Partida Rol por web

Mabuz concentra sus energías potenciando sus músculos y trata de avanzar.

Parecía que no queríais perderos la "diversión" y avanzáis con dificultad hacia donde se encuentra August diablerizando a Cappadocius. Os cuesta avanzar, pero poco a poco vais llegando a donde se encuentra aquel enfrentamiento. Aunque mas que enfrentamiento, parecía como si el Cappadocius no le importase en absoluto lo que le estaba ocurriendo.

La cuestión, ¿que hacer ahora?

Intenté con todas mis fuerzas mover los brazos, sujetando ambas espadas gemelas, esperando que alguna de ellas rozara al menos la piel del cainita para tener aunque fuera una mísera gota de su sangre...

"Por el altisimo!" Exclamo

Un último esfuerzo y ya casi lo tenían...

El golpe de Carlos y Maeve es fuerte y hace sangrar al Giovanni. Sin embargo, este parece no notar nada, tan extasiado se encuentra mordiendo a su presa. Por si eso fuera poco sus heridas se cierran con suma rapidez. Es como si los golpes no hubieran hecho efecto en él. 

De pronto Cappadocius cae al suelo y desaparece, convirtiéndose en una chispa que comienza a volar y Giovanni sonríe triunfante. Sin embargo, no duda en miraros con odio a ambos por lo que habéis hecho:

No olvidaré vuestra interferencia. Cuando traigamos las tierras de los muertos a este mundo, ¡vuestras almas serán las primeras en ir chillando al abismo!- la luz emana de los ojos, orejas y boca de Augustus, como si una gran luz le llenase la cabeza. Se tambalea como un borracho. Antes de desaparecer consigue gritar: ¡Claudius, su alma se escapa! ¡Atrápala con la paloma!

La chispa que antes era Capaddocius comienza a volar en dirección a la paloma muerta que se encuentra en el suelo, cerca de Japeth. 

"Por encima de mi cadaver!"

Carlos sonrie. Hemos ganado. El Giovanni es demasiado locuaz: TENEMOS LA SANGRE, aunque no sea demasiada, nuestras espadas están manchadas con la sangre del Primero de los Giovanni. No encontrarás jamás sangre Giovanni más pura que esta.

Además, él no necesita ir hasta la paloma, sino que ahora entiende el plan de la Dama Falchion entrenandolo de esta forma.

Se aparta del malvado antiguo, y utilizando la disciplina de Movimiento Mental, dirige telekinéticamente la paloma hacia donde él se encuentra, y no pierde tiempo, untándola con la sangre que hay en su espada.

Mabuz observa la situación y aunque Don Carlos y Maeve no han provocado más que rasguños al asesino, tienen la sangre tal y como le indicó la anciana. No confía en que sus acciones vayan a hacer que la situación se decante hacia un lado o hacia otro así que espera en guardia para ver a quién apoyar.

Tras depositar la sangre del Giovanni en la paloma, Claudius observa con horror como el plan elaborado se deshace en un abrir y cerrar de ojos. El alma de Cappadocius desaparece, y tras esto los cielos se abren por fin y la lluvia comienza a caer. Claudius contempla con horror la paloma ensangrentada.

 ¡VUELVE!

Grita desesperado mientras los rugientes vientos van debilitándose con la llegada de la lluvia que poco a poco va menguando el incendio que ya consumió la mayor parte del monasterio. Los espíritus se desvanecen en la noche. El Maelstrom se ha ido.