Tenía aquella criatura encima de mí, y aunque traté de salir de la complicada situación, no hubo suerte. Traté de golpearle con todo lo que pude y sacando las fuerzas de donde pensé que ya no habrían. Pero tras la herida inicial cada vez me empezaba a sentir más débil, ni siquiera cuando el dinosaurio sacó sus garras de mi cuerpo me sentí algo más aliviado. Aquel monstruo no dejó pasar ni un momento antes de volver a atacar, esta vez con un mordisco en el hombre izquierdo, cerca del cuello y del corazón.
El científico no me escuchó, se quedó allí observando la escena hasta que empezó a disparar... segundo error. El dinosaurio perdió interés en mí y se lanzo hacia él, dejándome tendido en el suelo, desangrándome rápidamente.
Había sido soldado mucho tiempo y sabía cuando una herida era mortal, y sin duda las mías lo eran. Ni siquiera en un hospital con médicos y quirófono me hubiera podido salvar, si no moría desangrado por una herida tan próxima a la vena yugular, moriría desangrado por una herida próxima al corazón. Mi destino ya estaba sellado.
A pesar del dolor, traté de relajarme esperando el momento que durante tanto tiempo había conseguido burlar. Estiré mi cuerpo y mis extremidades, y perdí mi mirada hacia el techo, extendiendo las manos y palpando el suelo.
Con las manos extendidas en el suelo, notaba un charco de líquido espeso cerca de mí, sin duda alguna sería la sangre que salía de mi cuerpo.
Cada vez notaba más entumecido el cuerpo, cerré los ojos y esperé lo inevitable.
A sido un placer :)