Partida Rol por web

Cada vez me costaba más avanzar, el terreno, el calor, el cansancio, eran demasiadas cosas. Intentaba estar alerta ante cualquier peligro que apareciera, pero cada vez me costaba más, quizás fuera el momento de hacer un pequeño descanso.

Pero fue el científico quien sacó la idea finalmente. - Estoy de acuerdo, muchacho. Debemos descansar. - Era evidente que necesitábamos descanso, pero no podíamos establecer un campamento improvisado en cualquier sitio, teníamos que intentar que fuera lo más seguro posible, y viendo las características del terreno que nos rodeaba, iba a ser complicado.

Seguimos avanzando, buscando cada vez más desesperados un lugar donde descansar.

No conseguíamos encontrar un lugar propicio para descansar, seguíamos avanzando con la esperanza de en algún momento encontrar la zona perfecta. Pero no fue así, continuamos y continuamos hasta que las fuerzas empezaron a flaquear.

Las condiciones no nos ayudaban precisamente, intentaba mantenerme en tensión para estar alerta, pero las piernas ya me dolían. Cada vez me costaba más apoyar lo pies en el suelo, y viendo la cara del científico, estaba en las mismas condiciones que yo o peor incluso, era evidente que necesitábamos descansar a pesar de la caída de la noche y el peligro que conllevaba, o sacar fuerzas de cualquier sitio para continuar.

De alguna manera este largo peregrinaje no hacía mella en Utz, debido a la intensa necesidad de avanzar por aquel camino hasta llegar a destino. El sudor se deslizaba por su blanca piel a modo de recuerdo, de ese esfuerzo físico que conlleva el mantenerse allí de pie mientras los sentidos permanecen en alerta por si algo nuevo sucede o algún carnívoro aparece para hacer de las suyas. 

Al margen de ello, nota el cansancio de su compañero y tras detener sus pasos le dedica una mirada. - Si quieres descansamos un poco, estoy preocupado por las distancias que tenemos y cómo vamos a quedar en la intemperie como sigamos así... - agrega al dejar escapar un suspiro, observando el entorno completamente abstraído por los sonidos, la poca luz que puede filtrar el sol debido a la frondosidad de los árboles y el momento del día que sin dudas es vital. 

Sigue percibiendo por momentos las vibraciones del suelo, quizás buscando una calma que antecede a la tormenta. Las pisadas de los animales grandes deben sentirse entre el resonar de un hábitat que lejos de permanecer mudo, es el eco disonante de una naturaleza que permanece despierta sin importar las horas ni lo que suceda alrededor. 

El grupo continuó la marcha sin descansar; la noche les arropaba bajo el silencio de la luna.

El avance era más lento porque la visibilidad era reducida, pero también era reducido el sonido ambiental de vuestro alrededor.

No sabíais cuantos kilómetros faltarían para llegar al centro de visitantes pero a cada metro que avanzabais las esperanzas de que ya quedara menos alimentaban cada gota de sudor derramada.

En un determinado momento durante vuestro avance escuchasteis un ruido. No sabíais muy bien qué era pero os llamó bastante la atención ¿era una persona? parecía un gemido.

Aún seguíamos andando cuando escuchamos un extraño ruido, del puro cansancio mi pierna izquierda me falló por unos segundos. Me vi obligado a arrodillarme sobre la pierna derecha e incliné mi cuerpo ligeramente hacia delante, dejando que la otra pierna reposase un poco.  Mientras recuperaba las fuerzas, intenté deducir de donde vendría aquel ruido, no parecía estar lejos, pero la oscuridad lo envolvía todo y era complicado ubicar con exactitud el origen.

Al minuto, mi pierna parecía que estaba algo mejor, me incorporé, intentando ver algo que me indicara de donde venía al ruido, hasta que más o menos lo supe. Probablemente el científico lo había deducido antes que yo, al fin y al cabo los años no pasan en balde y el cansancio tampoco ayudaba, sin embargo él tendría los sentidos más despiertos.

