Partida Rol por web

-Pazguato lo seras tu, anormal. Cuida esa boca o acabaras vendado en todo tu yo y no solo en la cara.-Ladra Ulrick a Tomas.

Tomas calla, pero en sus ojos se ve un deje de malicia.

-Disculpad. -Dice a Stane.- La próxima vez que os hable, me asegurare de que no se halle vuestro guardaespaldas presente.

-Y si puede ser, que tampoco este cerca.- Finaliza Ulrick.

Tras esta pequeña disputa, ambos permanecen sentados, mirándose entre pequeños sorbos.

Me despido con una inclinación de cabeza del hombre al que he aprendido a respetar más allá de su rango como Lord Comandante de la Guardia de la Noche. Porque el Viejo Oso es mucho más que eso para quienes llevamos media vida aquí…

Se trata de uno de esos escasos individuos que se ganan tu lealtad, que la merecen de verdad, por méritos propios. Ha demostrado que tiene valor de sobras, que sabe tomar decisiones difíciles y que además se preocupa por sus hombres, incluso siendo estos escoria como la mayoría de nosotros. Mucho más de lo que he visto hacer a ningún gran señor de Poniente.

Y desde luego no pienso decepcionarle.

Sin embargo, no acaba de hacerme gracia formar parte de lo que están preparando ahora entre él y Thorne… porque si la idea es apartar las manzanas podridas, los más conflictivos, bueno, sólo puedo compadecer al pobre desgraciado al que pongan al mando de ese fuerte.

No quisiera estar en su pellejo cuando se encuentre a solas en esas tristes ruinas, lejos del Castillo Negro… y tenga que imponer algo de disciplina, rodeado de lo peorcito de cada casa.

¡Qué poco va a durar el pobre imbécil!

Frank escuchó tenso e intranquilo el breve intercambio de palabras entre Ulrick y el hombre que se hacía llamar Tomas, pero cuando hubieron terminado, el tormenteño tragó saliva, se inclinó sobre la mesa y, procurando dar una imagen de seguridad, hizo un gesto entre apaciguador y de agradecimiento hacia Ulrick.

—No vale la pena, Ulrick —dijo—, pero gracias. —A continuación se volvió hacia Tomas y le miró a los ojos, pero tratando de no parecer hostil ni desafiante.— No creo que valga la pena que nos enemistemos por una discusión sin importancia o por una palabra más alta que otra. —Miró de nuevo a Ulrick, tratando de resultar convincente.— Un día seguramente nos necesitaremos los unos a los otros —aclaró—. No ha habido ofensa —dijo a Tomas. Luego se volvió a relajar en el banco, las manos en el tazón.— No sabía lo que era la sangre de basilisco... Lo siento por ese pobre hombre.

Tragó saliva de nuevo, a la espera de cualquier reacción por parte del tipo vendado, pero al mismo tiempo tenía la cabeza puesta en el grandullón del que hablaban. Pobre hombre... Más tarde debería ir a presentarme y charlar con él. Frank tenía muy presente que necesitaba amigos en el castillo, pero aquellos pensamientos se debieron más a una compasión sincera que a otra cosa. Desde luego, hay quien no ha empezado con buen pie...

Zacarias se ríe ante lo sucedido quitándole importancia a lo ocurrido.
- Oh, que divertido, ya no recordaba estas conversaciones sobre quien tiene los huevos más grandes. Ja, ja, ja.