Partida Rol por web

“Tranquilo Don Carlos.” Le dijo con su dulce voz al hombre que por sobre todo les trataba de conseguir información que les vendría bien, pero tal vez interrogaba a la persona equivocada. “Dejelo. No nos ayudara.” le susurro esperando que Japheth no pudiera escucharla.

“Creo que el resto estará de acuerdo conmigo en descansar hoy aquí dentro, si es que nos proveen un lugar en que podamos estar seguros del sol. Además nos ayudaria a curar.” Comento esperando que el resto siguiera su pensamiento.

"Normalmente aconsejaría prisa. Pero si, algunos estamos heridos, y una mañana de descanso es muy necesaria. Gracias, doña Imara, por vuestra naturaleza compasiva"

Este hombre de ojos quemados, quizá por el estudio o la edad, es Japeth, se supone que la conspiración de Giovanni buscan asesinarle a él... pero lo cierto es que la acusación que han hecho los conspiradores no parece que se ajuste a Japeth ¡Sino a su sire!

"Su eminencia ¿Podría mostrarme la biblioteca? Hace años que no visito una"

Mabuz asiente a las palabras de Imara, en nada les va a ayudar enemistarse con Japheth y los suyos. Además no encontrarían refugio antes de la salida del sol. Observa el lugar donde antes estaba Capadocius y se pregunta cuantísimos poderes les quedan por descubrir, suponiendo que lleguen a vivir unos días más pues cada paso que dan es un nuevo grupo que maquina con ellos en medio...nada bueno puede salir si no consiguen tomar alguna ventaja.

No me convence la idea de quedarnos aquí una noche más y mucho menos me gusta que la idea haya sido de la rubia que tanto ansía a Dios. Ya.. ya llegará el momento de tener la iniciativa.. medito para mis adentros con la firme intención de calmarme. Toda la situación allí sucedida me había puesto de los nervios. No me había gustado ninguno de los dos. Ni el Capadocio ni Jesucristo. Que no es Jesús.. pero como va a ser Jesús.. si ni crees en esas cosas.. ¡calla idiota! deja de pensar en eso, ya ha pasado. 

Intento olvidar lo que ha sucedido hasta que salgamos del monasterio. No me gusta sentirme un peón en manos de quien sabe quien o quienes. No me está gustando esta.. esto.. esto.. que nos han hecho. Sentirme superior a un humano era sin duda algo que agradecía.. pero no estaban inter pares .. no.. estaban muy lejos de estar en esa situación, era como si al terminar de subir una escalera y llegar a la cima... descubriera que hay otra justo delante de mi.. mucho más siniestra.. Casi todo lo que sucedía escapaba a mi comprensión y eso me incomodaba en gran medida. 

Me encojo de hombros. 

- Descansemos pues.

"Ah, pero ¿VAMOS a descansar, en vez de explorar este sitio sin que nos vean?" susurra Larraz al grupo

Sin decir nada, el mismo monje que os ha abierto aparece para acompañaros a la sala donde descansaréis. Japheth os dice que sois libres de andar por el monasterio, pero que tendréis zonas privadas sin poder entrar -entre ellas la biblioteca- y que no molestéis a los monjes del lugar. 

La verdad, nunca he visto como es por dentro un monasterio de Censura... uy, de Clausura¹ Tenia miedo de que mi vida me hiciera terminar DENTRO de uno de ellos, In Eternum, pero verlo de visita... Curioso.

Le pregunto a Japeth si TODOS los monjes son vampiros, y que me confirme que estan protegidos y que no debemos beber de ellos -dejando claro que hablo de un breve trago, sin hacerles daño-

(Me hace ilusión explorar... y desde luego, la biblioteca ES un lugar que querría ver, aunque me echen luego la bronca!)

- ¿Soy la única que teme que nosotros seamos ese sacrificio del que hablaba Capadocius? -Susurré una vez estábamos el grupo a solas.

Sinceramente no me agradaba lo más mínimo la idea de pasar allí el día, pero el resto tenían razón. Era muy arriesgado salir de allí según como estábamos y seguramente fuesen todo tonterías mías.

“No eres la única…” respondió a Águeda suspirando para la impotencia que le generaba todo esto. “Es por eso que no deberíamos quedarnos más de un día acá.” Comento no solo a ella sino al resto.

Dio una mirada al resto, pensando como en tan corto tiempo habían pasado de ser desconocidos a compañeros de aventuras incluso algunos los tomaba como amigos. “También deberíamos pensar en algo que hacer. Esto de ser mensajeros no me agrada, hemos sido atacados y perdido mucha gente. Si seguimos así no quedara ninguno de nosotros.” dijo dejando una pausa para que sus palabras quedaran en el resto. “Tal vez no soy la más lista o fuerte del grupo, pero estoy decidida a que eso no ocurra.”

- Es agobiante el vernos zarandeados como muñecos de trapo, dice Mabuz ya a solas con sus compañeros, pero tampoco hay mucho que podamos hacer por ahora. Tenemos a tres grupos de vampiros bastante más poderosos que nosotros pendiente nuestra, no veo mucha más opción que movernos con cuidado y estar pendientes para que la lucha que se avecina no nos pille en medio.

Hace... hace muchos años que no entraba a un monasterio .- digo al grupo escogiendo mis palabras con cuidado. La última vez que estuve en un Monasterio la cosa acabó mal.. muy mal.. medito recordando los eventos relacionados con el Padre Vasily y su congregación. Un escalofrío recorre mi espalda solo de pensar.. de pensar... Ana..

- Me tomaré mi tiempo para dar una vuelta. Quiero.. quiero explorar un poco este siniestro lugar.- explico. La biblioteca no es uno de los lugares a los que me gustaría ir pero el hecho de que nos lo nieguen provoca un pronto deseo y curiosidad en mi. Ahora si quiero ir a la biblioteca... pero antes.. antes lo primero.. 

- No me gusta el tono que está adquiriendo esto. Puede acabar resultando peligroso para m.. mm nosotros - digo ladeando ligeramente la cabeza. Pasar de pensar en uno a pensar en varios era algo a lo que no estaba acostumbrado. Echo un vistazo alrededor y miro al grupo uno por uno esperando que digan qué harán a continuación. - Podemos.. podemos buscar un lugar donde dormir seguros.. - me encojo de hombros. Ahora que las dudas han sido expresadas en voz alta no puedo evitar compartirlas. No me gusta la idea de dormir allí. - Tal vez podamos hacer guardias si no estamos muy convencidos. - digo sin saber muy bien si aquello funcionaría. Me cruzo de brazos a la espera de que alguien diga algo. 

No pierdo de vista al monje que nos ha abierto la puerta.

Vas a ser mi cena. Tienes que sentirlo.

Los feligreses de la abadía son todos vampiros, así que obviamente poco vais a poder alimentaros de ellos.