Partida Rol por web

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From:comisaria

Bruce Robertson abre un ojo lentamente mientras comienza a ser consciente de su resaca. El teléfono situuado en la mesilla suena como un cañón. Bruce habçía olvidarlo silenciarlo la noche anterior.

Su mano palpa a ciegas en la mesilla hasta que coge el teléfono y observa lánguidamente la pantalla. Llaman del curro. Pero Bruce no se decide a contestar. Necesita unos segundos para recuperar el habla y para que la actividad cerebral retorne a su cerebro.... solo unos pocos segundos más.

Y finalmente Bruce se decide por apagar el teléfono. Ya buscará alguna excusa para que el comisario no le toque demasiado los huevos, después de todo solo ha gastado unas 20 de los cerca de 80 geniales argumentos que tiene recopiladas para cuando le piden explicaciones.

Clic.....

Pero la resaca le juega una mala pasada. Cuando su mano palpaba la mesilla de noche buscando una anfetamina o alguna otra mierda que se llevó del almacén de pruebas, el teléfono emite sonido nuevamente. Pero ya no suena la desafinada guitarra de Michael Algar y su cuadrilla. Suena una voz al otro lado, y además suena malhumorada, muy malhumorada. Bruce ha debido confundir el botón de colgar con el de descolgar.

Alguien grita su nombre por el auricular y Bruce no tiene mas remedio que responder.

Si, si, al habla Robertson. Discúlpeme, se me cayó el teléfono cuando me disponía a contestar. Estaba en la ducha...

Me cago en su puta madre, no me jodas que hoy me tocaba ir a trabajar... Tengo que mirar ese cuadrante mas a menudo. ¡Y yo que pensé que promocionar a teniente era una buena idea para poder escaquearme más que cuando estaba pateándome la ciudad....!

Le escucho, cuénteme ¿Qué tripa se te ha roto, gilipollasss!!!?

-Agente Robertson, tiene trabajo. Vaya al callejón de la 21st. con Orient st. haga su trabajo!-

Allí estaré, gracias capitán. dice mientras mira a su alrededor intentando entrever las aspirinas en algún lugar de este horrible desorden que llamo dormitorio.

¡¡¡Puto Harris de los cojones!!! Hay 100 inspectores en la puta comisaria y siempre te acuerdas de mi y solo de mi mientras el resto se toca los huevos todo el día.

Finalmente lo deja por imposible. Habrá que conformarse con el dolor de cabeza Tras una ducha rápida, busca en el refrigerador las latas de café ultrafuerte y extrae dos. Inmediatamente las abre se pone en marcha el ingenioso invento que las calienta. Se bebe una de un trago mientras espera al anticuado ascensor del bloque de apartamentos. La cafeína no tarda en hacer efecto y para cuando Robertson ha llegado al garaje, la segunda lata también está vacía.

Pone la radio del coche a todo volumen y parte volando hacia 21 con orient St.