Partida Rol por web

Veo con sorpresa como agarran al capitán y este se pone cada vez mas y mas tenso hasta que se pone a repartir.

- Jodeeeerrrrr- 

Y no mete nada flojo, lo habíamos subestimado.

- ¡Hora de irse!- informo a mis compañeros.

Agarro lo que tengo a mano e intento salir de su oficina, para luego seguir saliendo del cuartelillo a menor velocidad. 

Paco se aparta un paso con la mano chamuscada diciendo:

-Este hijoputa quema como los fogones de mi cocina!!- y agrega olvidándose por unos segundos ed que sus compañeros también son "mixtos" -Esto no va a terminar acá mediobicho de mierda.-

Dicho lo cual coge de un manotazo lo que puede de arriba del escritorio (apunta el manotón al dinero, pero a saber lo que ha cogido) y sale detrás de Roland diciendo -Vámonos.-

Ernesto observa patidifuso la situación. Sus ojos se abren de par en par hasta casi salirse de sus cuencas al ver la reacción del guardia civil. Al ver que es cosa harto complicada, agarra los saquetes que puede sin recibir un golpe de rebote y echa patas acanzando a sus compañeros.

¿Pero ezo que ha zido?.....pregunta aún sorprendido

William se queda de piedra cuando ve la reacción del capitán. -No, hombre si ya nos vamos... que tampoco era para ponerse así...- Procura coger todo lo que queda sobre la mesa y con un estilo pulido por años de practica, sale por patas a toda velocidad del cuartelillo. En el pasillo que lleva a la oficina de Trastantino resuena el eco de una voz cada vez mas lejana. -¡La próxima vez especifique lo que quiere, hombre!-

Joder, al ver la valentía del equipo con el que estoy, salgo corriendo tambien del cuartelillo.

-Heeey, no os vayais sin mi, esperadme. Mientras digo esto, me doy friegas en la mejilla.

Tenía que haberle cortado la cabeza al mono, así tendría menos problemas.

Antonio ha enloquecido. Grita, ruge y golpea todo lo que tiene cerca. Nadie en su sano juicio querría permanecer cerca de él viendo de lo que es capaz, y vosotros como buenos cuerdos que sois salis corriendo a la minima oportunidad, no sin antes desvalijar la mesa del Jefe local de la Guardia Civil.

Mientras correis hacia la salida, veis como en direccion contraria a la vuestra corre el guardia que antes esperaba en la puerta.

Ahora me toca otra vez tranquilizarlo va murmurando el pobre hombre mientras se cuelga una guitarra

Ya en la calle, empezais a escuchar una canción

y todo el jaleo no tarda demasiado en irse calmando.

Al final habeis "cobrado" todo lo acordado, pero entre toda la discusión ya ha anochecido y vuestros estomagos se hacen cargo de recordaros la importancia de comer.

Aún teneis la reserva en la taberna de Bertín dice un niño caminando por la calle

-Bueno, la cosa no ha ido tan mal ¿verdad? Cuando lleguemos a la taberna de Bertin te pongo unas compresas y un ungüento que te van a dejar como nuevo.- Le dice a su camaleonico compañero mientras hace sonar en su bolsillo unas cuantas perras que le aseguran un estomago lleno y una cama calentita. -¡He! ¿No creéis que ya va siendo hora de que nos busquemos un nombre? algo así como... los Trotamúsicos de Bremen-

Empiezo a caminar hacia la taberna de Bertin, teníamos una habitación allí y no quería pasar mas tiempo cerca del cuartelillo. El capitán me había conseguido acojonar... Aunque al final habíamos conseguido sacar una buena tajada. Cuento lo que conseguí agarrar antes de salir por patas. 

Me río ante el comentario de William.

- Suena bien, suena bien. Los Trotamúsicos de Bremen... - repito, disfrutando su sonido. - Pero... ¿alguien toca algo? - alzo las cejas. 

De camino a la posada de Bertín, y hablo con mis compañeros:

-Gracias por el ungüento, William, también conozco hechizos de curación, pero ya que me lo has preparado, lo usaré.

Dolorido por la paliza recibida, les digo:

-¿Cuánto hemos sacado al final?, que palo tener que buscar otro curro ahora, con lo bien que estaba molestando a los monos.