Partida Rol por web

Seguramente requeriria que desmontaras el metal de la madera, porque aunque la amdera se veia en buen estado seguramente era mejor darle un buen vistazo por dentro. Solo por si las moscas. Eso implicaria mas trabajo... pero nada que tu no pudieras hacer.

Te mire y enarque una ceja por las formas que te gastabas aunque veias que no me desagradaban. - Si Rea... no mas señorita... que sino a alguno de estos les dara por mirar bajo la falda... - Era ironia pura. Alguien hizo algun tipo de chascarrillo... y me gire para mirarle para callarle la boca, el problema es que no sabia quien habia sido. Tome la escopeta y la movi a mi lado de la mesa, cuando tus palabras me arrancaron una sonrisa y una mirada que denotaba diversion. No dude en mirar a Rutgart. - Deberias atraer a mas clientela como este... la de ahora mismo da asco lo sabias... - Miro sus cartas y vio como subias, sin inmutarse.

Tendre en cuenta eso... madurito... y quizas seas tu quien acabe pidiendo que le "jodan"... - Una sonrisa que hablaba a las claras de que estaba disfrutando de nuestro juego de palabras.

Ladee la cabeza y sonrei, para luego desanudar un pañuelo de mi pierna y limpiar con devocion el arma. Estaba claro que ibais a descarte. - Y de donde viene nuestro educador forastero... No hay muchos que sepan reparar cosas por aqui, se les da mejor dar golpes...

Rutgart no se movio y el otro tipo, tampoco. No era mucho lo que habia sobre la mesa, pero el ritmo de la aprtida se habia roto asi que no habia mucho mas que hacer.

Rió generosamente ante el comentario de la falda mientras la dejaba recuperar su vieja pero preciada escopeta a Rea asintiendo al comentario sobre su educación antes de intervenir.

- Rea... Mis formas son fruto de la educación de mi abuelo, el siempre decia que "Los Modales Hacen al Hombre" -suspiro- que en paz descanse.

La morena era una caja de sorpresas. No paraba de hablar, eso demostraba que no tenia muy buena mano, pero el silencio de Rugrat le estaba matando. La tension no se rompio hasta que se levantaron las cartas que observo sorprendido la mano de su oponente y apareció una sonrisilla irónica en su rostro mientras se dirigía a todos pero a Rea en especial.

- Yo no pondria ninguna pega a que me "jodieras" siempre y cuando sobreviva a ello, pero creo que en esta ocasión... -señalo la mano de Rugrat- ... el anfitrión nos ha "jodido" a todos, je, je, je... -asintió- Usted gana, señor Rugrat.

Recogió las cartas con su mejor sonrisa y barajó de nuevo, con la misma parsimonia que antes mientras respondía a vuestras curiosas preguntas.

- De donde soy... siendo francos de un socavón en medio del Yermo, je, je, je... -dio el mazo a Rea para que cortase y cuando lo recogió contesto- ... pero antes de que lo borraran del mapa, se llamaba RiverDown...

Repartio dos cartas a cada jugador, para a continuacion "quemar" una y poner tres boca arriba en la mesa, terminando por dejar el mazo a su derecha. No se molesto en mirar sus cartas ni las de la mesa. Simplemente paseo su mirada por los rostros de sus tres oponentes, y espero a que hablasen.

Tus palabras me dejaron fuera de juego, pudiste notarlo por la forma en que te me quede mirando. Ni siquiera a mi se me ocurria un comentario mordaz ante algo asi, asi que solo di dos golpes con la mano sobre la mesa. - Que en paz descanse. - Notaste una mirada diferente, un interes que sin duda iba mas alla de las formas de cada uno.

