Entre las diferencias se encuentra el punto en común, siempre ha sido de esta forma cuando las relaciones entre las personas comenzaron a forjar hitos frecuentes en la historia de la humanidad. Por amor, egoísmo, ambición e incluso despecho, surgieron tantos enfrentamientos que marcan un antes y un después en nuestra existencia, cuestión que para Utz, aquello en verdad no era más que una especie de comunicación sincera y descarada. Las guerras siempre existieron en base a una diferencia fundamental, ya que el ser humano no está demasiado acostumbrado a vivir con la diferencia del otro, el ser opuesto con su ideología y actitud, algo que resulta rico ante la exposición y la misma situación que amerita a sacar lo peor de uno. El resultado siempre es amplio, aunque no se quita el disfrute.
- Dime. - responde y tras escuchar toda la teoría fundada que tiene sobre si mismo aquel hombre, esboza una sonrisa que siempre inmaculada permanece en su rostro tan fiel a lo que en su esencia habita y cuida con recelo por igual. - No sabía que los soldados no tienen familia, conozco a un montón de ellos que salen por una misión y dejan a su familia en casa por una cuestión de deber, un compromiso que tienen ya sea hacia la patria o lo que sea. Creo que es inherente esa postura, pero aún así, te responderé con total sinceridad... - afirma al colocar una mano en el bolsillo del pantalón mientras la otra lleva el maletín.
- Soy un hombre casado, hace años ya y mi esposa me conoce de tal manera que comparte este amor que tengo hacia la ciencia. También soy Padre de una pequeña de 5 años, es la luz de mis ojos. No voy a mentirte a la hora de decir que es una decisión difícil, pero es mi trabajo y todo tiene su riesgo. Si quieres considerarme un monstruo por estar aquí, pues lo soy, pero llevo muchos años de mi vida investigando sobre los dinosaurios y estas oportunidades pocas veces en la vida se presentan. - confiesa en un tono sincero. - Soy más consciente de lo que imaginas, pero también la persona idónea para hacer esto, como tú y él... Ahora ya que nos hemos confesado y creo que sacamos a pasear a la bestia interior, sigamos... Total, esto es simple, cumplir y salir. Aunque ahora mismo que hemos perdido el helicóptero, vayamos pensando en como enternecer al T- Rex para salir de aquí cabalgando encima o al pterodactilo porque dudo que alguien más venga a buscarnos. - termina por decir, ya decidido a caminar aún cuando sabe que el trayecto puede ser largo y tedioso. Nada es difícil en esta vida, menos estar allí.