Fuerte Helado
La nieve caía ligeramente sobre el fuerte, hacia apenas unos momentos el teniente Okaka y sus hombres habían logrado repeler a un gran numero de bichos que los atacasen. La situación actual era caótica e incierta, no había sufrido grandes pérdidas pero solo contaba ya con 2 escuadrones, el resto se habían perdido o habían desaparecido en el camino.
Tras varias horas de intento habían logrado entablar una corta y defectuosa comunicación con el resto de la compañía; la información que habían captado quizá no era tan alentadora como esperaba, pues al parecer prácticamente la compañía había dejado de existir.
Okaka miro al cielo, una lanzadera a lo lejos era atacada por un enjambre de bichos aéreos, tras lo cual esta pareció ser dañada gravemente y empezar un largo pero definitivo descenso. Lo único que el teniente pudo hacer fue lamentarse por los fieros infantes que fueran allí dentro y rogar por que tuvieran algo de suerte.
Proximidades al fuerte helado
-Esquívalo maldición, esquívalo- Grito el uno de los pilotos de la lanzadera mientras su compañero intentaba alejarse de una ráfaga de extraños proyectiles con forma de grandes dardos.
-Imposible, son demasiados, y vienen de diferentes direcc… rápido, sostente, sosténganse todos allá atrás!- Y tras las palabras del segundo piloto un fuerte impacto se sintió venir desde el costado derecho de la lanzadera; la sacudida fue estrepitosa pero no hubo ningún herido, a excepción de la lanzadera misma; y es que a la par de que los infantes iban intentando recobrarse del estruendo, los pilotos habían perdido casi por completo el control de la lanzadera y esta se precipitaba al suelo girando de forma irregular hasta que tras unos pocos segundos que parecieron una eternidad, la nave alcanzo un aparente equilibrio.
-Los sistemas están fallando sargento, irremediablemente vamos a tener que aterrizar pronto, intentaremos aterrizar fuera del fuerte para minimizar riesgos.- Y así fue…, tras largos segundos los infantes fueron testigos de la proximidad de un posible impacto, sobre todo por que en varias ocasiones pareció que los pilotos perdían el control y se precipitaban al suelo.
Así, al final con un gran esfuerzo de los pilotos la lanzadera logro tocar suelo, las compuertas yacían aun cerradas. Y por un instante que pareció una eternidad nadie se movió, todos habían visto de cerca la muerte y tuvieron su propio momento de reflexión. Tras este corto tiempo fueron los pilotos mismos quienes abrieron la conversación.
- Escuadrón Eco, hemos llegado. Eso que ven frente a nosotros es lo que se ha bautizado como el fuerte helado, la ultima defensa contra esta maldita inesperada invasión.-
Desde la ventana frontal de los pilotos se podía ver un fuerte viejo con una muralla de gran altura. Había infantes que corrían entorno a este y un gran cañón antiaéreo disparaba con gran cadencia contra algún enemigo muy en las alturas.
He asignado ya sus puntajes de experiencia por la escena. Pueden guardarlos para la próxima entrega que como quizá se habrán enterado arranca a mediados de enero; o también pueden gastarlo en equipo de una vez.
Iniciamos el epilogo; esta será una escena corta que mas que nada sirve para conectar esta partida con futuras entregas.
Esta escena mas que nada es para sentar las bases de cómo acabo todo en general y que sepan donde están ubicados con respecto al inicio de la próxima partida.
me quede un poco parado por el golpe final y estaba seguro que en mis brazos y piernas aparecerian cardenales por el bapuleo del descenso y aterrizaje, pero era hora de moverse, y para eso tendria que animarles, asi que sin mas, a la vez que me quito el correaje de seguridad digo con voz alta:
- Escuadron Eco!!!, vayamos a ese fuerte a darles por el culo a los Bichos!!!!
y cuando acaba se pone en pie coje su equipo y abre la puerta momento en el que el calor interno y sudor de pequeño habitaculo, es anulado al instante por la fria temperatura externa y las rachas de viento helado que entran sin miramiento alguno en la lanzadera.
vamos Willem, sal el primero, asi quizas se moveran, y pensado eso hecha a andar que se convierte en carrera cuando pisa la nieve fresca del planeta, diriguiendose sin mirar hacia atras a la voz en grito que apenas se escuha entre la ventisca:" SE PRESENTA EL ESCUADRON ECO DEL 2º PELOTON DE LA 47 COMPAÑIA, DE LA 3ª DIVISION DE INFANTERIA GUARDIANES DE SIRIUS!!!!!"
