Los caballeros se desplegaron por las ruinas, allí la piedra se elevaba y el agua pasó a quedar por debajo de sus rodillas, lo que les permitió moverse con soltura de nuevo.* La niebla seguía dificultando la visibilidad, pero el sentir roca sólida bajo sus pies les daba confianza para quitarse una de sus preocupaciones, la de tener que calcular donde ponían las botas para ver si el terreno era lo suficientemente firme.
En las paredes de piedra podían verse varios grabados y dibujos erosionados por el tiempo y los elementos, demasiado dañados como para que pudieran esclarecer algo al respecto de lo que ese lugar era. Una escena parecía repetirse en varias ocasiones y en varios tramos de la pared, si se unían los pedazos, podía entreverse la figura de un guerrero elfo que se disponía a enfrentarse a un par de grandes patas verdes, pero el resto era imposible de descifrar. Si aquellas ruinas eran una construcción élfica, significaba que debían de tener miles de años de antiguedad.
De modo claramente mucho más reciente, alguien había escrito la palabra "Gernichora" varias veces sobre la piedra, con sangre seca ya hacía tiempo, aunque ni de lejos tanto como los grabados.
Angus fue el primero en notarlo,** pero no tardó en avisar al resto. Algo grande se estaba acercando a las ruinas, y pronto estuvo lo suficientemente cerca como para que todos lo notaran y oyeran sus pesados y apresurados pasos. El agua temblaba con cada uno de ellos, llegando al punto de crear pequeñas olas. La tensión fue en aumento también, hasta que finalmente, abriéndose paso entre dos árboles a los que casi derribó, surgió la criatura causante de aquello.
Se trataba de un sapo de dimensiones descomunales, con el cuerpo abotargado y con claros signos de mutación antinatural. Su lomo estaba plagado de ampollas de un asqueroso color amarillento, que parecían palpitar por cuenta propia, y su enorme boca partida dejaba entrever numerosos y afilados dientes. La abrió al máximo para soltar un fuerte rugido, sacando de ella una gruesa y viscosa lengua, por lo menos de un par de metros de longitud.
Parecía que habían invadido el territorio de la bestia.
*Aquí habríais perdido el malus por llevar armadura... temporalmente.
**Aunque no ha habido post suyo, me imagino que avisa al resto de que algo se acerca tras notarlo con su tirada de Discernir la realidad, por lo que estáis prevenidos del acercamiento.
Para poder moveros o atacar al sapo, antes tenéis que superar una tirada de Desafiar el peligro+SAB. Tiene Armadura 2, así que tendréis que restar eso a vuestras tiradas de daño.
Investigábamos toda aquella zona, estaba claro que algo extraño nos rodeaba, algo que a cualquier persona normal le helaría la sangre, pero nosotros éramos Templarios, nos manteníamos alerta y preparados.
Miraba aquellas representaciones buscándole la lógica a todo aquello, parecía una figura humana luchando con algo grande, y a continuación pude leer "Gernichora"... ¿Qué significaría eso?, quizás el nombre de la criatura que estaba representaba, pero estaba escrito con sangre, y aunque estuviera seca, era mucho más reciente que las representaciones.
La voz de Angus llamó mi atención, y acto seguido noté como el agua que nos rodeaba empezaba a temblar cada pocos segundos, acompañado de ruidos a lo lejos. Parecía que algo grande y pesado avanzaba hasta nuestra posición. En cuanto vi la figura, desenvainé mi espadón y esperé las órdenes del capitán.
Veía a la criatura aproximándose más y más y yo ya no pude aguantar más. Me adelanté con intención de atacar, y frenar a la criatura antes de que llegara a nuestra posición.
Motivo: Desafío el peligro (fuerza)
Tirada: 2d6
Resultado: 8(+2)=10
Motivo: Letanía Luz Ardiente
Tirada: 2d6
Resultado: 4
Motivo: Ataque (+2 Fuerza,-2 Armadura)
Tirada: 2d6
Resultado: 11
Motivo: Daño (+2 Fuerza, -2 Armadura)
Tirada: 1d10
Resultado: 6
Mi intención es adelantarme para atacar.
En lo que corro hacia la criatura, uso la letanía de Luz Ardiente para imbuir mi espadón.
Y ataco, lo hago todo con fuerza (+2), pero con el tema de la armadura, mis modificadores se quedan a cero.
He hecho la tirada de Letanía pero me ha salido muy baja, no obstante, con Letanía o sin ella, ataco.
Máster: La tirada de Desafiar el peligro es con +SAB, no +FUE (Puesto que tenéis que soportar la visión de semejante bicho y haceros a la idea de que toca pelear con él) por lo que tendrías un 8 en vez de 10. Luego el fallo con la Letanía implica que habrá consecuencias, pero está bien que hayas tirado el ataque por si acaso. Luego ordenaré las acciones cuando estén todas.