En cuanto quite los ojos de ti, todo eso desaparecio porque en este puto mundo, si eres debil te arrancan la piel a tiras y yo... yo preferia romper huevos. Mas tus palabras me sorprendieron y te mire con una sonrisa que dejaba claras muchas cosas. - Quien sabe... depende de lo bien que lo hagas quizas te deje sobrevivir para poder repetir... despues de todo el diablo sabe mas por viejo que por diablo ¿no? Y esas canas... - Me relami el labio de forma seductora y lasciva.

Destapamos las cartas, bufee para girarme y mirar a Rutgart. - Eres un bastardo con suerte. - No habia ningun mal rollo, estaba claro que nos conociamos de hacia tiempo.

Rutgart se encogio de hombros y solo sonrio, mientras bebia de su vaso, apenas un par de centimetros del liquido que contenia. Parecia que se estaba divirtiendo con la verborrea y los intercambios entre ambos. Levanto el vaso en tu direccion cuando comentaste que ganaba el. - No siempre señor Flinn, pero uno hace lo que puede..., sobretodo cuando el nivel de la emsa sube tanto. - Estaba claro que creia que habia pillado algo, faltaba confirmarlo seguramente.

El otro miembro de la mesa gruño pero no dijo nada mas, mientras resoplaba y su mano iba a las chapas que le quedaban. Era obvio que las estaba contando, mientras pensaba en algo.

Corte con mi atencion puesta en ti. ¿RiverDown? No me suena... ¿Norte o Sur? - Dudo. - ¿u Oeste? - Me encogi de hombros ante lo de borrarlo del mapa, era algo comun. Solo los fuertes sobrevivian en este mundo...

Frunci el ceño. - Ehhh acabas de cambiar el juego... - Rei con ganas, como si pensara que esa era buena, sobretodo siendo el nuevo. - Tienes pelotas viejo... muchas... me gusta... - Mire a Rutgart, que no dudo en asentir permitiendo seguir con ello. Puse mi apuesta y tras eso mire mis cartas.

¿Era una brecha en su coraza? -pensó al escuchar el pesame de la macarra. Todo parecia indicar que si pero no iba a tirar por tierra su fachada en publico, dado que podia perder un buen trabajo y las chapas le vendrían bien. Le dedicó una sonrisilla cómplice antes de girarse hacia el "Jefe".

- Ya te demostrare luego mis "habilidades"... -hizo una pausa dramática con la escopeta- cuando le haga la puesta a punto... -señalo la vieja escopeta con un brillo malicioso en los ojos- a la pequeña "Tina"

Asintio a Rugrat con una sonrisa oculta tras las canas de la barba y el bigote mientras respondía a las preguntas que le hacían sin mayor preocupación.

- RiveeDown esta al norte, entre JacksonVille y PineyGreen. Pero como os dije, lo unico que queda de aquel lugar es un bonito cráter en medio del Yermo... pero si os gustan los agujeros en la arena, tiene su encanto, je je je...

La queja de Rea le pillo de sorpresa. Cuando se quiso dar cuenta habia repartido cartas de manera instintiva a cuando jugaba con su abuelo. Tenia que tener cuidado con aque tipo de actos reflejos, dado que le podían meter en un lio. Al menos sus nuevos conocidos no se lo habian tomado a mal. Aun asi se disculpó.

- Lo siento, me ha recordado a las partidas con mi abuelo, lo siento si les he ofendido.

Espero a que apostarán e igualo para ir, no tenia mala mano, ademas se sentía comodo.

Las rondas se fueron sucediendo, no hubo problema en cambiar el juego, aunque fuiste consciente de que Rutgart tenia mas reticencias de las que realmente te dejaba ver. Al cabo de un par de rondas, comenzaste a ganar mas de lo habitual, pero aun asi, siempre cuando parecias que ibas a llevarte un buen pellizco, aparecio Rutgart y te desbancaba sin que supieras bien de donde habia venido esa jugada.

No tardaste mucho en darte cuenta de que efectivamente hacia trampas, pero los demas, o bien no se daban cuenta, o lo dejaban pasar.

