Partida Rol por web

Por si acaso.

Se monto una buena fogata, los hombres trabajaron hasta altas horas de la madrugada y cuando los primeros rayos de luz llegaron se entremezclaron con el fuego que aun ardia vivamente. Cansados, sucios y apestando decidieron montar un puesto de guardia por ese día sumado a los exploradores que guardaron la zona durante las siguientes semanas, no querian mas sorpresas y el Sr. Uwe se lo estaba tomando en serio.

Con unos caballos prestados, decidieron regresar a Tauer buscando un merecido descanso. En el camino comentaron lugubremente que el fuego habia hecho un buen trabajo, consumiento el mismo caldero con la piedra bruja y esque estaba claro que no habia nada como un buen fuego purificador para animar a los hombres a la vez que desacia todo lo malo de este viejo mundo.

Al llegar al pueblo vieron una figura altiva, con ojos undidos y frente sejijunta. Palido en la cara, y secos los sabios. Algunos soldados lo escoltaban, y otros soldados que no lo parecian estaban detras de él esperando. Era Von Newman, Dieter Von Newman vuestro maestro y pagador. La cara de asombro fue de escandalo, y hubiera producido alguna risa nerviosa si hubiera un espejo por alli. Vuestro maestro y mentor se habia presentado en aquel pueblo de mala muerte apenas un dia después de ustedes. Las cabezas de cada uno se llenaron de preguntas, e incluso de dudas, pero en resumen solo habia buenas noticias, unos mutantes muertos, parte de la corrupcón de un pueblo sofocada, hombres bestias muertos, demonios desaparecidos ya solo quedaba celebrarlo.

Pero no fue asi exactamente, a veces los heroes de estos tiempos no tienen tiempo de ni llorar, y muchos menos de celebrar. Cansados y apestando a humo se acercaron aun con la cara desencajada a escuchar a Von Newman, que los llevo en silencio como solia hacer a una tienda de campana adosada a una casa y custodiada por guardias que eran de la Inquisición.

-Contadme- fue lo unico que dijo cuando se sento, y su herida en el pecho le recordo que seguia vivo de casualidad y que montar a caballo o caminar paseos cortos le suponia un dolor punzante nada agradable, que mitigaba con hiervas y reposo.

La avalancha de información, llego por parte de Otto interrumpido ocasionalmente por Adalberto que esgrimia su pistola con cierto caracter y por Hans que puntualizaba algun comentario, el resto no comento nada y a Kurdrim le parecio que sobraba en aquella acuación. Mientras esto ocurria, los soldados que acompanaban a Von Newman estaban recogiendo todo y cargandolo en un carro de manera sincronizada y ordenada. Cuando terminaron, fue el turno de Von Newman.

-Veo que no han estado ociosos, y que Otto a sabido liderar al grupo con cierta autonomia incluso cediendo el mando en un momento dado, aun queda algo de trabajo aqui por lo que me contais asi que tenemos 2 horas para salir de aqui y zarpar esta misma noche.-dijo dejando un silencio para ver las reacciones, y prosiguio analizando el espiritu de lucha, la moral y las ganas de cumplir con su deberes para con el Imperio  - Si el Maese enano Kurdrim nos brinda el honor de acompañarnos, le llevaremos hasta las mismas puertas de Karak-a-Karaz- dijo con cierta dificultad intentando pronunciar bien un idioma que intentaba aprender, pero el cual se conocia poquisimo en la tierra de los hombres -tengo asuntos que tratar con vuestro Gran rey, y tengo una misiva del mismisimo Emperador con una petición, creo que esta misiva y los cofres de oro que portamos como regalo lo pondran a nuestro favor y entendera la urgencia de nuestras peticiones.-dijo sin inmutar el rostro, aquel viaje no era nada fácil y hacer razonar a un enano era difícil pero el oro le podria ablandar su petreo corazón - Viajaremos todo el invierno. - sentencio, antes de levantarse de su sillón, para que se lo llevaran e ir a buscar los últimos reductos de mutantes o simpatizantes de mutantes en este pueblo.

Nadie en aquella mañana habia visto a Uwe, pero los soldados que quedaron no puedieron negarse ante la llegada de mas de cincuenta hombres de la Inquisición, forrados de negros y cargados de armas de todo tipo, mas que una unidad parecian un puñado de mercenarios, fuera como fuera estaba claro que iban ha trabajar duro y cada uno tenia su propia historia.

La batalla, reconvertida en una auténtica matanza, ya había finalizado dejando el claro sembrado de cadáveres siendo en su mayoría sucios adoradores del Caos. Aquí y allá aun se escuchaba el lamento de algún moribundo que era rápidamente ajusticiado sin vacilación mientras, como telón de fondo, la humareda provocada por la enorme hoguera creada para consumir tanto la piedra bruja como el caldero iluminaban la noche. Había sido una buena lucha y los humanos había hecho una buena labor... a mi lado Borki asentía con los brazos cruzados sobre su pecho con una medio sonrisa en el rostro

Parece que has logrado mantener a ese humano con vida el tiempo suficiente como para saldar tu deuda...

Así es; ahora ya estoy en paz con él... pero no contigo, hermano- dije con una mueca de angustia mal disimulada que apenas duró un segundo dirigida a la nada, pues mi igual ya no estaba allí para hablar con él

Me acerqué entonces a Otto, ya con las armas enfundadas y el escudo a la espalda, dando unas largas caladas a mi vieja pipa. El resplandor que emanaba de la ceniza candente en la cazoleta me iluminaba la mirada con un rojo anaranjado que no hizo más que poner mayor énfasis a las palabras con el humano

Mi deuda está saldada, cazador de brujas. Ahora partiré hacia mi tierra ancestral, pues aun tengo una deuda que saldar allí... pero antes os acompañaré al pueblo. Aun hay cierto asunto que hay que dejar finiquitado. Di mi palabra al traidor que si ayudaba no sufriría en la hoguera... voy a cumplir el trato- sentencié, como quien lee un libro, dándole un ligero golpecito amistoso al mango de Hiendecráneos, que sobresalía por encima y por debajo de mis espalda

Ya en Tauer nos topamos con que el mentor de Otto estaba allí para poner punto y final al asunto, junto con un lúgubre séquito de cazadores de brujas más semejantes a espadas de alquiler. La conversación entre ambos sigmaritas apenas fue un trámite en el que me vi envuelto como mero espectador, pues por mi parte estaba ya todo hecho y dicho y solo restaba el asunto del sectario caótico.

Más, cual fue mi sorpresa al escuchar como no solo mi camino seguiría ligado a aquellos tipos durante varias jornadas más sino que además su destino los llevaría hasta la mismísima Karaz-a-Karak a pedir audiencia con el Gran Rey y a ofrecer una fuerte suma de oro como pago por su ayuda.

Me removí inquieto. Aquello no era normal, ni tradicional. Enviar a un cazador de brujas, junto a una banda de mercenarios, todos ellos escoltando un cargamento de oro para solicitar la ayuda del poder de los enanos.

Mesé mi barba durante unos largos segundos meditando... sin duda llegaría antes con ellos pero ¿sería prudente y sabio inmiscuirse de ese modo en semejantes asuntos? Algo me decía que de un modo u otro acabaría metido en ello así que, sin más, acepté con un rudo asentimiento de cabeza y un gruñido áspero del que se pudo entender -Está bien, os acompañaré