Ok, pues quedaría así:
Acciones:
Sisse: Ataca -> Éxito (16vs12); Daño 3
Conchobor: Ataca -> Éxito (11+1(de suerte)vs12); Daño 1 (mata al hombre bestia herido por Sisse)
Gunwar: Ataca -> Éxito (19vs12); Daño 4 (mata 1 hombre bestia)
Elrikr: Ataca -> Éxito (10+2(de suerte) vs12); Daño 2+2(de suerte) (mata a 1 hombre bestia)
Conchobor -1 suerte
Elikr: -4 suerte
(Está claro a quienes tengo intención de sacrificar pronto xD)
Por poco, pero al final gracias a Dúngal y un buen puñado de suerte, lograron encontrar unas buenas posiciones para evitar que les machacasen en un momento. Aquellos hombres bestia tenían un aspecto horrible, y su líder, a ese daba hasta miedo mirarlo, pasaba de los dos metros.
Si, más de uno de los Txemas estaba pensando que mejor se había quedado en su casa, que ir hasta aquella fortaleza no había sido una buena idea. Pero ya estaban allí, y no había vuelta atrás. Alyna, viendo como las caras cambiaban de color al ver aquello que les esperaba en el interior de la torre, trató de animar a sus vecinos, arengarles para el inminente combate.
-¡Ánimo y valor amigos! Somos más y les venceremos.- Y a continuación todos los Txemas atacaron a los hombre bestia que tenían más cerca.
Dúngal le hizo una buena avería con sus tijeras a uno de aquellos hombres bestia, mientras que Ercc le clavo la daga en un ojo a otro. Muy buenas acciones de esos dos Txemas, para no cubrirse de vergüenza con los fallos de Alyna y Livid.
Motivo: Dúngal
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 18(+1)=19 (Exito) [18]
Motivo: Dúngal daño
Tirada: 1d4
Resultado: 2(+1)=3 [2]
Motivo: Alyna
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 6(+1)=7 (Fracaso) [6]
Motivo: Livid
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 5(+1)=6 (Fracaso) [5]
Motivo: Ercc
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 20(-1)=19 (Exito) [20]
Ercc con un 20 ha sacado un crítico y supongo que un hombre bestia muere.
Dúngal le hace tres de daño a otro. O acaba con uno ya herido.
Al ver venir a toda una manada de feroces hombres bestia, los Maeses se colocaron a un lado, posicionándose para recibirlos. El resto de aldeanos hizo lo mismo. Faun balaba sin parar, muerta de miedo estaba. Án y Dyot se pusieron en vanguardia, mientras Marjer se colocó detrás de estos para poder disparar con la honda. Los ataques de los dos primeros fueron infructuosos, pero la certera honda de Marjer dio en el blanco.
-"¡No os amilanéis!" Gritó furioso el enano.
Motivo: Dyot
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 7 (Fracaso) [7]
Motivo: Án
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 3(+1)=4 (Fracaso) [3]
Motivo: Marjer
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 13(-1)=12 (Exito) [13]
Motivo: Daño honda
Tirada: 1d4
Resultado: 2 [2]
Los Botas parapetados junto a la puerta y a las órdenes del viejo Ormr resultaron sorprendentemente feroces. Todos gritaban y pateaban mientras propinaban los mandoblazos más serios que podían ejecutar. ¡Hasta Richardus, con su arco corto, parecía contagiado de fervor guerrero! Seguramente porque disparaba siempre parapetado tras los enanos y cuya altura no era un problema para buscar un buen blanco.
Motivo: FERGAL ataca
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 17(+1)=18 (Exito) [17]
Motivo: ORMR ataca
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 13(-1)=12 (Exito) [13]
Motivo: RICHARDUS ataca (si ve)
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 19 (Exito) [19]
Motivo: DRANDR ataca
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 12 (Exito) [12]
Motivo: FERGAL daño
Tirada: 1d4
Resultado: 3(+1)=4 [3]
Motivo: ORMR daño
Tirada: 1d8
Resultado: 3(-1)=2 [3]
Motivo: RICHARDUS daño
Tirada: 1d4
Resultado: 3 [3]
Motivo: DRANDR daño
Tirada: 1d4
Resultado: 2 [2]
Los hombres bestias cargan hacia su muerte. Una furia loca se apodera de los aldeanos y los reciben con piedras y acero, acabando con todos, menos con el imponente cabeza de toro, el cual, poseído por un frenesí salvaje, descarga su hacha... pero falla.