Viendo el ímpetu que tiene ahora Rodríguez, no puedo menos que seguirlo. - Ya escucharon a Rodríguez, si nos quedamos aquí somos pasto de los bichos, vamos pilotos. - Ellos mandarán cuando volamos, pero ahora en tierra saben que nosotros sabemos que hacer y por ello me tomo la libertad de apurarlos en dejar la ahora inútil nave e ir con nosotros.
Con las tres armas cargadas y listo para todo o eso me gusta pensar, salgo de la nave y voy tras los pasos del nuevo y mejorado Rodríguez.
Acordate que escuchamos por los comunicadores Rodríguez ;)
Miller menea la cabeza y no puede evitar una leve sonrisa.
¿De dónde sacan el ímpetu?
La jodida infantería móvil carga de nuevo hacia la muerte y lo hace con valor, sin vacilar. Aquellos hombres y mujeres lo daban todo por la humanidad, sabiendo que tal vez esta fuese la última misión, a cambio una paga miserable y en algunos casos la promesa de la ciudadanía.
El zapador agarró su fusil y siguió a los pocos compañeros que quedaban de su escuadrón al exterior de la nave. La ventisca azotó el visor de su armadura y la interfaz comenzó a avisar de la poca batería. Era hora de ganarse el pan matando bichos, era hora de hacer la guerra.
Lo de a voz en grito era para los del fuerte, que aunque tengamos comunicacion, la ventisca producira ruido de estatica... o no?
Rodríguez fue el primero en reaccionar abriendo una de las compuertas laterales de la lanzadera y saliendo al exterior llamando a gritos al resto de la compañía, sin embargo pocos lo habían escuchado realmente debido a la fuerte ventisca que azotaba en aquellos momentos, y de entre esos pocos aun menos habían sido los que habían volteado a mirarlo, la mayoría con una clara indiferencia. Y es que apenas Rodríguez abrió la compuerta y exclamo aquellas palabras tanto sus compañeros como el mismo pudieron darse cuenta de la situación real y en toda su magnitud.
Afuera un gran caos se escuchaba, motores de una infinidad de vehículos y gritos de órdenes les indicaban que algo se estaba gestando afuera. Un gran vehiculo que venia desde la retaguardia y que producía un gran ruido desde sus motores se detuvo justo frente a ellos; en aquel helado lugar por fin había llegado la salvación para los infantes del escuadrón Eco, infantes de apoyo se movilizaban a lo largo del terreno preparados para subir a cualquier posible herido al lugar.
El teniente Tsumina que fue quien se encargo en persona de ir a socorrerlos tras su llegada. Los infantes pudieron verlo dando ordenes continuamente a diestra y siniestra sin perder atención de los recién llegados. Los infantes sobrevivientes del escuadrón Eco habían perdido a muchos atrás, Smith y Follen habían sido descuartizados por un extraño bicho en aquella colina, allí mismo el cabo había volado en pedazos salvándoles la vida al llevarse con el a varios bichos, Fisher había caído en la cueva y había volado en pedazos allí mismo, a Clame tuvieron que dejarlo abandonado en aquel vehiculo tras su rápida retirada de la cueva; mientras el sargento yacía ahora en una camilla seriamente malherido y levantando su dedo pulgar al sargento mientras este respetuosamente le rendía un saludo militar que era secundado por varios de sus hombres. El Sargento probablemente no regresaría al campo de batalla nunca más.
Pero las impresiones de esos momentos no hubieron de acabar allí, lo que allí vieron los infantes al descender de la lanzadera lo recordarían siempre. Había heridos por todos lados, vehículos destrozados que eran remolcados, una infinidad de lanzaderas que iban y venían por las alturas. Frente a ellos se encontraba el fuerte Helado y a sus alrededores se abarrotaba una gran cantidad de vehículos pertenecientes a la compañía, o mas bien a lo que quedaba de ella.