Rea consiguio arrancar un par de victorias, pero estaba claro que el juego estaba entre tu y el dueño del local. El otro el pobre, consiguio ganar de chiripa una de las rondas y con eso casi que se podia dar por satisfecho.

Al final, en la ultima mano, fue cosa tuya y de Rutgart y con la ultima carta, conseguiste hacerte con una buena suma tras las idas y venidas de la noche, incluso Rea habia conseguido su pequeño monton. Esa ultima carta levanto un pequeño silencio en la sala mientras Rutgart bebia un trago de su bebida y con una sonrisa se levantaba.

No sabias si lo habia hecho a proposito, si habias ganado por tu habilidad, por tu dama fortuna o porque se habia quedado sin ases bajo la manga, literalmente.

Pudiste notar la tension en algunos de los parroquianos, era obvio que sin darte cuenta te habias podido meter en un lio. Saco la mano de un bolsillo y alargo la mano lentamente para despues dejarla entre medias de los dos, sobre la mesa, esperando un estrechar de manos.

Estaba siendo una noche agradable, una partida interesante, habia conocido a una futura clienta, y todo parecia ir a las mil maravillas hasta que termino esa mano. Flinn echo cuentas mentalmente, la jugada que mostraba Rugrat era matemáticamente imposible, pero nadie mas parecio alarmarse. La situación estaba clara.

Mientras Rea barajaba las cartas, el anciano aprovecho para desabrocharse los puños de las mangas delante de todos y comenzó a enrollarselas hasta los codos. El era el foráneo, y si iba a acusar a alguien de hacer trampas, seria el primero en la lista, asique mejor dejar claro de antemano que no tenia cartas en la manga, literalmente. Tomo asiento de nuevo y continuo la partida.

En ningun momento intento dar un palo a la mesa, pequeños pellizcos estaba bien, asi pues cuando gano la última mano se quedó completamente atónito. Solo habia ido al "pool" para no dejar mal anfitrión, y este básicamente le habia regalado la mano. Mal asunto.

El ambiente parecio crepitar cuando Rugrat le tendió la mano, la cual no dudo de estrechar al incorporarse, mostrando claramente que no habia nada en ella. El apretón fue frontal y firme, no intento traerle hacia el ni se sometió a Rugrat. Tras este le dedico un leve asentimiento.

- Bien jugado señor... -miro a Rea- Lo mismo digo señorita. Ahora que hemos acabado la partida, podemos hablar de negocios, ¿no cree?

Le pitaba el oido y eso nunca era bueno. Recordó lo resistente que parecia la mesa y se apoyo en el borde de la misma mientras se acercaba a Rea y le tendía su vieja escopeta. Habia que salir de alli para ayer. Su instinto le decia que esto iba a terminar peor que los cuentos del Clinistgud que le contaba el abuelo cuando era crío.

- Usted me dira donde hay un sitio tranquilo para que pueda poner s punto a la pequeña "Tina"

Con un gesto masque ensañado y la mar de sutil quito el seguro s la funda del revolver por di las cosas se ponían mas feas de lo que parecia.

Ese pitido en el oido paso de un simple silbido, a toda una alarma, cuando uno de los parroquianos de la barra se movio. Estaba justo detras del capullo idiota de tu mesa, pero por el rabillo del ojo conseguiste ver el arma que ocultaba y que parecia dispuesto a usar. Un paso, dos pasos, notaste la tension crecer, mientras deseabas equivocarte.

Estrechaste la mano. Firme pero sin ningun tipo de juego y entonces cuando la fuiste a retirar, no pudiste. Rutgart te habia atrapado la mano mientras su sonrisa no se movia del sitio, solo tras un par de segundos de mas, donde casi estabas seguro de que la tension de tu cuerpo, dejaria claro que estabas a nada de asegurarte un tiro entre ceja y ceja de alguno de los dos pretendientes que parecias tener. Entonces te dejo ir, sin perder la sonrisa... luego miro a Rea y pudiste notar esa mirada que dejaba a las claras que habria represalias. Se dio la vuelta mientras recogia su vaso, como si aquello no fuera con él... y entonces el chasquido de la madera de alguien que se acercaba por mas alla de tu vision periferica, te fue jodidamente claro.

