Partida Rol por web

Cuando veo al Teniente llegar junto con sus tropas y el vehiculo, me cuadro y le saludo militarmente, luego respondo en posición de firme:

- "Señor, tengo ocho soldados vivos, 4 de ellos con heridas de gravedad, el piloto está muy herido tambien. Su copiloto y mi artillero están muertos, Señor. Estamos listos para irnos, Señor."

Espero su respuesta, mientras le hago señas a mi Cabo de que brinde cooperación al medico que viene para mover a los heridos.

Buendía no pudo evitar arquear una ceja al ver quién lideraba el equipo de rescate Joooder, el teniente en persona, y parece que los chinches no han podido con él pese a intentarlo! pensó, orgulloso del oficial al mando

Coooooño, cabrones, pensé que nunca me alegraría de ver vuestras feas caras, pero estaba muy equivocado! dice Jake saludando a los miembros del escuadrón Heat con una enorme sonrisa.

Y yendo hacia el interior de la lanzadera, se acerca a Sonny y Sonia tratando de animarlos Vale, Sonia, la próxima vez que te pongas junto a una puerta abierta cuando haya turbulencias... ¿te pateo el culo para que vayas hacia adentro, o hacia afuera?

Y guiñándole un ojo a Sonny añade Venga, Sonny, tío, no te me arrugues ahora cuando llega la caballería. Que hay muchos ranchos aún por comer esperándote en la cocina!

El rescate estaba de camino y el vehículo avanzaba sin problemas entre la nieve.Un segundo de respiro para el escuadrón después de los acontecimientos pasados, era algo de agradecer. El propio teniente había venido a buscarnos, eso significaba problemas y a juzgar por el estado de su armadura, los había habido y posiblemente los hubiera, aunque no espaeraba más ese día.

Como un acto reflejo el cabo salió detrás del sargento a recbir al teniente, después del saludo y el informe rápido del sargento Evans sabía lo que tenía que hacer.-Enseguida señor.-Dando media vuelta acompañó al médico al interior del amasijo de hierros en que se había convertido la aeronave.-Raynor, Buendía, ayúden a transportar a los heridos cuando los termine de ver el médico. Aleksei suelte esa radio, ¿no quería aprender medicina?, prepare las camillas y ayude al médico en lo que le haga falta.- Patrik se quedó como "enfermera" y para iluminar las feas heridas de sus compañeros mientras las examinaba el médico.

La conmoción de la situación le había dejado a Dereck petrificado en su sitio. Simplemente se había quedado ahí, sin hacer nada mas que mirar como actuaban sus compañeros.

Cago en dios... muevete- habia sobrevivido a un ataque masivo de una montón de bichos y esto no iba a paralizarle. Lentamente, comienza a levantarse y observa el panorama: habían muerto varios soldados y otros tantos estaban heridos- sobrevivir a los bichos para esto- desde luego, era mala suerte.

Al escuchar las palabras del cabo no duda en intervenir- puedo ayudar en el transporte de los heridos señor.