Había una gran cantidad de heridos que eran transportados a toda prisa al interior del fuerte, había sangre que bañaba la nieve en grandes cantidades, había infantes moribundos, infantes mutilados, y sobre todo había infantes faltantes, muy pocos habían regresado del resto de pelotones de la compañía. La misión no tenía en lo más mínimo un aire de éxito, mas bien parecía una masacre.
Entre aquellos heridos había una presencia que era claramente resaltable, bañado en sangre y envuelto en una infinidad de gasas y vendajes estaba el capitán Frank Fussel, comandante en jefe de la compañía, y sus heridas parecían ser muy graves, aun mas que las del sargento Wolf. Su mirada estaba perdida en el infinito mezcla de dolor y tristeza; al pasar junto al vehículo noto la presencia del teniente Tsumina que aun se encontraba en la zona impartiendo ordenes... lo que el capitán allí dijo era un claro señalamiento de lo que allí había ocurrido.
Sujetando del brazo al teniente con sus manos ensangrentadas el capitán lo miro fijamente intentando articular palabra alguna.
-No... no… nosotros, nosotros, se suponía que seriamos leyendas, que seriamos héroes, se suponía que seria recordado por siempre... que... que ha pasado teniente, esto... esto no puede, no puede ser real, no puede ser real, no puede ser real-
La camilla que trasportaba al malherido capitán Fussel se alejaban cada vez mas apagando su melancólica voz. Sin embargo para los infantes el sonido aun era los suficientemente claro en sus mentes como para no poder dejar de escucharlo.
Secuencia final de la partida señores y con esto en si me despido esperando que a todos les haya gustado y se hayan divertido tanto como yo lo hice. Me encantaría que colocaran un post final representando la impresión actual de su personaje sobre todo lo sucedido.
De entrada les agradezco a todos por su participación y su excelente desempeño.
Para aquellos que estén perdidos con el trasfondo les recomiendo que lean los post del director y de los npcs en las 3 primeras paginas de la primera escena de esta partida.
Alex bajo del vehículo finalmente de un salto agrupando las rodillas y terminando de absorber el impacto por la cantidad de nieve en el suelo traído por la ventisca.
El páramo era desolador, toda una compañía masacrada, en gran parte. No pudo evitar mirar hacia los dos lados, los cuerpos de compañeros de la compañía descansaban finalmente en el suelo frio y muerto del planeta.
Su visión se perdió al infinito con los cadáveres, eso no era un juego, aunque hasta ahora lo habían pasado muy mal, no había ni terminado de empezar, estaban atrapados al planeta sin poder salir, y solo podían esperar a una marabunta de bichos para que terminara el trabajo que no pudieron dentro de las cuevas.
Resignación.
No fue hasta que empezo a hablar el capitán Frank Fussel, que le devolvio a la realidad. Avanzo hasta el Teniente 2ª Okaka Tsumina y saludo formalmente.
Teniente 2º, el escuadron Eco solicita ordenes o permiso para ayudar a retirar a los heridos.
Miller ayudó a salir al científico y al momento se olvidó de él. La escena que sus ojos contemplaban era dantesca y amenazaba su cordura por cada momento que la presenciaba. Era algo de locos. Dio unos pasos torpes hasta alcanzar a su escuadrón sin dejar de mirar las filas de muertos y heridos.
Pero... ¿qué coño ha pasado aquí?
El zapador esperaba encontrarse unas instalaciones limpias y ordenadas como solo la disciplina militar era capaz de conseguir, una comida mala pero caliente y un rato a escondidas para apurar algo de licor de extraperlo con sus compañeros.
Su atención se desvió hacia el capitán que mascullaba algunas palabras desde una camilla. El zapador meneó la cabeza y chasqueó la lengua. Cuando se lo llevaban, se llevó la mano a la sien derecha en un breve y desanimado saludo militar. Entre dientes dice para si mismo:
Casi dan ganas de volver a la cueva, vaya panorama...
Ahora posteo, esperame un segundo ;)
habian llegado, pero lo que se encontro distaba mucho de lo que esperaba hayar, esto era un caos, pero no podia desfallecer ahora y la energia que habia conseguido acumular para animar a sus compañeros que desapareciera, acabando con la posible salvacion, si la gente perdia la esperanza, todo estaria acabado, asi que siguio diciendo:
- Vamos Guardianes de Sirius!!!, preparemonos para darles una soberana paliza a esos bichos!!!!!