Respuesta: yo usé fuerza basándome en la ficha que leí en la partida. Creí que podíamos escoger con qué usarlo, y escogí lo que más alto tenía. Pero tú mandas.
DESAFIAR EL PELIGRO
Cuando actúes a pesar de una amenaza inminente o sufras una desgracia, di cómo te enfrentas a ello y tira. Si lo haces…
… mediante fuerza bruta, tira+FUE.
… apartándote o actuando rápido, tira+DES.
… aguantando, tira+CON.
… pensando rápido, tira+INT.
… mediante fortaleza mental, tira+SAB.
… usando tu encanto y habilidad social, tira+CAR.
... Se notaba una gran tensión en el ambiente, o al menos, era lo que percibía; tal vez fuese un aviso de mi instinto...
Me dirigí hacia la pared que había tras el altar; de lejos, tenía un aspecto normal, pero al acercarse más, sí que había algo que llamaba la atención. Presté especial atención a como estaban encajadas las piedras entre sí...
-- Esto es raro... las piedras de aquí detrás: es como si fuese una pared de un edificio o algo, pero,... es extraño, es como si estuviese reconstruído, se nota que no están bien puestas; no se si están tapando o bloqueando algo.
Me volví hacia el altar, que es el otro elemento de esta especia de recinto consagrado a saber qué... al fijarme en el chuchillo, en la sangre, me dí cuenta de otro detalle interesante:
-- Hermanos, aquí hay otra cosa extraña..., la sangre, no es muy reciente, pero tampoco tiene mucho tiempo, no está reseca, y por la forma de la costra... -cogí un trocito de rama del suelo, y toqué con él una de las gotas, viendo que, al moverla, seguía viscosa- si, creo que esta sangre fué derramada hace unas horas; no se cuantas, pero menos de un día seguro que sí. Aquí ha habido actividad reciente....
... estaba inclinado estudiando la sangre, absorto, cuando mi mirada se desvió a un movimiento que me llamó la atención; el agua, que nos cubría los piés con holgura, tenía ondulaciones en su superficie. En un pantano como este, donde las aguas están casi siempre estancadas, eso es raro, muy raro. Solo lo puede causar el movimiento de algo que las agita, y debía ser algo grande.
--¡Atentos, hay movimiento!!
Al poco de avisar a mis compañeros, las ondas del agua pasaron a ser más marcadas, olas incluso; algo realmente grande venía, y al poco apareció una criatura; grande, verdosa. fuerte como para apartar árboles a su paso. De su enorme boca dentada de la que salía una larga lengua, surgio un rugido; ese no es un ser natural, eso fijo!!
--¡Mierda!! ¿Que diantre es eso????? Cuidado!!!
No se que tipo de criatura es esa, pero somos 5 guerreros para batirla. Por un momento pienso en usar la Letanía de Castigo contra ella, pero está demasiado cerca, así que me doy cuenta de que contraatacará y me alcanzará su respuesta (aún tengo el recuerdo del combate anterior en mis carnes), de modo que prefiero usar algo más contundente: Mi acero. Veo que el Sargento se lanza a la carga, así que no dudo y le acompaño en la carga.
Motivo: Ataque al Sapo
Tirada: 2d6
Resultado: 2(+1)=3, 5(+1)=6 (Suma: 9)
Motivo: Ataque con espada al Sapo
Tirada: 2d6
Resultado: 4(+1)=5, 4(+1)=5 (Suma: 10)
Motivo: Ataque con espada al Sapo
Tirada: 1d10
Resultado: 5(+1)=6
Motivo: daño adicional
Tirada: 1d6
Resultado: 3
Motivo: daño adicional
Tirada: 1d6
Resultado: 6
A ver, el lío de las tiradas:
1- Tirada: Desafiar el peligro+SAB. --> (la he llamado Ataque al SAPO); Dados: 7 + SAB(+1) --> Total : 8 , creo que es éxito parcial, pero no se las consecuencias de la parcialidad; por si acado, tiro el ataque de espada:
2- Tirada de ataque en sí: dados + FUE(2) --> la he llamado Ataque con Espada al Sapo: Dados: 8 + FUE (+2): 10 . Le he dado con Éxito
3- Daño espada larga: 1d10 +1(espada) -2(piel del sapo): Dado (que en la tirada no puse bien el modificador): 5 +1 -2 : 4
4- Si el éxito parcial de la tirada 1 no me lo impide, en cuanto al beneficio del ataque con Éxito, elijo +1d6 daño y exponerme a contraataque [Ojo, no se si el bicho puede contraatacar a todos quienes le atacan en el mismo turno, o si solo devuelve el golpe al primero -lo siento, Sargento-] : Tirada "daño adicional" : 1d6: 6 [No se si hay que restarle el 2]
... pues eso, duda sobre las consecuencias del 8 en Desafiar el Peligro, de si el Sapo puede contraatacarme siendo el segundo en atacar (*), y de si se aplica la armadura del sapo en la Tirada Adicional,
(*): O dicho de otro modo, no se si existe la ventaja de atacar varios al mismo objetivo, que sería que dicho objetivo sólo pueda devolver el golpe del primer o primeros atacantas; tampoco se los PV del bichejo este
Máster: Vale, las tiradas están bien. Mejor si las hacéis sin desglosar para que quede más claro, pero no hay problema.