En aquel helado lugar por fin había llegado la salvación para los infantes del escuadrón Fox, los infantes de apoyo se movilizaban a lo largo del terreno formando un perímetro y subiendo a los heridos al vehículo.
El teniente Tsumina que fue quien se encargo en persona de ir a rescatarlos al ver el incidente daba ordenes para preparar todo, los heridos debían ser estabilizados y los caídos debían ser llevados también, nadie se quedaba atrás si podían evitarlo.
Una vez el ultimo de los infantes hubo abordado el vehículo inicio su marcha de nuevo, hacia tiempo atrás el escuadrón Fox había iniciado su retirada hacia aquel fuerte, al parecer por fin podrían llegar hasta allí.
La calma y el cansancio se apodero de los infantes llegando incluso algunos de ellos a no recordar nada del camino hasta el fuerte o incluso asegurando sentir que habían dormido una eternidad,  el viaje solo había durado menos de 5min.
Afuera un gran caos se escuchaba, motores de una infinidad de vehículos y gritos de ordenes les indicaban que algo se estaba gestando afuera y no fue hasta que el vehículo se detuvo que pudieron percatarse de todo. Aun mal heridos pero ayudados por la atención medica y por sus compañeros de escuadrón uno a uno los infantes fueron descendiendo de aquel vehículo de trasporte.
Lo que allí vieron lo recordarían siempre, había heridos por todos lados, vehículos destrozados que eran remolcados, una infinidad de lanzaderas que iban y venían por las alturas. Frente a ellos se encontraba el fuerte Helado y a sus alrededores se abarrotaba una gran cantidad de vehículos pertenecientes a la compañía, o mas bien a lo que quedaba de ella.
Había una gran cantidad de heridos que eran transportados a toda prisa al interior del fuerte, había sangre que bañaba la nieve en grandes cantidades, había infantes moribundos, infantes mutilados, y sobre todo había infantes faltantes, muy pocos habían regresado del resto de pelotones de la compañía. La misión no tenia en lo mas mínimo un aire de éxito, mas bien parecía una masacre.
Entre aquellos heridos había una presencia que era claramente resaltable, bañado en sangre y envuelto en una infinidad de gazas y vendajes estaba el capitán Frank Fussel, comandante en jefe de la compañía, sus heridas parecían ser muy graves. Su mirada estaba perdida en el infinito mezcla de dolor y tristeza; al pasar junto al vehículo noto la presencia del teniente Tsumina que aun se encontraba en la zona impartiendo ordenes... lo que el capitán allí dijo era un claro señalamiento de lo que allí había ocurrido.
Sujetando del brazo al teniente con sus manos ensangrentadas el capitán lo miro fijamente intentando articular palabra alguna.
-No... no.. nosotros, nosotros, se suponía que seriamos leyendas, que seriamos héroes, se suponía que seria recordado por siempre... que... que ha pasado teniente, esto... esto no puede, no puede ser real, no puede ser real, no puede ser real-
La camilla que trasportaba al malherido capitán Fussel se alejaban cada vez mas apagando su melancólica voz. Sin embargo para los infantes el sonido aun era los suficientemente claro en sus mentes como para no poder dejar de escucharlo.

Desde que nos subimos al vehiculo, descansé mi cuerpo, mas no mi mente. Daba vueltas y vueltas a la situación, mi cabeza no dejaba de pensar en que toda está operación ha salido mal. Desde el comienzo nos encontramos con más resistencia de la que podiamos lidiar. Nos separamos, nos perdimos, nos dividimos. Toda la fuerza de la Infanteria Movil tuvo que verse dispersada en este planeta, mermando de una manera inmensa la capacidad operacional de la Compañia. Si estos bichos lo hicieron a proposito, fueron unos expertos en aplicar la vieja tactica de "Divide y vencerás". Si no fue deliberado, tienen demasiada suerte.

El viaje fue corto, pero para mi cuerpo agotado fue un gran descanso. Cuando llegó el momento de bajar, lo hice primero, como siempre. Lo que ví fue abrumador. A pesar de que muchas veces habia visto al equipo diezmado y una cantidad de bajas superior a la mitad de los efectivos, siempre fue en operaciones pequeñas. Era tan impactante como triste saber que independiente de la escala de ataque, la proporción no varia. Me recordó a las noticias de la famosa operación K.

Ver al Capitán Fussel en ese estado, y delirando de esa forma baja la moral, claramente. Ver como el cuerpo se rompe no se compara a ver como el espiritu se quiebra, sobre todo de un hombre tan fuerte y admirado como él. Pero este es el momento en que los hombres y los lideres demuestran su valor, el barco no se hunde con su Capitán, pues para eso estamos el resto, para mantener al flote todo lo que queda, hasta el ultimo soldado.

Me giré hacia mis hombres y grité:

- "Escuadron Fox, el paisaje es feo y está nublado. Pero nosotros somos los soldados de la Infanteria Movil. No nos rendimos, no lloramos y no nos agachamos ante ningun enemigo. Si el jodido planeta está en nuestra contra, le pateamos el culo al planeta entero. Nuestros compañeros necesitan apoyo y es precisamente lo que vinimos a darles. No nos rescataron a nosotros de la caida, nos fueron a buscar para que nosotros los rescataramos a ellos. Ahora quiero que todos ustedes preparen sus cuerpos, sus cabezas y sus corazones, porque el ultimo escuadron que llega es el que hará la historia que el Capitán esperaba de sus hombres. No dejaremos que nos venzan, no dejaremos que nos ganen y no dejaremos que ningun bicho de mierda se suba a una colina a gritarle a sus putos compañeros que expulsó a la IM. Es el momento de que vayamos allá y hagamos que salga el sol otra vez. Cabo, mueva a los hombres ahora, que no nos pagan por hora. ¡MUEVANSE!"

