa en unos dias asi que coje las llaves si tienes fuerzas para arrastrar tu culo maloliente. Debajo de la cama hay una caja de cartón con unas cuantas revistas de "Salesman Today". Encontrarás dos tabletas de ácidos, 37 cápsulas de extasis y 12 de cristal, un saco de farlopa. No, tamaño bolsa del Wall Mart, gilipollas. Hongos, peyote y laudano en la caja de zapatos y debajo la quetamina. En la mesilla hay un saquito de maría, no te la fumes toda, yonki de mierda. Puedes liarte los canutos con la revista porque se me ha olvidado comprar papel.
- No, no me pasa nada raro en la voz, lo que pasa es que tu eres retrasado y oyes mal. Estoy en Malibu, en la piscina de unas hermanas gemelas menores de edad que conocí anoche en el Tiffany´s Club, hablando desde el telefono conectado a un ordenador que me ha traido su mayordomo europeo y patizambo. Sus padres estan de vacaciones en Las Vegas y tenian ganas de marcha. No, no van a tener ganas de follarse tambien a un jodido drogadicto sidoso que no es capaz ni de orinar sin mearse en los zapatos. Si te doy la dirección me dejarias mal, asi que tu dedicate a meterte mierda y a ver Saturday Night Live. Tronick cuelga el telefono pero se le cae de las manos al intentar guardarlo. Ya no tiene mas ganas de hablar...
- Joooderrr - Dice con un hilo de voz.
-No quites la mano!- le dice a Tronick cuando se pone a marcar por teléfono. Coloca ella ambos manos sobre la herida del hombre haciendo presión para detener la hemorragia, le estaba poniendo el coche tibio..
Miraba hacia Sean y le iba dando las indicaciones para llegar al médico que le había dicho.
- ¿Queda algo de coca??- nota como se le va pasando el efecto y siente la necesidad de tomar algo.
- Tranquilo Tronick.. saldrás de esta, ya lo verás- le recoge el móvil y se lo apaga, dejándoselo a un lado. Se aparta el pelo que le cae a la cara con el dorso de la mano para no mancharse de sangre, pero algo se mancha la frente.
Tronick esnifa de la coca que tiene metida en los bolsillos, ya más pallá que pacá. Patrick aparca donde Diara indica: una casita unifamiliar de dos pisos con jardín delantero. El sueño americano, en un barrio decente de Los Ángeles, lejos de las peligrosas bandas de Compton y relativamente cerca de la fortaleza de Beverly Hills, donde la poli patrulla con asiduidad.
No hay nadie en la calle, excepto un niño repartiendo periódicos con una bicicleta.
Se baja del coche y pide a Patrick que vaya sacando a Tronick mientras ella habla con el médico.
Le cuesta aún andar por la herida que tiene en la pierna, pero llega a la puerta y llama al timbre, mira hacia atrás para ver que tal van los otros dos y al no recibir respuesta sigue insistiendo con el timbre y golpeando la puerta.
Tirada: 2d6
Motivo: Suerte
Resultados: 1, 5
Él (creo) estaba con un buen subidón por la carrera y por tener a Diara tan cerca, aunque no lo reconocería. Salió del coche y rodeó a Tronick con un brazo y lo sacó del coche, con cuidado para que no se de en la cabeza.
-Mierda, Tronick, has pringado el coche de sangre.
Se quejó, no sabía porque, siempre estaba en "contacto" con el extraño personaje, no podía soportarlo y Patrick creía que era mutuo.
Llevó al herido frente a la puerta y dio un buen manotazo al cristal para llamar la atención del inquilino.
-¡Abran la puerta, joder!
- No es ni tu puto coche ni siquiera, payaso. La proxima vez pringaré tu culo con mi semilla del amor, si lo prefieres... Jodido metrosexual fascista...
Por muy loco que estuviese Tronick le parecía gilipollesco que un agente de la ley se preocupase por la tapiceria del coche cuando a el le habian metido una herida de bala. Por listillo, Mickey se hizo una nota mental : Cuando al jodido irlandés le metiesen una herida de bala, y hubiese que llevarlo en el coche de Tronick, ya se ocuparía el de pedirle un taxi. Por no ensuciar su tapiceria. Ni siquiera las estupideces que el decia continuamente y de las cuales no era consciente podían igualarse al comentario que acababa de hacer el policia...
Los tres llegan a la puerta de una casita unifamiliar, propia del sueño americano, aunque no tenga jardín delantero. Consiguen bajar a Tronick como pueden, y pican a la puerta, entonces abre un hombre negro que se estaba limpiando las manos en una toalla. Éste reconoce a Diara.
-Jooder. ¿Pero como cojones me traes a un herido a mi casa?
Por fin abre la puerta y le ve.
- Necesito que me hagas un favor, no podemos ir a un hospital, no podemos perder el tiempo allí, es una larga historia.. ¿Nos ayudas? Puedo pagarte, eso no es problema - le miraba algo desesperada.
El negro les hace pasar, más para que no puedan veros en la calle que por ayudaros. Comienza a caminar en el recibidor, nervioso.
-Joder, joder. No es cuestión de dinero. Mi mujer vuelve dentro de tres horas, y no sabe nada de estas movidas. Cree que solamente trabajo en el hospital, así que imagínate que pasará si vuelve a su casa y se encuentra a su marido operando a un gangster en la mesa de la cocina. Dime, ¿Como cojones crees que se pondría?
No soy ganster, soy filósofo... ¿¿Por quién me tomas??
Dice Tronick ya a duras penas. El muy pirado empieza a avanzar hacia la entrada tirando de sus compañeros.
Como no me saques esta puta bala pronto tu mujer no te va a ver operandome en la mesa de la cocina sino desangrangrado en tu jardin, encima de esos geranios de ahí... ¡¡¡Sacame esta bala, jodido racista!! ¿¿Es porque soy blanco, verdad? Coff coff....