Ahora no caigo si la armadura se restaba a cada tirada o solo al daño total, consultaré el reglamento cuando llegue a casa.
El hacer daño adicional supone exponerse a un ataque enemigo, así que sí, el sapo puede devolver el golpe (aunque no necesariamente tiene que ser un ataque haga daño).
El Templario estaba en sus pensamientos cuando Angus avisó... tardó en salir del pozo de elucubraciones en el que se encontraba. Cuando recuperó el sentido de la realidad miró a ambos lados y vio a sus compañeros preparándole... tomó la espada por inercia y el escudo pero no sabía muy bien donde estaba el peligro.
Pero ahí estaba, el sapo gigante que amenazaba al grupo... Alistair se vio superado y confuso. Tampoco su capitán había dicho nada ..pasaría algún tiempo aunque su capitán dijera algo para que el templario reaccionara.
Motivo: Desafiar el peligro
Tirada: 2d6
Dificultad: 7+
Resultado: 5(+1)=6 (Fracaso)
Lástima que sea por SAB y no por FUE
Martha estaba tratando de sacar alguna cosa en claro, algo que les diera alguna pista cuando aquella bestia descomunal salió de entre los árboles. Posiblemente se hubiera quedado de piedra, pero su apariencia similar a los sapos de las charcas cercanas a su casa familiar le hicieron saber controlarse. Solo era otro sapo más, quizá mucho más grande, y agresivo... pero solo era una rana cabreada.
Agarró con fuerza el martillo y lo dejó caer sobre la piedra del suelo, haciendo que esta se resquebrajara una de las losas de la misma. Cuando comenzó a saltar hacia ellos la escudera dio un potente paso para coger velocidad a la par que agarraba su martillo arrastrándolo unos metros y elevándolo después. Vio como la bestia trataba de golpearla con una de sus extremidades. Un salto lateral a tiempo le permitió esquivarlo y colocarla en una buena posición para soltar un fuerte golpe contra su pata derecha...
Estaba claro que no estaba allí para darles la bienvenida.
Motivo: Desafiar el peligro
Tirada: 2d6
Resultado: 10(+1)=11
Motivo: Atacar
Tirada: 2d6
Resultado: 10(+2)=12
Motivo: Daño
Tirada: 1d10
Resultado: 8(+2)=10
¿Sabemos la vida de Johny el Sapo? Buenas tiradas :)
Apenas se podía ver a través de la niebla, y Rogal lo estaba sufriendo especialmente. Al parecer sus hombres tenían mejor visión que su capitán, y confirmación de ello fue que ellos vieron todo antes que Rogal. No solo las inscripciones, sino también al enemigo que los acechaba.
Ante el avistamiento de la criatura, vio correr al ataque a varios de sus hombres, pero en parte porque no estaba cómodo con la visión reducida, parte porque no llegaba a discernir bien a aquella criatura fantasmal a la que sus hombres se arremetían con gran valor, el capitán solo logró desenfundar su arma, y vacilar por unos segundos dudando de que hacer.
Motivo: Desafiar el peligro
Tirada: 2d6
Dificultad: 7+
Resultado: 6 (Fracaso)
Aunque preparados y alerta sobre lo que se acercaba, la visión de tal espantosa criatura irrumpiendo en el claro pilló de improviso a más de uno. La putrefacción que emanaba del enorme sapo era tal y tan repentina, que obligó a Alistair y a Helbrecht a tener que cubrirse el rostro con la túnica para poder soportar la vaharada de hedor, haciéndolos retorceder unos pasos para reponerse.
Pero tras la impresión inicial, los Templarios no perdieron el tiempo, echando mano de su entrenamiento. Con un potente grito que casi eclipsó el de la criatura, el sargento Bellator se lanzó a la carga, sosteniendo su espadón sobre su cabeza. Trató de bendecir el arma con el poder de Luminaris, pero en mitad de ello, pillándolo por sorpresa, el sapo lanzó disparada su lengua y rodeó el cuerpo de Bellator con ella, apretando con gran fuerza y arrancando un quejido de dolor del veterano caballero.
