Todos cambiamos claro... Bien, bien, veamos, paso a paso. Si no eres Jueliette ni Justine. Quien eres? Y, lo mas importante, porque estas aqui? De donde saliste? Si es que existes claro...
-Si existo querido, no soy producto de tu imaginación...Mi nombre es Noelia Milliard, desperté aquí después que...se detiene tratando de recordar algo evidentemente doloroso. -He metido la pata...creo que he acabado con mi vida, y después aparecí aquí contigo, en esta celda...sin saber más nada...
-Es más me toco, y siento...dice pellizcandose el brazo. -Pero no sé que es esto ni que hago aquí contigo. Supongo que los dos hemos muerto y estamos en algun tipo de purgatorio...sus palabras eran de una certeza ciertamente incómoda. El proceso ya lo había hecho y sus palabras contenían la certeza de quien entiende lo que dice.
Muerto yo? Purgatorio?? Su cara se desfiguró en una mueca de horor. Desesperadamente comenzó a recorre su cuerpo con sus manos, palpando cada rincón.
Luego de unos instantes, pareció tranquilizarse.
No, no creo. No estoy muerto. A mi me encerró aqui la tonta moral. Francia no tiene lugar para la sinceridad literaria... ¿Acaso me quisite jugar una broma? Bah... no se por qué me esfuerzo en hablar contigo. Si estás aquí, estás loca. Asi que solo te ignoraré. Has lo que quieras, pero no me molestes. Debo terminar con mis escritos. Se sentó nuevamente en su escritorio, pluma en mano.
Noelia, se sienta en el camastro tomando su cabeza con sus manos, resoplando.
-Tu haz lo que quieras, pero acaso te has preguntado cómo es que he llegado yo aquí? En esta celda contigo?...sus ojos se pierden en la lontananza.
-Bahh...creo que eso ahora no es lo importante no??...a lo mejor si me siente a esperar, algo sucederá...dice resignada.
Si, puedes sentarte a esperar... o tratar de saltar por esta ventana. No tiene rejas infranqueables para alguien de tu talla... o tratar de buscar un pasadillo secreto o... No, mejor quédate sentada. Yo almorzaré... o cenaré? Ya no lo sé.
Tomó la bandeja que habían ingresado en la habitación por la pequeña puerta cercana al piso. Una porción de pollo que no lucía demasiado apetitosa era acompañada por una copa y una pequeña jarra. Se sirvió en la copa, y al beber escupió todo con una clara ira en la cara.
A esto le llaman vino? Puedo estar loco, pero aún sé lo que es una buen vino. Ya verán ya verán!
Se dirigío a la puerta y la abrió sin más, saliendo refunfuñando entre dientes.
Noelia abrió sus ojos de par en par al observar cómo Donatien, simplemente abría la puerta y salía de la estancia..
Se levanta del camastro y con ciertas dudas en su paso, se dirige hacia la puerta abriéndola...
Al bajar por la escalera circular, la luz comenzó a hacerse escasa, hasta llegar a pisar los ultimos escalones en pura oscuridad. Avanzó unos metros, y luego de unos minutos perdió perdió toda noción de orientación. Estaba a ciegas en medio de aquel pasillo que no sabía dónde empezaba y dónde terminaba.
La desesperación comenzó a hacer mella en la muchacha. El pasillo parecía interminable, no tenía principio ni fin, no sabía por donde había venido.
Seguía caminando sin ningún rumbo derecho, esperando encontrar una puerta, una salida...
Se preguntaba donde estaría este Donatien, pensaba que definitivamente estaba en el purgatorio...y se alisó las arrugas de su vestido.
En medio de la desesperación, persibió alguien detrás suyo. Un respiración irregular, entrecortada. ¿Miedo u otra sensación? Sintió una mano en su cuello que la agarraba desde atrás y la apretaba contra su cuerpo. Alguien apoyaba su miembro completamente erecto contra las nalgas de Noelia y le respiraba al oído. ¿Era el mismo olor de Donatien? La otra mano apareció por adelante de la jovén, levantando su pollera, dejándola entre la pared y el falo tieso...
Noelia se soprendió ante la aspereza de aquella aparición. Se revolvió un poco ante el contacto del pene erecto. Por un segundo pensó en complacer sus impulsos, pero era todo muy extraño...
Se dió media vuelta brscamente pegada a la pared, mientras que emitía un gritito de jadeo...Qué pretende usted de mi???
;P
Una antorcha se encendió de la nada al lado de los jadeantes cuerpos. No iluminaba mucho, pero Noelia logró distinguir la figura de Donatien.
-... Pretendo... pretendo esto! Su mano izquierda aferró fuertemente los formados gluteos de Noelia, y la hizo arder de deseo. Con un vigoroso movimiento la volvió a girar, y ella sintió el ya lubricado pene de aquel extraño hombre en la puerta de su ano.
Noelia no pudo hacer nada, o tal vez no quiso. Probablemente ambas. Pero pronto un estallido de sensaciones plagaron su cuerpo. Donatien introdujo lentamente la cabeza de su pene, y luego enterró el resto de un solo golpe, logrando una profunda penetración. Comenzó a darle ritmo al bombeo, y a los pocos segundos parecía ya a punto del orgasmo. Comezó a hablarle mientras le daba fuertes nalgadas.
- Oh, mi querida Juliette ! Ohhh... Solo, solo hay una cosa que me logra exitar de este hooo, de este modo... El miedo. El terror. Y... Y creéme que estamos corriendo un grave riesgo. No se... se lo que hiciste, pero Él te estaaaaa... buscando. Julietteeee ...!!!
Noelia sintió coomo su ano se llenaba de semen junto con las últimas palabras de Donatien, gritando su nombre.
Un grito agudo surge de las fauces de la muchacha al llegar al orgasmo, casi al mismo tiempo que sentía llenarse de Donatien.
Noelia estaba repleta de sudor. Sentía como el pesado vestido se pegaba sobre su cuerpo. Había escuchado las palabras como si de un sueño se tratara. Quien es Él??? A quien se refiere Donatien??
Dejando de lado el éxtasis experimentado un tiempo antes, la muchacha mira al sujeto con las sombras formadas por las velas. Quién me está buscando querido?? A quien te reieres??
De repente un temblor se siente en el piso. Varias antorchas se encienden y la ilumación permite ver que están dentro de un cuarto, cuyas paredes comienzan a cerrarse. La desesperación se hace carne en Noelia, y en la cara de terror de Donatien...
- Nos encontró... Te encontró! Maldito sea, siempre lo sabe todo!!!
Las paredes ya estaban comenzando a atraparlos, no quedaba mucho tiempo.
- Ten cuidado con Él. Cuidado con lo que le dices. Procura caerle bien. Y no te pases con tus encantos!!!
Donatien gritaba, ya que el ruido era ensordecedor.
Esas fueron las ultimas palabras que oyó Noelia antes de sentir que su caja torácica comenzaba a ser triturada por las paredes. Un largo grito de dolor, fue seguido por una "nada" casi instantanea.
Pasamos a la escena Club Hell.