Empuño fuertemente mi rifle y desciendo del vehiculo, mirando hostilmente al mundo que no ha ofrecido más que violencia, caos y muerte. Aun asi, no estoy rendido y mientras quede algo de sangre en mi cuerpo fluyendo, ni los bichos, ni la nieve, siquiera una maldita caida en lanzadera serán capaces de detenerme de cumplir con mi deber.

Doy un paso al frente, dispuesto a continuar con esta guerra hasta vencer.

Ante la broma de su compañero, le miró con los ojos algo caídos, cansada y dolida, antes de decirle con el gesto un poco torcido, un intento de sonrisa:

- Si me pateas hacia fuera, Buendía, te vuelo la rodilla por gracioso.

Incapaz, en su estado, de hacer prácticamente ninguna otra cosa, se tuvo que dejar llevar por sus compañeros y el equipo de rescate al vehículo para que les llevasen al fuerte. Desde luego, Sonny y ella se habían llevado una buena... Y les iba a llevar un tiempo recuperarse, sin duda. Pero bueno, al menos iban a sobrevivir, sin duda.

Durante el trayecto, la chica, inevitablemente, cerró los ojos para descansar, quedándose medio dormida. Normal, una herida semejante... No abrió los ojos de nuevo hasta que llegaron al fuerte... y entrevió, a duras penas en ocasiones, el horror de todo lo que había pasado con el resto de la compañia. Diablos... les habían jodido pero bien. Relativamente, ellos habían tenido mucha suerte, por lo que parecía.

Sin embargo, lo peor fue ver, desde la camilla, al capitán en ese estado. Era el último que te esperabas que se hundiera moralmente, y más así. Menos mal que Focker estaba allí presente para dar ánimos, como siempre. Sonia se permitió sonreír levemente, acomodándose en la camilla:

- Sí, les patearemos el culo a todos los puñeteros bichos...

El viaje de vuelta se ofrece tranquilizador, Evans tomó asiento levantándose de inmediato. No podía estar quieto, la adrenalina le recorría el cuerpo, miraba por las ventanillas del vehículo incapaz de pararla. Aún recordaba la fea cara de esos bichos correteando por la nieve. Tenía la sensación de que en cualquier momento el transporte sería asaltado por una ingente cantidad de bichos salidos de las mismísimas entrañas del planeta. Ya estaban cerca de la base, el resplandor de una ráfaga rematando uno de los bichos se lo indicó.-Eso es muchacho, machacale el cráneo.-La sonrisa de satisfacción le duró poco. Entrañas de bicho, patas antenas y cosas que nisiquiera tenían nombre estaban dispersas por el campo de batalla pero junto al verde y amarillo también empezó el rojo de la sangre humana. Primero fué sangre, luego cosas que es mejor olvidar. Patrik se sentó sin intención de levantarse, estaba cansado, cansado de esta guerra impuesta por un odio acerrimo hacia la raza humana. ¿Cuantas muertes se había llevado y cuantas tendrá que llevarse?. Los pensamientos dejaron de fluir cuando la puerta se abrió. Evans cogió el casco y se situó detrás del sargento Focker, un hombre que se había ganado toda su confianza con trabajo duro y no con galones y recomendaciones de un superior. Era increible ver al capi en un estado tan lamentable, mientras el seguía luchando contra sus fantasmas, el resto de la compañía intentaba desesperadamente no caer. Una camilla transportaba un cuerpo mutilado pasando al lado del capitán. Fué entonces cuando se me vino  a la cabeza esa frase.-Por cada medalla otorgada hay cien héroes anónimos.- El sargento infundió ánimos con su discurso y estaba claro que mientras siguiera en pié, no le defraudaría. Patrik Evans, Cabo, asignado al escuadrón Fox, colgó el casco del cinturón, se cuadró, saludó firmemente y con energía respondió para que todo el mundo en bastante radio pudiera oirle y hacerles sacar su orgullo.-¡¡SEÑOR, SI SEÑOR. SOMOS LA INFANTERIA MOVIL SEÑOR. NO NOS RENDIMOS Y NUNCA ABANDONAMOS SEÑOR, FUIMOS LOS PRIMEROS EN LLEGAR Y SEREMOS LOS ÚLTIMOS SARGENTO!!.-Dicho esto, comenzó ha movilizar a sus compañeros y trasladar a los heridos intentando dar ejemplo al resto de la compañía y enchir su orgullo.-

Habían llegado a su destino, y habían sufrido por ello, vaya que si. El combate contra los bichos había sido duro, pero su entrenamiento (y la suerte) habían estado de su parte, al menos por ahora.