Pero aquello no bastaría para detenerlo. Con las manos libres, consiguió empuñar su arma y atravesar la lengua con la espada, haciendo que el sapo lo soltara mientras rugía de dolor y retraía la lengua. Por desgracia, se llevó la espada clavada en ella, que tras una sacudida cayó al agua. Por suerte, allí el terreno era poco profundo.
Angus imitó al sargento y no perdió tiempo en atacar a la bestia. Aprovechando que está estaba ocupada deshaciéndose del espadón que tenía clavado, el caballero se aproximó a su costado y lo esartó con su espada, tajando de arriba a abajo y abriendo un feo agujero hasta la tripa de la criatura. El sapo rugió de nuevo, enfurecido por aquél ataque imprevisto, y se encaró con Angus. Abrió sus apestosas mandíbulas, y por ellas arrojó un chorro de ácidos gástricos sobre el hombre. Angus tuvo la suerte de parar el ácido con el escudo, pues este empezó a deshacerse y caer a pedazos. Pegado como estaba a su brazo, sintió como este le quemaba cuando algunos gotarrones cayeron en él.
Aprovechando la distracción que ofrecían sus compañeros, Martha se abalanzó sobre el sapo, enarbolando su martillo y descargando un potente golpe contra la pata del mismo. De nuevo, un espantoso crujido se escuchó cuando los huesos que la sostenían se partieron, dejando la extremidad totalmente inútil, y a su propietario retrocediendo mientras cojeaba.
Viéndose herido de muerte, el sapo rugió de nuevo, tratando de alejarse de sus enemigos. Tras dar unos pasos atras, se quedó quieto y se agazapó sobre sí mismo. Su cuerpo empezó a vibrar, y de repente las ampollas de su lomo estallaron, liberando una nube de miasma pestilente que se extendió rápidamente por todo el lugar. Los templarios sintieron como la piel empezaba a arderles, se les secaba la garganta y se les irritaban los ojos, pero por suerte el agente nocivo se dispersó rápidamente en el aire antes de que pudiera resultar realmente dañino.
Motivo: Daño Bellator
Tirada: 1d10
Resultado: 4(+3)=7
Motivo: Ataque área sapo
Tirada: 1d8
Resultado: 4
Ya no hace falta Desafiar el peligro, podéis actuar todos normalmente. Miré en el reglamento, y la armadura se resta al daño total, no a cada tirada de daño.
El sapo sufre 4 (Bellator) + 10 (Angus) + 8 (Martha) de daño = ¡22 de daño! Todavía le queda un poquitín, pero casi os lo ventiláis en un turno. Martha está demasiado chetada xD
Por vuestra parte, Bellator sufre 11 de daño en total, Angus pierde el escudo y sufre 6 (2 del ácido, 4 del miasma) de daño, y el resto sufre 4 de daño.
La furiosa carga de los Caballeros de Luminaris sobre la bestia había sido exitoso, pero no habían salido indemnes de la misma.
El que peor parado había salido era, con diferencia, el Sargento, que fue quien lanzó el primer ataque al sapo mostruoso. Los demás habían sido alcanzados por los gases infectos que emitiera ese ser, así que ninguno había salido de rositas de ese primer encuentro, pese a lo cual, se mantenían firmes y listos para seguir presentando batalla. ¡Bien por la Orden de Luminaris!
Por su parte, terminó de deshacerse de trozos del correaje de su escudo, que se habían quedado pegados a la tela de sus ropajes, colgando como molestas tiras ornamentales. Echó una breve mirada a las quemaduras por ácido sufridas en el brazo izquierdo, y soltó una mueca de desdén; ¡Hace falta algo más que eso para detenerlme!, pensó.
Tras fijarse en el estado de sus compañeros, respiró profundamente; ya no tenía la ventaja del escudo, y el arma que portaba era a una mano, lo cual le hacía más vulnerable que en el ataque anterior, sin tenter las ventajas de un arma a dos manos, pero no era momento para pensar en esos asuntos. La bestia estaba herida, no se podía mover gracias al terrible mazazo que le diera la brava Escudera. Era menester proceder a rematar; bien por piedad, bien para evitar que se recuperase de alguna manera, bien por su propio orgullo de guerreros.
Sin más, lanzó un grito de guerra y embistió al sapo...
... y tras el ataque, intentó evitar un contraataque del moribundo ser.