Rea abrio los ojos y supiste que iba a ocurrir. Mas al menos eso es lo que pensaste, un revolver apuntando a tu costado a esa distancia, un dedo sudoros que apretaba un gatillo y una bala que sin ninguna duda alcanzaria como minimo un organo vital. A esa distancia ni la misma Dama Fortuna podria salvarte... o eso pensabas. Mas como bien sabias esa Dama muchas veces aparecia de las formas mas insospechadas y en este caso lo hizo con la forma de una silla que salia volando en direccion a tu espalda, de manos de la mujer tatuada que bien sabias que era peligro encerrado en botella de alto voltaje.

El restallido de un arma al ser disparada y el sonido de una de las luces del techo estallar como consecuencia del balazo desviado. Te acababan de salvar la vida... eso lo tenias muy claro.

Aun asi no te dio tiempo a pensar mas, un individuo con una escopeta asomo practicamente apartando a Rutgart y fui directo a por vosotros. El arma apuntaba directo a ti... y solo habia una cosa entre ambos, solo una cosa que sabias de la resistencia que tenia.

Tenia la mano discretamente apoyada en el arma cuando Rea estrello la silla contra quien le apuntaba a bocajarro, haciendo que el disparo terminase en el techo. Por suerte para Connor, ahora eran dos objetivos para repartirse los ataques y disparos. Por desgracia para Rea, se acaba de enemistar con Rugrart al ponerse de su lado. miro a la Punky con una sonrisa.

- ¿Bailas?

Dijo con ironia mientras tiraba de ella contra el, girando sobre si mismo, haciendo restallar su revolver contra el hombre que le habia encañonado acabando con él y tumbando la mesa entre ellos y el hombre de la escopeta a modo de parapeto antes de caer al suelo junto a ella, mas bien encima suyo, cosa que por su expresion no parecio hacerla ninguna gracia. De hecho iba a estrellar su puño en la cara del anciano cuando el estruendo de los perdigones de la escopeta se estrellaron contra la mesa, lo que trajo a ambos de vuelta a la realidad.

Los dos hombres de la barra se habian ocultado ante el disparo de escopeta de su amigo para evitar el fuego amigo, y el grandullón de la escopeta estaba martillando para disparar de nuevo. Flinn se dirigio a a la boba de relojeria que tenia por compañera.

- Esto es como en dos heroes y un destino... pero espero que acabe mejor. -la sonrio con cierto temor- A la de tres, dispara hacia la barra para evitar que nos dejen cual colador, y yo me encargo de nuestro amigo del trabuco. -inhalo para centrarse- Una... Dos... Tres.

Lanzo la moneda al aire y ambos abandonaron la cobertura cruzandose  hombro con hombro apuntando a sus respectivos objetivos y abriendo fuego. Flinn abrio fuego contra su objetivo y sin fijarse si le habia abatido o no se giro dispuesto a "abanicar" contra los otros dos.

Se habia prometido no tener nunca mas enemigos que balas en el tambor, asique habia que solucionarlo, aunque fuera de manera "definitiva" para ellos.

La moneda giro en el aire, y siguio girando. Antes de llegar al punto algido de su trayectoria, tu arma ya habia abierto fuego. Un disparo certero que revento la mandibula y el craneo del hombre armado con una escopeta. Los resto de huesos, de dientes y materia gris se fundieron en un perfecto collage con la sngre mientras todos ellos eran lanzados contra la pared posterior, manchando en el proceso el traje de Rutgart.