- ¿has oído eso, muchacho?, ¿es posible que sea una persona? - dije justo antes de empezar a dar pequeños pasos hacia la zona donde creía que podía estar el origen del ruido. - Tenemos que ir a investigar, prepara el arma, puede que nos encontremos alguna sorpresa desagradable. - al acabar la frase, me paré en seco, dándome cuenta de la situación en la que estábamos, aquel muchacho no había cogido un arma en su vida, y yo no estaba en condiciones de batallar. Fuera lo que fuera, no era parte de la misión, e ir hacia el ruido podía tener consecuencias fatales. - Decide tú, muchacho. Ir a investigar podría poner en riesgo nuestras vidas y la misión. No estamos en condiciones de combatir. No obstante, la decisión es tuya, pero si decides investigar y lo que encontramos es una amenaza, no dudes en usar el arma, dispara en cuanto puedas.

Me mantuve quieto en el sitio esperando la decisión del científico.

Utz se mantuvo muy atento al entorno, buscando con la mirada por los cielos e incluso entre los árboles por si algún dinosaurio aparece de repente. No se fiaba para nada del lugar, sus conocimientos le decían que el estar alerta continuamente puede ayudar en la misión, al menos a salvar la vida en más de una ocasión. Y por esa razón, pese a mantenerse físicamente estable, avanza firme hasta que nota el cansancio de su compañero. 

No desea preguntar demasiado, es un soldado y por regla sabe que está habituado a esto, incluso más que él, así que luego de dar otros pasos más, apoya su mano sobre el suelo y ante lo que llega a sus oídos esboza una sonrisa. Justo coincide con la pregunta de Derek, a la cual alza la mano para que aguarde un poco así era capaz de definir el sonido un poco más. 

- Es un dinosaurio, sinceramente mi curiosidad tiene un límite. Si vamos a investigar con el cansancio que tenemos, puede resultar como dices en una catástrofe, así que debemos buscar un lugar donde escondernos y mantener mis sentidos en el entorno un poco más para saber si viene hacia nosotros o ronda en los alrededores sin más. -responde y agrega. - Además necesitamos un lugar para descansar. - indica al señalar con la mirada la pierna de su compañero mientras le habla. 

Tras el inesperado suceso no quedaba más remedio que continuar el viaje, el tiempo se agotaba...

En mitad de la noche y tras haber superado más de un obstáculo, por fin se había logrado llegar al edificio que contenía aquello que os haría cumplir la misión.

Ya el suelo dejó de ser tierra húmeda y la vegetación se sustituyó por muros hechos de hormigón que de poco sirvieron para retener a los dinosaurios que arrasaron con el parque. A fin de cuentas a estas alturas deberíais dar gracias de seguir con vida después de todo lo sucedido.

Apenas había iluminación porque se daba por hecho que allí no habría nadie. Ahora estabais a tan solo unos pasos de abrir la puerta principal para buscar el lugar donde los laboratorios encerrarían secretos que actuarían como dignos manjares de especuladores y empresarios.

Después de tanto andar por aquella selva, al fin pudimos ver el Centro, nuestro objetivo estaba ahí delante. Mis piernas agradecieron el cambio de terreno, de plantas y raíces a solida piedra. Sentí como el cansancio desaparecía, pero era algo totalmente psicológico, mi cuerpo estaba tan agotado como lo estaba hace un rato.

A pesar de todo, no podíamos relajarnos todavía, el Centro estaba abandonado por lo que los mismos peligros del exterior podían estar dentro o en los alrededores.

Llegamos a la escalinata, atento a cada ruido o movimiento extraño que procediera de la selva, a nuestra espalda, o del interior del Centro, delante de nosotros. Pero me costaba centrarme en algunos momentos debido al cansancio. Estaba deseando entrar, rezando por encontrar alguna zona segura allí dentro, aunque no fuera demasiado probable.

Satisfecho por vislumbrar al final de ese largo y tedioso camino la entrada al Parque, le da una palmada en la espalda a Derek mientras avanza decidido por esa senda que lo guiará directamente hacia el objetivo principal de su misión. Un tanto sorprendido por su estado físico, se permite respirar esa tranquilidad que lejos de ser efímera, será un mero instante que morirá en cuanto ingresen al lugar, sólo para concientizar su mente a lo que debe hacer de ahora en más. 

- Llegamos, queda poco. - afirma al contemplar el entorno, ya sea desde el suelo o por el cielo, que siempre la mala espina de que le salga un dinosaurio de sorpresa, la tiene. Y mientras camina junto a su compañero, ya pisando el hormigón que tantos recuerdos le trae a la urbanización en sí, no ve la hora de llegar al laboratorio mientras en su mente va planteándose el cómo salir de allí.