Turno 2, atacáis vosotros.
Solo queda en pie el minotauro.
Motivo: Crítico Ercc
Tirada: 1d4
Resultado: 1 [1]
Motivo: Daño Erc
Tirada: 1d4
Resultado: 1(-1)=0 [1]
Motivo: Daño Erc extra por el crítico
Tirada: 1d3
Resultado: 3 [3]
Motivo: Ataque campeón
Tirada: 1d20
Resultado: 6(+2)=8 [6]
Los Cogus matan a 3
Los Txemas matan a 1 y hieren a otro con 3 ptos de daño
Los Maeses terminan con uno que estaba herido.
Los Jack Botas matan a otros 2
Ercc saca un crítico, hace 1d4-1 que sale un 0, pero como siempre se hace al menos 1 pto de daño, se convierte en un 1 y luego saca un 3 en el daño extra por el crítico, así que el hombre bestia muere.
Golpe oportunista. Causas +1d3 daño con este ataque
Motivados por la matanza, y liderados por Sisse, los cogus avanzaron como pollos sin cabeza contra el enorme monstruo, con dispar resultado
Motivo: Ataque Sisse
Tirada: 1d20
Resultado: 14 [14]
Motivo: Ataque Conchobor
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 5(-3)=2 (Fracaso) [5]
Motivo: Ataque Gunwar
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 15 (Exito) [15]
Motivo: Ataque Enrikr
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 8(-1)=7 (Fracaso) [8]
Motivo: Daño Sisse
Tirada: 1d8
Resultado: 3 [3]
Motivo: Daño Gunwar
Tirada: 1d4
Resultado: 1 [1]
Acciones:
Sisse: Ataca -> Éxito (14vs12); Daño 3
Conchobor: Ataca -> Falla (5vs12)
Gunwar: Ataca -> Éxito (15vs12); Daño 1
Elrikr: Ataca -> Fallo (8vs12)
Muy bien les habían ido las cosas, entre unos y otros habían acabado con todos los hombres bestia que les acorralaban. Menudo momento, de los que si alguno salía de allí con vida, cosa que aun estaba por verse, podría contar hasta su vejez, sabedor de que serían muchos los rostros sorprendidos y emocionados, por tan loable hazaña.
Pero aun no estaban con la torre en su poder, allí había una terrible bestia, mucho más fuerte que los hombres bestia, y que tendrían que eliminar, si querían tener alguna esperanza de sobrevivir en aquella condenada fortaleza.
-Hay que acabar con el monstruo y cerrar la torre, una vez comprobemos que este limpia de enemigos.- Gritó Alyna, la más prudente de los Txemas, y la única que falló el ataque con su bastón. El resto acabaron con el pobre minotauro con dagas y tijeras. Dejándolo como un colador, del que manaba abundante sangre que se extendía rápidamente por el mugriento suelo de la torre.
Motivo: Ataque Dúngal
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 16(+1)=17 (Exito) [16]
Motivo: Daño Dúngal
Tirada: 1d4
Resultado: 2(+1)=3 [2]
Motivo: Ataque Alyna
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 3(+1)=4 (Fracaso) [3]
Motivo: Ataque Livid
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 12(+1)=13 (Exito) [12]
Motivo: Daño Livid
Tirada: 1d4
Resultado: 2(+1)=3 [2]
Motivo: Ataque Ercc
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 17(-1)=16 (Exito) [17]
Motivo: Daño Ercc
Tirada: 1d4
Resultado: 4(-1)=3 [4]
Le hacen hasta 9 puntos de daño.