Motivo: carga contra el sapo
Tirada: 2d6
Resultado: 9(+2)=11
Motivo: Daño espada a sapo
Tirada: 1d10
Resultado: 9(-1)=8
Saco 11, que es éxito
Daño 8 (9 + 1 por espada, -2 por piel de sapo)
Si el éxito me lo permite, no lanzo más daño y salto atrás, eludiendo un posible contrataque.
¿está muerto ya ???
Máster: Sí, si con un 10+ no haces daño adicional, significa que evitas cualquier ataque sin problemas.
Sobre el bicho... casii, casiiii xD
Angus: joer con el supersapo este!, que no se muere el puñeteiro! ... estoy empezando a considerar despellejarlo y hacerme un poncho de defensa +2 con su viscosa, pringosa, maloliente y asquerosa en general piel. A ver si lo quitamos de penas sin que nos haga más daño, que a este paso, no salimos vivos del pantano!
El último golpe de Martha le había costado un esfuerzo extra que no tenía pensado invertir en esquivar al sapo, así que este no pudo sino centrar toda so fuerza y determinación en golpear entre los ojos del sapo justo cuando este le estaba lanzando lo que parecía ser un poderoso mordisco.
La escudera hundió con todas sus fuerzas el martillo entre ceja y ceja, sin importarle las consecuencias de un ataque tan directo. Había que evitar que el sapo siguiera dañando a sus compañeros...
Motivo: Al ataqueeeer
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+2)=9
Motivo: Daño
Tirada: 1d10
Resultado: 10(+2)=12
A ver si lo mato y no me llevo golpe.... ¿o me llevo golpe incluso matándolo por sacar 9?
Jojojo, 12 daños, madre mía. Creo que me has dado el martillo de Thor master xD
El sapo se veía atacado por todos lados y acorralado por los Templarios, que no le daban ni un momento de respiro. Su tamaño y lentitud jugaban en su contra, pues no podía prestar atención a cada ataque que recibía. Ni siquiera la nube de vapor tóxico había disuadido a los caballeros, que seguían arremetiendo contra él al tiempo que lanzaban gritos que lo ponían nervioso.
A pesar de la quemazón de su brazo y la pérdida de su escudo, Angus se lanzó hacia adelante de nuevo, hundiendo su espada hasta la empuñadura en la pata delantera que le quedaba y rajándola por completo. La sangre, espesa y maloliente manó a borbotones, y el agua de debajo se tiñó de rojo oscuro.
Con sus dos patas frontales dañadas, el monstruo no podía sostenerse apenas. Martha no dejó pasar la oportunidad. Viendo que su propio peso hacia que el sapo mantuviera la cabeza gacha, la escudera cargó contra él, dando un salto en el último momento y descargando toda su fuerza sobre la frente de la criatura. Esta se revolvió de dolor, emitiendo un rugiente gemido, y terminó por desplomarse en el suelo, finalmente muerta.
Joer con ese martillo, sí, los dados de Umbría siempre sorprenden xD
35 de vida tenía el bichito. Para lo que le ha servido xD
Tras mi ataque, me quedé algo rezagado. Las heridas que tenía en el cuerpo me debilitaban cada vez más, no obstante, estaba dispuesto a atacar de nuevo.
Justo cuando fui a avanzar, vi como Angus y Martha se adelantaban, y acababan con la criatura. Al ver como la criatura se desplomaba finalmente, me arrodillé como pude, saqué la cantimplora y mojé la herida de los guls, que aún me daba problemas en el costado.
Me encontraba débil, ya no era solo la herida del costado, sino también las que me había provocado el sapo. Imaginaba que los demás estarían mejor, pero yo me encontraba bastante mal, necesitaba un descanso y algo para curarme. Aunque nunca ralentizaría al grupo, en caso de que decidieran continuar.
Alistair estaba levantando la espada cuando sus compañeros se abalanzaron por el sapo quien murió antes que alistair pudiera recuperarse tosiendo del miasma ..Desde luego había sido un combate rápido, el templario apenas pudo intervenir.
Miró alrededor intentando recuperar el aliento con resuellos. El sapo sí que había tenido opción de defenderse de alguna manera de los ataques de sus hermanos quienes ahora estaban heridos.
Antes de seguir por las ruinas lo mejor sería tratar las heridas más graves al menos:
-¿Cómo estáis hermanos? ¿Alguien herido especialmente? - el sargento le pareciá en muy mal estado, pero no sabía del resto.
Sin que llegase a tener finalmente una intervención valiosa por parte del capitán, sus hombres terminaron por darle muerte a aquel asqueroso ser. No sin haber recibido un poco de daño todos y cada uno de sus hombres.