Las palabras del capitán no ayudaban a calmar la situación, sin embargo su sargento solucionó eso con sus palabras

Asi se habla sargento- coreó Mackeyn- los bichos necesitarán algo mas de caña para acabar con este grupo. 

Mirando hacia Sonny- vamos tio, te acompaño a la enfermería a que te miren esas heridas. Total, hay que hacer algo hasta la próxima misión y quiero estar presente para que te curen bien: te he salvado el culo y quiero que me lo devuelvas en el siguiente combate. Y para ello tienes que estar en perfecto estado, asi que andando.

Jake soltó una carcajada ante las palabras de Sonia Chica, vuélamela por lo que quieras, pero no por gracioso! Reconoce que sin mi cháchara todo sería mucho más aburrido dice con una amplia sonrisa, viendo que su compañera está de suficiente buen humor para bromear

En cuanto ella cerró los ojos, el consejero táctico dio un vistazo y vio que la mayoría la imitaba. Pero él no podía descansar, al menos en esos momentos... Todavía seguía muy enfadado consigo mismo por haberse quedado aterrado en medio del combate. Le había fallado al escuadrón, y el hecho de que se recuperara a tiempo de hacer picadillo a un bicho king size que se les venía encima no era para él compensación suficiente...

Pensaba todo eso cuando sus ojos se abrieron como platos, incrédulo al ver el caos que rodeaba al fuerte. Montones de heridos, vehículos yendo y viendo y, lo más importante, muchas bajas, demasiados huecos en la compañía...

Mierda, joder! Si ya me olí yo algo al principio con el despliegue... Entonces vio al capitán. Para él no fue tanta sorpresa como para el resto. Bueno, que estuviera vivo sí, pero sus palabras tenían una lectura muy diferente para él que para los demás

Alguien la ha cagado a lo grande, seguramente Inteligencia... Y cuando Inteligencia la caga, quien paga el pato es la IM! Jake lanzó un suspiro mientras ayudaba a bajar a los que estaban más heridos que él -total eran dos meros rasguños comparado con lo que tenían otros- aunque no consiguió dejar de pensar en todo lo ocurrido

Mala información de Inteligencia, y un despliegue equivocado. El capitán jugó a ganador y perdió. Tal vez hubiera sido más sensato una bajada más conservadora, con todo el mundo más agrupado, pero... a toro pasado, todo el mundo es maestro

Este último pensamiento era claramente obsoleto, era una frase que le gustaba recordar a su padre. Un día le explicó su origen, pero ahora Jake no estaba para ponerse a recordarlo...

Señor, sí señor! Haremos que el capitán Fussel esté orgulloso de nosotros, señor! El escuadrón Fox ya le ha dejado claro a esos asquerosos chinches quién es el puto amo en esta especie de congelador tamaño XXXL, y ahora vamos a hacer que se arrepientan de haber puesto sus jodidas patas en este cubo de hielo!

Dio un vistazo a los sanitarios que se llevaban a Sonia y, guiñándole un ojo a ella les amenazó, con una sonrisa de oreja a oreja Cuidadla bien, pero no demasiado, que igual se acostumbra a la buena vida! Y parcheadla bien, que es una infante de primera!

La situación, catástrofe total, es lo más que puedo ver desde mi asiento (o más bien tumbona) de enfermería. Por desgracia, o por suerte según lo que veo en las caras de mis compañeros, la verdad es que ando lo suficientemente grogui como para no poder darme cuenta realmente de todo lo que pasa a mi alrededor. Aun así, las fuerzas me dan para poner una sonrisa en mis labios ante los discursos y las frases de mis compañeros, a las cuales no tengo apenas nada que añadir, teniendo en cuenta que casi caigo como un soldado anónimo más en este condenado polo de hielo gigante. Me relajo un poco más, a sabiendas de que aunque seguimos en peligro al menos tenemos alrededor todo un ejército de infantería, y me dejo llevar por los calmantes que me han subministrado hacia un sueño tranquilo y profundo, y confío que también reparador, aunque seguro que me siguen torturando en la enfermería un poco más.