Nuestra carga había sido demoledora, acabando con todos los hombres bestia que nos salieron al paso. Solo quedó uno en pie, un gigantesco minotauro enfurecido, que echaba vaharadas de humo por las fosas nasales, como un demonio. Los demás cargaron contra él, así que los Maeses hicieron lo mismo. Corrieron y golpearon, retirándose a un lado inmediatamente para que los demás aldeanos pudieran golpear también. El primero en atacar fue Marjer, desde la retaguardia, disparando con su honda e impactando en el robusto cuerpo del minotauro. Dyot, que corría más que Án, golpeó fuertemente con su garrote, pero Án falló su ataque al verse impelido por tanto aldeano alrededor. Faun balaba al lado de Marjer, animando al resto de aldeanos a machacar a esa horrenda y malvada criatura.
Motivo: Marjer
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 14(-1)=13 (Exito) [14]
Motivo: Daño honda
Tirada: 1d4
Resultado: 4 [4]
Motivo: Dyot
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 10 (Fracaso) [10]
Motivo: Daño garrote
Tirada: 1d4
Resultado: 4 [4]
Motivo: Án
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 3(+1)=4 (Fracaso) [3]
Quemo suerte con Dyot para poder impactar.
Viendo que su vecinos daban cuenta del último y temible hombre bestia a base de tesón y mala baba, Ormr recogió un par de lanzas enemigas que cedió a Fergal y Drandr. Ya era hora de que usaran armas de verdad. Fergal observó horrorizado aquella arma tosca y depravada.
—Nuestros vecino nos necesitan Fergal, no es momento de ponerse exquisitos —gruñó Ormr mientras Fergal asentía y sopesaba el arma finalmente tras guardar su bastón a la espalda.
Al menos que no era de hierro, como todos los elfos Fergal odiaba el hierro. Drandr en cambio, empuñó el arma contento de abandonar su palo. Aquella lanza no era una ballesta, pero era mejor que un palo. Mientras tanto, Richardus apuntaba a los accesos a la sala alternativamente, nervioso, en busca de más enemigos.
—¡Y un pedo de trol! —respondió airado Richardus a Alyna—. ¡No voy a cerrar la puerta hasta que alguien encienda una maldita antorcha!
El feroz campeón de los hombres bestia no puede frente a vuestra cólera colectiva desatada y sucumbe bajo pedradas, garrotazos, tijeretazos y tajos.
La mole de su cuerpo queda tendida, cosida a puñaladas, sobre la mugrienta piedra del edificio.
El suelo de la torre y los peldaños que suben en espiral por los muros están cubiertos de pieles empapadas en sangre.
Los cuerpos colgados en la pared pertenecen a vuestros vecinos abducidos. Ahora que el fregor del combate ha cesado, escucháis gemidos agónicos de algunos de ellos. No están todos muertos. Algunos viven. Extenuados y malheridos, pero ¡Vivos!
No obstante, no están todos los aldeanos, quizá aquí haya un tercio de los abducidos. ¿Dónde están los demás?
Fin del combate.
¿Qué hacéis?
Acabada la pelea, Conchobor intentó hacerse con el hacha del minotauro, pero era muy pesada y la dejó estar. "Ya encontraré algo mejor jijiji". Elrikr siguió a lo suyo, buscando algo que sólo él parecía saber qué era (busca puertas secretas) y Gunwar cogió una lanza, dejando su palo junto a la puerta. A Sisse se le pasó el subidón y cayó de rodillas sollozando frente al hombre bestia que vestía las prendas de su padre.
Gunwar, hombre de buen corazón, se le acercó y trató de calmarla.
—Sisse, no pierdas la esperanza. Quizás tu padre esté en otro lado. Sigamos buscando.
Le tendió una mano, la cual fue aceptada, entonces Sisse se incorporó, se limpió las lágrimas (y otras sustancias) de la cara y dijo decidida.
—Tienes razón, vecino. ¡Subamos la torre!
Poniendo un pie en la escalera, Sisse se giró para ver la escena. Vecinos, campesinos, cada uno con algún motivo para ir allí y jugarse la vida. Se sintió orgullosa de lo que vio y eso la animó a subir en pos de su padre. Pero al iniciar la subida vio a los que allí estaban colgado.
Uno a uno, los bajaron como pudieron, taparon con lo que había disponible y, por fin, subieron las escaleras de la torre.