La niebla era espesa todavía en los alrededores y con la atención puesta en advertir más posibles ataques, les ordenó a sus hombres a replegarse para poder hacer un breve control del estado general del grupo. Que tanto daño había recibido y para poder curar sus heridas aunque sea superficialmente. Soldados! Buen trabajo! Pero no bajemos la guardia, aún puede haber más enemigos acechando, repleguemos el grupo por unos instantes para atender nuestras heridas y continuemos investigando este lugar.
Querría utilizar los vendajes que tengo para poder recuperar los puntos de vida que pueda.
Máster: No problemo, te quito dos y vuelves a vida completa.
El combate con la bestia fué duro, intenso, brutal, pero rápido; un grupo de Caballeros de Luminaris no tiene rival en una rana venida a más. El golpe final de la Escudera Martha no hizo sino ratificar lo que el resto de Hermanos ya sabía: es temible en el combate, y será una excelente miembro de la Orden con el grado de Caballero cuando termine su etapa de aprendizaje.
Una vez asegurada la muerte del engendro, los Caballeros siguieron la orden de su Capitán: se agruparon en las inmediaciones del altar, por ser la zona desde la que tenían mayor radio de visión clara de los alrededores, y por tanto, segura. ¡A saber si tendrían más visitas inoportunas!. Aprovechando el momento de calma, fue momento de restañar heridas. Angus utilizó su último equipo de vendajes para hacerse una cura en el brazo que antes llevase el escudo.
Hecho lo cual, mientras sus Hermanos seguían recuperándose, Angus se volvió hacia algo que le había llamado antes la atención... se dispuso a examinar con más detalle la pared tras el altar impío. Era algo realmente curioso... los bloques, no parecía que estuviese en su disposición original. Dado que no había peligro de que un derrube súbito sepultase a sus compañeros, porque la distancia parecía segura, empezó a dar golpecitos con el pomo de la espada, para detectar si había algún hueco detrás, y a revisar los espacios entre las piedras con más cuidado...
Master: Consumo la última de mis vendas: Recupero 4 pv y la descuento del inventario.
Estoy mirando la pared; si hay que tirar algo, dímelo, pero cuando los demás se recuperen algo, no sea que la liemos parda con la gente a medio recuperar...
Terminada la batalla y muerto el grotesco sapo, los caballeros se tomaron un respiro para recuperarse de lo sucedido. El aire todavía estaba enrarecido por el miasma que había liberado la criatura, aunque este ya no era peligroso. El agua del peqeuño claro se había vuelto ya completamente de un rojo diluido, a medida que la sangre dejaba de manar del cadáver y se mezclaba con más y más agua. El olor, por desgracia, persistía.
Tras remendar las heridas sufridas y viendo que nada más aparecía para atacarles, los Templarios se dispusieron a examinar las ruinas. Tal y como Angus había mencionado, la pared del fondo parecía haber sido desmontada y vuelta a levantar varias veces. Tantenado un poco, se dieron cuenta de que las viejas piedras no estaban unidas ni siquiera con argamasa, seguramente para facilitar el movimiento de las mismas. No fue difícil, tras una orden de Rogal, echarlas abajo.
Y oculto tras la piedra, había un camino secreto, que parecía adentrarse aún más en el pantano. Al contrario que hasta ahora, aquí los árboles se retorcían de formas casi antinaturales, cubriendo por completo el cielo con sus ramas y escaso follaje, por lo que la oscuridad era casi igual a la de la noche. La niebla seguía extendiéndose por aquella zona, aunque con menos intesidad, se podía ver a través de ella si uno se fijaba bien.
Otra pega era que el suelo de baldosas no llegaba hasta allí, solo se encontraba en el claro de las ruinas, por lo que de nuevo sus pies se hundieron en el fango, y de nuevo el nivel del agua ascendió hasta los muslos. A pesar del impedimento que suponía de nuevo a la hora de moverse, el sentir que estaban cerca de su objetivo, y de averiguar por fin la verdad sobre el pantano, llenó de determinación a los Templarios, que sin pensarlo dos veces, atravesaron el nuevo sendero.
No pasó mucho tiempo hasta que lo vieron, pues entre aquella negrura, los árboles brillaban en algunos puntos como si se tratara de un montón de luciérnagas que se habían posado en el mismo sitio. Pero no eran luciérnagas. De los árboles colgaban una especie de bolsas de un color rojo oscuro, que de vez en cuando palpitaban, como si de un corazón se tratase, al tiempo que una brillante luz roja iluminaba su interior de manera fugaz.
Pasaron entre aquellos bulbos, sin fijarse demasiado en ellos una vez vieron que, aparte de sus palpitaciones, estaban totalmente inertes. Pero en una de aquellas, en un momento en que una de las bolsas se iluminaba, que en su interior pudo distinguirse algo que allí flotaba, una forma difusa. Parecía... parecía una persona, acurrucada en posición fetal.
