Partida Rol por web

Travesía Aguas Profundas - Erlkazar

Tras pasar varios días en la ciudad de Aguas Profundas, vuestro grupo había decidido ir hacia la única pista que había con respecto al genasí, los rumores no parecían ser seguros pero en todo ese tiempo era la única alternativa factible que os quedaba.

¿Sería un camino arduo?¿sería un camino sencillo? tan solo el tiempo lo diría.

Decidí abrir la marcha ya que nunca me gusto ir en la retaguardia, el ritmo de la marcha era buena, avanzábamos sin mayores problemas. El camino lo hacíamos la mayoría en silencio, alguna pequeña conversación cuando acampábamos, pero se mascaba la tensión. Al menos yo si notaba esa tensión.

Pasaron así un par de días, hasta que de repente el terreno cambio bruscamente. Lo que era un bosque verde, se convirtió en un páramo con grandes agujeros, con cuidado examine alguno y lo extraño era que no parecían estar cavados, más bien eran producidos por el impacto de algo, pero no se veía nada alrededor con la capacidad de generar esos agujeros "¿Que habrá producido eso?" Pensaba mientras traspasábamos ese lugar, solo esperando que no fuera un ser y que fuera algún tipo de elemento climático.

Después de pasar este lugar el camino volvió a ser normal sin esos agujeros, por lo que sentí cierto alivio en cierta manera ya que no podía dejar pasar nuestro objetivo principal.

Aerandir ha marcado un ritmo ágil y rápido desde que hemos salido, lo cual está bastante bien. A pesar de que mis compañeros no daban mucha conversación pude distraerme con las vistas que nos rodeaban. Todo parecía ir sin complicación hasta que el paisaje se transformó de repente.
El campo estaba lleno de hoyos, por aquí y por allá. A Aerandir no pareció importarle demasiado y siguió andando, pero a mí la cosa me escamaba, así que imité sus pasos a una distancia prudencial, no sin antes advertirle:
-No vayas tan aprisa por aquí. ¿Quién sabe qué puede haber provocado esos hoyos? Porque para nada parecen naturales. No me extrañaría que fueran trampas, ni que hayan más esperando a que alguien pase por encima para activarse.
Por suerte no hubo más problema y pudimos continuar la marcha con normalidad.

Lunnaris siguió el viaje acompañado de sus compañeros. Tras pasar aquellos largos días junto a ellos había comenzado a sentir más confianza. Ya había llegado a la conclusión de que estaban tan perdidos como ella. A veces era más sencillo pensar que el enemigo era el tiflin y que todo era un plan malvado para llevarnos hacia algún lugar. Quizá así acabasen con ella en seguida y no tendrían que continuar con aquel sufrimiento. Pero no, el tiflin era tan desgraciado como ella, por lo que no pudo hacer absolutamente nada más.

Así que continuó todo el viaje con la cabeza gacha hasta que observó todos aquellos agujeros en el suelo, entonces no pudo evitar mirar al cielo, como queriendo tratar de averiguar de dónde podrían haber venido. Estaba claro que aquello no era natural y que era suficientemente peligroso como para tenerlo en cuenta.

Tras aquello, parecía que no querían parar averguar nada, así que Lunnaris continuó andando tratando de no darle más importancia a lo que habían visto.

Sin que pudierais hacer nada para prevenirlo, del suelo comenzaron a surgir multitud de agujeros del tamaño de un puño, con un sonido estridente, una decena de pequeños escarabajos cuyo olor era putrefacto comenzó a surgir de la tierra para rodearos como si fueseis una presa más, sin importar que vuestro tamaño fuese superior.

¿Serían escarabajos carroñeros que usaban los caminos como trampas para cazar?

Estaba claro que los caminos no eran seguros ni en los tiempos actuales.

Tan distraído andaba mirando el paisaje que cuando, de repente, del suelo salen una multitud de bichejos acompañados de un olor inmundo a putrefacción, no logro reaccionar a tiempo como para empuñar mi arma y ponerme en guardia. A causa de la sorpresa cuando reacciono la hoja se engancha en su vaina y tengo que dar un par de tirones y alguna que otra blasfemia hasta que logro tenerla lista.

Para tranquilizarme me detengo unos segundos a comprobar si conozco algún detalle acerca de estas criaturas que nos atacan, pero no recuerdo haber leído ni visto nada. De momento empiezo sorprendentemente mal...

Cuando Lunnaris ve como la tierra comienza a moverse bajo sus pies se lleva un buen susto y da unos cuantos pasos hacia atrás. Por un momento se vio tentada a salir corriendo de allí y dejar a sus compañeros, pero cuando vio que lo que era realmente era tan insignificante, decidió desenfundar su arma y plantarles cara. Aunque después miró a sus compañeros:

Será mejor que nos marchemos de aquí, no hay motivo por el que enfrentarnos a ellos. Son criaturas de la naturaleza y no deberíamos dañarlas.

Fácilmente reconozco a esos seres.

Son escarabajos de la podredumbre, deben tener un nido aquí debajo y eso quiere decir que existe una gran cantidad de cadáveres del que pueden alimentarse. Digo con tono calmado, no eran una gran amenaza, simplemente limpiaban los restos de muerte, transformandolo en energia, como siempre la naturaleza mostraba su eficacia. Así que lo mejor seria irnos de esta zona, ya que algo habrá creado esos cadáveres y no precisamente estos escarabajos. Digo en un tono que muestra que no estoy de broma.

Comienzo a andar evitando a los escarabajos, con el objetivo de salir de la zona cuanto antes, a la vez que trato de ver donde piso, la sensación de estar en un sitio así me hacía ser algo más precavido.

Bah- suelto, mientras envaino la espada y corro para alcanzar a mis compañeros- como veáis.- Trato de evitar en la medida de lo posible a los bichos, ya que parece que los elfos han podido atravesar sin demasiados problemas a la extraña multitud que nos rodeaba.

Aún así, todavía me quedaba un mal presentimiento acerca del encuentro...