El hombro de Rea, firme y duro, giro con el tuyo, mientras su pistola retumbaba con fuerza, y la tuya abanicaba. No conseguisteis dar a los que se escondian tras la barra, pero si a un nuevo invitado que aparecia por detras de esta, alojandole un par de balazos en el pecho cortesia de tu peacemaker… mas entonces la voz de Rutgart detuvo el festival de cristales rotos y gruñidos de fondo, alternados por el de algun que otro herido por los proyectiles que habian volado por la sala. El lugar habia quedado hecho un verdadero desastre.

Basta. Todos. - Rutgart te miro de una forma que no te gusto nada. - Recoja sus beneficios señor Connor y salga, no se preocupe, no habra mas altercados. La parte de mejor que no vuelva por aqui, quedaba clara. La cuestion era... del pub o del pueblo, entonces la mirada fue hacia Rea, mirandola detenidamente como si hubiera algo entre ellos, algo que obviamente no sabias.

Rea fruncio los labios y puso mala cara. Espero por si decidias recoger tus beneficios de esta noche para acompañarte hasta la salida. Despues de todo, te habia salvado la vida y tu supuestamente a ella.

Avanzasteis hasta la puerta de salida, cruzandola y dejandote ver el lugar donde sin ninguna duda no querias perder la vida. Rea te detuvo por un momento. Notaste que era consciente de lo ocurrido alli dentro y aunque no habia cambiado sus pintas de maldita loca del Yermo, si te parecia, quizas mas cercana.

Te mire, porque era consciente de lo ocurrido ahi dentro, aunque quizas tu no tanto. Conocia a Rutgart. Mi mirada era dura, pero al mismo tiempo, habia algo mas, algo que habia quedado marcado por la forma de tratar a Tina y por tus palabras sobre tu abuelo. - Dime madurito… Si tuvieras que apostar tu vida a mi persona o a uno de ahi dentro, por quien apostarias?

Algo te decia que no era una pregunta sin mas... y que yo era muy consciente de lo que te estaba preguntando.

Connor se agachó a recoger su tesoro, que no eran las ganancias precisamente. Le costo inos preciados minutos encontrarlo. Gruño resignado mientras tomaba su moneda del suelo. Tenia una proyectil incrustado en ella.

(Podía haber sido yo, gracias cariño...)

Beso la moneda y la guardo en el bolsillo antes de recuperar sus ganancias del suelo y encaminarse hasta la puerta. Apenas tardo unos segundos en alcanzar el umbral, pero debido a la tension que habia en el ambiente, el tiempo parecio dilatarse a horas.

Una vez en la puerta junto a Rea la dedico una mirada de complicidad en respuesta a su pregunta, acto seguido dejo escapar una fugaz sonrisa.

- Difícil elección... Yo solo apuesto por la Dama Fortuna, pero... al parecer ella si que apuesta por ti. ¡Que demonios! Le has abierto el coco a ese tio, lo que no se es si te has encariñado conmigo o quieres un descuento con Tina... sea lo que sea, podrás tener ambas cosas despues de esto.

Abrio el tambor del revolver y lo recargo de nuevo antes de devolverlo a su funda y tenderle la mano a Rea como quien cierra un contrato y guiñandola un ojo.

Sonrei y pudiste ver que era sincera, mientras podias notar que habia una sombra en lo profundo de mis ojos. Mi mano se cerro sobre la tuya, un apreton fuerte, consistente mientras podias notar como la sonrisa se hacia parcialmente triste. - Confia... y lo siento...

Fue lo ultimo que oiste antes de sentir un dolor agudo en el costado, justo donde tenias el bazo. Dolor, mucho dolor unido al olor de la polvora... y antes de que supieras como ni por que, caias al suelo, con los ojos perdiendo la vision rapidamente mientras yo estaba justo sobre ti. - Es la unica manera.

La oscuridad te llamo, y por la velocidad a la que lo hizo no podia ser bueno.