La espada cortó limpiamente la bolsa, cuyo contenido se desparramó sobre el pantano. Estaba llena de un líquido rojizo claro, del color de la sangre pero como si estuviera muy diluida en agua. Y de la bolsa cayó también lo que habían supuesto, un hombre adulto. En sus ropas, aunque mojadas, ajadas y desgastadas por el entorno, se distinguía el atuendo de un sacerdote creacionista.
El hombre estaba muy demacrado, extremadamente pálido y delgado, con la piel hundida como si hubiera perdido mucho peso de manera repentina... o algo le hubiera extraido la sangre del cuerpo. Aunque no se movió al principio, al cabo de un rato empezó a toser abruptamente y a expulsar aquél líquido de sus pulmones. Luego pareció volver momentáneamente en sí, aunque con evidentes signos de desorientación — Aa... — trató de decir, mas apenas un murmullo salió de sus labios secos y cortados — Aagua...
Podéis seguir curándoos con normalidad antes de continuar
Antes de seguir su paso, Martha tomó una de sus pociones y se la bebió. Era curioso sentir como el líquido recorría su garganta y poco a poco su cuerpo iba absorbiendo la magia de aquella bebida. Sus heridas sanaron solas a una velocidad antinatural mientras salía un pequeño hilo de humo de ellas.
Seguidamente colocó sus manos sobre una de las heridas de Augusto y recitó de nuevo la letanía que antes ya había sanado a Angus. Sus heridas comenzaron a sanar, y aunque no fue suficiente para curarlo por completo si que fue suficiente para ayudar a sentirse mejor.
....
Aquellos árboles parecían estar drenando la sangre, o su espíritu... la esencia de aquellas personas. Martha se agachó corriendo para socorrer a aquel sacerdote. Abrió su cantimplora y vertió algo de agua directamente en su boca.
- Beba - Dijo mientras le daba algo de agua poco a poco.
Cuando se hubo recuperado lo suficiente, y consciente de que en aquel lugar no estaban protegidos se dirigió a él.
- ¿Que ha ocurrido?¿Como ha llegado aquí?¿Quien le ha hecho esto?
No quería abrumarle... pero las preguntas se amontonaban en su cabeza y no podía evitar formularlas.
Motivo: Letanía Augusto
Tirada: 2d6
Resultado: 9(+1)=10
Motivo: Curación
Tirada: 1d8
Resultado: 4
Era el momento de tomarse una de esas milagrosas pociones curativas de la Orden... fue destapar el frasco que hizo un ruido de vacío y sentir un alivio propio del que sabe que va a mejorar en breve. Cuando el líquido con propiedades mágicas atravesó el gañote del templario, éste notó como sus heridas se cerraba, e incluso se animó brevemente a pesar del pantano hediondo en el que estaban.
Lo cierto es que el sargento se encontraba algo mejor pero todavía tenía algunas heridas superficiales. Recitó los salmos a Luminaris y las heridas terminaron de sanar, aunque el Templario tuvo que esforzarse para ello.
El sitio era realmente grotesco y esto podía explicar las desapariciones de los alrededores...no dijo mucho más a la espera que el hombre contestara a Martha, no quería agobiarlo más.
Motivo: Letania augusto
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+1)=8
Motivo: curación
Tirada: 1d4
Resultado: 4
Horror, simplemente, horror.
Esto es lo que pensaba el hermano Angus en este momento; desmontar la pared, no había supuesto ninguna dificultad; había una parte que sí estaba bien encajada, pero otra era un puzle de puedras encajadas para tapar algo. Ese algo, era una senda, senda que de otro modo no se podía ver, ya que a ambos lados del muro, detrás del mismo, aparentemente había una maraña de vegetación impenetrable. El único camino que se adentraba en esa espesura, era el que partía de este portal oculto, portal que no sabíamos a donde nos llevaría.
Horror, horror es lo que sintió cuando vio salir de una de esas bolsas a un ser humano; esas bolsas de luz palpitante, eran como... como vientres que engendran algo, pero en su lugar, parece que no engendran, sino se alimentan de algo, como si de plantas carnívoras que se alimentan de moscas se tratase. Si, horror, que algo así pudiese estar pasando tan cerca de un núcleo de población indefensa.
Horror y rabia, que es lo que inmediatamente sintió.
Tras observar como la Hermana Martha auxiliaba al hombre, que probablemente sería el desaparecido sacerdote, rápidamente su mente empezó a pensar.
- No bajemos la guardia, hermanos; ¡quien hiciera esto, puede estar cerca! Capitán,... ¿procedemos a romper cuantas bolsas veamos alrededor?
Si alguien tiene una letanía de curación aún disponible, puede aplicarmela? no me quedan chismes curativos, y creo que vamos a necesitar estar a tope por lo que pueda pasar....