Tirada oculta
Motivo: Encontrar puertas secretas
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+1)=10 [9]
Acciones:
Sisse: socorre y avanza
Gunwar: socorre, coge una lanza y deja el bastón y avanza
Conchobor: socorre y avanza
Elrikr: busca puertas secretas (tirada oculta) y avanza (si no hay)
Habían tenido mucha suerte, algo inexplicable, pero de lo que no se quejarían. No solo habían acabado con los hombres bestia en un momento, sino que hasta el enorme minotauro había sucumbido ante el ataque de los vecinos.
Una vez pasada la adrenalina de los momentos de combate, se pusieron a ver aquella torre, y allí había vecinos que aun estaban vivos. Otros muchos ya habían muerto, pero aun había algunos vivos.
Los Txemas se pusieron a ayudar a los vecinos que aun estaban vivos.
-Son nuestros vecinos, a los que aun estén con vida, no podemos abandonarlos.- Dijo en voz alta para el resto, pensando que a nadie le haría ninguna gracia que le dejasen allí abandonado a una muerte segura.
Y vio a Tomás, un vecino que no hacía demasiados días que había desaparecido, y este parecía encontrarse bastante bien. Tras desatarlo, darle de beber y atender a sus heridas, le pregunto.
-Tomás es una suerte que te hayamos encontrado, pero dime donde están el resto de los vecinos, ya que aquí podría haber un tercio de los que han desaparecido, pero faltan muchos mas.-
La intención de los Txemas es asegurar la torre, ayudar a los vecinos que allí estaban aun con vida, y además tratar de averiguar el paradero de los vecinos que no están allí.
Gracias al esfuerzo colectivo, la última de las bestias cayó derrotada. Su sangre empezó a formar un gran charco bajo el cuerpo, por lo que los Maeses se retiraron hacia la escalera de subida. Junto a más vecinos, subieron algunos peldaños y comprobaron que algunos de los cuerpos colgados estaban aún con vida, por lo que ayudaron a bajarles. Tras comprobar que solo eran una pequeña parte de los desaparecidos, los Maeses trataron de observar qué había en el primer piso de la torre.
Escaleras arriba se llegaba a las deterioradas almenas del castillo. En ellas se podía recorrer la cara sur de la muralla, los demás lienzos estaban impracticables. En cualquier caso, no descubrieron nada nuevo en las almenas.
En la misma base de la torre, había un portón, que si bien no estaba cerrado, estaba hinchado por la humedad y costó un gran trabajo abrir. Desde ellas unas escaleras de piedra fría y húmeda descendían hacia las oscuras catacumbas del castillo. Tomás señaló desfallecido la puerta. Por allí se habían llevado a los demás aquellas criaturas grotescas e inhumanas.
Elrikr no encontró puertas secretas.
Habían llegado hasta aquella maldita fortaleza para limpiarla del mal que la inundaba, y para tratar de rescatar a muchos vecinos que habían desaparecido en los últimos tiempos. Aunque la suerte les había acompañado, ya eran un par menos que cuando comenzaron aquella loca aventura. Y Tomás les indicó que al resto de los que buscaban se los habían llevado a los subterráneos.
-Pues habrá que descansar un rato, y luego ir escaleras abajo en busca del resto de la gente del pueblo. Esperemos que haya alguno con vida.- Dijo Dúngal, y asintieron el resto de los Txemas.
-Pero primero ayudemos a los que hay aquí, que además de Tomás hay más vecinos con vida. Algunos bastante mal, por lo que habrá que atenderles bien para evitar que mueran.- Añadió Alyna mientras se esforzaba por ayudar a todo vecino herido, así como de liberar y dar de comer y beber a los que no estaban tan heridos.
La puerta que conducía a las catacumbas era por donde se habían llevado al resto de aldeanos. Rescatados ya los que allí había colgados, ahora tocaba descender a la sima del mal, al mismísimo infierno. Probablemente esto era un trabajo para auténticos aventureros, héroes capaces de enfrentarse a dragones y hordas de no muertos, pero nosotros solo éramos unos pobre aldeanos preocupados por sus vecinos desaparecidos. Aún así, aquí estábamos, sudorosos por el combate y algunos heridos. Tocaba elegir qué hacer, si descender al abismo o llevar a los heridos a la aldea. Tocaba pensar...