Mientras Angus se dirigía hacia las construcciones, indagando en una de ellas en particular, Martha y Alistair se acercaron a mí, tal vez se habían dado cuenta de mi dificultad al moverme y de mis muestras de dolor, que aunque intentara disimularlas, llegaba a un punto donde me resultaba demasiado difícil. Martha fue la primera en interesarse, se arrodilló delante de mí, y colocando una mano sobre mi costado, invocó la letanía de curación sobre mí. Al momento noté una gran mejoría, noté como la herida se cerraba y como el dolor disminuía. Cuando Martha terminó, se levantó y retrocedió un par de pasos, mientras Alistair se acercaba a mí y, poniendo una mano sobre me pecho, él también invocó la letanía de curación sobre mí.
Entre los dos me habían salvado, ¿quién sabe lo que hubiera pasado si las infecciones de las heridas de los guls y del sapo hubieran continuado?, - Gracias a los dos. Probablemente me habéis salvado la vida. Me encuentro mucho mejor, ahora debemos continuar avanzando. - dije mirando a ambos con una leve sonrisa en la cara.
Accedimos por la extraña entrada que descubrió Angus hasta llegar a una zona aún más tenebrosa que la anterior. No pude evitar fijarme en la extraña forma de los árboles, ¿qué sería eso rojo que parece tener pegado en el tronco?, poco a poco nos íbamos acercando.
Vimos como si fuera una bolsa, llena con un líquido que parecía ser espeso y algo más, había una figura en el interior, como si fuera una persona en posición fetal. Rápidamente uno de mis Hermanos cortó la bolsa, y de ella salió una persona. Al examinarla, vimos que era un sacerdote, ¿sería el que desapareció de la aldea?. Escuché de fondo a Angus, preguntando al Capitán si abrían el resto de bolsas, la verdad es que me parecía la mejor idea, no obstante, permanecía a la espera de la decisión del Capitán.
El hombre que habían rescatado trató de beber de la cantimplora que le tendía Martha, pero tan débil como estaba, apenas pudo dar unos tragos antes de empezar a toser y escupir el agua. Por suerte, pareció ser suficiente para que el sacerdote, a todas luces el Padre Vilem del que habían oído hablar en el pueblo, volviera en sí lo bastante como para distinguir que lo rodeaba y recuperar el habla, aunque esta sonaba muy débil — G...g-gracias... — al ver quienes eran sus salvadores, recuperó un poco la energía — Gracias al Creador — entonces procedió a contarles todo cuanto había sucedido desde su llegada a la aldea.
— Al principio los aldeanos recelaban, pero con el tiempo... atraí a algunos. Me hablaron de... de lo que veneraban, en el pantano. Para ellos... es una especie de Dios ancestral, pero... — la voz se le quebró de puro terror, no era para menos teniendo en cuenta cuanto había soportado — ¡No es más que una abominación! El pantano entero está maldito. Toda la sangre derramada en él sirve para alimentarla... Y las presas vivas son su alimento preferido.
De repente saltó — ¡Gernichora! — el sacerdote soltó una risa lastimera, de no estar tan falto de líquidos seguramente habría lágrimas corriendo por sus mejillas — Gernichora... pensaba que se trataba de una simple superstición... propia de lugares tan atrasados... me adentré en el pantano para demostrar que no eran más que cuentos de viejas... pero, ¡Oh! — gimió, agarrando a Martha del cuello de la túnica para acercar su rostro al de ella — ¡Es real! Lo entendí al ver las ruinas, pero era demasiado tarde... El nombre... es una adaptación en la lengua humana... una deformación debida al paso del tiempo... — ladeó la cabeza un poco para toser de manera abrupta — los elfos... la llamaban "Gvaern Ichaer", la Dama Sangrienta... trataron de combatirla, pero solo pudieron confinarla al pantano.
La vida se escapaba a marchas forzadas del pobre sacerdote, era evidente que estaba más allá de todo tratamiento y no aguantaría mucho más. De nuevo, se aferró a Martha, mirándola directamente a los ojos con una brillo febril en los suyos - ¡Tienen que destruirla! No es solo Bronbog, ¡Son todas las aldeas a su alrededor! — el agarre perdió fuerza de repente, y el hombre se fue dejando caer, si no se hundió en el agua fue porque los templarios lo estaban sujetando — Por el Creador — dijo con un último hilo de voz — ¡Tienen que acabar con esta maldición! Antes de que... — la frase quedó a medias. Las extremidades y la cabeza quedaron muertas y se desplomaron por su propio peso, una vez la vida abandonó finalmente al Padre Vilem.
FIN DE LA ESCENA